Descubre las meditaciones de hora santa de adoración

Las siguientes meditaciones son el arma perfecta en la cual un devoto a las obras del Señor pueden tener un contacto más cercano con su misericordia. Como todo, las meditaciones hora santa siguen una propia estructura que será mostrada a continuación, bajo el formato de minuto a minuto.

meditaciones de hora santa

Minuto a minuto en la meditación de hora santa

Los primeros 5 minutos en las meditaciones de hora santa generalmente van dedicadas al Espíritu Santo para expresar su cariño y creencia hacia él y sus buenas acciones que ha ejercido en el orador. Nunca es tarde para acrecentar la fe y pedir por todos los seres queridos que atraviesan problemas agudos de pronta resolución. Además de ello, puede conocer los Misterios Gozosos del Santo Rosario para comprender más la vida que llevó Nuestro Señor Jesús en sus mejores momentos.

05-15: inicio de las meditaciones de hora santa

Una vez dejado el mensaje para el Espíritu Santo, dejando por sentado la creencia en su poder, es momento de alabar a Dios. Gracias a él, existe el universo, que para efectos de la palma de su mano apenas es una semilla. Acá los presentes en las lecturas para hora santa están conscientes que tal semilla es esencialmente poderosa a simple vista. A continuación, decir lo siguiente, las veces que sean necesarias dentro de las meditaciones de hora santa:

«Oh Dios mío, adoro cada una de tus virtudes y tu grandeza. Desde la profundidad de mi pequeñez te venero. Eres tan grande y yo tan pequeño»

Entre otras lecturas, también serán válidas en los primeros 10 minutos de la hora santa, como las mencionadas enseguida:

  • Éxodo 33,18-23.
  • Cantar de los cantares 2,8-17.
  • Mateo 2,1-11.
  • Juan 1,1-18.
  • Colosenses 1,15-20.
  • Filipenses 2,6-11.

15-25: contrición

Ya una vez aproximada la primera media hora en las meditaciones de hora santa hay que reconocer cada uno de nuestros pecados con un acto de contrición. Además, un examen de conciencia verdadero tendrá cabida, para experimentar si el amor sentido por Dios es tan genuino como se profesa.

La reparación de estos pecados será fundamental, exclamando lo siguiente: «Oh Señor mío, te pido que me perdones cada uno de mis pecados«. Acá, el orador puede imaginar que está besando las llagas de Cristo crucificado.

meditaciones de hora santa

Lecturas rápidas

  • 1 Corintios 13,4-7.
  • Colosenses 3,5-10.
  • 1 Timoteo 1,12-17.
  • Santiago 3,2-12.
  • 1 Juan 1,5 y 2,6.
  • Salmos penitenciales: 6, 32, 38, 51, 102, 130, 142.

25-40: primera meditación

Para dar inicio a las primeras meditaciones de hora santa, los congregados podrían recordar con detenimiento las estaciones del viacrucis o rezar un misterio. En otro caso, los feligreses leen con detenimiento una brece lectura de los Evangelios con el fin de hacer una breve consideración sobre ellas, o dejar a la libre reflexión de los involucrados para que opinen de los paisajes mostrados en las Sagradas Escrituras.

También es conocida la meditación doctrinal, en la cual están presentes los paisajes del Evangelio, cuyo condicionante remite a los presentados en el propio Catecismo. Por último está la meditación vital, que no es más sino un examen de conciencia aún más profundo en comparación con los primeros minutos de contrición.

Por ejemplo, personas que son vanidosas y egoístas, tendrán que reflexionar sobre el porqué se da más valor a sí mismo que al propio Dios. La intención es orar para servir correctamente a Dios, con concreta fidelidad.

40-50 meditaciones de hora santa para acción de gracias

Es una manera de expresar toda la gratitud a Dios por los dones recibidos o favores cumplidos, personales o por otra persona a la cual se intercedió. No hay que agradecer por la existencia individual, sino por todo lo creado y por el riego de amor que ha derramado sobre todos.

Hay que agradecer por todo y no reservar nada en este espacio para las meditaciones de hora santa. Por ejemplo, acción de gracias a Dios por tener un techo, comida, ropa, familia, salud, amor, dinero. Corresponde agradecer a Dios por la muerte de Cristo, al tratarse de la vía clara para estar en comunión por la salvación.

Hora Santa. Meditación de Mons. Romá Casanova, Obispo de Vic

Lecturas rápidas

  • Génesis 1.
  • Génesis 8,15-22.
  • Job 1,13-22.
  • Daniel 3,46 ss.
  • Mateo 6,25-34.
  • Lucas 17,11-19.

50-55: pedir a Dios

Estos son los penúltimos minutos para realizar meditaciones de hora santa. Si hay necesidades personales y colectivas, no tienen cabidas las reservas y corresponde dejar todo en manos de Dios, por ser el Rey del universo entero.

Sería buen momento para cumplir con una serie de reflexiones para hora santa en todo el proceso de petición para un favor muy especial que el Altísimo debe cumplir. De igual modo, puede profundizar conocimientos sobre cómo implorar la oración de petición para algo urgente.

Como un consejo, en las palabras de petición nunca se debe olvidar a la Iglesia Católica, por tanto, pedir por su buen trabajo, por la salud de sus sacerdotes y ministros laicos jamás estará fuera de lugar. Por todos los religiosos, frailes, personajes que están padeciendo el rechazo del pueblo por llevar la palabra de Dios casa por casa. Reza para que la familia siempre esté protegida de todo mal y peligro.

55-100: últimos minutos en las meditaciones de hora santa

Los últimos minutos para las meditaciones de hora santa están enfocadas en las oraciones finales. Agradecer al Espíritu Santo por todos los favores cumplidos.

Canto de entrada para las meditaciones de hora santa

Junto a ti, al caer la tarde, agradecemos por tener un gran día en nuestra labor. Te ofrecemos, al igual que todos los hombres, el descanso, trabajo y amor. Al caer la noche, las sombras moran para cerrar el cerco. Regresa la alondra a su lugar, oh Padre, para que en su nido siempre esté.

meditaciones de hora santa

Oración todos juntos

Señor Jesús, que esta noche soñamos con hacer esta velada en tu honor, para estar más cerca de tu presencia infinita, expresada en el firmamento a través de las constelaciones. Quizá no tenemos un plan extraordinario, pero el más perfecto es estar cerca de ti. Queremos sentir tu amor. Estamos donde queremos estar.

Nos acercamos a la hoguera para querer amarte, deseamos aprender a amar a través de ti. Lo importante, es que con estas meditaciones de hora santa estamos cerca de ti. Deseamos agradecer, suplicar, callar, no decir nada, solo pedimos estar y poder amar.

Necesitamos tu respaldo, porque estamos dispuestos a escuchar tu palabra, que es sagrada para ejercer de principio a fin. Acógenos como amigos, para al final ser los grandes testigos de tu inmenso amor, derramado a torrentes. Señor Jesús, en esta noche te ofrecemos más que un corazón sincero, sino todo nuestro amor, porque gracias a ti, aprendimos a amar. Sálvanos y llénanos de vida para glorificarte siempre.

Amén.

El mandamiento de amor

En este apartado aparecerán varias lecturas interesantes que son leídas en la hora santa en diversas instituciones eclesiástica. Sigue muy de cerca cada una de ellas.

Amar como Jesús nos ama

«Este es mi mandamiento. Amaos siempre unos a los otros, tal como los he enseñado y amado desde siempre. Nadie tiene más amor que aquel que ha dado la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, siempre y cuando hacéis lo que yo ordeno para su bien. Yo no los llamo siervos, porque los siervos no saben lo que hacen su Señor. Yo los llamo amigos, porque en vosotros confío cada uno de los grandes secretos de la vida».

«Vosotros no elegisteis a mí, sino yo a vosotros. Vayan y den el fruto de nuestra permanencia a través del verbo divino. Al fin que todo lo que os conceda es en honor a mi Padre. Recuerdes, esto os mando: amaos unos a los otros». (Juan 15, 10-16)

Con un amor que sirve

«Estando todos sentados sobre la mesa, se acerca para decirles: ¿Entendéis lo que os he hecho?  Vosotros me llamasteis el maestro y el Señor. Pues yo soy ambas cosas, os he lavado los pies. Ahora bien, entre vosotros pueden hacer esta actividad los unos a los otros. Os he dado ejemplo, para que ustedes pongan en práctica las enseñanzas que Dios les ha brindado». (Juan 13,13-17).

Canto

Un gran mandamiento nos ha mandado Dios, que nos amemos unos a los otros como él nos enseñó. Lo que hagamos al hermano, es lo mismo que hacemos con Dios. Quien no ama a sus hermanos, no es capaz de alabar a Dios. La señal de la cruz es bondad, es amar a todos los hermanos.

Haced esto en conmemoración mía

«Estando en la mesa, tomó el pan, lo acercó hasta cada uno de sus discípulos diciendo: «Este es mi cuerpo, que será entregado en honor para todos vosotros. Hagan esto en conmemoración mía». Una vez dicho esto, observó en la distancia el cáliz, lo tomó y dirigió las siguientes palabras a su gente: «Este es el cáliz, que representa el sello de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna que será derramada para el perdón de sus pecados»» (Lucas 22,14-20).

Al terminar de leer esta importante lectura, todos los presentes en la meditación de hora santa contestarán: Señor mío y Dios mío.

Meditaciones de hora santa intermedias

Un buen día conocimos el verdadero significado de la palabra «amor». Ese amor llegó justo al momento en que El Mesías entregó su vida para el perdón del pecado original de todos los hombres. La sangre quedó derramada en el madero, que a la postre simboliza un importantísimo sello de protección contra todo mal y peligro. Cada día que pasa, el amor ha llegado tan lejos como se ha propuesto. Queremos saciar el hambre con este amor, como lo hicieron los caballeros de Dios sentados en una mesa comiendo del pan y bebiendo del cáliz.

Los sacramentos de Dios son un gran memorial que deja en manifiesto el gran sacrificio que Cristo nos dejó para el perdón de las culpas. Dios, que se dejó despojar para abrir una importante brecha en el que todos no pueden pasar. Para los pobres, este camino podrá atravesar, con amor descentrado podrá accesar.

Sacramento que recrea la dolorosa pasión, muerte y gloriosa resurrección de Cristo, para enseñarnos que si existe la vida después de la vida. Con este gran sacrificio, muere la última posibilidad de expandir el pecado original. Quien cree en Dios, no morirá para siempre.

Sacramento que para nosotros representa la victoria absoluta del amor, el triunfo sobre el pecado, la imposición del bien sobre el mal. Es un memorial definitivo para el triunfo de la vida. Por el sacramento es permitido el amor de los hombres, le enseña a amar.

Canto

Por la fuerza de Cristo te necesitamos para amar, para amar. Que no te importe la raza, sexo, color de piel o religión, por la fuerza de Cristo te necesitamos para amar, para amar. Ama a todos tus hermanos y haz el bien.

Para al que sufre y esté triste, siempre brinda amor, al humilde, al pobre, al afligido, siempre brinda amor. Al que viva a tu lado y te adore, siempre brinda amor. Al que viene de lejos, siempre brinda amor.

Lo más importante no es

  • Que yo te busque, porque tú estás presente en cada uno de mis senderos.
  • Que yo te llame por tu nombre, porque en mi mente y corazón están tatuados por siempre con el mejor de los lienzos.
  • Te grite cuando ya no tenga un aliento más para pronunciar una sola palabra, sino que tú gimes conmigo.
  • Que yo tenga proyectos para ti, si tú mismo te encargas de iluminar mi mente y porvenir para el futuro.
  • Que yo te comprenda, cuando eres tú quien me auxilia en los momentos más dolorosos de mi vida.
  • Hablar de ti con sabiduría, siendo tú quien vives en mí para expresar lo que debo hacer y tomar decisiones correctas.
  • Que yo te guarde en una caja fuerte, porque eres tú esa esponja que se encuentra sumergida en mi océano.
  • Que yo te ame con todo el corazón, siendo tú quien me amas con todo tu amor pese a mis fallas.
  • El tratar de animarse, cuando eres tú el fuego que quema mis huesos para ser optimista y guerrero(a).
  • El silencio es la última palabra, porque con ella puedo encontrarte.

Acción de gracias

  • Gracias Señor por tu gran sacrificio, que nos ha permitido vivir libre de pecado original.
  • Gracias Señor por el pan y vino, que han servido en la Eucaristía hasta alimentarnos.
  • Reconocemos Señor este tiempo perfecto, para adorarte todos los días.
  • Gracias Señor, por todas las bendiciones que has derramado sobre nosotros.
  • Gracias señor, por estas meditaciones de hora santa que nos permite estar en comunión contigo.
  • Agradecidos Señor, por enseñarnos el significado del madero y la sangre derramada por nosotros.
  • Gracias Señor, por ese amor único y sin fronteras que no hace distinción al momento de encontrarnos en hora santa.
  • Gracias Señor, por olvidar cada una de nuestras ofensas hasta perdonar a quienes te humillaron.
  • Agradecidos Señor, porque aun siendo el Altísimo, te arrodillas para enseñarnos tus secretos.
  • Gracias Señor.

Para finalizar con la acción de gracias dentro de las meditaciones de hora santa, corresponde elevar con mucho afecto un Padrenuestro.

Meditaciones de hora santa: testimonios

Si bien es cierto que los testimonios personales de cada presente tiene un valor agregado en las meditaciones católicas, será un buen plan todavía reseñar algunos paisajes escritos en las parábolas, dejando en claro la existencia de Dios y todas sus obras.

Un número por otro

Este relato tiene por protagonista a Maximiliano Kolbe, quien recibió el número 16.670. No obstante, la bondad de este hombre lo orilló a querer cambiar su dígito por el de un padre que estaba condenado a la cámara de gas. El Sumo Pontífice Juan Pablo II organizó lo que sería su santificación durante el año 1982.

La noche del 3 de agosto de 1941, un prisionero que compartía la misma celda con Kolbe escapa, intentando huir de su trágico destino. El Jefe de la prisión envuelto en cólera, decide ejecutar a varios prisioneros al azar, sumando hasta un total de 10 víctimas que compartirían el mismo dolor.

Entre todas las víctimas fatales estuvo presente el sargento Franciszek Gajowniczek, que compartía la misma nacionalidad que el protagonista de este testimonio. La diferencia radica en la vida externa del sargento, quien tiene su esposa e hijos. Maximiliano no estuvo dentro de los elegidos por el Jefe, pero ofrece su vida a cambio del sargento. El Jefe accede ante esta petición, aunque con un castigo diferente para Kolbe: morir de hambre junto a sus 9 compañeros ya enlistados.

Sorpresivamente, Kolbe aún permanecía vivo, rodeado de todos los cadáveres de sus compañeros. Por supuesto, esto provocó el enojo del Jefe, quien se encarga de ordenar una inyección letal para acabar con su vida.

El rey no quiso imitar las acciones de Cristo

En el año 987, Roberto recibe la noticia de su coronación como el Rey de Francia. Su característica primordial se basó en su gran fervor por la Eucaristía y los dones de Jesús. Un gran placer que siempre disfrutó trató de los altares bien decorados, e incluso lo hacía personalmente con ayuda de su gente, como muestra de gratitud por sus bendiciones.

La generosidad del Rey impulsó a sus enemigos para conspirar en su contra, hasta tratar de quitarle la vida. Sin embargo, la confabulación no dio frutos, porque el Rey descubrió a tiempo las artimañas preparadas en su contra. Los culpables recibieron la condena a muerte. Encerrados en la celda, el Rey mandó un sacerdote para que los malhechores se arrepintieran de sus actos antes de morir.

Llegó el día de la ejecución y lo que sería una labor sencilla, pasó a convertirse en una tarea de lamentaciones. Aquella mañana, el Rey recibió en su corte a los familiares y esposas de sus conspiradores, implorando que no les quite la vida. No obstante, los asistentes de Roberto no dieron su brazo a torcer para que ellos recibieran el indulto.

En medio de la multitud, una anciana logra acercarse hasta el podio en que se ubicaba el Rey para arrodillarse, expresando lo siguiente: «Es verdad que estos hombres son culpables de sus crímenes, cegados por la ira y ambición a través de sus buenas acciones. Pero, tened presente, oh Rey querido, que hasta hace unos momentos ellos recibieron el Sagrado Corazón de Jesús y la comunión para el perdón de sus pecados. Él los ha perdonado, ¿por qué usted no puede hacer lo mismo por ellos?».

El Rey, conmovido por las sabias palabras de aquella mujer, habló con todos sus centinelas para perdonarles la vida a aquellos hombres quienes desearon traicionarlo por la espalda. Roberto en ese instante recordó que su nobleza es heredada por Jesús y reitera a todos los presentes que nunca dejen recibir el cuerpo y sangre de Cristo, por simbolizar su sello de máxima protección que todos deben contener para no percibir las tentaciones del demonio.

Al final del día, todo el pueblo reunido en la corte aplaudió la decisión del Rey, reiterando que hasta la fecha ha sido el más piadoso que ha pisado el Palacio. A partir de ese entonces se convirtió en un ídolo para todos.

La cruz abrazada

Un chico que presentó múltiples problemas de conciencia, cargado de muchas emociones exclama: «Señor, ya no puedo más. Siento que mi cruz está demasiado pesada para seguir». A lo que el Señor responde: «Joven, si consideras que el peso de tu cruz es insoportable, guárdala en aquella habitación. Después, escoges la cruz que tú quieras». Desde ese instante, aquel muchacho sintió un gran alivio en su corazón.

Un soldado iraquí pasa a la vida monástica

Este testimonio está narrado en primera persona, cuyo soldado autor sirvió al ejército desde 1984, sintiendo que en su vida faltaba algo para ser realmente feliz. Fue por 4 años un gran militar, pero al mismo tiempo prisionero de su propio trabajo. Un buen día huyó sin dar explicaciones, encontrando en la oración una paz increíble que no pudo describir.

A solas con el Señor, Hora Santa Padre Pedro Justo Berrío

 

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