Disciplinas espirituales, te invitamos a conocer en este artículo de que se trata, como aplicarlas y como convertirlas en parte de tu vida. Las disciplinas espirituales le ayudarán a mejorar todos los aspectos para crecer como persona y fortalecerse espiritualmente, sorpréndase.
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¿Para qué sirven las disciplinas espirituales?
El mundo se encuentra en una situación que nos llama a crecer espiritualmente, cuando analizamos nuestro entorno, somos capaces de identificar que la sociedad cambia de manera abrumadora, sin embargo, el cambio que vamos identificando se aleja mucho de la palabra de Dios.
La palabra de Dios habla de no juzgar y es por ello que antes de expresar alguna opinión del mundo, debemos buscar dentro de nosotros, reconocer nuestras acciones, nuestro desempeño y de manera honesta, decirnos cuán cerca estamos nosotros de la palabra de Dios.
No debemos ver cuán lejos están los demás, sino cuán cerca estamos nosotros, cuando cada una de las personas que se llaman creyentes realice este ejercicio e inicien un cambio espiritual, seremos testigos de un cambio en el mundo.
¿Por qué aseguramos que se generará un cambio en el mundo?, porque todo creyente verdadero desea crecer, madurar y fortalecer su fe, por lo tanto, cuando somos capaces de identificar, cuáles son esas áreas de nuestra vida que debemos corregir, mejorar y que necesitan de un cambio significativo, debemos reconocer que Dios nos entregó herramientas para lograrlo y las disciplinas espirituales es una de ellas.
Es posible que muchos de ustedes se haya propuesto realizar un cambio a lo interno y parecerse cada día más a Cristo, no solo por usted mismo, sino en reconocimiento a su sacrificio. En lo personal no puedo dejar de emocionarme y reconocer el sufrimiento de Jesús, cada vez que leo y recuerdo la pasión de Cristo, cuánto dolor y tanta demostración de amor, no puede ser en vano, no podemos ser tan desagradecidos y vivir, con la fe de que se cumplirá la palabra de una vida eterna y no hacer absolutamente nada más que simplemente, merecerla por ser creyente.
Pero si decidimos que vamos hacer un cambio, para no caer en frustraciones por no lograr el objetivo, debemos iniciar a construir nuestro camino sobre bases sólidas, no es suficiente solo creer. No podremos ver los cambios, sino somos capaces de comprender que hemos sido aceptados por causa de la justicia perfecta de Jesucristo y su obra redentora en la Cruz.
Dios nos ama por la obra y sacrificio de su Hijo Jesucristo, fue él quien hizo la obra redentora y por ello nosotros debemos trabajar en crecer y hacernos cada día más semejantes al hijo de Dios y para ello tenemos las disciplinas espirituales, cuando las conocemos y hacemos uso de ellas en nuestras vidas, nos asemejamos a Cristo, quien produce el cambio en nosotros.
Por lo tanto, las disciplinas espirituales nos señalan e indican la forma como nosotros podemos llegar a crecer para ser semejantes a Cristo, para ello debemos asumir que somos creyentes y de manera consciente y deliberada vamos a crecer y a desarrollarnos con propósito, para ello debemos permitir y prepararnos para que se realice en nosotros la obra del Espíritu Santo.
En la Biblia podemos encontrar pasajes que nos invitan a crecer, recordemos que las palabras que en su momento fueron dirigidas a personas en específico, pero son mandatos que debemos obedecer nosotros también. 1 Timoteo capitulo 4 versículo 7: “Desecha las fábulas profanas y de viejas Ejercítate para la piedad”.
La palabras antes dichas son del apóstol Pablo, por lo tanto, estamos llamados a tener disciplina y la Biblia nos señala la responsabilidad, de cada uno de los creyentes. Para el crecimiento espiritual no existen atajos, se trata de un proceso en el cual las disciplinas espirituales son el medio idóneo para lograrlo.
¿Qué son las Disciplinas Espirituales?
Como podemos intuir las disciplinas espirituales son los mecanismos que que nos permitirán desarrollarnos en Cristo para poder llegar a Dios, este camino será construido por nosotros mismos, en la medida que son nuestras necesidades de él, fortaleciéndonos llegaremos a encontrarnos porque en nuestro crecimiento y desarrollo seremos transformados a la imagen de Jesucristo.
Las disciplinas espirituales pueden ser adoptadas para crecer en el carácter, corregir patrones de conducta, por ello son reconocidas en la vida cristiana como comportamientos y acciones y ejercicios que permiten crecer y fortalecer la espiritualidad, para alcanzar la madurez espiritual. A través de las disciplinas espirituales podemos tener un desarrollo de nuestro ser interior y poder ser transformados por Cristo, cuando esto sucede cambian nuestros sentimientos, nuestro carácter, nuestra conducta y serán reconocidos en nuestro exterior.
Las disciplina espirituales involucran conocer la palabra de Dios, estudiarla, memorizarla para reconocerla en nuestro día a día, esta es una de las disciplinas más importantes y que no debe ser descuidada, ya que es la base fundacional para las otras disciplinas espirituales de las que comentaremos más adelante. La palabra escrita es inspirada por Dios, tiene el poder de Dios y en ella encontraremos la armadura y las armas para librar la guerra espiritual, por que las fuerza del mal siempre buscarán la manera de alejarnos de nuestro crecimiento espiritual.
¿Cuáles son las Disciplinas Espirituales?
Las disciplinas espirituales son varias y pueden ser clasificadas en aquellas que son personales y las que son colectivas. Dentro de las disciplinas espirituales personales se encuentran la lectura de la palabra, también algunas personas incorporan la práctica de la meditación, el aprendizaje y memorizar de las Escrituras. Otra de las disciplinas espirituales es la oración, la adoración y el estudio.
Pero no podemos olvidar el ayuno, una de las disciplinas espirituales más importantes y menos incorporadas a la vida de creyente. En cuanto a las disciplinas espirituales colectivas se encuentran las alabanzas, la predicación y la ofrenda, estas tres disciplinas son agrupadas en lo que se conoce como la adoración congregacional. Otra de las disciplinas espirituales es la oración grupal, la cena del Señor y la comunión con los hermanos.
La disciplina es la herramienta indispensable para sobresalir en cualquier cosa que nos planteemos hacer en la vida. En la disciplina debemos encontrar disfrute y gozo, de lo contrario se convertirá solo en un trabajo pesado, ser disciplinado amerita constancia, pero lo mejor es la recompensa.
Aún cuando estemos conscientes que debemos ser disciplinados para alcanzar los objetivos que nos propongamos en la vida, la disciplina funciona de manera indirecta, debido a que la disciplina nos permite alcanzar, en este caso en recibir, lo que no hemos realizado por esfuerzo propio. La disciplina nos conectará con el Espíritu de Dios, ese inmenso poder que resucito a Jesucristo.
La lectura de la palabra como hemos señalado anteriormente es fundamental para iniciar el camino de las disciplinas espirituales, es a través de la lectura de la palabra que podemos conocer y recibir su poder. Memorizar las escrituras es parte fundamental de este crecimiento, más aún teniendo la libertad de elegir, lo que deseamos aprender y mantener en nuestra memoria.
Al memorizar la palabra de Dios, estará siempre presente con prioridad en nuestras acciones, en nuestras decisiones. La misma palabra nos insta a memorizarla, en el libro de Josué capitulo 1 versículo 8, se nos invita a nunca aparatarnos de la palabra, porque la palabra nos ayuda a prosperar y todo nos saldrá bien. Memorizar la palabra es una garantía de éxito, porque cuando actuamos en su palabra, estamos impregnados de Dios.
Por su parte la oración es la comunión espiritual y la disciplina espiritual nos permite adorar, suplicar, confesar, es la manera de conectarnos con el altísimo, sin importar el lugar en el que nos encontremos. La oración es la manera en que nos comunicamos con el Señor, de una manera intima o colectiva, nosotros estamos en capacidad de decidirlo.
El poder de la oración es tan grande que es capaz de cambiar vidas, es la manera más hermosa encontrada. El objetivo principal de la oración es mantener la comunión con Dios, la cual logramos con disciplina, cuando recibimos respuestas a nuestras oraciones, es otra de las maneras de conocer sobre su amor, pero no es la más importante, debemos reconocer, que la principal es la comunión.
Cuando conjugamos la lectura de la palabra y la oración, dos de las disciplinas espirituales, empezamos a construir nuestro programa, que nos conducirá al camino de una vida piadosa, de sujeción, estamos ocupándonos de nuestra salvación.
La incorporación de las disciplinas espirituales en nuestra vida, es un cambio para bien, ellas nos permitirán desarrollar nuevos hábitos, los cuales son definitivamente para el bienestar integral de nuestra vida.
Uno de ellos es la incorporación del ayuno a nuestra vida, el ayuno es una fiesta, aunque estemos sin alimentos, porque estaremos más cerca de Dios, es el quien nos sostiene y alimenta. El ayuno es la puerta de ingreso para deshacernos de malos hábitos, de adicciones y mucho más, el ayuno es la puerta de entrada para incorporar a nuestra vida hábitos que fortalezcan nuestra mente y nuestro corazón.
La Adoración y Alabanza, es una muestra de bondad, es la belleza de Dios hecha palabra, música, rituales y también en silencio. La oración colectiva nos permite participar con otros discípulos de Jesús en oración y otras prácticas. Servir a Dios porque estamos llenos de él y somos capaces de sentir amor y compasión por los demás. Nunca dejar de prestar atención a nuestro ser interior, para continuar de manera permanente nuestro crecimiento en el amor a Dios.
Uso Correcto de las Disciplinas
Es muy importante tener claro que cuando decidimos iniciar el camino del cambio estamos haciendo uso de nuestro libre albedrio, no se trata de un cambio obligado, es un cambio deseado, por lo que trabajaremos para recibir, no para lograr. Cuando iniciamos el camino de buscar la imagen y semejanza de Cristo, hacemos uso de las disciplinas espirituales, porque son el medio para recibir a través de cada uno de ellos la plenitud del amor de Dios.
El Señor nos ha provisto de su amor complemente, solo debemos usar las disciplinas para recibirlo, para sentirlo, para comprenderlo. Porque como comentamos son nuestras necesidades espirituales las que nos llevarán ante él, es por ello que debemos llegar aperturados para recibir de él.
Es importante que las disciplinas espirituales pasen a formar parte de nuestras vidas de una manera integral, no podemos mantener nuestra vida distribuida en partes en donde las disciplinas no tienen cabida porque no es su momento y no tenemos tiempo.
Pensar de esa manera es un terrible error, debemos aprender a que las disciplinas espirituales estén en nosotros en todo momento. No podemos dejarlas de lado cuando no nos encontramos orando, o leyendo, la palabra de Dios debe estar presente en todo momento, en nuestro día a día, nuestras experiencias debemos siempre relacionarlas con la presencia de Dios.
Una de las razones por las que nuestras resoluciones no se mantienen es porque dividimos nuestras vidas en compartimentos. Tratamos la lectura de la Biblia y la oración como deberes sagrados, pero luego nos sumergimos en nuestra vida diaria y muy pocas veces relacionamos con el Señor las cosas que nos ocurren en nuestra vida cotidiana.
Las disciplinas espirituales deben ser puestas en práctica con regularidad, no solo deben ser utilizadas en momentos de apremio o extrema necesidad, de no haber un compromiso, no podremos ver su beneficio. Debemos procurarnos el momento para recibir de Dios, para poder crecer espiritualmente debemos estar prestos a recibir de manera frecuente, porque si no se desvanece en el tiempo.
Se deben plantear metas que puedan realmente cumplir, es posible que dedicar dos horas diarias a la lectura y oración desde un principio pueda ser una meta ambiciosa, pero si iniciamos con unos 15 minutos diarios, sin que nos demos cuenta se convertirá en una necesidad, en un hábito que nos solicitará más tiempo.
Es necesario evangelizar, convertirnos en discípulos y buscar discípulos, las prácticas religiosas nos ayudan, pero el evangelio transformará nuestra vida, porque nos permitirá llenarnos del amor de Cristo. Las disciplinas espirituales mantienen de manera permanente nuestro corazón en contemplación de la gloria del Señor.
¿Quién no reconoce en Cristo un evangelista?, era escuchado y seguido por miles, este es el camino que nos ayuda a construir las disciplinas espirituales. Muchos piensan que la práctica de las disciplinas espirituales, los aparta, los aleja y los convierte en personas solitarias, nada más lejos del objetivo de las disciplinas espirituales.
Las disciplinas espirituales nos transforman para servir a otros, tal como lo hizo Jesús. Iniciamos hacia lo interno y terminamos hacia lo externo porque la semejanza en Cristo se cuenta por el amor que somos capaces de entregar a otros.
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