Descubre el Sermón de las siete palabras

El momento más dramático para algunos, resulta ser el que vivió el Maestro Jesús, en su agonía en la Cruz. Lo cual fue su pasión y muerte. Estando en sus últimos minutos, fue cuando dejó para la posteridad lo que es el Sermón de las siete palabras. Esas que nos dejan su última enseñanza, lo que debemos conocer plenamente, antes de que nos toque partir de este mundo. Te va a resultar de mucha utilidad esta información. ¡Continúa leyendo y lo verás!

Sermón de las siete palabras

Sermón de las siete Palabras

De lo más sentidas son las pronunciadas en el Sermón de las siete palabras, son estas 7 frases, las últimas que pronunció nuestro amado Maestro Jesús, antes de morir.

Viernes Santo

Resultan admirables en profundidad, aquellos oradores que es posible leer y también en algún tiempo escuchar, en una oratoria bastante elocuente. Siendo que son ellos, los que se encargan de hacer la prédica relacionada con la pasión de Cristo.

En la misma, queda con más acentuación, de manera más marcada, lo relativo a la justicia de Dios. Además de aquel sufrimiento de Jesús, a fin de satisfacer al Padre. Ahora bien, aquellos que pertenecemos a otro tiempo, y haciendo algo de uso de la teología moderna, al momento de interpretar la Pasión de Jesús, nos resulta algo molesta, y además inquietante, lo que es la sangre de Jesús, que de acuerdo a lo que nos indican, es la que nos salva.

Igualmente, produce indignación, que se produzca tan sangrienta exigencia por parte de Dios, y sea necesario un sacrificio semejante, a fin de que sea apaciguado. Más hay que señalar, que a partir del Antiguo Testamento, quien era creyente, había hecho el descubrimiento de un Dios que era distinto.

Siendo ese Dios, al cual “no le agrada el sacrificio” de acuerdo a Salmos 51, 18. Así mismo un Dios a quien, de acuerdo a Isaías 1,12, “le repugna la sangre de novillos y de machos cabríos”.

Luego entonces, al avanzar en la Revelación que nos ofrece el Nuevo Testamento. ¿Será que reside allí el refinamiento, de ese malsano placer de Dios? ¿Y hace el descubrimiento de su gusto por la sangre de un hombre, debido a la repugnancia que siente por sangre de los animales?

Causa del rechazo a la fe cristiana

Hay autores, como el caso de Francois Varonne, el cual alega textualmente que:

«Sangre y cristianismo han hecho buenas migas a lo largo del tiempo. Y esto porque el cristianismo, se ha entendido más desde la actitud religiosa. Que afirma que el hombre débil, debe hacerse valer ante el Dios Todopoderoso, para obtener sus favores. Y debe pagar un precio para obtener su perdón.

¿Y qué puede haber más eficaz que un sacrificio humano? Por esta razón, la sangre, y el sacrificio de Jesús han en el más absoluto, y desastroso de los malentendidos. Y esta es la causa de que muchos, rechacen hoy nuestra fe cristiana”.

Sermón de las siete palabras

Luego entonces, ¿qué se hace ante todo esto? ¿Cómo predicar lo relacionado con la Pasión de Cristo? De acuerdo al mismo autor, la respuesta es que, se necesita sacar del contexto de satisfacción lo que es la sangre y el sacrificio realizado por el Maestro Jesús.

Es de señalar que, el Maestro Jesús, se ha de considerar como la última Palabra de Dios al mundo. Siendo la manera, de hacer la revelación del corazón de Padre, mediante quien le conocía mejor, su propio hijo.

Y, en cambio sí, hacer la revelación al Padre, que fue lo hecho por Jesús en todo el transcurso de su vida. ¿Acaso no será que se trata esto también, por sobre todas las cosas, de lo que finalmente deseaba hacer cuando llego su momento de morir?

La visión de los evangelistas

Siendo que, es de esa forma como realmente los evangelistas de la Pasión de Cristo, lo han contemplado. Lo cual ha sido, con una mirada muy distinta a lo que lo hacemos nosotros. Así que, los relatos en los Evangelios, correspondientes a la Pasión, enmarcan más bien una contemplación de tipo teologal, que una pietista, la cual era un movimiento luterano del siglo XVII.

El hecho de que sea teologal, indica que los Evangelistas contemplaron la Pasión de Jesús, más bien en la luz de Dios, que en lo que era la luz religiosa del hombre. Inclusive del hombre con estudios, teólogos o juristas.

Es por tal razón, que la contemplación de la Pasión, que nos es transmitida mediante los Evangelios, resulta presentar sobriedad y no drama. Como en muchas ocasiones, fue presentada por aquellos que eran predicadores, o por la representación de los artistas en sus diversas obras.

Es que acaso Jesús es ese supremo héroe, el cual hace el combate contra el sufrimiento y la muerte más terrible. O es el siervo de Yahvé, que no presenta ni gesto ni grandilocuencia. Y que, además, ha dado su vida mediante el rito, que las circunstancias le iban haciendo su marca. A fin de que nos revelara lo que es el amor infinito de Dios.

Sermón de las siete palabras

Luego entonces, ¿El Jesús que muere en la Cruz, quién es, acaso un Superman que es capaz de atravesar todas las barreras, inclusive la barrera de la muerte? ¿O es acaso un Rey, con humilde majestad como es visto mediante los evangelios, sobre todo por el Evangelista San Juan?

La mirada de los evangelistas

Es de señalarse, que lo referente a la mirada de los evangelistas, del Sermón de las siete palabras, se ha caracterizado por la óptica teologal, más que humanizante, y a su vez jurídica. Lo mismo quiere decir, que su visión es desde la perspectiva de lo divino.

Siendo que, el misterio que envuelve la parte humana del Maestro Jesús, resulta ser sobrecogedor, puesto que infinitamente sobrepasa lo que es una mirada, que sea de la devoción de tipo religiosa y también humanista.

Así como también, toda la precisión de tipo teológica o también jurídica. Siendo tal vez nuestra incapacidad, de llegar hasta el misterio correspondiente a la Cruz, debido a que hacemos más sentimentalismo, o teología que en apariencia resulta de una alta mezcla de justicialismo.

Por lo que, queda desvirtuado entonces, lo relativo a la mirada de tipo contemplativa, al igual que teologal, de un acontecimiento tan grande, el cual se consolida como el núcleo de lo que es la fe cristiana, que se centra en la Pasión, la muerte y la resurrección de Nuestro Señor Jesús.

Para muchos es intrigante saber la forma en la cual, se comunicaba el Maestro Jesús, a fin de que fuera entendido el mensaje que traía a los hombres de parte de Dios Padre. Es por ello que te invito a descubrir: ¿Qué idioma hablaba realmente Jesús?

La mirada de María al pie de la Cruz

Sería necesario contemplar además, la mirada que tenía María cuando se encontraba al pie de la Cruz, posada como una mujer de mucha fortaleza, una señora. En silencio y con mucha angustia, contemplando lo que fue la separación que sentía en ese momento su hijo Jesús, cuando se veía abandonado de su Padre.

Así como también la forma como María, en aquella hora tan dura, actúa bajo la fe y la esperanza. A sabiendas de que lo que estaba allí sucediendo se trataba de un sufrimiento atroz y despiadado. Y que es visto como: la Revelación Suprema de Dios, al momento del Nacimiento de algo Nuevo, siendo así por fin cumplida la Promesa de Dios.

Sermón de las siete palabras

De igual manera, es mucho lo que tiene que ver con que Jesús naciera en la Cueva de Belén, y que muriera en la cima del Calvario. La cual entonces tiene su comienzo en una hendidura de una roca. Y logró también aquí llegar a su plenitud, en lo que fue lo alto de otra roca.

Siendo que lo que era diferente se encuentra en que los poderosos, que no fueron a adorarlo allí, se encontraban aquí entonces crucificándole, donde pronunció el Sermón de las siete palabras.

Así pues, que es María, la que guardando todo en su corazón, según Lucas 3,51; hace la unión de aquellos dos grandes momentos, que fueron los que marcaron la historia en este mundo del amado Maestro Jesús.

Primera Palabra

Tomada de Lucas 23,34. La bondad del Maestro no tiene límites, ni va en contra sus atacantes.

“Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”

Comienza todo en el huerto de los olivos. Es allí, en las cercanías de la noche y con una oración bien profunda, donde es pronunciada por Jesús la más entrañable oración, desde su corazón. Cuando dice “Abbá, Padre” mientras estaba agonizante, en un combate, donde el hijo se estaba rindiendo a la voluntad de su Padre. Puedes indagar más sobre ello en el siguiente artículo: Oración de Jesús en el huerto.

De esa forma empieza el camino de nuestro salvador hacia la Cruz, siendo una epifanía progresiva, tal como una manifestación de lo que es su señorío, tal como el Mesías Salvador. Al igual que una revelación del amoroso corazón de Dios. Allí mismo, cuando dice “Yo Soy”, hace la manifestación Jesús de ser el Hijo de Dios.

Al momento en el que Pilato, hace la presentación del mismo, ante la amotinada muchedumbre presente, pronuncia las palabras “Ecce Homo”, donde claramente se establece, que era, además, el Hijo del Hombre. Es por lo que, en la Cruz, se estaban clavando al hombre y a Dios.

Asimismo, sobre la Cruz se encontraban escritas, por orden de Pilatos, las siguientes palabras: “Jesús, el Nazareno, Rey de los judíos”. Esta frase se encontraba escrita en las tres lenguas que se conocían entonces, que eran el hebreo, el latín y el griego.

Es así como, sin que aún lo supiera, Pilatos, le daba a entender a Jesús, que se trataba del Rey Universal. El que era rechazado por todos, y había llegado hasta el Calvario.

Son muchas las cosas que resultan muy interesante conocer, y que tal vez son un misterio, en la vida en esta tierra del Maestro Jesús. Tal es el caso de lo que fue su familia humana. Para que sepas de ello te invito a descubrir todo sobre los hermanos de Jesús. Seguro te vas a sorprender de ésta información.

Entregando su última oración y prédica

Así es que en el Sermón de las siete palabras, en su primera palabra: “Padre Perdónales porque no saben lo que hacen” se encuentra haciendo la oración que tanto había predicado y enseñado en su camino de prédica.

Siendo aquella de “Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian” según Lucas 6, 27-35. Por lo cual, en estos últimos minutos de su vida, Jesús estaba aprovechando de recordarnos dicha oración. Además de que apelaba pues, al corazón de Dios, que era conocido por él mejor que por nadie.

Asimismo, nos es revelado el profundo amor, que el Maestro Jesús profesaba por su prójimo, solicitando el perdón para los que le castigaban. Además de recibir el castigo para salvar a toda la humanidad.

Segunda Palabra

Muestra el amado Maestro Jesús, mediante el Sermón de las siete palabras, claramente su benevolencia, y profundo amor. Así como también queda claro, el premio por el arrepentimiento de las malas obras en esta tierra.

Las 7 palabras de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz

“Hoy estarás conmigo en el Paraíso” Lucas 23,43

Al imaginarnos a una distancia del Calvario, es posible divisar un gris firmamento, donde se pueden observar tres cruces, en las mismas cuelgan tres ajusticiados. Siendo que el del centro es Jesús, y miran hacia él los otros dos. De acuerdo a Lucas, quien es el evangelista de la misericordia, se ubica en dicha escena del Calvario, cuando ocurre el más cumbre momento de la Historia de la Salvación.

Por lo que Jesús, convertido como el revelador del Padre, antes de que fuera a morir, hace manifiesto lo que es el núcleo propio de su misión en la tierra. Además del mensaje, que le fue encomendado por el Padre, siendo esto la buena nueva de la Gracia.

En cuanto a dicha escena, es entendida de una forma superficial. Por lo general, nos detenemos en lo que es anecdótico, tal como Jesús fue insultado por quienes eran los dos malhechores, que se encontraban crucificados con él. Tal como si fuera uno de ellos, donde fue dado un giro de ochenta grados al último momento, pues procede a hacer oración y le pide a Jesús el Reino.

Por lo cual es justo, que sea hecho ante el horrible dolor, de quienes estaban allí crucificados, sea hecho una lectura un poco más humanista y sensible. Habiendo algo más. Puesto que es revelado, de una forma radiante, que quien se encuentra muriendo entre los dos malhechores, resulta que vino a juzgar al mundo. Y habrá de hacerlo misericordiosamente.

Igualmente, el Hijo del Hombre, vendrá con el poder y la majestad de Dios. Ante Él quien fuera el ladrón le dice, consolidando su fe: “Acuérdate de mí, cuando estés en tu Reino”.

Reconocimiento de Jesús

De seguro es que dicho malhechor, es perteneciente al resto de Yahvé, a quienes se consideran como pequeños. Así como también, a los pecadores que tienen el conocimiento, de que el último juicio de Dios, acerca de la Historia es realizada a dicho humilde siervo. Siendo que, con la muerte de Jesús, fue realizado el último juicio de Dios.

Así fue que, al ladrón, que confió y que hizo manifiesta la fe, en todo aquello que estaba ocurriendo en ese momento, le fue dada la misericordia y el perdón. Y fue por ello que pudo escuchar de la boca de Jesús: “Yo te aseguro que hoy, estarás conmigo en el Paraíso”.

Bueno es señalar, la forma en la cual son pronunciadas con tanta fuerza y seguridad por el Maestro Jesús, dichas palabras. Siendo que se pone de manifiesto en ellas lo que fue la autoridad con la cual Jesús, imprime esa pretensión de que tenía la última palabra sobre aquel hombre.

Así es que es allí donde se puede observar el testimonio del mismo Jesús, y de que es poseedor de la llave del Paraíso.

La historia de la Salvación está en la Cruz

Es posible observar en el Sermón de las siete palabras, que justamente es en la Cruz, en donde se puede resumir realmente lo que fue toda la Historia de la Salvación, lo que por su rebeldía un hombre cerró para todos, fue también, mediante la obediencia de dicho hombre, que la misericordia del Padre de nuevo lo abrió a todos.

Siendo esto las puertas del Paraíso, como dijo: “Hoy mismo”. Por lo que, ha quedado la humanidad de igual forma restaurada, y de nuevo el Paraíso, es ofrecido a los hombres. ¿De qué forma es realizado esto?

Al observar con detenimiento, lo ocurrido en esta segunda palabra, notaremos que mediante la fe del ladrón fue salvado, pues Dios solamente pide eso, para lograr lo que deseemos, que tengamos Fe.

El juicio definitivo

Al analizar a los fariseos, los mismos estaban representando al judaísmo, a la Ley. De lo que se trataba la religión oficial. Quienes eran los buenos y hacían sus prácticas del culto en el Templo. Se trataba de los que representaban, el corazón religioso de aquel hombre de ese tiempo, el cual buscaba la justificación ante Dios en todo momento.

Asimismo, buscaban también la seguridad en cuanto a sus obras. Realmente el fariseo se puede decir, es la representación de lo que es la parte más íntima del corazón del hombre, es decir, de nuestro propio corazón.

Ésto debido a que todos los seres humanos, requieren de tener una imagen, la cual sea correcta de lo que es él mismo, y también de hacer su autoafirmación ante los ojos de Dios.

Pues bien, el que es el Rey y el Señor, hace el establecimiento, de una forma definitiva de que es el Paraíso regalado mediante la gracia. Por lo tanto, dicho ladrón logró entenderlo, y se convirtió entonces en un buen ladrón. Puesto que, mediante su acto de fe, y la confianza en el Maestro Jesús, logró arrebatarle el Paraíso e ir a acompañarle en el mismo.

Núcleo del Nuevo Testamento al momento de morir

Así es que, se encuentra entonces lo que es el Núcleo del Nuevo Testamento, donde es explicado por San Pablo de una manera maravillosa, a través de la carta a los Efesios, donde está el planteamiento de darnos cuenta, si seremos capaces de hacer la construcción de nuestra vida, tanto la humana así como también, la espiritual, sobre lo que es el Evangelio de la Gracia.

Teniendo en cuenta, lo que se pueda decir a la hora de la morir. Cuán importante puede ser entonces, tener la lucidez y también la grandiosa Fe, que en ese momento tuvo el llamado buen ladrón, que se ganó el Paraíso con solo eso, al final de su vida.

Tercera Palabra

Jesús anuncia a través del Sermón de las siete palabras, esta tercera palabra, a María, la madre de todos los creyentes. Y al que predica su palabra, el caso de su discípulo Juan, al igual que todos los que sean sus discípulos, como hijos de la Madre María.

“Mujer, ahí tienes a tu Hijo… Hijo, ahí tienes a tu madre” Juan 19,26

Y con esta tercera palabra, del Sermón de las siete palabras, ¿será que comienza así Cristo ya a ocuparse de sí mismo? De acuerdo a la primera palabra se le revela al hombre lo que ha sido la promesa del perdón. En cuanto a la segunda se muestra que el perdón viene dado por Dios, mediante la Fe.

Ahora pues, se pudiera pensar que es tiempo de que se ocupe de su dolor y se olvide de todo aquello que le rodea.

Sin embargo, no es así, pues la revelación del amor debe seguir, hasta llegar al final. Siendo el caso que, a Jesús, le falta aún de sus regalos para la humanidad, el que es el mejor. Siendo que desnudo sobre la cruz, y sin nada más, posee lo más grande, una Madre. Así pues, que se puso en disposición para hacernos entrega de su misma madre. Así fue como Juan se encarga de hacernos la transmisión de esta tercera palabra del Sermón de las siete palabras.

Sermón de las siete palabras

Siendo que, ya se había alejado la cantidad de curiosos. Al igual que una gran mayoría de los enemigos se habían retirado. Solamente se encontraban, los soldados que estaban de guardia, así como también, un grupo reducido de fieles. Los cuales se pudieran considerar como la naciente iglesia, unida por amor a su Maestro Jesús.

Así es que, junto a la Cruz, estando de pie, se encontraba su madre María, se hallaba unida tanto a sus dolores, como a la misión que le había sido encomendada.

El sacrificio de María, su Hijo

Esta escena hace recordar las bodas de Caná, siendo la profunda idea de San Juan que María no hace su aparición, hasta el momento de que fuera la “Hora”. Siendo que a ella, lo que se le pidió fue el sacrificio de su hijo, en el tiempo de la predicación por los caminos de Palestina.

Así es que el hecho, de que se mantuviera alejada de su Hijo, en aquellos años que se encontraba en su misión de prédica, se trae ahora a un primer plano de la escena. Y es lo que va a ocupar su puesto, con un derecho pleno, en cuanto a la obra de salvadora de Jesús. Y que se encontraba asociada, a la propia misión. Ahora entra de nuevo a su misión original, el de ser la Madre.

Al observar esta escena, y lo dicho en el Sermón de las siete palabras, lo que ocurre de forma natural, es que contemplemos a Jesús como el más amante de los hijos, que al morir no quería que su Madre quedara sola. Luego entonces se la confía al cuidado de Juan, quien era el mejor de sus discípulos y gran amigo.

Ahora bien, si de eso se tratase, en primer lugar, la palabra en la Cruz hubiese sido dirigida al discípulo. Sin embargo, no es así puesto que se dirige primeramente a la Madre, y le llama mujer al decirle: “Mujer ahí tienes a tu hijo”. Posteriormente se dirige a su discípulo para decirlo “Hijo ahí tienes a tu madre”.

María Madre Universal entregada por el Sermón de las siete palabras

Es por todo esto, que primeramente Jesús nos está revelando, lo que se considera como la Maternidad universal de María. Siendo que nos entrega a su propia Madre, a todos aquellos que seamos sus discípulos, a su Iglesia y a toda la humanidad. Luego entonces Juan, ese amado discípulo, se convierte en la representación, de cada uno de nosotros.

Así que se convierte pues, en el último regalo que nos daría antes de que muriera. Encomendando la gran tarea a María, su Madre, a convertirse en la madre de todos nosotros. Tal como le fue anunciado la primera vez el nacimiento de su hijo Jesús.

Ahora su propio hijo, le anunciaba la nueva tarea que se le entregaba en sus manos. La de recibir en su corazón, como hijos a todos los hombres del planeta. Inclusive, a quienes fueran capaces de cometer atrocidades.

Luego entonces, ella acepta de nuevo su misión. Y mediante un acto de fe silenciosamente dijo “hágase”. Siendo que la sangre del calvario, comenzó entonces a tener un sabor a recién nacido. Por lo cual resulta difícil de saber, si fue más lo que estaba muriendo que lo que nacía. Por lo que no se sabe, a ciencia cierta, si se asiste a una agonía o a un parto. Puesto que fue mucho el olor a madre, y a engendramiento, en una tarde tan dramática, como lo fue esa.

Bueno es pedirle entonces a la Madre María, nuestra Madre ahora, que nos otorgue los ojos para ver, y la fe para entender, todo lo relacionado con estos acontecimientos.

Cuarta Palabra

Abatido y con profundo dolor, cuando estaba finalizando la tarde, ya no quedaba casi nadie, había mucha soledad. Se sentía pues Jesús muy solo, diciendo del Sermón de las siete palabras, su cuarta palabra.

¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Marcos 15,34

Se acercaba ya la muerte de Jesús, se calcula que eran alrededor de las tres de la tarde. Allí solamente quedaba un grupo muy reducido, siendo ellos sus más íntimos. Y casi nadie en la cima. Así es que alrededor de la Cruz, había mucha soledad. Así que Jesús se encontraba verdaderamente solo.

Cabe señalar que todos morimos solos, inclusive estando rodeados de amor. Siendo que es en el interior, en donde existe una agonía muy profunda y solitaria, donde se encuentra librando el combate final. Así que Jesús, no quiso librarse de lo que humanamente era una ley, esa misma condición humana.

Sin embargo, existe una soledad que no ha sido conocida por ningún hombre. La cual solamente fue conocida por Jesús. Una soledad a la cual se debe acercar con temor, debido a que no se encuentra nada más vertiginoso, con tanta rapidez. Siendo esto revelado en esta cuarta palabra del Sermón de las siete palabras de Jesús.

Se trata pues, de una palabra que desconcierta. Debido a que, en el transcurso de los siglos, ha conmovido a quienes son los santos. Y también causado trastorno a los teólogos. Siendo que no se trató, de una frase que fuera dolorida, más sí fue serena, tal como el resto de las palabras. Se trato de un grito, el cual ha taladrado durante toda la historia.

El grito profundo que sale del Sermón de las siete palabras

Así pues, que había un silencio muy profundo en el Calvario, y entonces fue cuando Jesús, mediante un esfuerzo inmenso, llenó sus pulmones de aire, los cuales se encontraban agotados, y con una voz muy fuerte gritó: «Elí, Elí, ¿lama Sabactani?» Lo cual quiere decir: «¡Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?«.

Por lo tanto, ha sido dicho en el Evangelio que efectivamente Jesús dio su grito, y surge la pregunta de ¿por qué gritó? Siendo el caso que Cristo en el huerto de los olivos, había sudado sangre, sin que generara un solo grito.

Asimismo, sufrió una gran cantidad de flagelaciones sin que produjera ningún grito. Le habían sido taladradas sus manos al igual que sus pies. Entonces, ¿qué hacía que gritara ahora? En todo caso esa pregunta, ha sido utilizada en su contra por muchos, a fin de negar lo que era su divinidad.

Quizás todo esto, resulta bastante difícil de entender, sin embargo, el hecho de que Jesús le dijera al Padre que le había abandonado, era porque así lo sentía él. Por lo cual tal vez, nunca se pueda entender esa lejanía que fue experimentada como una muy verdadera.

Sin duda que el hijo, debía mantener su obediencia al Padre. Y aun cuando sufrió de todas aquellas miserias, además de las consecuencias tan duras procedentes de los pecados cometidos por el hombre. Siendo que sus dolores no correspondían al de un pecador, sino que correspondían a un salvador y purificador.

La Pasión de Jesús

Siendo que lo relacionado a la Pasión de Jesús, se refiere al último tramo de lo que fue su paso por este planeta. De lo que fue su descenso hasta lo que son las profundidades, correspondientes a los seres humanos. Así que se trató pues de una pasión bastante luminosa y sin desesperación.

Por lo cual, el sufrimiento que de manera luminosa sufra un Dios, el cual muere por nosotros, resulta ser aún, mucho más desgarrador que lo que se refiere a un sufrimiento, de aquel que se encuentra desesperado.

Dado a que solamente es a él, le es dada la posibilidad de hacer la medición de una forma plena en cuanto al abismo que hace la separación entre lo que es el bien y el mal. Además de la presencia de Dios y también a lo que se relaciona con su ausencia. Al igual que el amor y también el odio. De la misma forma que el sí entregado a Dios y la negación.

Sermón de las siete palabras

Luego entonces, es ahora el momento en el cual, verdaderamente él, sin – pecado, profundamente se hace uno con todos nosotros. Tal como es dicho precisamente por San Pablo: “A aquél que no había conocido el pecado, Dios lo hizo pecado por nosotros, a fin de que nosotros nos hiciéramos justicia de Dios en él”. En 2 Co. 5,21.

Por lo tanto, el Maestro Jesús, debido a su obediencia hacia el Padre. Y también por el amor que nos profesa a nosotros, procedió a tocar fondo, en cuanto a su encarnación. Siendo que el uno y el otro, tienen la noción del destino del hombre, y de que cualquier hombre siempre es Dios, y no quieren que se pierda.

En el fondo el llamado del hombre a Dios
Asimismo, el hijo, con la finalidad de que fuera devuelto de hombre a Dios, ha tenido el sentido de sentirse solo de una forma terrible. Siendo que se ha separado del Padre, mediante el fondo mismo de su propia alma. Es por ello que grita. Debido a que dicho dolor resulta ser, mucho más agudo que todos los que pueda sentir la carne conjuntamente.

Así es que su grito, no se trata de la desesperación. Se trata más bien de una queja, lacerante. Sin embargo, a su vez es amorosa y también segura. Se pudiera decir que llega a ser una oración. Puesto que, de hecho, están tomadas sus palabras a partir del Salmo 21. No en su sentido literal, sino mediante su significado.

Siendo que este salmo es un salmo de llanto, es cierto, pero también se puede considerar como de esperanza, en donde finalmente es enaltecido el nombre de Dios: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?«

Así es que, al nosotros gritarle a Jesús, en el silencio profundo de nuestro corazón, dándole las gracias, a nuestro amado Maestro porque debido a su grito, ha llegado ahora hasta nosotros. Y de una manera muy profunda ha penetrado mediante su Espíritu. Pidiendo entonces que asuma, todo lo que pueda encontrar allí. Así como también el pecado y que nos sea devuelto a todos nosotros el Padre.

Quinta Palabra

Diciendo su Sermón de las siete palabras, y la terrible situación física en la cual se encontraba Jesús, le había producido la deshidratación de su cuerpo físico. Lo cual resulta ser muy propenso en aquellos que son crucificados.

“Tengo sed” Juan 19,28

Se trata radicalmente, de la palabra más humana que fuera dicha por Jesús, en el momento de estar en la Cruz. Siendo que, al momento de escucharla, no es posible entender, que quien estaba muriendo en la cruz, se trataba de un hombre verdadero. Y que su muerte también era muy real. Puesto que no se trataba de un superhombre que no sería capaz de conocer la muerte.

Así como tampoco de un fantasma, el cual no fuera a sentir ruda y crudamente la muerte. Por lo tanto, es que, mediante la quinta palabra del Sermón de las siete palabras, es posible que fuera revelado, de una manera sumamente realista, lo que era la humanidad que tenía efectivamente Jesús.

Es de señalarse, que la sed se trata de uno de los tormentos más terribles, por lo cuales pasan quienes son crucificados. Siendo el caso de que, al momento en que es sufrida la pérdida la sangre, se ha de experimentar de una manera seguida, lo que es el tormento correspondiente a la sed.

Así es que el agua, la cual forma parte de la célula, proporcional al sesenta o setenta por ciento, al momento en el cual se pierde la sangre, se produce pues un proceso llamado ósmosis, que pasa al torrente circulatorio, a fin de hacer la hidratación de lo que es el plasma sanguíneo.

La deshidratación de los tejidos
Luego entonces, de una manera natural, es producido lo que es la deshidratación de los tejidos, y prontamente es experimentada esa necesidad humana de la sed. Así es pues que, Jesús ya había perdido una cantidad muy grande de sangre, cuando se encontraba en Getsemaní, al momento de la flagelación, mediante lo que fue la corona de espinas.

Después de eso, cuando iba camino hacia el Calvario con la cruz, que llevaba a cuestas. Posteriormente en la crucifixión. Al igual que en la parte alta de la Cruz, poco a poco se estaba desangrando. Por lo cual, no puede resultar extraño que se encontrara sediento, y por ende pidiera que se le diera un poco de agua.

Luego entonces, uno de los soldados se sintió conmovido, y procedió a mojar en un jarro de posca, una mezcla de era de vino agrio con agua y vinagre.

Siendo que esto lo tenían ellos allí para su alivio propio. Así fue que se la acercó hacia los labios. Entre tanto otro se encontraba riéndose y decía: “deja, veamos si viene Elías a salvarle”. Es así como es cumplido otro pasaje correspondiente a los pasajes de los salmos, donde dice: “En mi sed me dieron a beber vinagre”.

Otro tipo de sed

Es notorio que Jesús nos mostro toda esa humanidad que tenía cuando suplicó por que le dieran un poco de agua. Tal como lo puede hacer cualquier agonizante. Pero nos podemos preguntar, si sería que también hablaba de otro tipo de sed.

Sermón de las siete palabras

Siendo que tal vez tenía sed de amor, o de comprensión o de salvación. Quizás se trataba al tipo de sed que era de justicia, y a la cual hizo alusión en lo que son las Bienaventuranzas de Mateo 5,6.

Entonces es posible decir, que en cierto modo sí es así. Debido a que Jesús experimentó en esos momentos, dentro del corazón que estaba tan cansado. Lo que era el drama de mirar, la oferta que tenía de una salvación despreciada. De saber, y además de antemano, que, para muchos, dicho dolor solamente sería inútil.

Siendo el caso que, hubiese querido más bien atraer a todos hacia el mismo, tal como él lo había dicho en Juan 12,32. Sin embargo, muchos se pasarían de largo ente él, sin darse ni siquiera cuenta de que, el que ahora se encuentra pidiendo algo de agua, es para todos, lo que se conoce como “la fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna” según Juan 7,37.

Por lo tanto, es necesario que miremos a Jesús en la Cruz y que le demos pues la satisfacción de un acto de fe, el cual sea hecho en el nombre de todos los que le desprecian. Asimismo, pidámosle que sea para todos el Agua viva.

Sexta Palabra

La sexta palabra es en el Sermón de las siete palabras, esa que indica que ya había sido cumplida la voluntad del padre, mediante su sacrificio.

Todo está consumado, todo está cumplido. Juan 19,30

En relación a la sexta Palabra de Cristo, se trata ya del grito que da aquel que ha triunfado. De ese corredor el cual ha llegado al fin de su meta, o simplemente del Hijo que terminó cumpliendo la voluntad de su Padre.

Siendo que en tantas oportunidades, lo había dicho, “Yo he bajado del cielo, para hacer no mi voluntad, sino la del que me ha enviado”, según Juan 6,38. “Mi alimento, es el de hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra”. Según Juan 4, 34.

Por lo tanto, Dios es el que se conoce como el Dios Vivo. Se trata de la vida y el dador de vida. Luego entonces Jesús, el cual es el Hijo de Dios encarnado en hombre, fue revelándonos que es por tal razón, que con las palabras humanas fue que le llamo Padre.

Siendo que asumió nuestra humanidad, en su divina Persona. Luego entonces le llamó Padre. Cuando asumió en su divina persona, nuestra humanidad. Así fue como nos introdujo entonces, en su divinidad, en la lo que era similar Trinidad de Dios, y además nos dijo que le llamáramos como Padre.

Así es que ahora ha llegado Jesús, a las puertas de la muerte. Siendo que no es que Dios, quisiera o necesitara de la muerte, así como menos que fuera de la forma tan cruel, ni tampoco la muerte de quien fuera su Hijo, el buen Jesús.

Fue muerto por sus enemigos y los de Dios

Ni tampoco la muerte de ninguna otra persona. Siendo que Jesús fue muerto mediante sus enemigos, que a su vez eran los enemigos de Dios. Tal como fue revelado por Él mediante sus palabras, así como también con su vida. Por lo que no aceptaban a un Dios el cual fuera tan cercano. Así como tan humano, tal padre.

Sermón de las siete palabras

Así como tampoco, aceptaban el hecho de que Él fuera su Hijo, y que, además, nos hiciera sus hijos. Es bueno indicar que, en el fondo, resultó muy fácil el hecho de tener un Dios el cual fuera lejano, y que además, fuera majestuoso, al cual le fueran ofrecidos sacrificios, y que se le tenga tranquilo y aplacado.

Igualmente, a que se tenga un Dios que sea cercano a nosotros. En cuya presencia vivamos, y además al cual se le tenga que agradar de manera continua. Es por ello que, los que hacían el rechazo de dicha revelación de Dios, fueron los que procedieron a matar a Jesús, el que fuera el Revelador.

Siendo que las escrituras en Dt. 21, 23, decían: “Maldito el que cuelga de un madero”. Por lo tanto, fue llevado hasta la Cruz, con la finalidad de que nadie le creyera.

Se cumplieron las profecías

Luego entonces, ahora que se encuentra a punto de morir, mediante el Sermón de las siete palabras, en lo que se refiere a la sexta palabra, Jesús puede decir “Todo está cumplido”. Siendo que todas las profecías acerca de Él, ya han sido realizadas.

Más, sobre todo, Él ha realizado lo que es la obra que el Padre le había encomendado, lo cual ha sido el revelarnos que existe un Dios, y que se trata de que es además Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Asimismo, que el Padre hizo la creación de todo aquello que existe mediante su Hijo, según Juan 1,3 y además que todo era bueno de acuerdo al Génesis 1,31. Así como también, a lo largo del tiempo, habló de muchas maneras a quienes fueron nuestros padres, dice hebreos 1,1-2.

Y, luego en lo que se considera, como la plenitud de los tiempos, ha hablado con nosotros mediante su Hijo. El cual ha sido hecho como si fuera uno de nosotros. Siendo que dicho hijo, se ha dirigido a nosotros con las mismas palabras nuestras, así como también con una vida igual que es la nuestra.

Así son las cosas de Dios

Es así como nos es indicado, la manera como son las cosas de Dios. Puesto que es planteado, lo que fue el Plan que Dios ha marcado sobre cada uno de nosotros. Y el cual resulta ser bastante fuerte, como lo es la Muerte.

Siendo que, en ningún momento, fue tan claro el mensaje de Jesús, para con el Hombre, en relación a Dios, como cuando se encontraba clavado en la Cruz, y finalmente enmudeció. Luego entonces, ya había quedado todo consumado, en relación a su vida.

Sin embargo, había algo que era necesario que se terminara de consumar, lo cual era la revelación mediante su misma muerte. Siendo que no se trataba la muerte de Jesús, de un placer para aplacar a Dios, a quien de sobra tiene paternidad, y un inmenso amor para perdonar. Sino más bien se trata de dar ánimo y consuelo a todo aquel hombre el cual pisa esta tierra.

Así es dicho que la carta a los hebreos, en un maravilloso texto, donde se indica que, así como los hijos de los hombres, tienen su participación de la sangre y también de la carne, de la misma forma fue su participación. A fin de que se aniquilara a través de la muerte de Jesús, a quien se considera el señor de la muerte, la mismísima muerte. Y se liberara a todos del temor hacia ella.

El fin por el cual Jesús vino a este mundo

Fue así como se considera el fin, por el cual Jesús vino a este mundo. A fin de que fuéramos liberados del miedo a morir, y que fuera manifestados por todos nosotros nuestro destino. Es bueno señalar que la vida del hombre no se puede resumir a solamente:

  • Nacer.
  • Vivir.
  • Morir.

Lo cual pareciera ser la creencia de muchos. Sino que la vida del hombre, de acuerdo a lo que ejemplificó el Maestro Jesús, se consolida en:

  • Nacer.
  • Vivir.
  • Morir.
  • Resucitar.

Inclusive es por el miedo a la muerte, que han sido dados, una gran cantidad de atropellos en el transcurso de la historia de los hombres. Es posible darse cuenta cuando un niño llora al momento de no tener el amparo de su madre. O cuando un joven procede a desesperarse al momento de tener algún tipo de fracaso, bien sea en su carrera, o bien en su trabajo, o tal vez en el amor.

Sermón de las siete palabras

Siendo que existen entonces, el miedo a que no se pueda sobrevivir. Igual ocurre cuando en la ciencia son buscados los avances de ella misma, a fin de alargar más la vida, lo cual es por miedo a la muerte. Y de esa manera una cadena de sucesos, que todos se hacen finalmente, por miedo a morir.

Después que se supere el miedo a la muerte

Así es que, luego de superado dicho miedo, resulta posible que el amor, proceda a invadir al mundo. Y, además, que se haga posible, que el mundo sea invadido por el amor, el servicio y la entrega, hasta que llegue el día de partir.

Con esta palabra: “todo está consumado”, dicha por el Maestro Jesús, en el Sermón de las siete palabras, nos ha sido revelado lo que estaba guardado en el corazón de Dios. Y de cuál era el Plan que tenía, para la salvación de los Hombres. Así es que luego de esto, comienza a descender en paz el alma de Jesús.

Y así es como con dicha paz, comienza a entrar en la muerte. Para revelarnos, el más grande de los sucesos de la vida y muerte de Jesús, lo cual es su Resurrección. Siendo que esto, no se trata de volver a vivir, sino de entrar en lo que es la plenitud de la vida, pero en Dios, y la cual será para la eternidad.

Séptima Palabra

Éste es el momento donde ya todo ha terminado, y procede entonces a encomendarse en las manos de Dios.

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” Lucas 23,46

Se convierte esta séptima palabra del Sermón de las siete palabras, en la última que pronunciara Jesús. Siendo esta una palabra más suave, más dulce, y la cual pudiera habernos dado la enseñanza, del momento en el cual iba a morir. Es el caso, que el hombre le tiene temor a la muerte, y tal vez por esa razón se la pasa huyendo de la misma.

Sin embargo, para quien cree en Dios, y para aquel que hace la contemplación y oye a Jesús cuando muere, se puede decir que morir no se trata de nada trágico. Que no es el hecho de saltar en un vacío, ni tampoco de entrar en una noche que no tenga fin.

Siendo el caso que los hombres tienen la creencia, de que morimos, y perdemos así la vida. Mientras que realmente lo que ocurre es solamente lo que le sucedió a Jesús: que es el hecho de poner la cabeza en el sitio preciso, en las cuidadosas manos del Padre.

Luego entonces, cuando muere Jesús, lo hace tranquilamente, siendo que hace la inclinación de su cabeza en las manos del Padre y le regala su espíritu a los hombres. Así fue visto por San Juan. Dicho espíritu de Jesús, habrá de continuar con su obra durante el tiempo. haciendo todo lo que sea nuevo, tal como una nueva:

  • Relación con Dios.
  • Como hijos en el Hijo.
  • Nuevo culto y la oración.

Para de esta forma hacer la construcción de su Reino en el amor. Y una muerte nueva que sea extendida, no como si fuera el final, sino más bien, como si se tratase de la cuna de la vida. Siendo esto debido, a que la misma es eterna.

La Palabra que resume su mensaje desde el Sermón de las siete palabras

Termina con la palabra que más quería su corazón, “Padre”. Siendo que la misma hace un resumen de lo que era su mensaje hacia el mundo: “Abbá, Padre” debido a que Dios es Padre, se dedica a eso, a ser Padre. Así que aquí se encuentra, la más grande revelación de Jesús. Teniendo en cuenta que Dios siempre fue Padre.

Más desde el momento en que Jesús estuvo viviendo entre nosotros, le llamó de esa manera, donde se encontraba viviendo nuestra vida y muriendo nuestra muerte, sabemos esto mucho mejor. Fue por esto que vino al mundo.

Motivo por lo cual, no cabe ninguna objeción en relación a la existencia y la bondad de Dios, viendo la forma como vive y como muere Jesús. Siendo que para tal fin, haya venido el Hijo de Dios a este mundo. A fin de que nadie resienta de la paternidad de Dios, nadie que se pudiera encontrar en:

  • Gozo.
  • Dolor.
  • Vida.
  • Muerte.

Así es que, al quitar dicha revelación de Dios como el Padre supremo, no habrá de quedar nada en cuanto al Evangelio. Ponla entonces en todo el mensaje evangélico, y así adquiere pues su propio sentido.

Igualmente, al quitar la revelación de Dios tal como Padre y toda la vida, comienza a hundirse en el absurdo. De igual forma, que, al ponerla la vida entera, incluyendo lo que es llamado muerte, ha de quedar convertido en un canto de alabanza al amor de Dios.

La humanidad se somete a la muerte y el mal
Hay que señalar, que en la Cruz, todo lo que son objeciones impuestas por los hombres a Dios, regresan como un bumerán, en contra de nosotros mismos.

Luego nos damos cuenta en la Cruz, que en realidad esas rebeldías en contra de Dios, porque existe el mal y la muerte, hacen que demos a entender que dicho mal, se encuentra verdaderamente en nuestro corazón, en lo que es nuestro pecado.

Fue así como el Centurión, cuando vio morir a Jesús, comenzó a alabar a Dios, según san Lucas. Siendo que dicha alabanza, es la que debemos todos hacer ahora, la alabanza hacia Dios Padre, por el hecho de ser Amor, y la Paternidad, luego la alabanza al Amado Maestro Jesús, que se convirtió en Jesucristo.

Siendo el Hijo encarnado, por habernos dado la revelación mediante su vida y su muerte. Al igual que la alabanza al Espíritu Santo, el cual hizo posible que dicha buena nueva, en el correr del tiempo llegara hasta nosotros.

«Sea a ti. Oh Señor, todo el honor y toda la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.«

El Sermón de las siete palabras: Enseñanza para la Vida

Son muchos los que se han dedicado al explicar lo que fue el sentido del Sermón de las siete palabras. Las cuales fueran las últimas que pronunciara Jesús cuando se encontraba agonizando. Luego de que sufriera de una cantidad de humillaciones y de vejámenes, a fin de lograr la salvación de la humanidad.

De acuerdo a algunos expertos, el Sermón de las siete palabras, está identificado con las siete frases que fueron pronunciadas por Jesús, en la Cruz, y que las recogieran posteriormente los evangelistas, además de ser comentadas por una cantidad de autores, tal como el Sermón del Viernes Santo.

En cuanto al Sermón de las siete palabras, cuando se encontraba Jesús agonizante en la Cruz, el mismo ha sido extraído de lo que son los cuatro evangelios. Siendo el caso que Lucas, hace el relato de la primera, la segunda y la séptima parte.

Luego Juan, se encarga de recoger lo que son las restantes tres. Siendo las mismas, la tercera, la quinta y la sexta. De la misma manera, Mateo y Marcos, solamente mencionan una, que es la cuarta.

De éstas palabras que fueron pronunciadas por Jesús cuando se encontraba en la Cruz, se recopilaron y analizaron detalladamente, por vez primera, por quien fuera un monje cisterciense de nombre Aranaud de Bonneval fallecido en el año de 1156.

Y a partir de dicho momento, todo lo que fueran las consideraciones de tipo teológicas, así como también piadosas, de dichas palabras, procedieron a multiplicarse.

Sin embargo, fue San Roberto Berlarmino quien era Doctor de la Iglesia, 1542-1621, quien se encargó de impulsar lo relacionado con la difusión y la práctica, mediante su escrito correspondiente, al tratado Sobre las siete palabras pronunciadas por Cristo en la Cruz.

Siendo que, a partir de ese momento, fue propagada la costumbre de que fuera predicado, el llamado Sermón de las siete palabras, el día viernes santo, durante la mañana o al medio día.

Para el año de 1787, la denominada hermandad de la Santa Cuerva de Cádiz (España), hizo el encargo a un compositor de origen austríaco, de nombre Haydn de una obra orquestal, la cual hiciera que se recordase lo que era precisamente el Sermón de las siete palabras que fueron pronunciadas.

Siendo estas pronunciadas por el que se considera como el Varón de Dolores, cuando se encontraba en la Cruz.

Sermón de las siete palabras

1ra palabra

«Padre perdónalos que no saben lo que hacen«, según Lucas 23,34. Se consolida como esa enseñanza que dejó marcada en su prédica y que decía: “Han oído que se dijo: amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo; pero yo les digo: amen a sus enemigos y rueguen por los que los persiguen, para que sean hijos de su padre que está en el cielo”.

Se trata entonces de la invitación al perdón de todas las ofensas y de la contribución de todos por ir en busca de una sociedad y cultura de paz y de reconciliación. Que bueno sería tomar en serio las enseñanzas del Maestro Jesús, y ponerlas en práctica de verdad.

2da palabra

Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Según Lucas 23,43. Así como fueron dichas otras palabras, donde se hace hincapié al día HOY, en el cual se cumplen todas las cosas, tiene el sentido de la salvación el Hoy, tales como:

  • Hoy ha nacido un salvador.
  • Hoy se ha cumplido esta Escritura.
  • Y Hoy hemos visto cosas maravillosas.
  • Hoy la salvación ha llegado a casa.

Esta segunda palabra del Sermón de las siete palabras, brinda la acogida del Señor, a todos aquellos que han pecado, y de forma especial a aquel que tenía grandes deudas con su prójimo y la sociedad.

Siendo que el mismo, hace su acto de arrepentimiento y muestra su Fe en Jesús y en Dios. Es así como se puede considerar la relación entre lo que es arrepentirse de lo mal hecho, y poner la fe en que todo será reconstruido en bien, bajo la gracia del Creador de Todo.

3ra Palabra

Mujer, ahí tienes a tu hijo”. “Hijo ahí tienes a tu Madre”. Según Juan 19, 26 s. lo relacionado con la maternidad de la Virgen María se consolida como un vínculo que se forma en la comunión y la fraternidad.

Allí ella, es encargada de ser la Madre de todos los seres de la Tierra. Convirtiéndose en su protectora y madre. Así como su discípulo más querido, simboliza, a cada uno de los que son los discípulos del Maestro Jesús, y se convierten en los Hijos de María, para seguir con las enseñanzas que él impartió en su estadía en la tierra.

4ta Palabra

«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» De acuerdo a Mateo 27,46. Dicha frase es la que corresponde a un salmo 22, el cual fue pronunciado por Jesús cuando se encontraba en la Cruz.

Siendo que en dicho salmo, se hace la expresión del dolor y del sufrimiento. Más también se manifiesta la confianza en Dios, aún cuando se encuentre en silencio. Es obvio que cuando expresa el Dios mío, Dios mío, está expresando una súplica, para que sea terminada de cumplir la misión encomendada.

5ta Palabra

Tengo Sed”, de acuerdo a Juan 19,28. En primer plano se trata de aquella sed que es de tipo fisiológica, y que es uno, de los más grandes tormentos de aquellas personas que son crucificadas. Siendo que el cuerpo sufre de una gran deshidratación, lo cual produce mucha sed. Igualmente, al momento de acercarse la muerte suele manifestarse también una profunda sed.

En la parte espiritual se dice, que se trató de la sed de que el Padre Dios, consumara lo que ya había dispuesto para Jesús.

6ta Palabra

Todo está consumado”. Según Juan 19,30. Es en esta sexta palabra es donde Jesús indica que ya se había cumplido con todo, lo que había sido la misión encomendada por Dios, para realizar aquí en la Tierra. Estaba pues así cumplida la voluntad del Dios Padre.

Siendo el caso entonces, que cada uno tiene una misión en la vida, y que, siguiendo las enseñanzas del maestro, se ha de entregar al amor, sorteando por las experiencias que toca vivir en el recorrido de la vida.

7ma Palabra

Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. De acuerdo a Lucas 23,46. Resulta lo de mayor impacto de todo esto, lo que se refiere a la más íntima y estrecha comunión, que siempre mantuvo Jesús con su Padre. Invocando en todo momento su presencia. Siendo que además lo presentaba como un Dios que es todo misericordioso.

Es bueno tomar estas palabras como nuestras, y antes de entregarnos al sueño durante la noche hacerla en oración como “Padre en tus manos encomiendo mi espíritu, porque sé que tú el Dios leal y amoroso, me librarás y cuidaras de mí, en esta hora de descanso y sueño. Gracias Padre, Amén”.

Siendo pues, una invitación para entregar al Señor, todos nuestros proyectos, nuestras ansias, problemas y todo lo de nuestra vida.

Las Siete palabras por Enrique Feliz
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