Acta de los Mártires, ¿la conoce? , ¿Sabes de qué trata? , si su respuesta es No entonces se encuentra en el artículo indicado para conocer qué es el Acta de los Mártires, cual es su importancia, como se encuentran clasificadas y más, aquí.
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¿Qué es el Acta de los Mártires?
El Las Actas de los mártires son los documentos que reseña el proceso y muerte de los mártires, podemos con este inicio inferir que se trata de todos los escritos y manuscritos que fueron elaborados como prueba de la experiencia vivida por los apóstoles, esas personas que estuvieron de cerca aprendiendo y compartiendo la vida de Jesús, en su paso por la tierra, sin embargo, es mucho más se trata de los documentos que validan el cristianismo .
¿Por qué se les llama Acta de los Mártires en lugar de Acta de los Apóstoles? , se debe que para la época en la lengua Griega “martyr” significa testigo, siendo los apóstoles los principales testigos de la vida de Jesús, se les llamaba “martyr”.
Con base en su historia y en la evidente y comprobada persecución que se realizó sobre los cristianos y además la persistencia a pesar de poner en riesgo su vida, por llevar la palabra de Dios a todos los rincones, la palabra martyr fue derivando su significado para referirse a las personas que eran capaces de dar testimonio con su sangre y hoy en día la palabra mártir se utiliza para referirse a cualquier persona que es capaz de entregar su vida por mantener sus ideales.
Como podemos entonces también suponer se habla del Acta de los Mártires, pero este documento está conformado por todos aquellos escritos que nos permiten conocer sobre el resultado de la vida y obra de estas personas que tuvieron el honor de compartir parte de su vida con nuestro hoy Padre Jesucristo, cuentan sobre aquellos que evangelizaban y creían en su palabra y que no necesariamente formaban parte del grupo de los apósteles.
Las Actas de los Mártires son todos los escritos que se realizaron en los procesos oficiales, que eran elaborados por los notarios de la corte de la época, en los que eran enjuiciados los mártires cristianos. Pero aun, conociendo su destino ¿por qué estas personas eran capaces de entregar su vida por llevar la palabra de Dios?, porque en principio fue una solicitud realizada por Jesucristo para que se realizaran la escrituras y fuera evangelizada y se encuentra en Hechos capitulo del versículo 1 al 8.
Este escrito lo dice con toda claridad, ustedes pueden leerlo en la biblia de su preferencia, nosotros realizaremos un parafraseo de lo que allí se dice: “1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; 3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo y les habló acerca del reino de Dios.
4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, debían esperar la promesa del Padre, la cual, habían oído de él. 5 Porque Juan bautizó con agua y ellos serían bautizados con el Espíritu Santo. 6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?. 7 Y les dijo: No, les corresponde a ustedes saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Como podemos reconocer en los escritos de Hechos el Señor Jesucristo, les encomendó la evangelización de la palabra de Dios, la cual sería divina porque ellos estarían guiados por el Espíritu Santo. A pesar de los temores en el cumplimiento de lo solicitado, porque conocían en parte el destino, debían afrontar los tiempos y las sazones que el Padre les había entregado.
Con base en lo anteriormente señalado podemos entonces definir a el Acta de los Mártires como todo aquel documento que narra el juicio y muerte de los mártires. Existen varias ediciones de los documentos y se reconoce como una de las de mejor calidad la editada por los bolandistas.
Los bolandistas son un grupo de estudiosos eclesiásticos, que se han dedicado a editar las Actas, generando una colección que inicia en los primeros años del siglo diecisiete y se mantienen hasta nuestros días. Se les conoce como bolandistas, porque fueron los colaboradores y sucesores de Bolland, quien edito el primer volumen. Las obras generadas por este grupo de estudiosos son Acta Sanctorum, Bibliotheca hagiographica latina, Bibliotheca hagiographica graeca y Bibliotheca hagiographica orientalis.
Origen del Acta de los Mártires
Como hemos indicado anteriormente el Acta de los Mártires son todos los documentos que fueron escritos durante los juicios realizados a los cristianos, eran las actas oficiales que se originaba durante los procesos que enjuiciaban a los cristianos y terminaban condenándolos. Estos documentos eran escritos por los notarios de la cancillería del tribunal y eran conservados en los archivos.
La cancillería del tribunal estaba también relacionada con el tribunal del procónsul, por lo que también estas actas eran conocidas como Acta proconsularia. Existen en función de su origen y escrito una clasificación de los tipos de actas que se generaban, unas permiten reconocer el carácter hagiográfico en ellas, es decir, se relata la biografía de un santo, mientras que otros documentos se refieren a las pasiones en los cuales incluso se puede reconocer un texto que puede llegar a ser edificante.
Otras actas incluyen narrativas que son ajenas al verdadero proceso, sin embargo, nutren de información y robustecen la historia. Debemos tener presente que “passio” es una palabra en latín, que deriva de la palabra griega “pati” que se traduce como sufrimiento, se realiza esta aclaratoria, para que puedan entender el verdadero contexto de las “actas passio” y también cuando nos referimos a las pasiones. De la clasificación de las actas comentaremos más adelante.
Ya conocemos de donde surgen las Actas de los Mártires, sin embargo, es oportuno señalar que la cantidad de actas no corresponden ni por cerca a la cantidad de procesos y mártires, mucha de esta documentación fue incluso intencionalmente destruida, la poca cantidad de actas existentes, puede fundamentarse en la orden dada por Diocleciano en el año 303, en la que mandó a destruir los libros sagrados existentes en las iglesias, por lo que se supone que las actas también fueron destruidas.
No se tienen evidencias que luego de ello, las iglesias se hayan dado a la tarea de tratar de restaurar el patrimonio de los textos hagiográficos destruidos. Luego a ello se debe añadir todos los sucesos posteriores, entre los que podemos señalar las invasiones germánicas de Occidente durante los siglos V y VI, que también deben haber contribuido con la pérdida de los escritos.
Clasificación
Si bien las actas de los mártires no son un número que se concilie con la cantidad de procesos realizados, hay una cantidad importante de textos hagiográficos, en los que la diversidad de procesos que dieron su origen confieren una variedad en los documentos, así como también cierto valor que hace necesario realizar una clasificación de los mismos.
En principio se utilizó para la clasificación de la actas de los mártires, el fundamento de la autenticidad de que el proceso descrito correspondiera a un verdadero mártir, no obstante, este fundamento no fue para nada útil, ni aportaba valor referencial a las actas de los mártires. Luego se realizó una clasificación fundamentada en las características del objeto del relato, por lo que surge una división de las actas en las que se reconocen las Acta Passiones, Translationes, Miracula, entre otras.
Sin embargo esta división no responde de manera contundente las exigencias de la clasificación, debido a que las mismas no muestran el valor real del documento. Por lo que con estos intentos de clasificación si se quiere fallidos, surge la propuesta de Hippolyte Delehaye, un bolandista de origen belga, muy reconocido por su trabajo y sus aporte al estudio hagiográfico, quien sugiere que la clasificación se fundamente en el grado de sinceridad e historicidad que ofrece el documento.
Con base entonces en este criterio de clasificación surgen seis grupos de textos, los cuales luego de un análisis pudo ser reducido a tres grupos. El trabajo realizado por cualquiera de los investigadores de la antigüedad se fundamenta en los documentos que tienen a su mano, de los cuales debe realizar la selección de aquellos que se pueden considerar válidos.
Las actas de los mártires cristianos, pasaron por una serie de estudios minuciosos para poder llegar a la clasificación que se maneja actualmente. Una de las últimas revisiones realizadas sobre el material disponible fundamentó la selección primero en tipos de actas que hay y la clasificación realizada desde el punto de vista de su valor histórico, luego en qué versión es aceptada por la mayoría y por último si del documento realmente debe ser tomado en consideración todo su contenido o solo parte de él.
Esta fue una manera en la que con base en esos fundamentos se seleccionaron una serie de documentos que son ampliamente recomendados, para poder trabajar sobre la historia de los mártires cristianos de época romana.
Las actas de los mártires contienen el testimonio de una o más audiencias procesales, también se encuentra información de los arrestos, detenciones y ejecución de los cristianos ante un magistrado romano en la época de las persecuciones. Con base en la información y fundamentos señalados las actas de los mártires se clasifican en:
Primer grupo, está conformado por las copias fidedignas de los escritos que se levantaron durante los procesos judiciales realizados a los cristianos, en este grupo también se incluyen las Actas de Roma año 165 resaltando las de San Justino y sus compañeros, también las actas de Numidia año 180 y las de Cartago año 258. Se puede destacar la calidad de información de la Actas proconsulares de San Cipriano en las que se narra el juicio, la condena, un segundo juicio y la ejecución.
Segundo grupo se encuentran los escritos que comúnmente llevan como título Passio. Este grupo se caracteriza por estar formado por los relatos de testigos presenciales o de personas del contemporáneo. Podemos resaltar las actas de los mártires en Esmirna del año 156, la de los mártires y procesos de Lyon en los años 177 y 178. Se encuentran en este grupo las actas de las Santas Perpetua y Felicidad en Cartago 202, las actas de Pergamo, Asia en los años 161 y 169. Por su puesto las de Roma en los años 180 y 185.
Tercer grupo se constituye por lo escritos reconocidos como leyendas, las cuales son escritos edificantes de los mártires. De este grupo de documentos hay algunos que se pueden considerar auténticos, porque se tienen de ellos datos en otras actas que coinciden con la historia relatada, otros las actas que pueden respaldar el escrito se perdieron en algún momento de la historia.
Otros de estos escritos carecen de valor histórico, sin embargo, no tenemos pruebas para decir que los mártires a quienes aluden estos escritos no hayan existido. También se entrega a los escritos de las leyendas el beneficio de la duda, ya que ¿por qué no asumir que hay una verdad que dio origen a la misma?. Estos escritos son muy útiles porque permiten conocer sobre la piedad popular de la época en que se escribieron y del arte religioso posterior.
Indistintamente de la clasificación de las Actas de los Mártires su importancia radica en que estos documentos, ilustran de manera fehaciente el valor de los testimonios con base en los martirios recibidos, como una muestra de fe y amor a Cristo, de todos esos hombres y mujeres que entregaron la vida y resistieron humillaciones, vejaciones y torturas, mientras esperaban su muerte. Sin embargo, nada los hizo claudicar en su fe.
Estructura Literaria
Los estudiosos de las acta de los mártires han logrado identificar en los documentos de los cuales se derivan, que existe un estilo narrativo desde una visión literaria que permite reconocer en los documentos identificados, que constituyen las actas de los mártires caracteres comunes, la explicación de ello es fundamentada en que los mismos proceden de una literatura hagiográfica. Se infiere en función de ello que la misma proviene de documentos más antiguos y que además se acentúan por la sinceridad narrativa de las mismas.
Con base entonces en la repetición de ciertas formas, se reconocen características narrativas que llegan a hacerse propias del género literario de las pasiones. A continuación vamos a resaltar algunas de esas características que se pueden reconocer como propias del estilo literario de los documentos que forman las actas de los mártires. Podemos señalar el tono jurídico del proceso “criminal” que se está llevando a cabo por los romanos, especialmente en los primeros documentos.
En la introducción de los documentos se identifica la fecha consular con la indicación del emperador, gobernador o procónsul. En la estructura de la narración se puede identificar la fase del procedimiento, con base en ello se pueden conocer si se trata de un arresto, de un interrogatorio, de una tortura, de un suplicio o de una sentencia. En la narración los personajes involucrados son pocos, en las antiguos escritos son reconocibles el mártir o los mártires, el juez y el verdugo.
Es posible en algunas de las actas de los mártires encontrar reseñados a ciertos espectadores, los cuales aparecen claramente en segundo término, entre los que se encuentran los espectadores cristianos que dan palabras de aliento a su compañero y también se encuentran los hostiles paganos. Este esquema literario se mantienen muy parecido en las actas reconocidas como las pasiones que pertenecen al siglos IV y se mantienen hasta el siglo X.
Muestra de Acta de los Mártires
A continuación mostraremos un Acta de los Mártires con la finalidad que reconozcan en ella la historia, la forma como eran redactados los documentos, por lo que le brindamos la oportunidad de reconocer la estructura literaria de los documentos que conforman al Acta de los Mártires, así como también, tener la oportunidad de reconocer el suplicio al cual eran sometidos los cristianos y la fe y amor que éstos tenían por Jesucristo, lo cual los llenaba en lugar de miedo, de esperanza. A continuación mostraremos el Martirio de San Justino y sus compañeros (Roma, 163).
San Justino, era nacido de Naplusa, Samaría, fue un hombre estudioso de la filosofía platónica. Conquistado por el valor y la serenidad de los mártires, tomó en Éfeso la decisión de convertirse a la fe. Siendo entonces cristiano llegó a la ciudad de Roma, en donde fundó una escuela de teología, a través de sus escritos defendió de manera valiente la fe de los cristianos.
En tiempos en donde reinaban los inicuos defensores de la idolatría, por todas las regiones y ciudades del imperio romano se publicaron edictos impíos contra los piadosos cristianos, todo con la finalidad de obligarlos a sacrificar a los ídolos vanos.
Los santos Justino, Caridad, Hierax, Caritón, Peón, Evelpisto y Liberiano fueron detenidos y presentados al prefecto de Roma de nombre Rústico. Cuando llegaron ante el tribunal. El prefecto Rústico dijo a Justino: «Ante todo, cree en los dioses y obedece a los emperadores». Justino respondió: «Lo santo y lo irreprochable es obedecer los mandatos de nuestro Señor Jesucristo».
El prefecto: «¿Qué doctrina profesas?», a los que Justino responde «He procurado aprender todo género de doctrinas; pero sólo he abrazado la doctrina de los cristianos, que es la verdadera, aunque no agrade a los que siguen falsas opiniones». Rústico lo llama miserable y le pregunta cómo le pueden agradar esas doctrinas y Justino afirma «Sin duda, pues me hacen caminar según el dogma recto».
El prefecto pregunta «¿Qué dogma es ése?» y Justino en total serenidad le responde: «El dogma que nos enseña a dar culto al Dios de los cristianos. A él lo tenemos por Dios único, quien desde el principio es hacedor y artífice de toda la creación visible e invisible; y al Señor Jesucristo, Hijo de Dios, quien, como predicaron de antemano los profetas, había de venir al género humano, como pregonero de salvación y maestro de bellas enseñanzas.
El prefecto le pregunta «¿Dónde se reúnen ustedes?» y Justino contesta «Donde cada uno prefiere o puede. ¿Te imaginas tal vez que todos nosotros nos reunamos en un mismo lugar? Sin embargo, no es así. El Dios de los cristianos no está sujeto a lugar alguno, pues es invisible, y llena el cielo y la tierra, y puede ser adorado y glorificado por los fieles en todas partes».
El prefecto insiste con la misma pregunta y Justino responde «Yo, desde el tiempo de mi segunda estadía en Roma, vivo junto a un tal Martín, cerca de los baños de Timiotino. No conozco otro lugar de reuniones sino ése. Allí, si alguno venía a verme, yo le comunicaba las palabras de la verdad». Debido a que el interrogatorio no lo lleva a obtener de Justino la información deseada el prefecto le pregunta: ¿eres cristiano?» y Justino contesta: «Sí, soy cristiano».
Así pregunto a Caritón, ¿eres tú también cristiano?» y Caritón respondió «Sí, soy cristiano por la gracia de Dios». El prefecto preguntó a Caridad: «Tú, Caridad, ¿Qué dices?» y Caridad respondió «Soy cristiana por la gracia de Dios». El prefecto Rústico preguntó a Evelpisto: «Y tú, Evelpisto, ¿Quién eres?» y Evelpisto, esclavo del César, respondió: «También yo soy cristiano, libertado por Cristo y por la gracia de Cristo, participo de la misma esperanza que éstos».
El prefecto Rústico preguntó a Hierax: «¿Eres tú también cristiano?» y Hierax respondió «Sí, también yo soy cristiano y doy culto y adoro al mismo Dios que éstos». El prefecto Rústico pregunto a todos ellos «¿Los ha hecho cristianos Justino?» e Hierax respondió «Desde antiguo yo soy cristiano y quiero serlo». Peón se puso de pie y exclamó: «También yo soy cristiano» y el prefecto pregunto «¿Quién te lo ha enseñado?» y Peón dijo «Esta buena doctrina la recibimos de nuestros padres».
Evelpisto intervino y dijo «Yo escuchaba con placer las conversaciones de Justino; pero el ser cristiano también a mi me viene de mis padres». El prefecto le preguntó a Evelpisto «¿Dónde están tus padres?» y respondió «En Capadocia». El prefecto Rústico preguntó a Hierax: «¿Dónde están tus padres?» e Hierax respondió «Nuestro verdadero padre es Cristo y nuestra madre la fe en él; en cuanto a mis padres terrenos, han muerto. Por lo demás, soy originario de Iconio de Frigia, y de allá me han traído aquí».
El prefecto Rústico preguntó a Liberiano: «Y tú, ¿Qué dices? ¿Eres también cristiano? ¿No adoras a los dioses?» y Liberiano dijo «También yo soy cristiano; pero venero y adoro al Dios único y verdadero». Sufrir por Cristo, ¡qué dicha!.
El prefecto vio a Justino se dirigió a él y le dijo «Oye, tú que te haces reconocer como un hombre culto y dices conocer las doctrinas verdaderas. Si ordeno que te azoten y luego que suelten a los leones para que te devoren, ¿estarías seguro de entrar en el cielo?» y Justino dijo «Si sufriera lo que dices, espero alcanzar el premio prometido. Además, sé que la gracia divina está reservada, mientras dure el mundo, para todos los que vivan rectamente».
El prefecto «En breve, ¿piensas subir al cielo y recibir allí alguna buena recompensa?» y Justino respondió «No lo pienso, sino que lo sé con seguridad y de ello tengo plena certeza». El prefecto «Dejemos eso, y vengamos a la cuestión necesaria y urgente. Pónganse todos juntos y sacrifiquen a los dioses» y Justino «Nadie que esté en su cabal juicio, se pasa de la piedad a la impiedad».
El prefecto «Si no quieren obedecer, serán castigados sin piedad» y Justino respondió «Nuestro más vivo deseo es padecer por amor de nuestro Señor Jesucristo para salvarnos. Este sufrimiento será motivo de confianza y salvación ante el terrible y universal tribunal de nuestro Señor y salvador». Lo mismo repitieron los demás mártires.
El prefecto Rústico pronunció la sentencia, diciendo: «Mando que los que no han querido sacrificar a los dioses, ni obedecer las órdenes del emperador, sean azotados y después, llevados al lugar del suplicio, conforme a las leyes». Los santos mártires, glorificando a Dios, salieron al lugar del suplicio, donde se cumplió la sentencia y así, confesando al salvador, consumaron su martirio. Sus cuerpos fueron recogidos por otros cristianos a escondidas para sepultarlos.
La elección de esta acta de los mártires obedece a que en la misma se pueden identificar la conversión al cristianismo, la aprensión de los cristianos, el interrogatorio y la sentencia. También permite reconocer la determinación de cada uno de los cristianos que están siendo interpelados, viendo en cada respuesta determinación y apego a su creencia y fe. Es una demostración de amor y fe cristiana, la Gracia de nuestro Señor Jesucristo seguramente los acogió, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén
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