Enfermedades espirituales: síntomas y remedios

Como seres humanos, estamos destinados a seguir algunos patrones de conducta. Los cuales vienen marcados por la sociedad. Siendo los mismos que se han establecido en el correr del tiempo, y que en algunos casos, nos hacen caer en algunos comportamientos, que están contaminados de enfermedades espirituales. Por esto te invito a continuar leyendo, a fin de que reflexiones en este sentido. Para el logro de un crecimiento espiritual adecuado. Seguro que te será de mucha utilidad.

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Las enfermedades del espíritu

Solamente hace falta una cosa, a fin de alcanzar la felicidad y de hacer que la vida se convierta en la antesala al cielo. Y se trata pues de vivirla con el más grande amor a Dios, con una completa plenitud y mucho entusiasmo.

Es por ello que se requiere sacar del alma todas aquellas enfermedades espirituales, que perturban el desarrollo de nuestra vida plena y feliz. Veamos entonces a continuación, lo que debemos conocer y podemos hacer al respecto para el provecho. Y logro de la armonía nuestra y de quienes nos acompañan en nuestro camino de vida.

Enfermedades de la vida espiritual

Se consideran de manera llana a las enfermedades espirituales, como cada uno de aquellos vicios que son capitales, y los cuales se encargan de tentar al hombre. Siendo esto al momento en el cual llegan a un grado en el que, el hombre comienza a sentirse vencido por dichas enfermedades, de una forma en la cual no se siente en la capacidad de superar dicha situación.

Ahora bien, procedamos a observar dos enfermedades espirituales, las cual se pueden llamar de una manera formal enfermedades de la vida espiritual. Siendo el caso que las mismas se encargan de destrozar con todo el ánimo a aquellas personas que la comenzaron a padecer, las mismas son:

  • La tibieza
  • Y La mediocridad

La tibieza espiritual

De las enfermedades espirituales, nos encontramos en la literatura espiritual, con la unanimidad en hacer el señalamiento de la peligrosidad de esta enfermedad, en cuanto a cualquier progreso de tipo espiritual. Siendo el caso que se hace el hincapié más bien es lo relacionado a la prevención, lo que resulta más fácil que tener que finalmente curarla.

Signos y síntomas

En este caso el terapeuta de las enfermedades espirituales y director espiritual, habrá de prestar mucha atención en cuanto a no hacer la identificación de la tibieza espiritual, con una aridez muy simple. Siendo que la tibieza si que posee aridez, más sin que exista el afán del consentimiento en cuanto al desahogo, para disfrutar del orden correspondiente a los sentidos.

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Así es que se trata más bien de una aridez la cual es culpable, puesto que originariamente es dependiente de su voluntad. Y que es responsable de las consecuencias de sus actos.

Es decir, que no se trata de una sequedad, o de que falte el fervor de aquellos que no han entrado aún, por los altos caminos correspondientes al espíritu. Sino que más bien se trata, de que posee un matiz de envejecimiento. Así como de algo que ha procedido a marchitarse, y que está comenzando a hundirse.

En todo caso de las enfermedades espirituales se trata la tibieza de una enfermedad que la delata un sentido como de relajación, en quien la padece. Es así como una necesidad muy ínfima de sentir satisfacción interior.

Además que conjuntamente produce pesadez, y desgano para todo aquello que se encuentre relacionado con los valores espirituales. Siendo tales como de manera especial, la oración y la soledad espiritual. Sintiendo entonces un profundo aburrimiento, en cuanto al cumplimiento de su cotidiano deber relacionado con lo que realiza, en la dimensión de su servicio a Dios.

Uso de pretextos para orar

Luego entonces esa persona, se deja invadir por una práctica y utilitaria visión de tipo activista de la vida. Siendo el caso que cuando padece la tibieza, procede a suprimir la oración ante el surgimiento de cualquier pretexto.

Asimismo, colocan a Dios y las cosas que tengan que ver con él, en un segundo plano vital. Y el hecho de cumplir con él lo practican solamente cuando no hay más nada que hacer.

De igual manera cuando se encuentran en la oración, cuando lo hacen, se nota una irreverencia y una falta de preparación. Siendo que se hace obvio y manifiesto, un aburrimiento total y una serie de voluntarias distracciones.

Asimismo, es advertido en quien padece de las enfermedades espirituales, la tibieza espiritual, una continua disipación. Así como también mucha ligereza de corazón y de los sentidos. Igual que mucho horror al hecho de entrar en la parte interna de sí mismo.

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Siendo que se coloca casi que, descartado por completo el tema del sacrificio, puesto que posee miedo a tener mortificación alguna. Así es que tiene su actuación, carente de una serie de actitudes, puesto que su actuación se manifiesta:

  • Sin reflexión
  • Por pasión
  • Por respetos humanos
  • Según el gusto
  • Prefiriendo la vanidad, sensualidad y amor propio
  • Desprecio por las atenciones delicadas que da la vida espiritual

Estar atentos pues puede ser pasajero

Sin embargo, todo esto se puede considerar como pasajero. Como si fuera momentáneo, y solamente fuera un periodo dedicado a la cesión y al abandono.

Siendo que en ese caso, no necesariamente se trate de tibieza espiritual, sino que más bien sea un periodo en cual haya caído la persona en la tentación. O inclusive en ciertos casos, con cierta mezcla en relación a los procesos de tipo patológicos y también que se debe al cansancio.

Cabe señalar que no se puede dictaminar de una manera muy rápida, el hecho de que la enfermedad sea precisamente la tibieza, debido a que pudiera tratarse de algún estado anímico de la persona.

Teniendo en cuenta que, en cuanto a las enfermedades espirituales, el ambiente relacionado con la tibieza viene dado mediante un estado crónico vital. El mismo resulta ser habitual, y que es aceptado de una manera frecuente lo que es el pecado venial de una manera deliberada.

Por lo tanto, se considera como tibio, aquella persona la cual se encuentra asustada por algún tipo de dificultad que padece, cuando se encuentra rumbo al camino de la virtud, y que va cediendo a las tentaciones. Siendo el caso que luego de haber pasado por el fervor primero en cuanto al espíritu, de manera deliberada hace la determinación de entonces pasar a vivir una vida que sea cómoda. Y que se encuentre libre de cualquier tipo de molestias.

Vivir de apariencias externas en las enfermedades espirituales

Así como también estar contento con aquellas apariencias que son exteriores. Y que sienta horror, a todo progreso que se encuentre relacionado con las virtudes. O tal vez, con lo que puede ser un compromiso en relación a la conciencia.

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Siendo que logra tranquilizarla, mediante el argumento de que no está cometiendo faltas que resulten ser menores.

Inclusive no se considera como raro el hecho, de que sea completado este cuadro, con un sentimiento donde surja una cierta paz aparente del alma. Siendo esto debido a que no logra sentir una gran cantidad de tentaciones y agitaciones.

Luego entonces, el mal espíritu va a favorecer dicho estado, propio de las enfermedades espirituales, así como también va a procurar que su modo de vivir le produzca satisfacción. Esto con la finalidad de que se sienta hinchado y soberbio. Y que además tenga la creencia de que él está muy entendido, en cuanto a la sensatez correspondiente a la virtud.

Así pues, va a llegar al convencimiento de que todo va bien, y de que no requiere realizar ningún otro esfuerzo. Siendo así como procede a condenar al resto con toda la libertad. Sin percatarse que está padeciendo de enfermedades espirituales.

Es así como entonces, ha de crecer el fastidio de todo aquello que es espiritual. Y también de todos los medios correspondientes al progreso espiritual que es auténtico, y el cual va a caer hasta llegar al precipicio, sin que se pueda tan siquiera percatarse.

La Naturaleza

En cuanto a las enfermedades espirituales, la denominada como tibieza espiritual, es relacionada de acuerdo a su naturaleza, con el vicio capital de la acedía. Siendo el mismo una fuente primaria de las tentaciones, tanto humanas como también diabólicas. Las mismas que se han tratado de una manera amplia, a través de una serie de grandes autores pertenecientes a la espiritualidad monástica.

Teniendo en cuenta que con frecuencia, procedían a identificarla con lo que se denomina como el “demonio meridiano”, según el salmo 90,6. El cual ataca a las horas fuertes que se tienen al mediodía.

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Sin embargo, en la tibieza, no solamente se presenta la acedía, como un momento o un periodo correspondiente a la tentación. Sino que presenta además sus variantes, al igual que sus consecuencias de tipo viciosas correspondientes a:

  • Oscuridad
  • Somnolencia
  • Inquietud
  • Vagabundez
  • Inestabilidad de mente y cuerpo
  • Verbosidad
  • Curiosidad

Así como también que se trata pues, de un estado de acedía con la estabilización correspondiente a esos mismos resultados, los cuales proceden a afectar al tenor correspondiente a la vida.

Se opone a la caridad

De igual manera, debido a su misma naturaleza entonces ejerce oposición a lo que es el fervor correspondiente a la caridad. Siendo que en efecto, la caridad, como tal tiene la tendencia a ser ferviente.

Así como a llevar hacia lo que la mejor actuación de las personas, igualmente que a activar todas sus virtudes. Lo mismo producido con una oposición bastante radical, en cuanto al pecado venial y también a todo aquello que le causa desagrado a Dios.

Entretanto de las enfermedades espirituales, la tibieza, hace la neutralización de lo relativo a la dinámica de la caridad. Siendo que la convierte en lánguida, sin que se produzca ningún tipo de actividad. Así como tampoco creando ninguna ilusión a fin de progresar en lo espiritual, sino que más bien se produce la resignación a ese estado de tibieza.

Al igual que procede a admitir de una forma fácil el pecado venial, sufriendo entonces de la pérdida del sentido correspondiente a la generosidad.

Génisis y medicina preventiva

Con frecuencia es posible que aparezca dentro de las enfermedades espirituales la tibieza, posteriormente a un periodo correspondiente al fervor, debido puede ser por la falta de constancia.

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Siendo que se complace en todo aquello, que ha gozado y vivido el individuo, y que luego entonces es a sí mismo a quien se lo atribuye. Por lo tanto, se estaciona en la sequedad, así como también teniendo la inclinación en relación al goce de los sentidos.

Y también llegando a contentarse en dicho nivel, entonces procede a dejarse dominar por lo que es una negligencia progresiva, sin que mire ya lo que corresponde a la ilimitada generosidad para entregar al Señor Dios.

Así es que al momento de romper, o al menos de hacer la amortiguación en cuanto al generoso impulso del amor, es cuando se hace el favorecimiento para que lentamente entre la tibieza espiritual. Debido a que cuando se pierde dicho impulso, se encuentra fuera del unísono con lo que es el dinamismo correspondiente a la caridad.

Por lo cual se hace necesario, que quien sea el director se deberá mantener bien atento a fin de que procure el discernimiento. En cuanto a si, se ha ido introduciendo alguna cantidad de negligencia, en relación al cumplimiento correspondiente a los deberes.

Inclusive en los cuales se considere que revisten una poca importancia. Asimismo, ha de vigilar con una atención muy amorosa, lo relativo a la fidelidad que se desarrolla en torno a los ejercicios espirituales.

No se debe dejar pasar ninguna omisión

Siendo que no debe dejar pasar, ningún tipo de omisiones que no sean por algún motivo específico. Y además que ya hayan sido reiteradas de su instrucción. De la misma forma como que tampoco, se manifieste en su cumplimiento una negligencia que sea real.

Así mismo se ha de tener muy presente, que lo relacionado a la fatiga tanto física como también moral, en relación a la monotonía, es posible que sea un factor que se añade como ingrediente, a una tibieza espiritual que se encuentre incipiente.

Por lo tanto, si es percatado por el director tempranamente, de que existe un proceso degenerativo hacia lo que es la tibieza, la cual es perteneciente a las enfermedades espirituales. Será de alto beneficio el hecho de que haga la instrucción del dirigido, de una forma prudente, más con la seriedad del caso, acerca de lo grave que resulta ser la tibieza.

Así como también, de lo difícil que resulta el hecho de poder salir de la misma. Procurando entonces a través de su asesoramiento, y de una forma eficaz la renovación con valor de lo que ha sido su diligencia espiritual. Y que no permita que pasen los fallos posibles ni las negligencias, sin que se repare de manera conveniente este hecho a través de una penitencia.

Siendo el caso que será, de una manera directamente opuesta a la tendencia tibia. Asimismo, resultará de una forma extremadamente eficaz, el hecho de que obtenga que el dirigido, realice la renovación diaria de lo que es su resolución correspondiente a la generosidad.

Remedios para curar la tibieza

En relación a las enfermedades espirituales, y al momento en el cual el director se enfrenta realmente, a una persona que se ha hundido francamente en la tibieza, es necesario que sea consciente de que esto se trata más bien de una muy seria enfermedad. La cual es posible que arruine, todas las posibilidades espirituales que posea el dirigido.

Siendo especialmente el hecho de que la curación será, una obra correspondiente a la gracia y a la misericordia de dios. Al cual deberá comenzar a invocar a través de una oración sincera y ferviente. Asimismo, deberá colaborar, en el tema de la caracterización de una amplia firmeza. La misma deberá estar acompañada con una unión y la inspiración de confianza.

Así es que el tratamiento, va a abarcar lo relacionado a una sugerencia de actitudes de tipo espiritual, antes de que se realice la aplicación de una serie de medios de tipo prácticos. Los mismos van a tener que estar precedidos y también acompañados por todas aquellas actitudes.

Actitudes espirituales

Será necesario que el director le haga la sugerencia muy prudentemente al tibio, pero con mucha firmeza en cuanto a lo grave de su situación de tipo espiritual. Siendo esto más necesario al momento en el cual, como ha sido indicado anteriormente, el tibio sienta que se encuentra en una paz aparente y con una actitud de autosatisfacción.

Teniendo en cuenta que es aquella, en la cual se encuentra apoyado inclusive con una actitud de cierta soberbia. Motivo por el cual se le deberá indicar que su estado resulta ser de suma preocupación. Y que lo atinente a su vida espiritual se encuentra paralizada.

De igual forma hay que hacerle la indicación, de que resulta de suma preocupación su estado, puesto que al tener entonces su vida espiritual paralizada se ha frutado lo relativo a su misión vital.

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Siendo el caso que, no deberá entonces resignarse a tal nivel de vida tan frustrante. Y que se encuentra en un estado de contraste, en cuanto a la dinámica de la caridad. Así como de la profesión relativa a su seguimiento personal de cristo. Y la cual es propia de cada cristiano en particular.

Luego entonces, en el caso de que estos argumentos que se hayan repetido. Y de una forma prudente sugeridos, no resultaren suficientes. Será entonces necesario que el director de una manera firme, proceda a realizarle la demostración en cuanto a los serios motivos de preocupación que son ofrecidos en su vida.

La actitud muestra signos alarmantes

Siendo el caso que su actitud, se encuentra presentando alarmantes signos los cuales se encuentran planteando una interrogante muy seria, en cuanto a su estado de gracia. Dado a que ya tiene una obligación como cristiano a tender hacia lo que es la perfección.

Luego entonces, se encuentran acumulados en él una cantidad de pecados severos, correspondientes a las enfermedades espirituales, tales como, entre otros:

  • Temeridad
  • Ignorancia
  • Ceguera
  • Error culpable

Y con los mismos, es capaz de pecar ante Dios de hecho, aun cuando no se encuentre cierto aquí y ahora de que se encuentra pecando. E inclusive que pudiera ser aún más culpable de lo que se pudiera imaginar.

Puesto que la ceguera real la cual lo encuentra aquejando, así como la dureza de su corazón ante lo que son los argumentos del amor, terminan siendo difícilmente compatibles con lo que se refiere a una vida de gracia, en lo referente a la caridad como hijo de Dios que es.

Sin embargo, debe mostrarse sumamente vigilante el director, con la finalidad de que no empuje a su dirigido, hasta un estado de desesperación o que caiga en el desaliento. Sino que más bien, lo abra hacia la confianza de que será curado.

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No caer en las profecías pesimistas

Así es que debe cuidarse el director, de que repitan aquellas profecías las cuales son tan pesimistas, y que resultan ser demasiadas veces proclamadas.

Siendo el caso que con frecuencia ha sido presentado, que lo relativo a la curación de la tibieza. La cual forma parte de las enfermedades espirituales, resulta prácticamente imposible. Teniendo en cuenta inclusive, que es considerada como un milagro verdadero el que esto suceda.

Motivo por el cual, este tipo de insistencia en relación a la dificultad tan insuperable de curarse, se ha convertido en motivo para que se hayan hundido en la ruina definitiva, no pocos que la padecían. Siendo no solamente el caso que el director lo haya repetido, sino también el hecho de haberlo persuadido.

Asimismo no debe olvidarse, que lo relacionado con la persuasión de tipo personal que se profundiza, resulta ser lo más comunicado durante el proceso de las entrevistas educacionales. Y asimismo nada puede hundir tanto a una persona, como el hecho de que sea persuadido de forma radicada.

Por parte de aquella persona quien le hace la indicación, de que no hay remedio para su caso. Siendo entonces probable que en ocasiones, se haya considerado como tibieza espiritual, aquello que pudiera ser que aún no lo era.

Teniendo como consecuencia, que haya terminado hundiendo a la persona, motivado a la persuasión de que resulta casi milagroso en cuanto a la curación.

Y lo que además, ha llevado hasta la ruina aquello que realmente no era de una real gravedad, en cuanto al estado de la persona. Sino que más bien se trataba de la manera incauta, en la cual hace su lucha contra la tibieza espiritual y su forma de superarla.

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No debe utilizarse dicha condena

Por lo tanto, dicho argumento en cuanto a la condena de tipo virtual, si no se da el caso de un milagro, no deberá utilizarse nunca en lo que se refiere a la dirección de una persona que padezca de las enfermedades espirituales, de tibieza espiritual.

Siendo que más bien contrariamente, sea persuadido el director de que dicha enfermedad si puede remediarse y curarse. Por lo cual ha de comunicarle al dirigido mucha confianza en ese sentido. La cual le va a abrir hacia el esfuerzo que sea necesario, en cuanto a la colaboración de una manera lenta y también diligente.

Remedios prácticos

En relación a las enfermedades espirituales, lo que se refiere a los remedios para la acedía, se toman muy en cuenta a los especialistas clásicos de la espiritualidad. Los mismos hacían su insistencia, en lo que es el doble frente correspondiente a la actividad, y también a la oración.

Siendo el caso que dicho doble frente, también es utilizado tanto para la acedía como para la tibieza como el mejor remedio. Así como también ante todo, lo que se refiere a la oración. Y también la petición de manera constante, de lo que se refiere al remedio, que será de utilidad tanto para el dirigido, como también para el director.

Teniendo además en cuenta, que conjuntamente con la oración, y además con la colaboración, la cual se encuentra partiendo desde una actitud renovada desde la parte interna. Se pongan entonces los medios de tipo prácticos, aun cuando exista una resistencia en cuanto a la naturaleza, la cual se encuentra desganada.

Sin duda alguna que resulta una prioridad, el hecho de que se decida comenzar nuevamente una nueva vida. De hacer un renacimiento, teniendo de forma decidida el fin de tomar el camino correspondiente a la generosidad. Así como también el de fomentar el amor y también la caridad en el corazón.

Teniendo día a día un renovado propósito de hacer la entrega de todo a Dios. Y que se encuentra unido a lo que es el sacrificio de la eucaristía, de manera diaria.

Actitud de arrepentimiento en las enfermedades espirituales

Al igual que además, una actitud que corresponda al arrepentimiento en cuanto al estado en el cual se ha encontrado, por entrar a un estado de enfermedades espirituales. Haciendo de manera continua la renovación, por un dolor de contrición permanente, debido a los fallos que pudieran continuar sucediendo. Y los cuales tienen la decisión de no permitir que queden impunes.

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Asimismo se han de indicar trabajos, correspondientes a la fidelidad de la gracia. Y a la mortificación en cuanto a las pasiones, siendo esto mediante sacrificios, que han de ser voluntarios y discretos. Así como también oportunos en cuanto a la penitencia de tipo corporal.

De la misma manera que, se ha de mantener la fidelidad a todos aquellos ejercicios espirituales. Así como también a la práctica correspondiente tanto a la confesión, como también a la dirección espiritual. Haciendo igualmente un serio esfuerzo para llevar durante todos los días, una vida que sea ordenada.

Finalmente sería bastante oportuno, el hecho de que para comenzar con este ritmo nuevo de vida, y alejar las enfermedades espirituales, se pudiera ofrecer un retiro de ejercicios espirituales que sea bien serio. Siendo el caso que en ocasiones, el mismo Dios da sus sacudidas, por los caminos los cuales son escogidos por él mismo, tal como la somnolencia del alma tibia.

La Mediocridad Espiritual

En cuanto a las enfermedades espirituales, la mediocridad espiritual, se trata de un estado espiritual bien lamentable, el cual se encuentra generalizado mas profundamente, en un porcentaje bastante elevado entre aquellos que realizan una vida referida a la perfección evangélica.

Es de destacarse que la palabra “mediocridad”, se encuentra acuñada a fin de hacer la designación en relación al estado realizada por algunos autores. Siendo el caso que no es tomada en lo que se refiere a su sentido peyorativo correspondiente a lo que es:

  • Mediano
  • Pasable
  • Ordinario

Sino que más bien se trata en cuanto a lo que está opuesto a lo que es:

  • Notable
  • Considerable
  • Superior a la media

Por lo tanto, se trata pues de una de las enfermedades espirituales, que se encuentra basada en el sentido correspondiente a la carencia de una salud plena. Y que además particularmente merece la atención, en cuanto a una dirección de tipo espiritual, la cual sea estructurada.

Debido a que suele ocasionar daños bien graves, al momento de dejar en un nivel que sea medio, a aquellos quienes de acuerdo a los planes de Dios. Y en base al ritmo el cual habían empezado a llevar, se encontraban llamados a las excelsas cumbres de la transformación en Cristo.

Síntomas

En cuanto a los síntomas, los mismos resultan no ser incipientes, debido a que se suele tratar de personas, las cuales de forma relativamente larga, llevan una vida de tipo espiritual la cual es seria. Siendo que en la misma se han encargado de asimilar de una manera fundamental, lo que son los principios correspondientes a la vida cristiana. Y además hasta cierto punto, proceden a vivirlos.

Así es que no se trata pues, de un fenómeno que corresponda a los esfuerzos primeros de tipo espiritual. Puesto que contienen un carácter que representa un cierto retroceso.

Al igual que se encuentra empapado de un cierto cansancio, así como de una desilusión. Siendo que además también son tibios. Debido a que ni de una forma ordinaria, suele que tenga predominio en ellos lo que es:

  • Aridez
  • Aburrimiento
  • Desgano espiritual

Inclusive, sobre todo, no hacen la admisión de manera habitual de lo que es el pecado venial de forma deliberada.

De igual manera que viven lo que corresponde a la vida espiritual, pero se trata de que su vida se manifiesta de una manera algo superficial. Siendo tal como si fuera ficticia, presentándose como si fuera una falta de encarnación real.

Teniendo en cuenta que se hace una práctica renuncia a la santidad total. Aun cuando tal vez a través de la palabra continúe hablando de la misma. Asimismo, se suele unir con lo que es algún sentido de complacencia de tipo personal.

Se paraliza el progreso espiritual con las enfermedades espirituales

Siendo el mismo, como una forma de ejercer la persuasión de que se es sensato. Y bajo tal bandera, entonces procede a mantenerse paralizado en lo que es el progreso espiritual, en el transcurso de años enteros, por lo cual no es que no haga sus esfuerzos. Sino que más bien contrariamente, manifiesta momentos en los cuales se le presentan instantes de arranque en lo interior.

Para posteriormente cansarse y de nuevo volver a detenerse. Asimismo, en otros ejercicios de nuevo vuelve a comenzar, y nuevamente se va a cansar y de nuevo se para. Siendo el resultado el de que se tiene progreso en cuanto al modo de vida espiritual.

Así es que dicho esfuerzo es el relativo a que le sirve como una justificación. Y además promueve el favorecimiento, a lo que es su persuasión relativa a la sensatez. De igual manera resulta favorecida también, en lo que se refiere a que de manera ordinaria, la persona que ha caído en la mediocridad, se suele mantener con ciertas actitudes tanto de bondad, como también de piedad y una delicadeza en cuanto a su trato.

El mantenimiento y fomento de vicios en las enfermedades espirituales

Así es que, en cuanto a las enfermedades espirituales, aquella persona que cae en la mediocridad, suele mantener y fomentar de una manera positiva, todos aquellos notables vicios, tales como son:

  • Vanidad
  • Gula
  • Susceptibilidad
  • Curiosidad
  • Impresionabilidad

Siendo el caso que sus esfuerzos en relación a todo esto, no son nulos tampoco, pero sin duda que proceden a reducirse, a mantenerse sin cometer pecado. Siendo que se encuentran frenando, todas aquellas tendencias al momento en el cual llegan al deliberado pecado.

Así mismo, en muchas ocasiones se encargan de fomentar en cambio, de una forma positiva, hasta dicho límite con una serie de motivaciones, así como también de motivaciones, las cuales de una forma aparente parecen sensatas. Así como también espirituales y apostólicas.

Es así como la luz espiritual de esta forma comienza a apagarse. Y la víctima en ningún momento puede ver el hecho, de que no tiene algún sentido lo que es la renuncia, de aquello que no sea pecado. Puesto que su postura de tipo vital, se convierte en la de pasarlo de la mejor forma posible, con tal de que no cometa pecado.

Por lo tanto, cuando se llega este momento, resulta inútil el trabajo de que se quiera convencer acerca de la exigencia de renunciar de una manera voluntaria ulterior, puesto que de forma real en ningún momento puede entenderlo.

Siendo el caso que más bien, procede a sentirse libre de cualquier tipo de opresión y de estrechamientos, los cuales sean precedentes. Y hasta mira con una compasión cierta, a todos aquellos que renuncian aún a todos esos lícitos goces.

Naturaleza

Se suele señalar de una manera como constitutivo, y de forma consiguiente como un criterio el cual es de tipo distintivo, donde se encuentran entrelazados de una manera estrecha lo que es un doble elemento. El cual se trata de la incomprensión en cuanto a la abnegación evangélica, y lo relativo a la debilitación correspondiente a la vida interior.

Siendo el caso que la persona que es mediocre, quien padece de una de las enfermedades espirituales, no suele comprender entonces lo que corresponde a toda su exigencia, respecto a la renuncia de tipo evangélica, ni tampoco realiza ningún esfuerzo por poder adquirirla.

Luego entonces, contrastando con las personas que son adelantadas y además fervorosas. Y que también tienen el entendimiento de una manera profunda de dichas exigencias. Así como también, que tratan de vivir de una forma consecuente, lo relativo a la renuncia que fuera enseñada por el Señor Jesús, en el evangelio.

Es posible que se pueda tratar de una manera teórica y también abstracta, Siendo el caso que no es asumida de una forma personal y vital. O por lo menos no se le da valor, ni tampoco energía y constancia, a fin de que se conforme de una manera seria su vida, de acuerdo a sus criterios.

Por lo tanto, así proceden a cerrar el paso a lo que es la dilatación en cuanto a la calidad. Lo cual procede a contradecir al amor propio, el cual es egoísta. Por lo cual solamente van a entender la manera como la renuncia evangélica, hace su renuncia a todo aquello que se considera como malo.

La no comprensión en las enfermedades espirituales

Así es que entonces, al padecer de las enfermedades espirituales, no van a entender el hecho de que se pueda ejercer la renuncia, o de que Dios sea capaz de pedir el sacrificio en cuanto a lo que es bueno, con la finalidad de encontrar entonces otro bien que sea superior.

Sin duda alguna que estas personas, tienen algún tipo de vida interior. Sin embargo, dicha vida procede a tener algo que es superficial, puesto que le hace falta lo que es la totalidad, en cuanto a su penetración respecto a la visión. Y también a los principios sobrenaturales. Así como también a las enfermedades espirituales.

De igual manera, tampoco han logrado entender lo que se refiere al primado de la vida que es interior, en cuanto a su santidad y también en su apostolado. Siendo que quizá sea que teóricamente lo admiten, pero que no proceden a empaparse con esta convicción en lo que es la vida real.

Puesto que quizá sea admitido de una manera teórica. Sin embargo, no empapan lo que es la vida real con dicha convicción. Siendo que entonces consecuentemente para todas estas personas, lo relativo a los pensamientos.

Y también a las afecciones de fe, relativo todo esto a las enfermedades espirituales, no se encuentran con suficiente mordiente, a fin de que se puedan llevar adelante, con todo el necesario vigor, con la finalidad de que superen su mediocridad honesta.

Génesis

En cuanto a las enfermedades espirituales, lo relativo a la entrada en el espíritu, de lo relacionado al estado de mediocridad, es un descenso lento hacia dicho estado. Y que además puede penetrar por una serie de distintas formas.

Es el caso que es enseñado por la experiencia, que en cualquier tipo de forma de vida, es posible que se introduzca dicha pérdida de vigor, mediante las enfermedades espirituales. O también lo relativo a la generosidad de tipo espiritual a través de caminos, que en muchas ocasiones resultan ser opuestos entre ellos mismos.

Por lo tanto, es que el director espiritual, se debe encontrar preparado y atento, a lo que son los primeros pasos. Siendo que brinde entonces su ayuda a quien es el dirigido, a que mantenga de una forma íntegra lo que se refiere a la total oblación en cuanto a su voluntad.

Luego entonces, en aquellas personas que son activas, es posible que se encuentra en la raíz lo relativo al agobio de trabajo. Así como también de las ocupaciones exteriores, y aún en lo relacionado con el servicio a Dios.

Y que sean inicialmente tomados por obediencia. Asimismo, lo referente a las necesidades. Al igual que también el quehacer de las almas procede a ahogarse. Y de una manera muy poco a poco se va debilitando la vida interior.

Invasión de puntos de vista humanos en las enfermedades espirituales

Siendo el caso que procede a dejarse invadir, por una cantidad de puntos de vista que son humanos, y luego entonces de una forma lenta va perdiendo la inteligencia, en cuanto a los medios sobrenaturales. Teniendo en cuenta que aun cuando no pierde la fe, si procede a cesar lo relativo a su avance espiritual.

Siendo el caso que en las personas que son contemplativas, lo que se refiere al peligro, en cuanto a las enfermedades espirituales, se encontrará en dejarse llevar por lo que es una aplicación de tipo superficial, en cuanto a las cosas de Dios. Sin que se encuentre una profundidad verdadera, ni tampoco vigor alguno.

Por lo cual, luego de que son superados los defectos que resulten más notables, y los cuales podrían deparar algún tipo de sorpresas serias en su vida. Ahora se van a mantener en una especie de cierto equilibrio interior, sin que se produzcan progresos que sean reales, ni tampoco una verdadera abnegación.

Siendo el caso que, en una gran cantidad de casos es posible que se presente una especie de cansancio de tipo general, el cual se produce en base a la monotonía correspondiente a la vida espiritual.

Debido a que son tantos los renovados esfuerzos, que no han mostrado un aparente éxito, que llevan a que se considera a la mediocridad como algo que es inevitable prácticamente. Y lo que fueron los deseos de santidad en cualquier otro tiempo, procede a considerarse como si fueran puras irreales ilusiones.

Se acrecienta el cansancio en las enfermedades espirituales

En cuanto a este cansancio el cual es desalentado. Se va a ir acrecentado a medida que sea más el ímpetu, y la impaciencia con que fue lanzado antes, hacia lo que es la santidad que está apoyada en sus propias fuerzas.

Siendo el caso que, en aquellas disposiciones se encontraba entonces una mezcla de lo que es el amor propio inconsciente. Luego entonces, ahora es cuando viene la práctica renuncia, de todos aquellos sueños correspondientes a la santidad. Y llega al fin la estabilización en cuanto a lo que es la mediocridad.

Así es que, también en otros casos es mediante el camino contrario que se llega a caer en la mediocridad. Siendo que se encuentran persuadidas de que todo resulta ser la obra de Dios. Y de que se debe seguir siempre lo que es la gracia de Dios.

Es así como además de que la condición es fundamental en cuanto a la santidad, se trata del abandono total en las manos de Dios. Siendo el caso que se encuentra tanta exageración en estas disposiciones, que se proceden a eliminar todos aquellos esfuerzos en cuanto a la colaboración de que Dios, necesita entonces del hombre a fin de culminar la realización de sus planes.

Por lo tanto, el resultado que se obtendrá será de una persona la cual ha de ser buena, así como también piadosa y además amante de Dios. Pero que en cuanto a la abnegación y también la unión, han de quedar en la superficie.

Siendo esto sin vigor y también sin profundidad. Así como también en muchos defectos que resultan ser tan íntimos, que inclusive ni siquiera el mismo interesado lo sospecha apenas.

Remedios

En relación a la superación, que corresponde al estado de las enfermedades espirituales tal como lo es la mediocridad, resulta ser de una forma particular obra de la gracia, la cual suele mostrar sus patentes en algunas reanimaciones espirituales.

Siendo que en algunos casos, se hace presente mediante la forma de un irresistible impulso interior. El cual no permite que el individuo permanezca en paz, hasta que termine rindiéndose.

Por lo cual, dicho impulso se manifiesta de una manera repentina en ocasiones. Pero en otras se va preparando por impulsos, los cuales son tanto parciales como progresivos.

De igual manera, se suele manifestar dicha acción procedente de Dios, con el acompañamiento de circunstancias que son externas y providenciales, y que además sean de un signo que es humanamente negativo. Tal como pueden ser:

  • Enfermedades
  • Separaciones dolorosas
  • Humillaciones fuertes que le sacuden

Así como también pueden ser mediante algún tipo de situación que provenga del éxito de tipo apostólico que sea inesperado. O también de cierto signo que sea relacionado con el contacto que se tenga, en cuanto a una obra de Dios, considerada como extraordinaria.

Así como también puede ser, debido al contacto con alguna persona que se encuentre de manera especial, poseída por el Espíritu del Señor.

La gracia medicinal un don puro de Dios

Luego entonces dicha gracia medicinal, en cuanto a las enfermedades espirituales que corresponde a la mediocridad, resulta de manera evidente, un don puro de Dios. Así como también pudiera tratarse, de un objeto de petición.

Siendo que en cualquier caso, deberá el director, tener la conciencia en cuanto a la necesidad de la gracia, en cualquiera de las formas que se haga presente. Y que además sea él, o también sea el dirigido, deben realizar la insistencia en cuanto a la petición correspondiente a la curación.

Es el caso que, conjuntamente con la petición se hace necesario el hecho de brindarle ayuda a quien es el dirigido, haciendo la preparación en cuanto sea posible del corazón, para lo que se refiere a la acción de la gracia. Siendo el caso que dicha preparación debe ser cuidada por la dirección, suscitando en todo momento lo que son los deseos de fervor.

Así como también, haciendo la creación de una especie de nostalgia en cuanto al estado de generosidad de tipo ilimitada, la cual se encuentre llena de confianza. Que no posea amargura ni tampoco desaliento, al momento en el cual se manifieste el ánimo. Y también lo relativo a la confianza de curación, ha de ser importante en este estadio.

Todo esto con el fin de suscitar todos esos deseos. Así como también la nostalgia correspondiente al fervor, al cual ha de recurrir el director en relación a las ideas. Al igual que también a los sentimientos, los cuales ejercen la fuerza de acción por sobre las almas que padecen enfermedades espirituales, en este caso la mediocridad.

No se trata de un alma tibia

Así es que es cierto que son muchos los elevados motivos que no le van a hacer mella. Pero sin embargo, no se trata de un alma tibia. Siendo el caso que se encontrarán algunos cuantos que la van a mover. Tal como puede ser tal vez el servicio del bien de las almas. O tal vez las dificultades que se hallan en el ministerio.

Y las cuales colocan de manifiesto, lo relativo a la insuficiencia en cuanto a los medios que son humanos, o también a la responsabilidad acerca de las gracias que son recibidas desde Dios. Por lo cual dicha idea – fuerza va a procurar que se empape en lo que es el espíritu de:

  • Fe
  • Confianza
  • Amor generoso

Luego entonces, al mismo tiempo, se hace necesario el hecho de que se susciten esos deseos, siendo el caso de que se promueva la cooperación de forma activa, en cuanto a la persona mediocre.

Por lo que entonces, se vayan dando los pasos en cuanto a su voluntad, haciendo provecho de las pequeñas ocasiones. Aunque todavía no llegue la disposición total, a lo que es la abnegación evangélica.

En la vida interior se encuentra el recogimiento

Por lo tanto, habrán de ser aquellas aceleraciones pequeñas, así como también los esbozos correspondientes a las disposiciones más altas. Teniendo en cuenta que dichos esbozos se deben cuidar, tanto en lo relativo al campo de la abnegación, con lo que serían los esfuerzos pequeños, bien sean parciales y de forma repetida.

Como también el campo de la vida interior, en aquello que se refiere al recogimiento. Siendo que va a procurar momentos que sean de mayor intensidad.

Y que van a actuar en la vinculación de una serie de ocupaciones, que resultan ser muy absorbentes y con una visión la cual, resulta ser sobrenatural y mucho más intensa. De igual manera, que se la ha de llevar a lo que sería ejercitar un cierto control, aun cuando se manifieste de una forma parcial y esporádica.

Siendo que también la impresionabilidad, igual que la actividad desbordante se debe procurar dominarla y hacerse dueño de forma consciente de ella. Por lo tanto, al actuar en el transcurrir de los meses y con los esbozos pequeños de este esfuerzo, se podrá hacer el cultivo de una preparación a fin de que sea recibida la impulsiva gracia de Dios.

Provocación de circunstancias externas favorables

Asimismo, es posible que en ciertos casos, de igual manera se puedan ayudar en la provocación de las circunstancias externas favorables, en cuanto a una reactivación de tipo espiritual. Siendo el caso que así es factible que aquellos momentos oportunos, puedan ser los correspondientes a lejanas misiones que sean aceptadas o también sean pedidas.

Al igual que renunciar a algún puesto el cual sea amado, tal vez amado demasiado. Puede también ser una renuncia la cual sea impuesta bajo algún tipo de presión por parte de los superiores. Siendo eso lo que desgarre el alma, y rompa con el equilibrio espiritual en el cual se encontraba acuñada.

Luego entonces si es evitada en este caso la rebelión. Así como también el desaliento, entonces podrá ser la ocasión en la cual se logre el hecho al fin de encenderse en gran fervor. Y eliminar a una de las enfermedades espirituales como es la mediocridad.

Por lo tanto no debe el director, en cuanto a las enfermedades espirituales, perder en ningún momento sus ánimos. Siendo que ha de trabajar de una forma incansable, en lo relativo a la ayuda de las personas afectadas.

Lo que ha de ser de una manera consciente de que, en el caso de que consiga la ansiada reactivación del fervor. Entonces su servicio prestado será muy grande a la iglesia con relación a la cooperación de la obra redentora.

En muchas ocasiones no son perceptible los efectos

Sin embargo, ha de tener en cuenta que al tiempo presente, y con la finalidad de no caer en el desánimo. En muchas ocasiones los efectos correspondientes a la gracia, son realizados de una manera imperceptible. Siendo que llegan a ser maduros sin que se hayan dado ni cuenta ninguno de los involucrados.

Así es que de repente, se comienza a notar que la persona afectada de alguna de las enfermedades espirituales, ha logrado madurar. Luego de una serie de meses y de años en los cuales parecía que no se había dado ningún progreso. Así es que también se advierte, que existe un no sé qué de gran plenitud en el dirigido. Y que de manera cierta la perfección no es plena. Pero que se puede mirar de forma transparente un trabajo, el cual es real al igual que maduro de la gracia divina.

Enfermedades espirituales de base fisiológica

Lo relativo a una función orgánica adecuada, es decir la salud corporal, así como también, una buena función de tipo psicológica, lo cual implica el equilibrio psíquico, proceden a entrar en lo relativo a la constitución de una sana vida espiritual. Es por tal razón que esto no se le puede descuidar al director.

Así es que, en este caso, lo relativo a la dirección espiritual, y lo concerniente también a las enfermedades espirituales, tiene implícito lo relativo a una proporcionada higiene. Al igual que la utilización de una serie de remedios. Y también de consejos de tipo “caseros”, haciendo la vigilancia, así como también la prevención.

Luego entonces, así como en la familia, en los casos de alguna importancia, se busca a un médico o un especialista. De la misma forma el director, además de su labor de vigilancia y del otorgamiento de consejo familiar, en el caso de que pueda darlo.

Sobre todo, en cuanto a las enfermedades espirituales, va a sugerir a quien dirige. En ciertos casos en los cuales recurre con el especialista, al momento de que sea tratada de alguna enfermedad que sea seria.

Siendo el caso que, en cuanto a las enfermedades espirituales, cuando se transita por ciertos momentos espirituales donde se presenta conflictividad y resultan ser enfermizos, presentando una serie de síntomas tales como:

  • Depresión
  • Irascibilidad
  • Insoportación
  • Apatía espiritual

Es posible que su origen sea, debido a ciertas perturbaciones de tipo orgánicas. Bien sean de tipo transitorias, o que también sean de carácter estable, debido su base temperamental o también crónica.

Debe captar bien el director espiritual

Se hace necesario que el director espiritual, sea capaz de captarlo a fin de que no atribuya a lo que es el nivel espiritual, o a enfermedades espirituales, lo que se refiere a aquello que tiene más bien su origen, en algo que resulta ser de tipo orgánico.

Luego entonces se considera como de tipo orgánico temperamental, y que contenga su componente orgánico, a todos aquellos estados de tipo ansiosos que se manifiestan de forma permanente y son generalizados.

Y el caso de los transitorios son aquellos estados espirituales, que son conexos con algunas crisis de enfermedades consideradas como orgánicas. O también de algunos periodos críticos correspondientes al desarrollo fisiológico.

Por lo tanto, en estos casos, y cuando se presentan las enfermedades espirituales, el director deberá saber mantener un equilibrio. Siendo el caso que tampoco resulta conveniente, hacer el abandono a todo aquel esfuerzo de tipo espiritual y ascético. Haciendo una recomendación de solamente mantener el cuidado médico, ni tampoco al revés.

Puesto que estas personas, han de necesitar de una manera fundamental, lo relativo a un tratamiento que sea orgánico médico. Sin embargo, el mismo debe ser acompañado por una postura de aceptación, así como también de oración.

Sin caer en la resignación

Pero sin que se caiga en un plano de resignación, o en una irresponsabilidad total, mientras que se va cuidando lo relativo a su restablecimiento. Siendo el caso que más bien el director, tendrá la misión de darle tranquilidad en muchas ocasiones al espíritu de dichas personas.

Los cuales tienen la condición de creer de una manera fácil, en lo que es la flojedad de su espíritu, el hecho de lograr el cuidado de su cuerpo. O que se trata de una cesión a lo que son las tentaciones correspondientes, a la comodidad en la cual no se pueda seguir una vida la cual sea exigente. A pesar de que se produzcan las debilidades de tipo corporal.

Enfermedades espirituales de implicación psicológica.

Es de señalarse que el cristiano, tiene que encontrar lo relacionado con su integración perfecta, solamente en Cristo. Siendo que la misma debe abarcar, no solamente lo que es la inteligencia ni tampoco la voluntad.

Sino que también lo correspondiente a la efectividad, y también a la misma sensibilidad. Siendo pues el trabajo de maduración en el cual debe tomar parte todo hombre.

De forma ideal, lo relativo a la primera dirección de tipo espiritual, y la cual es madurativa, debería ser impartida desde el seno del hogar, a través de los padres de familia. Si los mismos se encontraran a la altura de lo que es la misión eclesial que poseen. Siendo el caso que “lo que se aprende de niño se identifica y crece con el mismo espíritu y se le adhiere totalmente”.

Sin embargo, por desgracia, son muchas las veces que esto no ocurre así. Y, en muchas ocasiones, el trabajo del director, se debe dedicar entonces, a lo que se puede llamar como una reeducación.

Siendo que la misma es exigida, por la presencia de los estados conflictivos que presenta el dirigido, y los cuales le están afectando. Lo cual hace que se le obstaculice el proceso recto de la vida espiritual, teniendo estados entonces, donde se presentan síntomas de enfermedades espirituales, tales como:

  • Ansiedades
  • Angustias
  • Escrúpulos

Obstáculos de tipo afectivos

Asimismo, es capaz que sean obstáculos de tipo afectivos, los cuales hacen el condicionamiento. Así como también proceden a parcializar o a deformar lo que es en la vida la visión cristiana. Esto se debe a que los padres no han sido capaces de hacer la transmisión, de lo que es el conjunto que sea equilibrado del mensaje de tipo evangélico, y que haya sido serenamente vivido.

Teniendo en cuenta que inclusive, ellos mismos pudieran haber sido víctimas de algún tipo de desequilibrio, el cual ha tenido repercusión en la educación. O también que haya tenido ciertas experiencias de tipo traumáticas, las que se hayan encargado de producir la inhibición en cuanto a la afectividad.

De igual manera pudiera tratarse de que existan inclusive una serie de obstáculos que sean afectivos y temperamentales, los que procedan a interferir en lo relativo a la formación y que continuamente hacen acto de presencia en la misma.

Finalmente

Se tiene entonces que las enfermedades espirituales se tratan pues de una serie de problemas que son comunes, y los cuales desgastan lo que es nuestro ánimo. Así como también dañan nuestra fe y hacen la destrucción de la comunión nuestra con la iglesia.

Por lo tanto, son enfermedades las cuales son dadas en el espíritu, y las que es necesario tratar a fin de que sean curadas, con la finalidad de que se logre vivir como los hijos verdaderos de Dios que somos todos. Ahora bien, dentro de las que también forman parte como enfermedades espirituales, que se pueden observar más comúnmente en la actualidad, se encuentran:

  • Sentirse indispensable
  • La excesiva actividad o falta de tiempo
  • El corazón endurecido
  • La pérdida de la propia historia
  • La selección de grupos selectos
  • El no buscar a Dios como guía
  • El Amar solo cuando hay beneficios
  • La división entre la vida y la fe
  • La acumulación de dinero y de bienes, ambición desmedida

Los pecados capitales son también parte de las enfermedades espirituales, puesto que nos enferman nuestra alma. Y son además generadores de otros vicios. Es bueno recordar cuales son, a fin de evitar caer en este tipo de enfermedades espirituales, que son altamente perjudiciales para nuestro encuentro con el Dios Creador.

Para quienes andan en la búsqueda de cultivar el espíritu, y que desean aprender más acerca de estos temas espirituales, así como también de interés general. Les invito a cultivarse, visitando:

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