La Religiosidad Popular o Piedad Popular está compuesta de diversidad de manifestaciones, las reflexiones de la iglesia con respecto a la misma busca resaltar su importancia como mecanismo para la evangelización. Hoy día son mas los cristianos que experimentan su fe a través de estas celebraciones. Te invitamos a seguir leyendo para conocer qué es y cuál es su importancia.
Indice De Contenido
- 1 ¿Qué es la Religiosidad o Piedad Popular?
- 2 Algunos criterios
- 3 Valores de la religiosidad popular
- 4 Algunos objetivos
- 5 Importancia de la participación pastoral
- 6 Formación en la fe
- 7 Relación entre la Piedad popular y liturgia
- 8 Actos de la piedad popular
- 9 La caridad en relación con la piedad popular
- 10 Valores en relación a la fuerza evangelizadora
- 11 Vivencias de la piedad popular
- 12 Algunas consideraciones
¿Qué es la Religiosidad o Piedad Popular?
La Religiosidad Popular o Piedad Popular, en un tiempo dado fue considerada como algo primitivo o una revelación no tan pura de la fe, hoy día son más los que entregan dedicación para la transmisión de la misma. El magisterio de la Iglesia ha desarrollado desde el Concilio Vaticano II una detallada reflexión sobre este tema. Relacionado a esto te invitamos a leer nuestro articulo Conoce ¿Qué es el magisterio de la iglesia? y sus grados
Se entiende como religiosidad popular como la búsqueda de Dios y la Fe cristiana que se diversifica en cada comunidad o pueblo, de acuerdo con su idiosincrasia y su historia. Esta se compone de la expresión de la fe, la cual se fundamenta de los distintos elementos culturales de lugares en específicos, relacionando la interpretación y participación de los habitantes.
Pablo VI expreso que la religiosidad popular es la expresión particular de búsqueda de Dios y de la fe” y que “refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer”
La religiosidad popular enmarca el sentido de lo sagrado que existe en cada ser humano reflejándose en su manera de expresar su fe. Esta se caracteriza por tener arraigadas las raíces cristianas, en esta se expresan las creencias y comportamientos propios de la fe en nuestro señor Jesucristo.
Otra manera de definirla es como la expresión pública y conjunta de la fe cristiana, mediante la cual el pueblo cristiano, en especial las personas más humildes, viven y expresan su relación con la Santísima Trinidad, la Virgen y los Santos.
La fe en nuestro señor Jesucristo ha suscitado en cada población y a su propia cultura, por medio de esta se expresan la forma de pensar y particularidad de sentir del pueblo cristiano, se le denomina popular por que por medio de ella el pueblo de Dios revela su fe según su cultura.
Citando el catecismo de la Iglesia Católica:
“El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el viacrucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc.”
La religiosidad popular conjuga una dimensión personal y comunitaria, cuando decimos personal nos referimos a la fe que siente individualmente cada individuo y comunitaria por el sentido de compromiso que asumen los habitantes de los pueblos con la iglesia y la fe de Dios. En ella existe la participación de los sacerdotes y fieles laicos. La religiosidad está compuesta de sus propios lenguajes y formas de expresión, esta se inclina más en la línea de lo simbólico y el instinto que en la de lo discursivo y racional.
Se compone con frecuencia de ritos, signos visibles, imágenes y gestos corpóreos, sumergiendo a toda la persona. Se dice que se expresa el lenguaje del corazón a través de ella, ya que la fe se encuentra en los corazones y va dando forma a sus sentimientos, forma de sentir y vivir, sus comportamientos, es por ello que la religiosidad popular forma parte de los patrimonios de la iglesia.
“La fe se ha hecho carne y sangre”.
La religiosidad popular es fortalecida por la presencia viva y activa del Espíritu Santo en el centro eclesial. Las distintas maneras de expresión de piedad popular son descendientes del Espíritu Santo, forjando por medio de sus dones la fe cristiana.
Es importante considerar que la religiosidad popular se comporta como una realidad en evolución, esto se debe a que las culturas pueden cambiar lo que genera que las manifestaciones cambien y se adapten a las nuevas sensibilidades tal como lo expreso el Papa Francisco:
“se trata de una realidad en permanente desarrollo, donde el Espíritu Santo es el protagonista principal”
Algunos criterios
Como ya se mencionó la religiosidad popular esta enmarcada en la fe en nuestro señor Jesucristo, veamos algunos de los criterios que la sustentan:
El Papa Francisco en la Exhortación Evangeliigaudium hace referencia a un criterio de valor para comprender la religiosidad popular: “Es necesario entregarse a ella con ojos de buen pastor, que no tiene como objetivo juzgar, si no entregar amor”.
Nuestro comportamiento frente a la religiosidad debe ser amoroso, no puede ser considerada con una actitud de soberbia que juzga a distancia a una realidad de otros. Cuando el amor de Jesucristo se encuentra en los corazones de los creyentes, su comportamiento se caracteriza por el amor y de esta manera se puede apreciar la vida teologal presente en la religiosidad popular de las comunidades cristianas, muy especial en los más humildes.
En otras palabras; cuando esta realidad es vista con una mirada de fe, contagiada de amor, se evidencia el conocimiento del valor teologal.
Otro criterio esta dado por el Concilio Vaticano II, que establece que es necesario tener presente que: La iglesia no busca implementar una forma estricta de la realidad que no afecta la fe ni el bien de la comunidad, tampoco afecta la liturgia.
Más bien esta religiosidad fortalece, respeta e imparte las formas y características resaltantes de cada comunidad en relación a su fe. La iglesia está contemplada por una variedad de ritos, de costumbres y tradiciones, las cuales enriquecen su unidad; es decir no forman parte de una amenaza que pueda afectarla.
Nos referimos a la mirada del pastor, porque este contempla la riqueza y particularidad que tiene la religiosidad popular, la cual ha generado grandes beneficios de la santidad. Podemos decir que la piedad popular es una forma legítima y particular que utilizan muchos creyentes para vivir su vida teologal. Ejemplos de esta fe pueden ser:
- El caso de una madre que se encuentra con su hijo enfermo y decide desarrollar el rezo del rosario
- Cuando se enciende una vela en algún lugar de la casa dirigida en agradecimiento a la Santa Virgen o nuestro Señor Jesucristo en espera de su infinita misericordia.
Estos son dos ejemplos muy comunes que se presentan en la piedad popular de los pueblos y comunidades cristianas, más en el caso de los que no tienen el conocimiento de hilvana las proposiciones del credo
En ocasiones la religiosidad popular se ve afectada por la falta de consideración por perjuicios de ideología que se realizan en defensa de una supuesta pureza de la fe, depreciando que la piedad popular también es una de las fuentes que alimenta el amos hacia nuestro señor Jesucristo , siendo un fruto del Espíritu Santo. Estos perjuicios no valoran los beneficios de gracia y santidad que ha generado en la iglesia.
Valores de la religiosidad popular
La piedad popular se caracteriza por ser una experiencia de fe. Es una manera lejana de vivir la fe en Jesucristo, para que esta sea valorada adecuadamente es importante experimentar y conocer sus dimensiones interiores. Ya que detrás de cada acto, símbolo, rito y estética hay una historia de fe que la sustenta.
Los sustentos escritos del magisterio hacen referencia a algunos comportamientos surgidos del amor interior y algunas virtudes que son generadas por la piedad popular como son: la confianza en Dios, la paciencia antes las dificultades, la manera de sentir la pasión de Jesucristo en la cruz en la vida diaria, buscar siempre respectar y agradar a Dios, del arrepentimiento de corazón de las faltas cometidas, realizando las penitencias y no cometer nuevamente los mismos errores.
Entre tantas virtudes de la religiosidad popular también se pueden destacar la solidaridad y sinceridad con el prójimo, la virtud de compartir la amistad, la unión familiar y la caridad.
La religiosidad popular mantiene la vivencia de las historias de las comunidades cristianas; todas aquellas que reflejan el sentido de la fe de los propios habitantes. Las comunidades crean iglesias y santuarios en los lugares donde se llevan a cabo las acciones salvadoras de Dios. La piedad popular se involucra en cada persona conservando viva la fe.
La religiosidad popular refleja el sentido de lo sagrado. Expresa una forma única de la sed de Dios y se contempla de una manera especial de expresar las virtudes más divina de nuestro Dios como son; su amorosa presencia, su paternidad, su infinita misericordia, su providencia hasta sus milagros.
Por medio de la religiosidad popular los mas humildes expresan su fe ante Dios y, esta tiene un gran sentido de atracción de las personas considerándose así como una de las oportunidades de integración de los creyentes y miembros de los distintos pueblos.
La piedad popular se hace más evidente en los fieles en momentos de consolación espiritual o generalmente en el pedir diario para fortalecer la paciencia, la fe y la esperanza.
Como es el caso, de los que emprenden el rosario para pedir por sus seres queridos enfermos, el padrenuestro que se hace en petición con el fin de aliviar un dolor, en ocasiones una mirada acompañada de una sonrisa al cielo dando gracias por las bendiciones recibidas, una mirada bondadosa y de esperanza que se da a la figura de Santa Virgen María, relacionado a ello te invitamos a leer nuestro artículo: Conoce sobre el mes dedicado a la virgen Maria.
Resalto Pablo VI: “Bien orientada, esta religiosidad popular puede ser cada vez más, para nuestras masas populares, un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo”
Se expresó así debido a que la religiosidad popular se entiende como un encuentro con nuestro señor Jesucristo, estas celebraciones alimentan la fe de las comunidades cristianas; hay quienes se encuentran distanciado de la iglesia, pero expresan su fe en la piedad popular de su pueblo, participando en los ritos o conmemoraciones llevadas a cabo para dar gracias de los favores recibidos.
Es importante conocer la historia de la festividad que se lleva a cabo, para sentirla y vivirla con más intensidad y gracia a Dios. Una virtud muy resaltante en las comunidades cristianas en la pasión con la que experimentan sus creencias.
Algunos objetivos
Ahora veremos algunos de los objetivos que tiene la religiosidad popular.
Evangelización, religiosidad o piedad popular
La evangelización de la piedad popular es importante para que la fe sea expresa como un acto maduro y autentico, es importante resaltar que esta tiene sus límites. Como es común todas las expresiones y revelaciones religiosas populares se constituyen de errores y desviaciones es por ello que la evangelización también se torna muy importante.
En beneficio de las comunidades cristianas es conveniente purificar y evangelizar la piedad popular, en algunos pueblos, este acto puede ser considerado como un elemento para fomentar, conservar y desarrollar una conciencia más sincera en relación a la fe.
Las comunidades cristianas buscan la evangelización de sus celebraciones, creencias y ritos. Para desarrollar la fuerza de su fe. Que exista el reconocimiento de aquello que el pueblo humilde anhela aumenta la fe y motiva a los creyentes a ser más participativos en los actos de piedad popular.
Motivar la vivencia de la fe
La religiosidad popular se origina principalmente con la vivencia de la fe en Jesucristo que esta expresada en la forma más humilde de una comunidad cristiana.
En el catecismo de la iglesia católica expresa que la religiosidad popular debe: “hacerlas progresar en el conocimiento del misterio de Cristo”
Es por ello que se resalta la importancia de conocer la historia de cada celebración de la piedad popular, tener en cuenta y cuidar el comportamiento y sentir interno, las motivaciones y convicción de aquello que hace expresar la fe, siempre tomando en consideración que cada acto está ligado con el encuentro con nuestro señor Jesucristo.
Por otro lado es importante considerar que a las manifestaciones de piedad popular se suman otras dimensiones de importancia como son; culturales, estéticas, folklóricas, históricas, artísticas entre otras.
Se origina en estos aspectos el riego de minimizar las diferentes manifestaciones, pare evitar este riesgo se debe hacer hincapié en la motivación y conocimiento religioso del origen de la celebración, ya que esta es el ama de la religiosidad popular. Para salvar este peligro, debemos insistir en la motivación religiosa en su raíz y origen, que es alma de toda la piedad popular.
En fin la motivación de la fe va anclada al interés de las comunidades cristianas, es importantes que quienes tienen mayor conocimiento de la celebración, compartan alegremente la historia para crear en otros el interés en la religiosidad popular.
Participación con la Iglesia
Es importante que las comunidades cristianas que forman parte de los eventos de la religiosidad popular también tomen en cuenta la participación eclesial, para fortalecer la fe. En la piedad popular existe en riego de dar más valor a los aspectos personales del encuentro con Jesucristo; es conveniente cuidar las emociones, gustos y sentimientos que se originar en la religiosidad.
Dar más importancia a los aspectos objetivos de la iglesia como son; el sacramento, el mundo, la palabra de Dios, la eucaristía, los signos del tiempo, la iglesia en todo su entorno, es decir, ser más participativos en la iglesia y fomentar la fe en ella, que principalmente basada en Jesucristo.
Para promover la participación en la iglesia se hace referencia a las siguientes acciones.
Tener conocimiento del calendario pastoral para evitar el abandono a la participación eclesial.
Integrar la piedad popular en el entorno parroquial que forman parte de la escucha de la palabra de Dios, le desarrollo de la vida cristiana, del anuncio, del dialogo, de la caridad generosa, las celebraciones y adoración. Hablando de la participación en la iglesia te invitamos a leer nuestro articulo Misas del precepto y sus normas católicas vigentes
Importante la acción de garantizar que las congregaciones o asociaciones que fomentan las acciones de religiosidad popular sean constituida y originadas como gremio de fieles, basándose en el derecho justo. Es importante tener en cuenta que las congregaciones no son grupos filantrópicos, su característica especial el que buscan vivir y experimentar su fe en conjunto con la iglesia.
Por ello se debe tomar en cuenta la parroquia y hacer una conjugación con la religiosidad popular, tomando en cuenta los consejos parroquiales para que estos sean integrados en la vida de los fieles de las comunidades. Otro aspecto a considerar es que se debe garantizar consejeros que no solo sean nominales, sino, que también cultiven y fomenten la fe, protegiendo la celebración del culto o rito y de esta forma motivar a los actos caritativos.
Responsabilidad de vida
Siendo la fe en Jesucristo la principal virtud de la religiosidad popular, es conveniente tenerla presente en cada fase de la vida. Generalmente muchos miembros de comunidades cristianas adoptan comportamientos temporales en medio de las celebraciones o cultos llevados a cabo; como son el arrepentimiento, la honestidad, la penitencia, las promesas, entre otros.
Luego actitudes son olvidadas en los días siguientes, es por ello que es importante tener en cuenta la responsabilidad que conlleva ser parte de las comunidades cristianas, asumir el compromiso con nuestro Dios para que se sea guía implacable de nuestros actos en cada momento de nuestra vida.
No separar la fe de la vida, nuestro señor Jesucristo se encuentra presente en cada momento de ella, en nuestros actos, pensamientos y palabras. Pidamos por medio de la piedad popular que nuestro interés no se desvanezca con el paso de los días, más bien que esta sea multiplicada cada mañana.
Espíritu propagador de la fe
Anuncio de Jesucristo; tiene como principal misión la religiosidad popular, no se confunda esta con aspectos culturales, estéticos y turísticos de los pueblos.
La piedad popular tiene gran habilidad parta captar la participación de los cristianos en especial de los más humildes, por eso es conveniente no confundir su dimensión con los aspectos mencionados anteriormente, si no, que siempre tener en cuenta su objetivo principal, siendo parte de ella con los más sinceros sentimientos y comportamientos.
Decía el Papa Francisco a los congregantes: “sed también vosotros auténticos evangelizadores. Que vuestras iniciativas sean ‘puentes’, senderos para llevar a Cristo, para caminar con Él”
Adoptemos el espíritu misionero para impartir la fe de la religiosidad popular enmarcada en el anuncio de Jesucristo. Sumemos acciones y comportamientos para fomentar la participación en la iglesia conjunta a las diferentes celebraciones. tomando en cuenta la importancia de la fe en nuestro señor Jesucristo te invitamos a leer nuestro articulo de interés ¿Cómo y cuándo es la segunda venida de Cristo?
Relación con los fieles y no fieles
Los miembros de las comunidades cristianas son fieles ante sus celebraciones y generalmente defiende sus cualidades a toda costa, nuestro Dios da a los fieles diversidad de dones para fortalecer la fe y el comportamiento en la vida. Es importante poner en practica la humildad y fomentar el espíritu de dialogo para aquellos que no son fieles a las celebraciones, respetando la forma de pensar de aquel hermano que no comparte las mismas ideas.
Seamos pacientes y amorosos con quienes no comparten los mismo pensamientos, en este punto también se ve reflejada la presencia de Jesucristo y el Espíritu Santo en nuestros corazones, ya que por medio de ellos son forjados nuestras actitudes.
Es conveniente tener presente que todos somos seres humanos y cada uno vive un realidad distinta, no alimentemos la soberbia, caminando por el mundo haciendo sentir mal a quienes nos rodean, recordemos el ejemplo de Jesucristo aquí en el mundo cuando mantuvo su mirada de misericordia ante aquellos que no agradaban a Dios. Relacionado a esto te invitamos a leer nuestro articulo Enfermedades espirituales: síntomas y remedios.
Importancia de la participación pastoral
La acción de purificar y guiar la religiosidad popular se origina cuando asume la mirada y corazón del buen pastor teniendo en cuanta el más puro y sincero respeto ante la historia de la celebración. En algunos lugares los pastores no dan la importancia adecuada a las celebraciones las comunidades cristianas considerándola como una revelación incompleta de la fe.
Por ello que es importante mantener la actitud de respeto y evidenciar la presencia de Jesucristo para estar en disposición para el dialogo y comprensión de la diferentes creencias teniendo humildad y paciencia.
Es conveniente tener en cuenta el mejor conocimiento de la piedad popular. Invitando a los sacerdotes y a los miembros de pastoral a estudiar y conocer en la religiosidad popular de las comunidades cristianas, en relación con los documentos de la Iglesia sobre este aspecto.
Por otro lado, la guía del pastor debe penetrar especialmente en los comportamientos y motivaciones que son parte de las manifestaciones de religiosidad. Los pastores se encuentran errados cuando buscan modificar las acciones de las comunidades cristianas. El objetivo no es cambiar, sino, darle sentido eclesial a estos ritos y manifestaciones.
La función pastoral de la Iglesia tiene como principal fin guiar en la fe y formar en la fe con el fe objetivo de fomentar y promover la participación eclesial e incluir a las personas en el acto evangelizador de la Iglesia.
Esta función pastoral se logra mediante el ministerio de la palabra, de la liturgia y de la caridad. Por ello la importancia de la participación en la iglesia.
Formación en la fe
La religiosidad popular puede ser fácilmente afectada por los siguientes aspectos; fanatismo excesivo, carencia de conciencia, sincretismo los cuales pueden deteriorar directamente la fe e integración de nuevos cristianos. Es por ello que la educación de la fe es de suma importancia para que esta sea fortalecida y guiada. Es conveniente que se evalúen a nivel eclesial al momento de la creación de congregaciones y asociaciones para contar con la guía y formación pastoral.
Para los diferentes casos que se presenta existe a disposición catequesis regulares, enfocadas en la iniciación cristiana, en la creación permanente o catequesis temporales. El fin de esto, es guiar una constitución cristiana integra que involucre todos los elementos de la vida cristiana. Por ello esta formación se debe caracterizar y nutrir de las virtudes espirituales, doctrinales y pastorales.
La religiosidad popular se considera como una forma de catequesis para el pueblo, por lo que es necesario promover y fortalecerla, para que se nutra de vida la profesión de fe. La formación de la fe tiene como fin guiar la madurez en la fe para aquellos que forman parte de los actos de la piedad popular.
La religiosidad se ve afectada por aspectos que no están enmarcados por la doctrina de la iglesia católica, por lo que en estos casos es necesario que estas manifestaciones sean estudiadas y purificas con cautela y paciencia, a través de los miembros responsables y muy importante por la catequesis a su disposición, para de esta forma evita desvíos en la fe de los miembros de las comunidades cristianas.
Para ellos se establecen las siguientes acciones:
Proponer a las autoridades diocesanas, a las iglesias y a las propias congregaciones que se realicen los programas enmarcado en la formación en relación con la catequesis para los responsables de la religiosidad popular. El fin principal es apoyar a orientar la fe y a vivirla en conjunto con la Iglesia.
Promover el contacto con la Biblia. Es importante considerar la palabra de Dios expresada en la Biblia y que esta esté presente en las manos y el corazón de las comunidades cristianas, conjugando la palabra y las acciones de religiosidad para tener como fruto la fe fundamentan en Dios.
Es importante esta formación para los responsables de la creación de la religiosidad popular, para llegar al objetivo de que las congregaciones de gran magnitud se sientan responsables de la educación cristiana de sus participantes, de esta forma dándole prioridad a la formación en la catequesis.
Es importante que al momento de la creación de una congregación esta esté enmarcada en la centralidad de Cristo, que no se desproporciones a la madre Santísima, a los Santos y pierda su fin principal la fe en Jesucristo.
Generalmente esta formación es contemplada de modo de iniciación, necesitando el aporte explícito de Jesucristo, debido a que a pesar de que las todas las personas que participan en la religiosidad popular han recibido el sacramento del bautismo, la mayoría han perdido y no han considerado el sentido de la fe y requieren fortalecerla rescatando la presencia de Jesucristo.
Algunos comportamientos propios de la piedad popular son de utilidad para la formación de la fe a los miembros como son; las vigilias, las novenas, predicaciones de las celebraciones, los triduos entre otros. Además que sería importante establecer ocasiones específicas de educación y catequesis que apoyen especialmente a los responsables de la piedad popular para que gocen de una vivencia fortalecida en la experiencia de la fe.
Relación entre la Piedad popular y liturgia
La liturgia es el objetivo principal objetivo de la misa católica y prevalece por encima de la religiosidad o piedad popular, ya que es un legado de nuestro señor Jesucristo. El Directorio para la religiosidad popular y la liturgia contempla algunas indicaciones de valor y enmarca los elementos básicos de la relación entre ellas:
- La liturgia es “la fuente primaria y necesaria de la que han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano”
- Por tal razón, la liturgia no puede ser sustituida por ninguna otra celebración, debido a que los actos sacramentales son indispensables para vivir en Cristo, en cuanto a la manera de piedad popular se mantienen en ámbito voluntario.
- Es importante tener en cuenta las diferencias entre la liturgia y la piedad popular, no suponer una con la otra, ni conjugar los actos propios de la piedad con las acciones de la liturgia.
- La piedad popular localiza en la liturgia su complemento y culminación, por lo que sus formas han de regirse a la liturgia. Las experiencias de piedad popular no pueden ir en perjuicio de la liturgia ni fomentar a la deshonra de la misma.
- Liturgia y piedad popular son dos manifestaciones auténticas del culto cristiano. La relación entre ellas puede se puede definir como;
- La liturgia y piedad popular No se deben despreciar, enfrentar, pero sí sintonizar.
“La Liturgia deberá constituir el punto de referencia para encauzar con lucidez y prudencia los anhelos de oración y de vida carismática que aparecen en la piedad popular; por su parte la piedad popular, con sus valores simbólicos y expresivos, podrá aportar a la Liturgia algunas referencias para una verdadera inculturación, y estímulos para un dinamismo creador eficaz”.
Actos de la piedad popular
La religiosidad popular se manifiesta mediante las acciones de piedad, mediante los cuales Dios es venerado y glorificado y la persona experimenta el provecho espiritual y se motiva para emprender y vivir su vida cristiana. Estas acciones deben, lo mejor posible, sintonizar con los elementos y acciones de la liturgia.
Es importante reconstruir desarrollando su sentido bíblico, la motivación litúrgica y los elementos generales. Debe también evaluarse el lenguaje que se utiliza, en cual en algunos casos se torna exagerado y desfasado, enmarcado en el respeto de la cultura y la forma de expresión del pueblo al que está destinado.
Es importante, también, que la religiosidad popular se nutra en su conciencia mediante la Santísima Trinidad. La piedad popular se considera receptiva al misterio de la paternidad de Dios y se alimenta también con satisfacción en la figura de Cristo Salvador, sin embargo, aún le falta evidenciar con más claridad y fortaleza la persona y la acción del Espíritu Santo. Es conveniente también que tenga de manifiesto no sólo la humanidad sierva del Salvador, sino también su Resurrección autentica.
Promover la invitación a vivir con seguridad esta religiosidad popular. Evitando la mal concepción de estas maneras de piedad. Para que de esta forma sea vivida plenamente y no quede solo en lo exterior manifestándose solo en los gestos, sino que también sea forjadora de comportamientos para agradar a Dios.
La religiosidad popular debe estar fundamenta en relación con los sacramentos de la iglesia, sobre todo con la reconciliación y la Eucaristía. La fe en nuestro señor Jesucristo debe guiar la conversión y a la formación plena y consiente de la Eucaristía.
Se debe mantener un equilibrio entre el enigma de Cristo, la celebración de la Virgen María y los santos. Este equilibrio involucra una correcta organización de los diferentes elementos del enigma. En el misterio de Cristo, la Pascua debe ser el único centro. En la piedad popular se detecta una presencia escasa del significado salvífico de la Resurrección del Señor.
Por su naturaleza, la religiosidad popular exige una expresión artística. Los agentes de la pastoral deberán apoyar y alentar la formación en todos los ámbitos tales como; música, ritos, cantos, artes para exhibir y estarán al tanto de que se promueva su buena calidad cultural y religiosa.
La caridad en relación con la piedad popular
La diaconía con los humildes pertenece de forma especial a la misión de la Iglesia y se expresa en una sinceridad activa, que se interesa por las necesidades de cada persona. Para no se conducida en acciones netamente rituales externas, los actos de religiosidad popular deben inducir a fomentar el amor a Dios y al prójimo
Cuando se resaltan los elementos subjetivos y emocionales de la fe y no se promueve la promoción social, se puede apreciar que no se trata de un religiosidad autentica. Es por ello la importancia de relacionar las manifestaciones de la piedad popular con los comportamientos y actos ante los que sufre.
En muchas de comunidades y congregaciones de religiosidad popular se evidencia en su culto la relación con la caridad. Son muchas las que la practican, realizando diferentes obras de caridad, muy notorio entre sus miembros, aunque este no sea su fin principal.
La caridad es una virtud de gran valor para nuestro señor Jesucristo, es conveniente que en la piedad popular se desarrollen actividades con esta iniciativa y de promoción social. También se debe desarrollar prácticas de piedad popular que se ejecuten principalmente con dignidad de una manera humilde sin despilfarra los recursos, el lujo y ostentación, ya que estos no son participes del culto cristiano.
La participación pastoral de la religiosidad popular exige personas dedicadas y comprometidas a ello, desde los sacerdotes como los miembros consagrados y fieles laicos. Se debe dar apoyo para encontrar la sensibilidad de los párrocos con respecto a la importancia de dar frente a la piedad popular y dedicando personas a esta obra en específica.
Valores en relación a la fuerza evangelizadora
- Se debe considerar la piedad popular como “expresión de acto misionero única del pueblo de Dios”. En la piedad popular se manifiestan las expresiones de la profecía misionera connatural o autentica al pueblo cristiano. Esta profecía misionera genera el sentido cristiano con naturalidad en las personas de la piedad popular. En ella, de diferentes maneras, se evidencia el acto de la profecía del Evangelio, que se genera de una manera autentica y especial en el pueblo de Dios.
- Como especifica el Directorio para la piedad popular, ésta contempla un “esencial punto de inicio para perseguir que la fe del pueblo evolucione, madure y se vuelva más fecunda”. Algunos de los valores en relación con la evangelización se pueden mencionar los siguientes:
- La religiosidad popular es una oportunidad de socializar; convivencia, encuentro, unión, asociación, conciencia de pertenencia y participación, como también se considera como la expresión de la extensión festiva de la fe.
- La fe es una experiencia gozosa de comunión con Jesucristo resucitado que se vive en el seno del Pueblo de Dios. Todo aquello que exprese y eduque la dimensión comunitaria y festiva del hombre es una ayuda al anuncio y vivencia de la fe cristiana.
- La religiosidad popular tiene la capacidad para influir en las personas cuando viven experiencias grandes de gozo, dolor, fracaso, duda, inseguridad, debilidad o agradecimiento. En los momentos particulares, nos preguntamos sobre la vida y nos abren interrogantes como ¿qué sentido tiene? Y ¿qué vamos a dejar aquí, cual será nuestra trascendencia?
- El objetivo de esta religiosidad, radica en el hecho de conectarnos con las experiencias fundamentales de la vida como son concebir y dar a luz, dar el paso al matrimonio, etapas en el crecimiento de la vida, aceptar las dificultades y situaciones que nos hacen sufrir como aprendizaje y evolución y finalmente morir
- La religiosidad popular puede desarrollar dimensiones emblemáticas y de estilo de vida, cosa que es necesaria para llevar una vida humana plena, desarrollando así la comprensión necesaria para trasmitir la fe de la iglesia.
- Recordamos que el ser humano es sencillamente religioso que necesitamos creer en algo y que tenemos sed de Dios, anhela comunicarse con lo transcendente, en estas religiosidad popular ayudan a recordar y reavivar al ser humano al deseo de Dios, ya que en las sociedades modernas se ha perdido el sentido de Dios, dando paso a la secularización, que no es más que el proceso en el cual alguien pierde su carácter religioso siendo laico.
- La piedad popular recurre a una gran variedad de formas de expresión que contribuyen al apoyo de la evangelización, entre el canto, las narraciones, procesiones, catequesis entre otros, trasmiten y celebran la fe. Además que promueven valores evangélicos como la generosidad, el perdón, el silencio, el arrepentimiento, el respeto, el servicio, la honestidad, la amistad, la colaboración, entre otros.
- La piedad popular se considera como una forma de expresión de la identidad de una comunidad cristiana, totalmente relacionada con la fe en Cristo. Las acciones de la piedad popular aportan a nuestros pueblos la motivación para revivir sus historias y raíces religiosas. Las distintas manifestaciones de la religiosidad popular son un mecanismo de valor para conocer el alma de los pueblos. Todas ellas originan emociones de identidad, cohesión y penitencia, estas prácticas hacen que las personas se puedan conectar con las bendiciones recibidas, con la tradición, y los hace crecer emocionalmente como seres humanos.
La religiosidad popular es una auténtica catequesis que pone la fe cristiana al alcance de muchas personas. De un modo plástico ayuda a transmitir los principales misterios de la vida de Cristo y de Santa María, así como el conocimiento de algunos santos más populares. Quien sabe leer las formas de religiosidad popular, aprenderá mucho de ellas, porque nos enseñan mucho:
Sobre Dios y sus atributos; sobre Cristo y sus misterios sobre todo de dolor; sobre la presencia y acción del Espíritu Santo, que habita en los sencillos y los pobres; sobre la Virgen María, la humilde esclava del Señor.
Sobre la intercesión de los santos en el camino difícil de la vida en la tierra; sobre la Iglesia como instrumento de Cristo en orden a la gracia y la salvación; sobre el perdón de los pecados y la gracia del Dios misericordioso y sobre la vida eterna.
ara el que “sabe leerlas son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar en la nueva evangelización”.
Relacionado a esto te invitamos a leer nuestro articulo Virtudes de la virgen María: ¿Cómo imitarlas?
- La piedad popular se valora por ser considera como la fe incultura, su mayor valor se evidencia en la expresión de la fe en la propia cultura, mediante el lenguaje, los gestos del entorno social, los símbolos etc. Así se expresó San Juan Pablo II;
“Una fe que no se hace cultura es una fe no plenamente acogida, no enteramente pensada y fielmente vivida”. Cuando la fe se ha hecho cultura, tiene mayor capacidad de penetrar en la vida de los pueblos.
- La religión se considera también como historia y tradición, y la piedad popular permanece siendo una de las más fuertes expresiones de una evidente inculturación de la fe, ya que en ella se conjugan la fe y la liturgia, las emociones y la cultura, y se afina la conciencia de la de las personas en las tradiciones de los pueblos”. En el Evangeliigaudium se expresa que en la piedad popular puede ser percibida la manera en que la fe encontrada se adentró en una cultura y la cual se sigue inculcando”.
- La religiosidad popular generalmente está coordinada por laicos, los cuales reciben el llamado a ser los encargados de las congregaciones o asociaciones de la nueva evangelización. Es importante dar valor, respetar y fomentar que sean laicos que además participen en la vida de la iglesia.
- La religiosidad popular es manifestación pública y compartida de la fe cristiana. Da valor a que la fe debe ser expresada públicamente y no ser alimentada de manera privada.
- La piedad popular también se considera como un medio temporal para la conservación y trasmisión de la fe, como es el caso de la trasmisión de padres a hijos impartiendo los principios cristianos. Debe hacerse de forma que se motive a quienes reciben las nuevas enseñanzas para que estos se interesen en la participación y conservación de la fe en el tiempo.
- Su características de expresión y cultura hacen que la religiosidad popular tenga la capacidad de facilitar la evangelización. Ya que esta llega a los fieles de una manera muy autentica, porque su expresión se lleva a cabo en su mismo idioma, tocando su corazón y siendo una fuente para conocer el anuncio del evangelio. Por otro lado, también es común percibir que cuando es desertada la religiosidad popular quedan vacíos en las personas que son muy difícil de colmar.
- En el entorno de educativo que vivimos, la religiosidad popular se considera como una forma extraordinaria de vivir y e impartir la fe. En estos tiempos puede ser un mecanismo providencial para que muchas personas perseveren en la fe. En la religiosidad popular prevalece una fuerza evangelizadora que no se debe despreciar por ningún motivo”, ya que en ella se da una “riqueza evangélica”.
En la Exhortación Evangeliigaudium se contiene una importante llamada: “¡No coartemos ni pretendamos controlar esa fuerza misionera!”.
Es conveniente dar apoyo a las iniciativas misioneras de la religiosidad popular, para que sean muchos más los que gozan de la auténtica fe en nuestro señor Jesucristo, y reciban de este los anhelos de su corazón y permanezca siempre en las comunidades cristiana promoviendo también la participación en la iglesia.
Vivencias de la piedad popular
La religiosidad popular es una realidad presente entre nosotros que, generalmente, ha experimentado un auge en la actualidad. Las manifestaciones de esta piedad tienen una gran importancia cuantitativa y significativamente. Cuantitativa, porque contempla una gran capacidad de atracción e involucran a magnitudes de personas y, significativamente porque son consideradas como expresiones totalmente relacionas a la cultura e identidad de nuestros pueblos.
Los pueblos se contemplan de gran sentido festivo, la gente que los habitan experimentan con gran intensidad los días de celebración como son; los momentos de convivencia, descanso y festividades. Las celebraciones mayormente están relacionadas con las tradiciones religiosas particulares de los pueblos y contemplan la expresión singular de los mismo.
Las fiestas patronales se caracterizan por ser una oportunidad de vivencia y expresión de la fe. Para la expresión de júbilo es común la utilización de la música, el fuego, la pólvora, que son utilizados como para expresar también los sentidos religiosos de cada pueblo
El principal protagonista de las celebraciones de la religiosidad popular en los pueblos es nuestro señor Jesucristo, recordando cada etapa de la historia.
La festividad de su Navidad se considera particularmente intensa y se contempla cargada de festividades populares que manifiestan la fe en el misterio del Dios encarnado. En medio de la profecía de Navidad surgen gran cantidad de ricas expresiones de piedad popular como son; la comida, la cabalgada de reyes, belenes, costumbres y tradiciones.
La festividad de la Pasión y Muerte del Señor recobra especial evidencia en la Cuaresma y Semana Santa, de gran expresión diversa en cada pueblo. En muchos lugares se venera al santo cristo con variedad de advocaciones como son; Nuestro Padre Jesús o como la Santa Faz y el Santo Cáliz
También es tomada en cuenta la celebración de la resurrección, mayormente unida a la adoración y cumplido realizado a la Santa María por la alegría pascua. Es muy común presenciar en las mañanas de pascua las procesiones del encuentro que manifiestan la alegría del día y que también es resaltada por la diversidad de comida particulares de estos días.
La devoción a la Eucaristía contempla una forma de arraigo entre nosotros, con respetables maestros espirituales como San Pascual Baylón y San Juan de Ribera. El pueblo experimenta con especial solemnidad la celebración del Corpus Christi. Que es costumbre en algunos lugares realizar procesión con el Santísimo Sacramento en la mañana de Pascua y para ofrecer la comunión a los enfermos en el día de San Vicente.
En nuestras diócesis se origina una tierna y fecunda devoción a Santa María, la “Mare de Déu”, nombrada generalmente por el pueblo con diversas denominaciones. Las celebraciones y los tiempos marianos son experimentado con una particular intensidad. Llevándose acabo novenas, gozos, procesiones, himnos y representaciones se ejecutan en nuestros pueblos en adoración a la Virgen Santísima.
También se toma en cuenta la celebración de la devoción los ángeles y los santos, muy especial aquellos que han nacido o vivido en las nuestras tierras de cada pueblo como son; los santos patronos de las distintas poblaciones. Impartiendo, reliquias, imágenes, estampas, cantos, novenas, procesiones y libros de piedad que sirven para ofrecer conocimiento e incrementar la devoción a estos intercesores.
Esta religiosidad está relacionada a ciertos lugares santos. La geografía de la tierra está contemplada de Ermitas y Santuarios, que son centros de piedad, adoración y devoción. También son lugares considerado de peregrinación algunos monasterios, en los cuales los devotos buscan experimentar el encuentro con Dios. De esta forma, los lugares relacionados a la vida de los santos de nuestra tierra como son; conventos, casas natales, cuevas etc., que también son considerados como centros de particular piedad
De igual forma se ejecutan prácticas de piedad popular relacionadas a la oración por los fieles difuntos. En esta se destaca las acciones de visitar a los cementerios realizando rezos sufragios por los seres queridos que ya nos acompañan en esta vida.
Muchas personas experimentan su religiosidad a través del rezo, el encendido de una vela, el ofrecimiento de unas flores, la realización de una promesa, el esfuerzo de llevar una acción procesional o de peregrinar cierto lugar. En cuanto a lo personal y comunitario, experimenta gran extensión entre los fieles el rezo del Ángelus, del Santo Rosario, y el Ejercicio del Vía Crucis.
Para fomentar esta gran diversidad de actividades hay variedades de congregaciones, grupos, hermandades y asociaciones donde se muestra la participación de los habitantes de los pueblos para la organización y promoción de las festividades
Las manifestaciones de la religiosidad popular son consideradas como un tesoro que se debe conservar en el tiempo en cada uno de los corazones de la comunidad cristiana. Algunas de estas manifestaciones son reconocidas como un elemento de interés turístico o son parte del patrimonio cultural de la humanidad, pero es importantes tener en cuenta que la fe y la devoción en nuestro señor Jesucristo son los principales objetivos de la misma.
Para vivirla con fe, es conveniente fomentar la educación y promoción social de la piedad popular, para que los miembros de los pueblos puedan percibir el sentido de la misma, se motiven y den valor participando de forma fluida en las misma, además manteniendo en ellos la conversión en el tiempo y no solo en los tiempos de celebración.
Se considera como una tarea designada a los Obispos valorar la religiosidad popular, motivando y desarrollando aquellos elementos que aportan a la vida cristiana de los fieles y, cuando sea necesario, impartiendo la purificación de estas prácticas por medio de la catequesis y participación en la iglesia.
En el directorio de la piedad popular podemos encontrar con mayor detalle la descripción de las siguientes celebraciones del año litúrgico y piedad popular:
- El Domingo
- En el tiempo de Adviento
- La Corona de Adviento
- Las Procesiones de Adviento
- Las «Témporas de invierno»
- La Virgen María en el Adviento
- La Novena de Navidad
- El Nacimiento
- La piedad popular y el espíritu del Adviento
- En el tiempo de Navidad
- La Noche de Navidad
- La fiesta de la Sagrada Familia
- La fiesta de los Santos Inocentes
- El 31 de Diciembre
- La solemnidad de santa María, Madre de Dios
- La solemnidad de la Epifanía del Señor
- La fiesta del Bautismo del Señor
- La fiesta de la Presentación del Señor
- En el tiempo de Cuaresma
- La veneración de Cristo crucificado
- La lectura de la Pasión del Señor
- El «Vía Crucis
- El «Vía Matris
- La Semana Santa
- Domingo de Ramos
- Las palmas y los ramos de olivo o de otros árboles
- Triduo pascual
- Jueves Santo
- La visita al lugar de la reserva
- Viernes Santo
- La procesión del Viernes Santo
- Representación de la Pasión de Cristo
- El recuerdo de la Virgen de los Dolores
- Sábado Santo
- La «Hora de la Madre”
- Domingo de Pascua
- El encuentro del Resucitado con la Madre
- Bendición de la mesa familiar
- El saludo pascual a la Madre del Resucitado
- En el Tiempo Pascual
- La bendición anual de las familias en sus casas
- El «Vía lucis
- La devoción a la divina misericordia
- La novena de Pentecostés
- Pentecostés
- El domingo de Pentecostés
- En el Tiempo ordinario
- La solemnidad de la santísima Trinidad
- La solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor
- La adoración eucarística
- El sagrado Corazón de Jesús
- El Corazón inmaculado de María
- La preciosísima Sangre de Cristo
- La Asunción de Santa María Virgen
- Semana de oración por la unidad de los cristianos
- Los tiempos de los ejercicios de piedad marianos
- La celebración de la fiesta
- El sábado
- Triduos, septenarios, novenas marianas
- Los «meses de María»
- Algunos ejercicios de piedad recomendados por el Magisterio
- Escucha orante de la Palabra de Dios
- El «Ángelus Domini»
- El «Regina caeli»
- El Rosario
- Las Letanías de la Virgen
- La consagración-entrega a María
- El escapulario del Carmen y otros escapularios
- Las medallas marianas
- El himno «Akathistos»
- LA VENERACIÓN A LOS SANTOS Y BEATOS
- Los Santos Ángeles
- San José
- San Juan Bautista
- En la celebración de la Eucaristía
- Las imágenes sagradas
- Las procesiones
- La fe en la resurrección de los muertos
Algunas consideraciones
La piedad popular supone una fe humilde y encarnada en la cual se rinde culto a Dios y se experimenta y se manifiesta la propia fe de manera concreta. Estas vivencias y expresiones de la fe cubren a los pueblos y confortan especialmente a los más humildes.
Le imploramos a Dios, por intercesión de la Santa Virgen María, para que, de esta manera, entre todos, protejamos fielmente la riqueza de la religiosidad popular considera un gran tesoro, a través de los siglos, en la más profunda fe de nuestros pueblos, de nuestras sociedades cristianas.
Por medio de este deseo y petición a Dios, dejamos en las manos de los sacerdotes, los fieles y religiosos de las diócesis, que orienten pastoralmente las acciones de la piedad popular para beneficios de todos principalmente de la iglesia.
El Cardenal Pironio relaciona la religiosidad popular e inculturación. La religiosidad popular es “la manera en que el cristianismo se encarna en las diversas culturas y estados étnicos, y es vivido y se manifiesta en el pueblo”.
El pueblo requiere expresar su fe, de manera intuitiva y simbólica, festiva y comunitaria, imaginativa y mística. Sin dejar a un lado su responsabilidad de la penitencia y de la conversión. La Iglesia estar presente para poder purificar, fortalecer y fomentar las manifestaciones de fe, tomando en cuenta la capacidad que esta vivencia posee para conservar abierto el puente, o el paso, a la trascendencia.
Es importante que se mantenga la vida devocional, que se fortalezca la participación e la liturgia de la iglesia y que las manifestaciones de piedad popular sean guiadas por los que están mejores instruidos en el anuncio de cristo para que estas no se desvíen de su fin principal.
Es conveniente conocer la historia de cada manifestación de la piedad popular para que la fe en nuestro corazones se exprese de una manera mas fecunda y se conserve con el paso del año. Manteniendo presente los principios de la vida cristiana, seamos responsables de nuestros actos fortaleciendo el espíritu misionero para ofrecer nuestras mejores acciones a los hermanos que nos rodean
La importancia de la religiosidad popular radica en que esta fomenta la fe en las comunidades cristianas, evidenciado la presencia de nuestro señor Jesucristo en los corazones de los fieles, por ello es justo que se fomente la educación de esta fe para el jubilo de los creyentes.
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