El relato que nos hace Juan en su evangelio 4:5-43, nos lleva a un encuentro que fuera ocurrido entre Jesús y la samaritana. Siendo que en el mismo, se encuentran implicadas una cantidad de situaciones en donde Jesús da sus muestras de entendimiento, de bondad y sobre todo de mucho Amor. El cual va dirigido hacia aquellas personas que más lo necesitan. Continúa leyendo que sin duda vas a poder reflexionar mucho, sobre todo del comportamiento humano y la búsqueda de lo espiritual.
Indice De Contenido
- 1 Jesús y la samaritana (Juan 4:1-42)
- 2 El Análisis sobre el desarrollo del tema
- 2.1 De Jesús y la samaritana: «El Señor salió de Judea y partió nuevamente a Galilea»
- 2.2 Y le era necesario pasar por Samaria para el encuentro
- 2.3 Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo
- 2.4 Jesús le dijo: Dame de beber
- 2.5 ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?
- 2.6 “Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice: Dame de beber”
- 2.7 “Tú le pedirías, y él te daría agua viva”
- 2.8 “La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla”
- 2.9 “¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob?”
- 2.10 “Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed”
- 2.11 Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás
- 2.12 “Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla”
- 2.13 “Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá”
- 2.14 “Respondió la mujer y dijo: No tengo marido”
- 2.15 “Les dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta”
- 2.16 “Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén”
- 2.17 “Vosotros adoráis lo que no sabéis”
- 2.18 “Porque la salvación viene de los judíos”
- 2.19 “Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías”
- 2.20 “En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer”
- 2.21 “Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad”
- 2.22 “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?”
- 2.23 “Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come”
- 2.24 “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”
- 2.25 “Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”
- 2.26 “Para que el que siembra goce juntamente con el que siega”
- 2.27 “Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él, por la palabra de la mujer”
- 2.28 “Y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos”
Jesús y la samaritana (Juan 4:1-42)
Nos es relatado mediante las sagradas escrituras, de acuerdo a Juan 4: 1-42, lo siguiente:
«Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos), salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. Y le era necesario pasar por Samaria.
Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer.
La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?
Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla».
Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las cosas. Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo, ninguno dijo: ¿Qué preguntas? o, ¿Qué hablas con ella? Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a los hombres: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.
Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. ¿No decís vosotros: ¿Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega?
He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.
Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. Y creyeron muchos más por la palabra de él, y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo».
Todo aquello que nos es dado por Dios llega a nosotros a través del Espíritu Santo. Así es que si deseas conocer como ocurre esto, te invito a que visites el artículo los doce frutos del Espíritu Santo. Allí te vas a enterar de lo que ni siquiera imaginas. ¡Seguro que te será de mucha utilidad!
El Análisis sobre el desarrollo del tema
Debido a que la porción anterior, del relato de Jesús y la samaritana, resulta ser algo extensa. Se hace necesario realizar un esquema, donde se podrán observar los distintos movimientos que se encuentran detallados en el mismo. Entonces nos vamos a encontrar con lo siguiente:
- Se hace la explicación de lo relativo a la partida de Jesús hacia Galilea. Así como también su paso por Samaria, en Juan 4:1-4.
- Luego lo relativo a la conversación sostenida por Jesús y la samaritana, se ubica en, la parte del relato de Juan 4:5-26.
- Posteriormente se presenta la conversación que sostiene Jesús con sus discípulos, que está situado en el aparte de Juan 4:27-38.
- Y finalmente es planteado entonces en Juan 4:39-42, lo relativo al contacto que tuvo Jesús con los hombres que eran de Samaria.
De igual manera, resulta de suma importancia el hecho de fijarse en que los tres temas que sobresalen, para ser analizados son:
- La prédica en cuanto a una lección del evangelismo personal
- En la lección que sigue está la adoración verdadera
- Y luego se presenta la siembre y la siega
De Jesús y la samaritana: «El Señor salió de Judea y partió nuevamente a Galilea»
Veamos pues de Jesús y la samaritana reflexión que inicia, cuando comenzaba su ministerio Jesús, y se estableció durante algún tiempo en Judea. Siendo el caso que en los otros tres evangelios no se recoge este periodo de tiempo. Es el caso que, en el transcurso del mismo se encontraba muy cerca siempre de Juan el Bautista.
Teniendo en cuenta que en los dos casos, estuvieron dedicados a realizar el bautizo, a todos los israelitas los cuales se acercaban a ellos, presentando su arrepentimiento. Aun cuando no fue aclarado por el evangelista, que “los que bautizaban eran los discípulos y no precisamente Jesús”.
Luego entonces de transcurrido en la localidad de Judea algún tiempo, se había llegado a conocer por los fariseos lo que se refería al éxito del ministerio de Jesús, el cual en ese entonces hacía y bautizaba más discípulos que Juan. Siendo que de seguro, dicha situación nueva se comentaba en Jerusalén donde, se comenzó a manifestar cierta preocupación al respecto.
Así es que en el desarrollo del evangelio de Jesús y la samaritana, no les había sido de ningún agrado, lo relativo a la popularidad que había alcanzado Juan el Bautista entre la población local.
El anuncio de la llegada del Mesías
Teniendo en cuenta que su ministerio se había consolidado solamente como el principio, debido a que él mismo había dado el anuncio, relacionado con que existía uno que sería más grande que él. Y que además, se encontraba ya a punto de realizar su aparición. De acuerdo a Juan 1:25-27.
Por lo tanto, posteriormente a que fuera visto por los fariseos lo que se había convertido en un rápido ascenso de Jesús. Comenzaron a sentirse bastante alarmados, debido a que en el fondo de sus corazones, ellos tenían el conocimiento de que iban a comenzar a perder mucho de lo que era, tanto su popularidad como también su influencia sobre la población del lugar.
Sin embargo, debido a que dicha situación persistía, entonces Jesús, tomó la decisión de marcharse de Judea. Siendo el caso que todavía él no deseaba enfrentarse de una manera abierta, con quienes eran los líderes judíos ni tampoco con lo fariseos.
Por lo tanto, tomó la decisión de abandonar el área que tenía de mayor influencia, y volverse hacia Galilea. Teniendo en cuenta que allí la presencia y el poder eran menores.
Y le era necesario pasar por Samaria para el encuentro
En cuanto al relato de Jesús y la samaritana, resulta necesario realizar el siguiente comentario acerca de los samaritanos. En primer lugar, es el caso que se debe entender lo referente a la ubicación geográfica que tenían los mismos.
Siendo el caso que, es posible ver en cualquier atlas bíblico correspondiente al Nuevo Testamento, el hecho de que se pueda observar que durante los tiempos de Jesús, se encontraba Palestina dividida en tres regiones, las cuales eran:
- Judea en el sur
- Galilea en el Norte
- Samaria
En este caso, la misma estaba ocupando lo que era la zona central justamente en el medio de las dos. Así es que dichas divisiones, se encontraban a su vez estableciendo el reflejo de una gran cantidad de diferencias. Tanto de tipo cultural como religiosas, las cuales se planteaban entre los:
- Judíos
- Samaritanos
- Galileos
Así es como por ejemplo, en cuanto a los samaritanos, se trataba de una mezcla que era de judíos con otras personas de diferentes nacionalidades. Luego entonces, en cuanto a la historia de lo que es el origen de los samaritanos, es posible que la encontremos en 2 Reyes 17:24-41.
Siendo que es allí en donde nos es posible leer, que al momento en el cual el rey de Asiria, realizó la conquista del reino del norte. Hizo el transporte hacia otras tierras que ellos dominaban, de la mayor parte de los judíos. Así fue que se pobló lo que se conoce como las ciudades samaritanas, con gente que fue traída de otros lugares.
Se produce una mezcla racial y religiosa
Luego entonces, con el paso del tiempo se produjo lo que se conoce como una mezcla racial, al igual de que tipo religiosa. Debido a que los pueblos los cuales vinieron desde otros lugares, se trajeron con ellos a sus dioses. Y también a sus prácticas de tipo idolátricas. Las mismas que se fueron incorporando al culto de Jehová.
Posteriormente, al momento en que se regresaron los judíos del cautiverio que se produjo en Babilonia. Y que además empezaron a reconstruir el templo, así como también a la ciudad, los que eran los habitantes de Samaria, procedieron a oponerse a dicha obra. Además, se convirtieron pues en sus opositores principales.
Luego entonces de que transcurriera el tiempo, los mismos procedieron a erigir su propio templo, lo cual fue en Gerizim. Asimismo, tenían la disposición de ejemplares del Pentateuco, lo cual estaba aceptando lo que había sido revelado por Moisés. Pero que fue rechazando el resto de los escritos correspondientes al Antiguo Testamento.
Así es que con todo esto, es posible darse una idea en cuanto a la razón por la cual “judíos y samaritanos no se trataban entre sí” según Juan 4:9. Aun cuando de hecho, no sea posible que se entienda con esto, que solamente no se hablaban entre ellos mismos. Sino que se tenían un odio muy verdadero, que se encontraba arraigado en ambos bandos en lo profundo de sus corazones.
Insultaban a Jesús diciéndole Samaritano
Siendo el caso que era tanto, que al momento en que los judíos deseaban propinar insultos a Jesús, procedieron a decirle que él era un “samaritano y que tenía demonio” de acuerdo a Juan 8:48. Luego entonces tal como era de esperarse, los samaritanos tampoco procedían a recibir a los judíos al momento que estos hacían paso por su territorio.
Es bueno recordar también, lo que fuera el incidente al momento de una ocasión cuando Jesús procedió a enviar a algunos de sus discípulos hacia una aldea propia de Samaria. Esto con la finalidad de que se hicieran algunos preparativos, pero los samaritanos no quisieran hacer la recepción.
Debido a que el aspecto que presentaban era como el de ir hacia Jerusalén. Luego entonces, los discípulos le dieron como respuesta la petición al Señor de que cayeron entonces fuego del cielo sobre ellos y los consumiera, según Lucas 9:51-56. Siendo la respuesta del Señor un regaño. Y luego se marcharon hacia otra aldea.
Fue pues debido a dicha tensión en cuanto a sus relaciones, que al momento en que un judío deseaba establecer un viaje desde la localidad de Judea hacia Galilea, normalmente debería cruzar el río Jordán, rumbo al este, pasando a Perea bordeándole hasta que llegara a la parte Norte, en donde lo cruzaría de nuevo a fin de entrar en Galilea.
Es de destacarse por supuesto, que no se trataba este del más corto de los caminos, pero era esta la manera de evitar el paso por Samaria, lo cual debido a la hostilidad que reinaba entonces, les ayudaba a evitarse una cantidad de problemas y de situaciones que se tornaran desagradables.
En relación al versículo de Jesús y la Samaritana
Al continuar analizando el versículo, es posible observar que nos cuenta que fue considerado por Jesús, en su viaje de Judea hacia Galilea, la necesidad de pasar por Samaria. Luego entonces surgen algunas interrogantes como:
- ¿Cuál se puede considerar la razón para esto?
- ¿Por qué razón no podía, como hacía el resto de los judíos cruzar el Jordán?
- ¿Por qué resultaba necesario que se atravesara Samaria?
Luego entonces, debido a los acontecimientos que posteriormente ocurrieran allí, y que es recogido en este aparte, es por lo que queda muy clara la necesidad de que se expresaba, lo que sería la misión divina que tenía Jesús en Samaria. Y de una forma particular con una mujer samaritana la cual estaba necesitándolo.
Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo
En cuanto a Jesús y la samaritana, se tiene pues que el Señor arribó a una ciudad llamada Sicar, la cual es de Samaria, lo cual fue a la heredad de José la cual le fue dada por su padre Jacob. Resulta algo difícil el hecho de saber exactamente a qué lugar concretamente es referido.
En algunos casos han pensado que se trata de la ciudad de Siquem. Igualmente, mediante el Génesis 33:18-19, es conocido que Jacob, hizo las compras de un terreno situado en las cercanías del mismo. Siendo este lugar el sitio donde se sepultaron finalmente los huesos de José, según Josué 24:32.
Más cabe señalar, que mediante la historia sagrada no es posible saber absolutamente nada, en relación a algún pozo el cual fuera dado a José por el patriarca. Así como tampoco es posible asegurar el hecho de que Sicar, se tratara pues de Siquem. Por lo tanto, será necesario entonces, una vez más, esperar a que sean avanzadas las investigaciones de los arqueólogos.
Sin embargo, es posible fijarse en otro detalle el cual resulta de suma importancia, y es el de que “Jesús cansado del camino, se sentó junto al pozo”. Siendo que de hecho, al parecer se encontraba más cansado que sus propios discípulos. Debido a que él se paró allí a descansar, mientras que sus discípulos se iban hasta la ciudad, con el fin de hacer algunas compras de comida.
De seguro que es necesario pensar, que todo aquel esfuerzo que realizaba de tipo espiritual, para enseñar. Así como también para sanar y restaurar, el cual realizaba Jesús, posteriormente le ocasionaba un fuerte agotamiento. Siendo el caso que no era sentido por los discípulos, los cuales solamente se encargaban de observar.
Juan resalta la naturaleza humana de Jesús
Luego entonces mediante este relato, nos es querido hacer notar por el evangelista, que era muy real su naturaleza humana. Así como también resulta de sumo interés que en un evangelio tal como el de Juan, en donde son tantas las veces en las cuales se hace énfasis en cuanto a la divinidad del Hijo.
Es detenido constantemente por el evangelista el relato, con el fin de que sea mostrado lo relacionado con las reacciones humanas de Jesús.
Tales como son por ejemplo, el caso cuando indica que Jesús lloró al encontrarse ante la tumba de Lázaro, su amigo, según Juan 11:35. De la misma manera como indica, que fue turbada su alma ante lo que era la inminencia de su paso por la cruz, según Juan 12:27.
Al igual que como fue conmovido su espíritu, al ser traicionado por uno de sus apóstoles, como indica Juan 13:21. O también el momento en el cual se encontraba en la cruz y tuvo sed, de acuerdo a Juan 19:28.
Es bueno también notar otro detalle pequeño, el cual además se le da una cierta importancia. Siendo que podemos observar que Jesús, le solicitó a sus discípulos que se adelantaran, con el fin de que compraran algo para comer en la ciudad. Y por supuestos que, nada tiene esto para considerarlo como un hecho extraordinario.
Jesús no hacía milagros para satisfacer sus necesidades
Sin embargo, más adelante será posible observar cuando Jesús realiza la multiplicación de los peces y los panes, a fin de poderle dar de comer a una gran multitud que se encontraba hambrienta.
Entonces surge la interrogante del por qué, no fue hecho esto mismo por Jesús, cuando se presentó este momento. Con el fin de que no tuvieran que esperar, a que regresaran sus discípulos de la ciudad portando la comida. Y luego entonces de esta manera, darle calma a su hambre de manera rápida.
Luego entonces la respuesta que surge es que Jesús, no realizaba los milagros con el fin de ejercer su satisfacción propia. Siendo que entonces, él estaba sujeto al orden normal que tenían las cosas y pues vivía tal como el resto de las personas.
Asimismo, de esta manera también nos fue enseñado que Dios no se va a encargar de hacer lo que nosotros debemos realizar por nosotros mismos. Además de que el principal objetivo en relación a sus milagros, no se trata de la facilitación de nuestra vida. Sino una manera de mostrarnos lo que es su gloria al resto del mundo.
En cuanto Jesús y la samaritana, al mirar bajo la perspectiva humana, es posible que pensemos que el propósito único de Jesús al momento en el cual se quedó solo en el pozo. Fue el hecho de tener un rato para descansar, mientras tanto los discípulos hacían las compras de la comida. Pero vino una mujer a sacar agua.
Los planes presentes en el encuentro de Jesús y la samaritana
Sin embargo, eran otros los planes que tenía Jesús. Puesto que la ruta que había elegido de Samaria, era precisamente porque se encontraba buscando a una mujer la cual estaba necesitando con urgencia. Y que en su omnisciencia tenía el conocimiento de que en dicha hora, con el fin de sacar agua, iría ella hasta ese pozo.
Así es que al parecer en cuanto a la hora, resulta que la sexta no era la hora en la cual era más apropiado ir a recoger agua. Debido a que según este pasaje, dicha mujer era la única persona, la cual había hecho la elección de dicho momento a fin de hacerlo.
Resulta pues probable, que el resto prefería acudir antes o luego. Siendo el momento cuando el calor producido por el sol, no se sintiera tan intensamente.
Luego entonces, resulta probable que por cierta razón, que quizás posteriormente se pueda deducir, la samaritana no deseaba tener compañía. Siendo esto conveniente para el Maestro Jesús, debido a que sería apropiado para que pudiera surgir una conversación entre Jesús y la samaritana, de una forma muy personal. Sin ningún tipo de distracción.
Fue elegido el encuentro entre Jesús y la samaritana
Por lo tanto, se puede observar que Jesús se encontraba buscando a la samaritana, y que además fue elegido por él, el más adecuado de los momentos para acercarse hasta ella.
Por lo tanto, es aquí donde se presenta el encuentro de Jesús y la samaritana, en donde podemos mirar el ejemplo, de la manera como eran evangelizados los perdidos por el Maestro Jesús. Es de notar de manera especial la forma tan sencilla en la cual el Señor le exponía a esta mujer la verdad. Puesto que dentro de todo aquello que logró con sus palabras se tiene que:
- Le mostró su necesidad espiritual
- Despertó su conciencia
- Le contestó a todas las preguntas que estaban inquietando su alma
Con la finalidad de llevarla finalmente hasta lo que es la le fe en él, quien fue el Mesías y Salvador autentico del mundo.
Jesús le dijo: Dame de beber
Al momento en el cual llegó la mujer al pozo el día del encuentro entre Jesús y la samaritana, ella aún no tenía el conocimiento de lo que estaba preparado por Dios para ella. Sin embargo, estaba todo preparado para que tuviera un encuentro con el mismísimo Hijo del Padre Dios, siendo el mismo que daría un completo cambio a su vida entera.
Así es que fue Jesús el que dio inicio a la conversación. Y de una forma curiosa lo hizo solicitándole a la samaritana un favor, por lo que le dijo: “Dame de beber”. Sin duda alguna, que en ese momento la mujer se sintió muy importante, puesto que era ella la que se encontraba con los medios para sacar del pozo agua.
Igualmente, es muy notable el hecho de observar la manera como Jesús, procedía al acercamiento con mucha humildad a los hombre y mujeres. Teniendo en cuenta, que no estaba en la búsqueda de impresionar a nadie con lo que era su gloria y su majestad. Y que bueno que lo hizo de esa manera, porque si fuera de otra, es posible que todos hubiésemos salidos corriendo de temor.
Todos se espantan de la manifestación de la gloria
Solamente es necesario recordar aquel momento en el cual Dios, hizo la entrega de la ley a los israelitas, lo cual fue en el monte de nombre Sinaí. Y fue entonces cuando hizo manifiesta su gloria. Siendo que de acuerdo a los Hebreos 12:18-21, todos se quedaron espantados y temblando.
Es por tal motivo, que cuando trataba con los hombres el Hijo, procuraba siempre encubrir su gloria, lo cual hacia bajo una débil apariencia de ser humano. A fin de así poderse acercar con mayor facilidad, sin que se sintiera atemorizado, todo aquel que fuera pecador.
Luego entonces, Jesús le había pedida a la samaritana agua, per ¿sería que ella le querría dar de bebes a este judío totalmente desconocido?
¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana?
Luego entonces es percibido de manera inmediata en la respuesta de la mujer, la plena desconfianza que reinaba entre los que eran judíos y los samaritanos. Siendo que debe añadirse además, lo relativo a la diferencia entre los sexos.
Debido a que la samaritana también deja claro que ella era una “mujer”. Y para completar el caso fueron saltados por Jesús, todos aquellos convencionalismos sociales. Los mismos que eran propios en dicha cultura, y los cuales además le prohibían a un rabino judío, el hecho de que le pidiera algo a una mujer.
Sin embargo, no surgió ningún reconocimiento por parte de Jesús, en relación ni a las divisiones ni tampoco a las enemistades, que pudieran existir entre los hombres. Siendo que las mismas fueran originadas tanto por:
- La raza
- La religión
- El sexo
- Cualquier otra situación
Siendo el motivo el hecho de que todos nosotros, como seres humanos nos encontramos necesitados de obtener por igual la salvación. Así es que, aun cuando los “judíos y samaritanos no se trataban entre sí”, Cristo trató con todos ellos.
Es por ello que lo primero que fue percibido por la mujer, fue que dicho judío no se trataba de alguien como el resto. Puesto que él si se encontraba dispuesto a acercarse a los que eran llamados como “los odiados samaritanos”. Además de establecer trato con los mismos.
De cualquier forma, en cuanto al encuentro entre Jesús y la samaritana, no sirvió para que ella le complaciera, aliviando su sed al darle un poco de agua.
“Si conocieras el don de Dios, y quien es el que te dice: Dame de beber”
Luego entonces, a pesar de que la mujer se negara, Jesús persiste en la conversación y le dice, que tenía un agua la cual era mejor que la de ese pozo.
Y además que él, sí que se encontraba dispuesto a compartirla con ella. Es de esta forma que aun cuando se partió de algo tan material como el agua, el Señor empieza a hablarle sobre las realidades de tipo espirituales, los cuales son sin duda:
- El don de Dios
- El agua viva
Es bueno señalar la manera como hacer la presentación de este aspecto, siendo que comienza cuando le dice: “Si conocieras…”. Siendo que con esto se le propina un toque algo misterioso, el cual tiene la finalidad de ocasionar en la mujer extrañeza y tal vez algo de curiosidad, a fin de que se sienta obligada a reflexionar.
Por lo cual se trata pues, de una manera de hacer la incitación a la mujer. A fin de que se haga una serie de preguntas, y así se le despierte el interés por saber lo que le quiere decir Jesús.
Jesús y la samaritana hablando del don de Dios
Posteriormente, procede a hablarle de lo que es el “don de Dios”. Debido a que es desconocido por la mujer tan maravilloso regalo de Dios. Es así como nos podemos imaginar ciertos pensamientos en dicho momento, y quizás algunas interrogantes, tales como:
- ¿En qué consistiría dicho regalo?
- ¿Es real que Dios me quiera regalar algo?
Siendo que la vida es tan dura, y que hay que ganarse todo por sí mismo. Entonces suena algo sospechoso que alguien, le quiera regalar algo sin que no reciba luego algo a cambio.
Luego entonces en el encuentro de Jesús y la samaritana, al final le habla acerca de Él mismo, diciéndole: “si conocieras quién es el que te dice: dame de beber”.
Aun cuando no tenía la samaritana ni idea, Jesús, el que se encontraba hablando en aquellos momentos con ella, resultaba ser el regalo de Dios a todo el mundo. Puesto que, en él, Dios se ha encargado de manifestar todos sus dones y atributos, los cuales son a favor de los hombres, tales como:
- Su gracia
- Misericordia
- Justicia
- Perdón
- Santificación
“Tú le pedirías, y él te daría agua viva”
Estaba siendo ofrecido por Jesús algo de suma importancia a la samaritana, y siendo esto a pesar que la misma en todo momento se negó a siquiera darle un poco de agua del pozo. Así que considerando la actitud que esta mujer plasmaba, es posible sacar una pobre opinión acerca de ella.
Más sin embargo si procedemos a pensarlo mejor. Es así como es con Él constantemente. Siendo que procedemos a negarle a Dios lo que le corresponde por derecho de nuestras vidas. Pero, aunque así sea, él siempre continúa buscándonos, a fin de darnos en ofrecimiento su precioso regalo que es “el agua viva”.
Luego entonces nos podemos preguntar ¿En qué consiste esta “agua viva”? Bueno, el pozo de Jacob, el cual es el pozo donde se encontraban Jesús y la samaritana, se llenaba con el agua procedente de la lluvia. La misma se encargaba de hacer la saturación del terreno.
Siendo que se trataba de una especie de cisterna, la cual contenía buena agua. Sin embargo, no se podía comparar en ningún momento, con el agua procedente de un manantial. Siendo el cual brotara de manera constante, y que siempre se encontrara fresca cuando está fluyendo.
Aun cuando, es de señalarse, que todo esto se trata más bien de una manera simple, en cuanto a la ilustración de lo relativo a las verdades espirituales. Las cuales Jesús estaba compartiendo con la samaritana. Y las que finalmente estaban apuntando más bien, hacia la vida eterna con todo un cúmulo de inagotables bendiciones.
De cualquier manera, resulta de importancia el notar además, que aun cuando esta “agua viva”, se encuentra siempre a plena disposición de todos los hombres. Y además de una manera completamente gratuita, solamente los que la piden serán capaces de apropiarse de la misma.
“La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla”
Resulta evidente que la mujer, en ningún momento logró comprender lo que le decía como lenguaje espiritual Jesús. Puesto que ella estaba ignorando que aquel judío con el que se encontraba hablando, se trataba de Salvador del mundo.
Así como tampoco podía comprender lo grande que era la salvación la cual le estaba siendo ofrecida de una manera gratuita. Todo esto debido a que para ella, Jesús simplemente se trataba de un judío, el cual se encontraba necesitado.
Así como también que estaba cansado, sediento y con las manos vacías, por lo tanto. Se preguntaría ¿qué sería lo que le podría ofrecer a ella? Contrariamente, ella se trataba de una mujer, la cual contaba con todos los recursos necesarios a fin de brindarle ayuda, proveyendo el agua para lograr calmarle la sed.
Por lo tanto, la cuestión, se trataba más bien de ¿quién tenía la necesidad de quién? Jesús de la samaritana o tal vez sería la samaritana de Jesús. Puesto que la mujer solamente estaba viendo en Jesús a un viajero, el cual era desvalido, que no tenía ningún medio para poder sacar agua del pozo, y de esa manera calmar algo de su sed.
El rechazo actual a creer en Jesús
Igualmente, ahora, son muchos los cuales se encuentran rechazando el creer en Jesús, un Cristo que fue crucificado, además vencido. Y que en sus últimos momentos de vida, repetía continuamente en el medio de su ruda agonía, aquella misma frase de “Tengo sed”, según Juan 19:28,
Así es que no tienen la capacidad de mirar que detrás de aquella humanidad, estaba el mismísimo Hijo de Dios, el cual le ofrece a la humanidad una vida que es eterna. Igualmente, hoy como ayer se siente a los hombres autosuficientes, y se creen que no tienen la necesidad de Dios. Así como también que en el caso de que llegara a creer en él, se encontrarían haciéndole más bien un favor a Dios.
“¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob?”
Más, sin embargo, aun con su debilidad, pareciera que la mujer se encontraba comenzando a percibir una autoridad, la cual era inusual en Jesús, y que tal vez fue por tal razón, que la actitud adoptada fue la de la defensiva: “¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados?”.
Como se ha dicho ya, en la historia bíblica sobre el encuentro de Jesús y la samaritana, no es dado ningún detalle sobre algún pozo que fuera dado por Jacob a sus descendientes en lo que se conoce como la tierra de Palestina. Luego entonces se pudiera tratar de algún tipo de tradición.
Sin embargo, cual sea el caso, fue aprovechado este momento para que la mujer realizara la comparación entre Jesús y Jacob. Teniendo en cuenta claro, que fue colocado en un plano de una inferioridad bastante clara. Sería que se preguntaba ¿Quién se creerá este judío tan joven para dar en ofrecimiento “agua viva”, la cual sea mejor que la que se obtenía desde el pozo que les había dado el mismísimo Jacob?
Se consideran los samaritanos descendientes de Jacob
Siendo el caso que, era sentido mucho orgullo por parte de los samaritanos a su padre Jacob. Del cual ellos pretendían ser sus descendientes a través de sus hijos Efraín y Manasés. Y aun cuando sus vecinos judíos, tal vez discutan acerca de este punto, no existe ninguna duda de que igualmente para ellos lo referido a la figura de Jacob, que era el padre de la nación judía, se tenía en una estima muy alta.
Es así que entonces fue planteado por la mujer, algo que resulta de sumo interés ¿Acaso Jesús se trata de que es mayor que Jacob, el cual es el padre de la nación judía? Luego entonces ¿Quién es Jesús?
“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed”
En cuanto al encuentro entre Jesús y la samaritana. A través de esta respuesta es obvio que el Señor Jesús, procede a dejar fuera de cualquier duda, que él se trataba de un ser que era de una forma infinita más grande que Jacob.
Siendo el caso que lo primero que realiza, a fin de hacer la demostración a la samaritana, es que el agua que estaba en el pozo dado por Jacob, no les calmaba de una forma definitiva su sed.
Realmente Jacob, se trataba de un hombre. Y todo aquello que les podía dar se trataba de cosas que eran materiales, tales como el agua, la cual no va a dejar al hombre completamente satisfecho. Teniendo en cuenta que el alma humana, tiene una serie de necesidades, las cuales son bastante profundas y que no existe nada que sea material lo cual pueda saciarla.
Es de señalarse que todos aquellos que nos encontramos viviendo en sociedades como las actuales, que son materiales, podemos darnos cuenta de ello. Siendo que en la actualidad, el hombre se encuentra afanado en poseer muchas cosas nuevas, intentando desesperadamente el hecho de llenar así su vida, pero sin que llegue a conseguirlo jamás.
Y fue dicho que se volvería a tener sed, al beber agua material
Teniendo que de hecho cada vez más va necesitando muchas más cosas, y que las experiencias sean más fuertes. A fin de que sea llenado el vacío que de manera constante se encuentra creciendo en él.
Luego entonces, es bueno señalar que es necesario el hecho de recordar, las palabras dichas en el encuentro de Jesús y la samaritana: “Cualquier que bebiere de esta agua, volverá a tener sed”.
Por lo tanto, en este momento del encuentro entre Jesús y la samaritana, la mujer debió pensar de una manera necesaria en lo que se refería a su propia experiencia:
- ¿Es que acaso ella estaba satisfecha con la vida que tenía?
- ¿Será que se daba cuenta de que su alma se encontraba cada vez más sedienta?
- ¿Era o no cierto que la religión se había encargado de dejarla vacía y frustrada, sin que le diera respuesta a sus necesidades de tipo espiritual?
Era pues que se encontraba allí, ante el pozo que era del patriarca Jacob, ¿y entonces, de qué le había servido el hecho de beber del agua de ese pozo durante tanto tiempo? ¿En qué aspecto de su vida se había presentado algún cambio?
Más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás
Luego entonces, de que se mostraran las limitaciones relacionadas con lo de Jacob, o de cualquier otro hombre el cual pudiera ofrecer a quienes son sus semejantes. Fue realizado por el mismísimo Señor el siguiente ofrecimiento:
“Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás. Sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”.
Así es que Jesús en este pasaje, se compromete con una promesa que es universal, y que solamente él podrá llenar de una manera plena lo que es el vacío de nuestro interior. Y darnos una felicidad la cual pueda ser verdaderamente duradera. Aun cuanto no ocurriera esto hasta el momento en el cual procedamos a entregarle nuestras vidas.
Luego entonces, frente a lo que son las aguas que se encuentran estancadas del pozo de Jacob, el Señor da el ofrecimiento de un manantial el cual provee de agua que va saltando libre.
El ofrecimiento del encuentro entre Jesús y la samaritana
Teniendo en cuenta que posteriormente, realizó la explicación acerca de que se refería específicamente al Espíritu Santo. El mismo que sería dado por él a todos aquellos que procedieran a creerle. Tal como está descrito en Juan 7:37-39:
«En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él…»
Siendo que esta oferta permanece y permanecerá con toda la vigencia, tanto para los hombres como también para las mujeres, que se encuentren el cualquier lugar. Siendo esto recordado precisamente en el libro del Apocalipsis 22:17, justamente cuando termina:
«…El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente»
“Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla”
Finalmente, las palabras dichas por Jesús, en el encuentro de Jesús y la samaritana, se encargaron de despertar lo que era la curiosidad de esta mujer. Siendo el caso que inclusive en ese momento, solicitó que le diera de esta nueva clase de agua.
Sin embargo, al parecer no se había percatado de lo que había dicho en sus últimas palabras Jesús “una fuente de agua que salte para vida eterna”. Por lo tanto, ella no había dejado de pensar en las cosas físicas, siendo el caso que Jesús se encontraba hablando acerca de las verdades espirituales y las que son verdaderamente eternas.
Mientras tanto ella estaba pensando más bien, en lo que era su propia comodidad cuando no tuviera necesidad de ir hasta el pozo, todos los días para buscar el agua.
Sin embargo, lo que le estaba ofreciendo el Señor era relativo a la otra vida, a la vida eterna. Es pues entonces la mujer samaritana, un ejemplo bastante bueno en cuanto a las dificultades de tiene el hombre de manera natural, de poder entender lo que dice la palabra de Dios.
“Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá”
Luego entonces, de una forma inesperada, es dado un giro en el encuentro de Jesús y la samaritana, y procede entonces a pedirle que hiciera venir a su marido. Y surge la interrogante de ¿Cuál era la necesidad de que fuera traído el marido de la samaritana, para que ella fuera capaz de recibir el agua de vida?
Bueno realmente se puede decir que la presencia de él, no se necesitaba en este sentido. Debido a que cada persona es capaz de tener sus encuentros personales con Jesús, de una manera independiente en cuanto a lo que van a hacer quienes le están rodeando. Estando incluidos allí hasta sus cónyuges en caso de que se encuentren casadas las personas.
Es por tal razón, que lo que tenía como propósito Jesús, en realidad era otro. puesto que Él lo que deseaba era que se entendiera, que no es posible el disfrutar de lo que se refiere a los beneficios del evangelio. Sin que de una manera previa proceda a enfrentarse al pecado, mediante el hecho del arrepentimiento y la confesión.
Luego entonces, no existe duda de que tanto la samaritana, como cualquier otra persona, se encontraba contando con una cantidad de cuentas pendientes en este sentido.
En el encuentro de Jesús y la samaritana se plantea el fracaso de esta mujer
Por lo que el Señor, que de manera perfecta conocía todo lo relacionado con la vida de dicha mujer, hizo un llamado de atención acerca de algo que le causaba a ella bastante dolor y también una especial frustración, las cuales eran:
- Su fracaso matrimonial
- Y su inmoralidad sexual
Así es que en este encuentro de Jesús y la samaritana, es pues bastante evidente que toda la vida de dicha mujer se encontraba como un libro. El cual delante del Señor estaba completamente abierto. Por lo cual la samaritana se encontraba haciendo el descubrimiento, de que no existía absolutamente nada que ella le pudiera ocultar a Jesús.
Luego entonces el Maestro Jesús, utilizó tal conocimiento a fin de darle luz acerca de todos aquellos repliegues que se encontraban en su conciencia. Siendo esto con la finalidad de demostrarle, lo grande que resultaba ser la necesidad de purificación y por supuesto de perdón.
“Respondió la mujer y dijo: No tengo marido”
En cuanto al encuentro entre Jesús y la samaritana, y ante el requerimiento de Jesús la mujer procedió a responder de una manera algo cortante y un poco brusca: “No tengo marido”. Siendo que al parecer se había colocado en guardia. Por lo cual tenía miedo, a que procediera a desenmascararla y exponerla entonces a la luz.
Cabe entonces aquí la pregunta de ¿por qué este tema le molestaba tanto? Puesto que no es ningún pecado el hecho de no tener marido. Siendo el caso que pudiera encontrarse soltera, o inclusive que pudiera ser tal vez viuda. Por lo cual no habría razón para que se sintiera pues acusada.
Sin embargo, ella al igual que Jesús, estaban en conocimiento de que esa respuesta solamente se trataba de una verdad la cual era a medias. Así es que, debido a la sorpresa que la mujer experimentaba, le fue dicho por Jesús: “Bien has dicho: No tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad«.
Luego entonces Jesús, apunto directamente al asunto, sin necesidad de adornarlo ni tampoco de camuflarlo. Y le dio a cada cosa su nombre, siendo que con ello, destapo todo aquello que eran las lacaras en cuanto a su vida moral. Teniendo en cuenta que por supuesto, es seguro que tal situación, resultaba sumamente dolorosa para ella.
Solo quien reconoce que está enfermo va al médico
Sin embargo, solamente cuando una persona comienza a asumir tanto su fracaso, como también su culpabilidad, es cuando resulta posible para Dios el poder hacer algo por el bien de esa alma. Siendo tal como dice Lucas en 5:31-32 “Solamente quien se reconoce enfermo va al médico”.
Y como se ha podido observar, en este encuentro de Jesús y la samaritana, esta mujer se encontraba sumamente enferma, y además con mucha necesidad.
Siendo que por una parte, ella había tenido en su vida la cantidad de cinco maridos, lo cual fue la misma cantidad de matrimonios. Es de tenerse en cuenta que de seguro fueron en una sucesión bastante rápida, lo cual da muestra de su tragedia y de su fracaso.
Para finalmente, y colocando hacia un lado lo que se refiere a lo formal que resulta ser el matrimonio. Esta mujer se encontraba viviendo con un hombre con el cual no se había casado. Y aun cuando ella trataba de buscar una justificación, lo cual pareciera que no lo hacía, se encontraba viviendo en pecado.
Del encuentro de Jesús y la samaritana, Mucho dolor por los fracasos matrimoniales
Por lo cual todas estas situaciones, fueron la evidencia de un descenso moral que esta mujer había experimentado durante hacía ya mucho tiempo. Siendo que fuera probable el hecho de que se agrega, lo referente al dolor que le era producido por los continuos fracasos que de tipo matrimonial había sufrido.
Además, le tenía que agregar el hecho de que también resultaba ser rechazada por sus vecinos. Lo cual fue una razón por la que se dirigía a esas horas, cuando el calor era agobiante, a ir en búsqueda de agua hasta el pozo. Todo esto con la finalidad de que no tuviera que padecer, por las miradas inquisitivas de quienes la vieran en el camino.
Luego entonces de arribar hasta este punto, resulta de suma importancia el hecho de que logremos darnos cuenta de la forma como es valorado por Jesús, algunos comportamientos los cuales, se han tornado como “normales” en la actualidad.
Siendo esto por una parte, aquellos que se encuentran acumulados en relación a los divorcios y los nuevos matrimonios. que la idea que se tiene acerca de que la unión matrimonial resulta ser para toda la vida, al parecer a pasado a quedar obsoleta en la mayor parte de la mente de las personas.
Los referentes para el comportamiento y conducta actual
Cabe señalarse que tanto los actores, como también los cantantes y además los deportistas, se trata de aquellos que ahora se encuentran moldeando lo relativo al carácter que se consolida en las sociedades nuevas, y entonces resulta la interrogante ¿cuál de ellos no tiene al menos dos o tres matrimonios a cuestas?
Es posible que se nos manifiesten como abanderados en cuanto a la libertad, pero que de acuerdo a la manera como el Señor Jesús, hizo el tratamiento del asunto con la samaritana, todo esto no ha hecho sino poner en la luz lo relacionado con el deterioro de tipo moral. Así como también lo que se refiere al vacío existencial.
Y por otro lado, están aquellos que se saltan el matrimonio y que proceden a convivir con una pareja, sin que se haya legalizado la situación. Es bueno también notar que tampoco esta situación recibió la aprobación del Señor. Luego entonces, se hace necesario el seguir el ejemplo de Jesús, el cual le dio a las cosas su nombre correspondiente.
Hemos de tener en cuenta, además, de que el hecho de hacer el intento por ganar almas para Jesús, nunca se debe evitar lo que se refiere al pecado. Siendo el caso que solamente aquellos que hacen el reconocimiento, de que se encuentran perdidos, es como pueden entonces ser salvados. Sin embargo, son bastante pocos aquellos, que se encuentran en la disposición de admitir su situación.
“Les dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta”
En cuanto al encuentro entre Jesús y la samaritana, lo que se refiere al conocimiento que tenía Jesús acerca de la vida íntima que poseía la mujer, fue lo que manifestó la gran omnisciencia del Señor.
Siendo el caso que en este sentido fue dicho en Hebreos 4:13:
«Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta».
Así es que la mujer, en ningún momento negó lo que había sido dicho por Jesús acerca de ella. Sino que más bien no fue capaz de ocultar la sorpresa y la admiración que sintió. Teniendo en cuenta que llegó a reconocer la posibilidad, de que fuera Jesús realmente un profeta.
Luego entonces esto resulta tener un alto significado, debido a que tal como se ha dicho, los samaritanos solamente tenían la creencia en lo que se conocía como el Pentateuco. Lo cual quiere decir, lo que son los primeros cinco libros de la Biblia. Por lo cual ellos no estaban esperando que llegara un rey, sino más bien que fuera un profeta.
Es así que llegó el momento en el cual Jesús le pareció que era profeta. Siendo esto entonces de gran significado, debido a que tal como se ha dicho, los samaritanos solamente tenían la creencia en los primeros cinco libros de la Biblia. Por tal razón ellos no estaban esperando a un rey, sino más bien a un profeta.
Por lo tanto, cuando dijo que creía que Jesús parecía que era profeta. Se encontraba diciendo que había comenzado a tener sospechas, en cuanto a que él se trataba de alguien que tenía realmente suma importancia.
“Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén”
Es muy probable que en el momento de hacer el reconocimiento, o de admitir los fracasos y los pecados, de seguro que todos siempre ofrecemos una cierta resistencia. Es entonces por tal razón que la samaritana hizo el intento en ese momento, de hacer la desviación en cuanto a la conversación, en relación a lo que era su situación particular y personal.
Lo cual desvió hacia lo que era una disputa de tipo teológica, siendo que eso se encontraba en aquella época, bastante de moda:
“Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar«.
En realidad, es imposible saber el motivo o interés por el cual la samaritana quería entrar en dicho debate. Tal como decimos, es posible que solamente se tratara de una forma de hacer una cobertura a lo que era su fracasado y triste pasado personal.
Sin embargo, tal vez se encontraba indicando lo que se refiere a la frustración que le era producida por la religión, en cuanto a su intento por buscar y conocer el camino hacia Dios.
Aun cuando es posible que pudiera parecer algo extraño, puesto que son muchas las personas, que le echan la culpa a la religión en cuanto a su falta de fe. Siendo que en ocasiones se ha oído a muchas personas, que se quejan y dicen: “Yo creo en Dios, pero no en la religión”. Por lo que son estas personas las que tal como la samaritana, se encuentran confundidas por lo que es la religión.
“Vosotros adoráis lo que no sabéis”
Sin embargo, Jesús en ningún momento evitó lo de entrar en el tema, siendo que más bien procedió a abordarlo de una manera frontal. Donde así lo que se tenía, era una divina perspectiva a dicho problema. Siendo sumamente interesante lo que fue su respuesta. Debido a que lo que se encontraba planteado por la samaritana, continúa estando en su vigencia plena.
Luego se preguntan muchos si solamente es un Dios el que existe, ¿Por qué hay entonces tanta cantidad de religiones? ¿Cuál es la verdadera religión? ¿En dónde es que debemos adorar? Asimismo, es por muchos sacada la conclusión, de que existe algo de verdad en cada una de las religiones que existen. Y que además es necesario que se haga entresacar lo que cada una de ellas tiene como lo mejor.
Inclusive existen aún aquellos que tienen el pensamiento de que lo que resulta de mayor importancia es el poder creer en algo. Así que veamos lo que fue dicho por el Maestro Jesús a este respecto.
Bueno con la característica claridad de la cual era portador, procedió a dirigirse a la mujer samaritana, siendo sus términos los que siguen:
“Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos”.
Del encuentro de Jesús y la samaritana el mejor lugar de adoración
Asimismo, en cuanto al debate acerca de mejor lugar o el correcto para realizar la adoración, era afirmado por los judíos que Dios le había dado la elección a Jerusalén. Luego entonces los samaritanos, se habían encargado de construir en el monte Gerizim un templo alternativo.
De igual manera ni existe lugar alguno a dudas en cuanto a Jesús. En ningún momento su respuesta fue ambigua, sino que mas bien se trató de una manera la cual nos pudiera parecer a nosotros hasta un poco brusca inclusive. Puesto que dijo que los samaritanos estaban adorando aquello que no sabían.
Así es que esto se trataba, de una manera de decir que se encontraban completamente equivocados. Y que lo que se encontraban haciendo no le era agradable a Dios. Por lo tanto, a la hora de practicar la adoración, no es que se vale todo.
Siendo que los samaritanos se les olvidó algo que resultaba bastante importante, y que era nada menos que la Palabra de Dios. Teniendo en cuenta que en el Antiguo Testamento era dicho que los israelitas, tenía que hacer la adoración en un sitio que debería ser escogido por Dios.
A fin de que fuera colocado su nombre, siendo esto según Deuteronomio 12:5 que indica:
«El lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ese buscaréis, y allí iréis».
Dios mismo afirma el lugar de adoración
Así como también en una gran cantidad de partes de las escrituras, se encuentra afirmado el mismísimo Dios, que Jerusalén era la elegida para convertirse en el lugar de adoración, tal como es dicho en 2 Corintios 6:6:
“A Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre”.
Por lo tanto, habría que preguntarse ¿Y la base del problema de los samaritanos cuál era entonces? Debido a que no solamente se aceptaban lo que sería una parte de la revelación, siendo concretamente lo que había sido dicho por Moisés en el Pentateuco.
Luego entonces debido a que hacían el rechazo del resto de la Palabra, se encontraban “adorando lo que no sabían”. Fue pues en este sentido, que a pesar de que se habían tenido una gran cantidad de ventajas por encima de algunas otras naciones que eran paganas. Finalmente estaban muy lejos de lo que era la adoración verdadera tal como los idólatras atenienses.
Siendo que a los mismos el apóstol Pablo los encontró haciendo adoración delante de un altar, en el cual se encontraba escrito lo siguiente: “al dios no conocido”, según Hechos 17:23.
Así es que se podría concluir entonces que no se puede por ningún concepto practicar de una manera adecuada a Dios, si estamos desconociendo lo que dice su Palabra. Por lo cual era a esto lo que Jesús hacía referencia, cuando dijo más adelante: “los verdaderos adoradores adorarán al Padre en verdad”.
Es por ello que resulta necesario hacer una profunda reflexión, bastante seria acerca de dicho asunto. Puesto que es posible ser un adorador falso, si no se tiene un conocimiento suficiente de lo que es la Palabra.
“Porque la salvación viene de los judíos”
No resultaban impedimento para decir la verdad, la gracia y la ternura que el Señor Jesús poseía. Aunque dicha verdad fuera chocante para el oyente. Es así como se encargó de afirmar de una manera bien categórica, algo que debe haber sido sin duda, no de mucho agrado para la samaritana: “La salvación viene de los judíos”.
Siendo que esto entonces implicaba de una forma necesaria, que se encontraban equivocados los samaritanos, en cuanto al camino que estaban siguiendo para buscar su salvación.
Es de hacer notar entonces, que esta advertencia o situación es una alerta para todos nosotros, debido a que de manera contraria a lo que es creído por muchos, no son todos los caminos conducentes a la salvación.
Luego entonces, es necesario aclarar ¿en qué sentido va a venir de los judíos la salvación? Tenemos entonces que esta afirmación está basada, en el hecho de que Dios se encargó de enviar de una manera especial, su revelación a través de los judíos.
Puesto que ellos fueron escogidos por el mismísimo Dios, tal como un instrumento para los efectos de recibir, guardar y hacer la transmisión, de todo lo relativo a la palabra de Dios. Y ha de ser mediante la revelación de Dios, que será posible el hecho de que se pueda saber exactamente cuál es el camino que se ha trazado por él mismo, a fin de lograr la salvación.
Siendo que esto se puede encontrar en Romanos 3:1-2:
«¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios.«
El Salvador del mundo es descendiente de Abraham
Luego entonces resultan de mayor importancia que lo anterior, el hecho de que se nos fue informado que el que venía a salvar el mundo, se trataba de alguien que sería procedente de la descendencia de Abraham. Lo cual ha sido anunciado bastante claro en las Escrituras, según Romano 9:4-5, donde nos es informado que:
«Son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.»
Es por tal motivo que los samaritanos se encontraban equivocados, debido a que estaban esperando que la salvación iba a venir mediante su pueblo. Siendo que el Salvador del mundo era judío. Luego entonces, es posible imaginarse toda la resistencia que fuera ofrecida por ellos, a fin de hacer el reconocimiento de que su Salvador era un judío.
Por lo cual sin duda, el odio que era profesado entre estos dos pueblos, se convertiría en un obstáculo muy grave para tal logro. Siendo que inclusive, se encuentra ocurriendo algo similar, a una cantidad de millones de árabes los cuales no son capaces de aceptar, que la eterna salvación de Dios va a venir a través de los judíos.
“Le dijo la mujer: Sé que ha de venir el Mesías”
Es de señalarse que las enseñanzas que fueron recibidas por la samaritana, le ocasionaron una impresión bastante profunda. Llegando hasta el punto de que empezó a reflexionar y pensar en el Mesías. Siendo que el mismo al momento de venir, le haría la declaración de todas las cosas.
Y de una manera muy probable, dentro de lo más profundo de ella misma, algo le hablaba y le decía que aquel judío, el cual se había acercado a ella en el pozo de Jacob, con el fin de pedirle agua, era probable que se tratara del Mesías que habían estado esperando.
Siendo que acaso ¿no le había hecho la declaración con toda la claridad de cuál era su estado moral. Y además, le había hecho la explicación de todas aquellas dudas que eran de tipo teológicas? Luego entonces al parecer, tanto su mente como su corazón, comenzaron a hacer el establecimiento de esa conexión que existía entre Jesús y el Mesías.
Teniendo que de hecho, fue de esa forma como hizo el planteamiento a los samaritanos que se encontraban en la ciudad, un poco más tarde, según Juan 4:29:
«Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?»
La declaración del propio Mesías en Jesús y la samaritana
Luego entonces en cualquiera de los casos, a la samaritana no le quedó ninguna duda en cuanto a dicho asunto. Siendo que al momento en que el mismo Jesús le hizo la declaración de que él era el Mesías: “Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo”.
Resulta necesario parar un poco en este punto. Debido a que es esta la única ocasión en la cual el Maestro Jesús realizó una tan clara manifestación de lo que era su naturaleza al igual que de su misión mesiánica. Siendo que es sorprendente que el hiciera la elección para este fin a una mujer la cual era samaritana, y se consideraba como inmoral.
Más fue dicho por Jesús, de acuerdo a Mateo 11:25-26:
«En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.«
Hay que señalar pues, que no se hizo la revelación a Nicodemo, que era el principal de los judíos. Ni tampoco se la hizo a los eruditos escribas, ni a los fariseos tan estrictos. Siendo que finalmente, la hizo fue a una mujer que era de Samaria.
En el encuentro de Jesús y la samaritana “Quiso decir Yo Soy el Mesías”
De la misma forma, resulta también de importancia el hecho de hacer la consideración, en cuanto a la exacta manera de lo que fue esta declaración. Siendo que fue dicho por Jesús: “Yo soy”. Y luego entonces por supuesto, que de manera gramatical, queda sobreentendido que lo que el quiso decir fue: “Yo soy el Mesías”.
Sin embargo, ninguno de los que conocían el Pentateuco iba a poder dejar de hacer la asociación de estas palabras de Jesús. Siendo con aquellas que fueron dichas por Dios cuando se le presentó a Moisés en lo que de acuerdo al éxodo 3:13-14 fue la zarza ardiendo.
Teniendo en cuenta que, de hecho, se trataba ésta de la primera aparición de esa expresión tan importante de “yo soy”, que posteriormente sería utilizada por Jesús en una gran cantidad de ocasiones, durante el evangelio de Juan. A fin de hacer la revelación de su naturaleza verdadera. Lo mismo será visto posteriormente.
“En esto vinieron sus discípulos, y se maravillaron de que hablaba con una mujer”
Así es que surge pues una interrogante sobre este aspecto que es ¿Cuál entonces fue la razón por la cual, los discípulos estaban maravillados del hecho que Jesús, se encontrara hablando con una mujer?
Hay que señalar sin duda que, en los actuales momentos y con nuestra cultura, resulta ser esto bastante normal. Pero es de señalarse que entre los judíos se destacaba un precepto que era rabínico el cual decía: “Nadie hable con una mujer en la calle, ni con su propia esposa”.
Siendo el caso que Jesús era considerado por los discípulos como un rabí, luego entonces, les pareció que la actuación de Jesús se encontraba muy debajo de lo que era su dignidad.
Pero sin embargo, no le fue dicho nada por ninguno de ellos, dado a que sentían un profundo respeto. Además de una alta reverencia la cual sentían por él.
“Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad”
Bien, mientras todo esto ocurría, la mujer procedió a desaparecer de una manera rápida de toda aquella escena, y se dirigió hacia la ciudad. Asimismo, fue observado por el evangelista que allí dejó inclusive su cántaro. Lo cual indica que es un detalle con mucho significado.
Siendo que es posible pensar acerca de este hecho, que posiblemente la mujer lo dejó con el fin de que Jesús bebiera agua. Siendo el caso que, aunque Jesús manifestó su petición y su sed, todavía la mujer, no le había suministrado agua.
Aun cuando esto pudiera ser posible, de seguro que el cántaro fue dejado allí, con el propósito de poder arribar de una forma más rápida hasta la ciudad. Debido a que como vamos a ver ahora, había comenzado a sentir mucha urgencia, en cuanto a realizar la comunicación a todos sobre el descubrimiento que acababa de hacer.
No resulta pues difícil el hecho, de poder entender que se encontraba su corazón rebosante de alegría, debido a todo aquello que había escuchado. Y por tal motivo, el hecho de cargar con el cántaro, solamente le iba a servir para ocasionarle más bien retraso.
Ya no le importaban sus bienes materiales
En otro sentido, también resultaba como un indicio muy claro, de que existía la intención de regresar hasta donde se encontraba Jesús. Además, resulta de sumo interés, el hecho de ver que de repente lo relativo a sus bienes materiales, ya no resultaban tener tanta importancia como la presencia de Jesús.
Lo cual evidenciaba de una manera muy importante, el hecho de que la semilla que había sido sembrada en ella mediante Jesús, se encontraba ya en el proceso de germinación.
Asimismo, otra prueba más relacionada con esto se refiere a la necesidad de que de forma repentina, empezó a compartir con el resto de los que habitaban la ciudad, todas aquellas verdades que terminaba de descubrir sobre Jesús. Quien era el Salvador del Mundo.
Siendo el caso que ante tanta maravilla, era imposible que permaneciera callada. Lo cual da fe de lo que es una prueba acerca de la vida en Cristo.
“Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?”
Es entonces a partir de este momento, que nos encontramos con el testimonio de aquella mujer. La cual en su ciudad hizo la introducción de Jesús, como el Mesías.
Resulta de sumo interés el que se note lo hábil que fue para dirigirse a sus paisanos. Siendo que en ningún momento mostrara algún tipo de postura de superioridad. Haciendo la afirmación de que había encontrado al Cristo.
Sino que más bien utilizó una femenina intuición muy fina, la cual suscitó en quienes le escuchaban suma curiosidad: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿no será este el Cristo? Siendo que es posible que se aprenda mucho acerca de este momento, para dar a otras personas algún testimonio.
Resulta de cualquier forma indudable, que la vida que esta mujer tuvo de forma licenciosa, resultaba muy bien conocida en su ciudad. Así como también que resultaba de esperarse el hecho, de que nadie la tomaría muy en serio. Más, sin embargo, ella procedió a tomar la misma táctica que había utilizado Felipe antes con Natanael quien según Juan 1:46 dijo “Ven y ve”.
Lo que evidencia que con sus palabras no iba a tener autoridad alguna, y mucho menos en cuestiones de temas espirituales. Pero ella se encontraba segura de que, al momento de lograr poner en contacto a Jesús con todas aquellas personas, serían al final ellos mismos los que terminarían convencidas.
Tal como ocurrió luego en Juan 4:42:
“y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.”
“Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come”
Tal como podemos recordar, entre tanto Jesús se quedó junto al pozo tomando un descanso, los discípulos se habían marchado a la ciudad con la finalidad de hacer unas compras de comida. Luego ahora que ya estaban de regreso, se extrañaron de que Jesús no tuviera ganas de comer.
Siendo que no lograban la manera de entenderlo, más como siempre ocurría, Jesús en todo momento se encontraba haciendo el intento de enseñarles algunas verdades, las cuales resultaban de importancia. Y que estaban relacionadas con su Reino.
Así fue como con su comportamiento, se encontraba poniendo de manifiesto lo relacionado con la suma importancia que tenía para él, el hecho de que se cumpliera con la sagrada misión la cual tenía encomendada por el Dios Padre.
Siendo tal la verdad, que logró decir: “Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra». Así es que nuevamente se encontraba utilizando aspectos tales como el hambre y la sed físicas.
A fin de hacer la ilustración de lo que era la satisfacción verdadera, en cuanto a las necesidades que resultan tener más profundidad en el hombre. Y que están enmarcadas en el hecho de hacer lo que es la voluntad de Dios.
Por lo tanto, es posible observar que el Maestro Jesús procedía a descuidar lo relacionado con el alimento que era material. Debido al interés que tenía en cuanto a la obra, relativa a la misión encomendada por el Padre. Siendo que es aquí donde nos encontramos con una razón de peso, por la cual hacer la práctica del ayuno nos acerca más al Maestro Jesús y a Dios.
“Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”
Teniendo en cuenta que es probable, que pudiéramos pensar que ese era el momento cuando no se encontraría ningún tipo de inconvenientes, para que fuera dedicado por él para comer.
Siendo el caso que finalmente la mujer se había marchado, y que los samaritanos aún se iban a dilatar durante algún tiempo más, hasta el momento de su llegada. Era pues el momento indicado para reponerse las fuerzas entre tanto. ¿por qué no?
Seguramente que para nosotros es algo difícil el hecho de entender la actitud de Jesús. Siendo que por desgracia, el hecho de “hacer la voluntad del Padre”, siempre genera en nosotros una fuerte resistencia. Lo cual para nada se parecía a la delicia y el placer que era para Cristo hacerla.
Teniendo en cuenta que él, se encontraba con la posibilidad de llevar el evangelio a un perdido, y procedía a olvidarse del cansancio. Así como también tanto de la sed como del hambre. Teniendo en cuenta que Jesús había entregado su vida para obedecer al Dios Padre. Lo cual sería el camino que también siguiéramos todos.
Su comida era la voluntad de Dios
Luego entonces, la divina comida que era el sustento al Hijo, se encontraba en “realizar la voluntad de aquel que lo había enviado” y por ende en “acabar su obra”.
Fue por tal motivo que comenzó la prédica a la mujer samaritana, pero de igual forma a todos los otros samaritanos, que poco tiempo luego se incorporaron al encuentro. Aunque ese término correspondiente al hecho de “acabar con la obra”, la cual era encomendada por el Padre. Era la que le conduciría hasta su muerte en una cruz, para salvar a todos los hombres del mundo.
Luego entonces, resultó ser esos momentos en los cuales fue puesta a prueba la manera donde con la mayor intensidad posible, se pondría a prueba la devoción hacia el Padre. Y además el propio deseo de que fuera hecha su voluntad, sin que fuera de importancia el precio a pagar.
Luego entonces en este sentido, proceden a adquirir un especial valor, lo que son las palabras con las cuales se dirigió Jesús al Dios Padre en el huerto de Getsemaní. Lo cual nos es indicado por Marcos en 14:36, cuando clamó: « Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.»
“Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”
Sin embargo, para ese momento, lo relacionado a finalizar su obra tenía implicaciones de brindar atención a los samaritanos. Siendo aquellos que habitaban en la ciudad, y los cuales se encontraban recibiendo el testimonio correspondiente a la mujer.
Luego entonces, el Señor Jesús a través de la espera nos está enseñando, lo importante que es terminar todo aquello que hemos comenzado. Es evidente de igual manera que no resultaba comprensible, el hecho de que fuera tan urgente la obra que se encontraba realizando el Maestro Jesús.
Es por tal razón, que procedió a citar un proverbio que es probable que fuera utilizado por ellos en aquellos tiempos: «No decís vosotros: ¿Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega».
Es que este proverbio se encargaba de dar a entender, el hecho de que se encontraba un periodo correspondiente a cuatro meses, entre lo que era la siega y la siembra. Motivo por el cual era posible entonces, no estar con tanta prisa, lo cual es así como las excusas que son usadas por nosotros de forma habitual.
Luego entonces continuó diciendo: “mis compañeros no tienen interés en Dios, ya les hablaré en otro momento más oportuno”, “debo conocerlos mejor antes de hablarles”, “aún no ha llegado el momento”.
De Jesús y la samaritana. Hay que aprovechar las oportunidades
Sin embargo, aun cuando existía esta actitud, era visto por el Maestro Jesús, que los campos se encontraban ya perfectos para realizar la siega. Así es que parece que se estaba imaginando entonces que los samaritanos, iban a salir de la ciudad en su búsqueda. Tal como si fueran unas espigas de trigo ya maduras. Es decir que se encontraran listas para ser cosechadas.
Luego entonces, se trataba del momento en el cual aprovechar de aquellos efectos. Los cuales resultaran del testimonio dado como ejemplo de la samaritana. Así es que, en el caso de que fuera retrasado el trabajo, era probable que se perdiera la cosecha.
Con todo esto podemos aprender, a que es necesario aprovechar cualquier oportunidad que nos sea entregada por el Señor, puesto que pudiera ser posible que no se vuelva a presentar nunca más.
“Para que el que siembra goce juntamente con el que siega”
En cuanto a seguir con esa misma ilustración de los campos, es descrito por el Señor Jesús, una variedad de diferentes etapas: “Los que labraron, el que siembra, el que siega”
Luego entonces, se produce lo que es la siembra como tal. Siendo que de la misma de manera aparente, se procede a perder el grano que es echado en el campo. Sin embargo, se trata de una labor la cual de igual forma es necesaria, si es deseado mirar el fruto.
Finalmente llega el momento de la siega, que es cuando se procede a recoger “fruto para vida eterna”. Siendo que esto va a compensar todos aquellos esfuerzos que se hicieron anteriormente.
Ahora bien, aun cuando nos encontramos con etapas variadas, es de subrayarse lo relacionado con el proceso como tal. Siendo de tal forma que no solamente van a recibir una recompensa aquellos que siegan, sino que también que “el que siembra goza juntamente con el que siega”.
Asimismo, tal como fue expuesto por el Señor Jesús, es apuntado otro principio el cual resulta de suma importancia, y que es el correspondiente a la colaboración. Siendo que algunos hicieron la preparación del terreno, mientras que otros se dedicaron a la siembra, para al final otros realizar la siega.
Es así como cada uno de nosotros, nos encontramos con la misión o la parte que hacer acerca de la obra de Dios. Siendo que no vamos a competir, sino que más bien debemos prestar toda la colaboración en cuanto, a trabajar de una forma unida.
Por lo cual, si en algún momento alguien resulta ser infiel, esa obra va a sufrir de pérdida. Debido a que nadie cuenta de manera exacta con las similares oportunidades y los dones que posee otro.
“Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él, por la palabra de la mujer”
Sin duda que el Señor Jesús, se había encargado de sembrar en la samaritana la Palabra. Siendo que ahora los apóstoles debían prepararse, con el fin de recoger lo que era el fruto procedente de una multitud de samaritanos. Los cuales llegaron a creer en el Señor, mediante el testimonio de la mujer.
Siendo que no solamente se trata de esto, sino que también es posible establecer, lo que es una conexión entre el mencionado incidente y la obra que es llevada a cabo por Felipe el evangelista, entre los samaritanos, luego de transcurridos unos años posteriores. Y que se encuentra relatada en el conocido libro de los Hechos de los Apóstoles 8:5-8.
Se tiene entonces en dicho caso, que fue segado por Felipe en donde había sido sembrado por Jesús. Se puede decir que, es muy amplio el radio de acción que alcanza un fuego pequeño.
Es por tal razón que se puede ver que la obra realizada entre los samaritanos, se amplió bajo una gran proyección, más no se puede olvidar que Dios utilizó para su principio a una mujer la cual fue considerada como inmoral. Y que además de seguro que era despreciada por los aquellos que eran sus conciudadanos.
Los instrumentos del Señor son las más necesitados
Por lo cual, es de esta forma que podemos ver nuevamente que Dios procede a complacerse cuando utiliza a los instrumentos que son débiles, con el fin de que su obra sea llevada a cabo.
Y frecuentemente somos tentados muchos de nosotros a ejercer pensamientos, de que para empezar alguna gran obra resulta ser necesario que se realicen una cantidad importen de despliegue de una serie de medios tales como, entre otros:
- Periódicos
- Televisión
- Actos públicos sofisticados
- Invitación de personalidades de la ciudad
Mientras que Jesús procedió a buscar simplemente, una conversación de tipo personal, con alguien que se consideraba muy insignificante. Y que no tenía algún tipo de relevancia social. Siendo precisamente esto, el inicio de un movimiento espiritual bien grande entre todos los samaritanos. Se hace necesario aprender mucho de todo esto.
“Y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos”
Es indudable que del encuentro de Jesús y la samaritana, y especialmente del testimonio de esta mujer. Se obtuvo un resultado que ocasionó mucho impacto, a todas aquellas personas que tenían el conocimiento en su ciudad.
Luego entonces, al producirse un cambio radical, es seguro que les fuera llamado de forma necesaria la atención. Y más aún la fuerza, así como también el entusiasmo y la convicción con la cual hablaba acerca de Jesús.
Siendo entonces ésta, la primera razón mediante la cual los samaritanos entonces creyeron en Jesús. Y por lo normal, siempre ha resultado así, que podemos llegar hasta Jesús debido a que alguien nos hizo la mención de él.
Sin embargo, posteriormente a que se produjera el primer encuentro entre Jesús y los samaritanos, los mismos inmediatamente comprobaron que algo de especial había en él. Siendo de tal forma que, en contra de cualquier pronóstico, “procedieron a rogarle que se quedase con ellos”, algo a lo que accedió Jesús gustosamente.
Sin duda que resulta insólito esto, debido a que como se ha visto al principio, el trato que existía entre los judíos y los samaritanos, era completamente contrario a esto. Es más ni siquiera se trataban.
Entonces fue cuando se presentó el momento de conocer en persona a Jesús, y en el análisis propio de ellos, fue que concluyeron que se trataba en realidad del “El Salvador del Mundo, el Cristo”.
Al fin le creen por su Palabra
Luego entonces quisieron dejar en claro, que aún cuando al principio su cercanía a él se debía al testimonio de la mujer. Ahora habían finalmente llegado a creerle, debido a que por ellos mismos, habían logrado escuchar a Jesús desde cerca y personalmente.
Así es como cada hombre también puede, y debe llegar a su propio encuentro personal con Jesús. Puesto que no se debe poner nuestra Fe, en aquello que ha sido dicho por otros acerca de él. Sino en la propia palabra que él ha entregado a todos.
Finalmente, del encuentro de Jesús y la samaritana, se llegó a que todos los samaritanos se pusieron de acuerdo en la veracidad de que Jesús se trataba del “Salvador del Mundo”.
Siendo esto un muy importante paso acerca de esto, puesto que si tomamos en cuenta la cantidad de rivalidades de tipo religiosas, que existían entre los judíos y los samaritanos. Se obtuvo que ellos lograron tener el entendimiento y la aceptación de que Jesús, no se trataba de un Mesías que fuera solamente para los que eran judíos.
Sino que se trataba pues, del Mesías del mundo entero. Es así como se puede observar el grande fruto que tuviera el ministerio del Maestro Jesús, entre los samaritanos. Y es por ello que ahora se puede entender la razón, por la cual resultaba necesario ese paso por Samaria, y ese encuentro entre Jesús y la samaritana.
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