Conoce el sacramento del bautismo católico

En este post serán respondidas todas las preguntas sobre ¿qué es el sacramento del bautismo?, su origen, el porqué fue bautizado Jesús y mucho más. Sigue muy de cerca la información recaudada a continuación.

sacramento del bautismo

¿Qué es el sacramento del bautismo?

Es el primer sacramento impuesto por la Iglesia para empezar el recorrido hasta ser llamados «Hijos de Dios». Forma parte del rito inicial católico y cristiano para estar más en contacto con los atributos de la religión y el amparo de Dios sobre la maldad y el pecado.

Es considerado como el camino que conduce, a partir de la muerte, hacia la vida eterna. Es la gran comunión permanente con Dios. Entre otros sacramentos, puede indagar más sobre el sacramento del matrimonio, en el que ningún hombre con sus injurias podrá separar lo que Dios unió.

¿Qué nos aporta el sacramento del bautismo? Es simple, representa la puerta inicial para que todos lo devotos tengan acceso al resto de los sacramentos. Además, libera a cada uno del pecado original hasta comprender los motivos que condujeron a Jesús a entregar la vida en la cruz, para el perdón de todas las fallas cometidas por el hombre.

Así como el pecado original quedará anulado a través del sacramento del bautismo, quienes reciben esta condición aseguran el pase a una vida plena, siempre y cuando ejerzan los mandamientos con decoro y humildad.

El bautismo debe verse como ese enlace o conexión que cada niño tiene con Dios de ahora en adelante. Como ellos por si solos, en la mayoría de los casos, no pueden hacer sus votos voluntariamente, serán los padres en su representación quienes juren por ellos, para que no caigan en tentaciones ni en las garras del pecado. A partir de ese instante, todos los bautizados pertenecen de lleno a la Iglesia, como a todas las actividades relacionadas y fiestas de guardar.

¿De dónde surge esta denominación?

La palabra bautismo nace del verbo en griego «bautizar» (baptizein) cuyo significado primario se basa en «sumergir».  Más adelante, a esta acepción se le otorgaron más connotaciones como «introducir dentro del agua». Es importante mencionar que el factor del agua es determinante en el sacramento del bautismo, porque con ello se da fin al catecúmeno en la muerte de Jesús.

Asimismo, la resurrección cobra más vitalidad en la transformación que encamina a otra criatura, tal como lo señala Pablo a los Corintios. (2 Co5,17; Ga 6,15).

sacramento del bautismo

En otras culturas, el sacramento del bautismo es conocido por otros nombres que se alejan del primero, como «baño de regeneración y renovación al Espíritu Santo», en el cual el agua implica el nacimiento de un nuevo Espíritu, que sea digno de acceder al Reino de Dios. Esto está explicado con mayor detalle en el Evangelio de San Juan.

¿Por qué se bautizó Jesús?

El bautismo de Jesús en el Jordán, de la mano de Juan Bautista es uno de los acontecimientos más representativos en el mundo cristiano. A partir de ese instante, el nombre de Jesús tomó mayor importancia entre los presentes de su pueblo. Justo después de haber resucitado, Cristo se acerca hasta sus fieles Apóstoles para decirles:

«Id pues, y hacer discípulos a todas las gentes, bautizándolas, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Enséñadlos a guardar todo los que os he mandado».

Cabe mencionar que el sacramento del bautismo en Jesús fue un proceso completamente voluntario. Lo más extraordinario del caso es el descenso del Espíritu Santo, para posarse sobre él mientras recibía el agua del Jordán. En ese instante, Jesús fue designado como el Hijo de Dios para la eternidad.

Gracias a la muerte de Jesús, todas las fuentes se purificaron, como sinónimo del borrado absoluto del pecado original. Por ende, lo que es el bautismo católico, a través del catecismo, inculca la revalidación de las promesas bautismales, cuando los adultos ya tienen potestad de creer en Dios y renunciar a todas las tentaciones del demonio.

El Bautísmo de Jesús

¿Desde cuándo se aplica el sacramento del bautismo en la iglesia?

Desde tiempos de Pentecostés, la Iglesia ha celebrado el sacramento del bautismo como la puerta primaria que tienen los niños para ser tomados como hijos de Dios. Esta es una gran fiesta en la que se da la bienvenida a cada uno de ellos, para celebrar su vinculación con las bendiciones divinas. Un capítulo de los textos sagrados remite el valor en las palabras de San Pedro, que habla de «convertir» a todos los cristianos con el bautismo, para recibir el don del Espíritu Santo.  (Hch 2,38).

El sacramento del bautismo estará disponible para todos los hombres que crean en Dios, sin importar que sean paganos, judíos o pecadores que sientan el temor de Dios por todas sus culpas. Es de los sacramentos que más nexo tiene con la fe puesta en Dios: «Ten fe en Dios nuestro Señor, que él te salvará a ti y a tu casa«, una de las citas más recodadas de Pablo, cuando hablaba con su carcelero.

En Hechos de los Apóstoles queda estipulado que este sujeto recibió el sacramento del bautismo, junto a toda su familia poco después.

San Pablo, sobre el bautismo, define que éste es el primer sacramento que contribuye a sus beneficiados para disfrutar de la muerte y resurrección de Jesús, porque quien cree en él no morirá. De tal manera, el sacramento del bautismo es una «revestidura de Cristo» por parte del Espíritu Santo, para obtener un beneficio a la gloria de Dios. Esto se mantiene siempre y cuando los bautizados sean buenos cristianos en vida y hasta en su lecho de muerte.

¿Cómo se celebra?

Es un rito que simboliza una entrada por salida, es decir, representa la muerte del pecado original, para dar lugar a la llegada de la Santísima Trinidad al pequeño ser que recibe el tratamiento de las aguas.

La inmersión en el agua bautismal ocurre de forma triple, es decir, el bautizado recibe más de una purificación de esta agua, para quedar envuelto en la mirada piadosa de Dios, hasta convertirlo en un hijo más. Sin embargo, desde la antigüedad hasta fechas actuales, solo basta con derramar tres pequeños baños de agua sobre la cabeza del involucrado.

sacramento del bautismo

En América Latina, el sacerdote está acostumbrado a decir «Te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo«. No obstante, estas palabras cambian un poco al voltear hacia el panorama de la liturgia oriental, donde exponen: «El siervo de Dios (nombre) queda bautizado en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo. Amén«. En esta ocasión, cada vez que sale a relucir un nombre de la Santísima Trinidad, el nuevo cristiano queda sumergido en agua por tres veces.

Además del agua, son otros los utensilios importantes para cumplir con gozo con el sacramento del bautismo. El santo crisma y el óleo consagrado por el sacerdote, forman parte de este gran rito de iniciación cristiano. Cada uno de ellos involucra la presencia del Espíritu Santo como agente proveedor del bautismo, mientras que el párroco u obispo es el intermediario de esta acción.

La confirmación de que el niño ya es un cristiano más para la familia de la Iglesia, queda estipulado con la frase «Ungido por el Espíritu Santo«. Por el contrario, en la iglesia oriental existe un sacramento denominado «crismación» que está basado en la propia confirmación, con el método de ungir por segunda vez al ya bautizado, esta vez con mayor edad, para que voluntariamente reconozca a Dios como el padre de todo lo creado y rechace las ofertas del diablo.

En la cultura popular, todos los bebés o niños de más edad están acostumbrados a bautizarse vestidos de blanco. Este color representa la pureza y por consiguiente, el revestimiento de Dios que cubre la piel de los infantes, al recibir el agua, el crisma y los santos óleos.

Algunos recintos cristianos proceden con el encendido del cirio pascual, como «la luz del mundo que ha llegado» para ser el hijo de Dios. Estos puntos están inscritos en Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1240, 1241, 1242, 1243.

Siempre es pertinente tener en cuenta que el agua, junto a los otros elementos, son completamente diferenciadores entre el bautismo occidental con el visto en oriente. El agua es sinónimo de purificación, la entrada a la nueva vida, con la mirada de Dios puesta sobre ese nuevo integrante. La idea principal de ser bautizado es cumplir con el resto de los sacramentos con la mayor honra posible.

¿Qué significa recibir un nombre en el Bautismo?

Lo que se indica al recibir un nombre en el bautismo es que nos conformamos como individuos únicos de Dios y así el nos conoce y nos acepta.

¿Qué se exige a una persona luego de ser bautizada?

Cuando un niño o una persona adulta queda bautizada por primera vez, parte de su mundo tiene un vuelco hacia el cristianismo. Este camino hacia el aprendizaje es conocido como catecumenadoen el cual queda en reflejo de una conversión personal, constante.

Ahora bien, ¿qué nos aporta el sacramento del bautismo? La posibilidad de comprender mejor la pasión, muerte y resurrección de Jesús como parte de nuestra salvación. Aunado a ello, ser un hombre nuevo para estar libres del pecado.

¿Por qué el sacramento del bautismo es aplicado mayormente en niños?

Para dar respuesta a esta pregunta, hay que iniciar con un estrato ubicado en el Catecismo de la Iglesia Católica (1229-1245,1278):

«La Iglesia Católica ha mantenido la tradición desde principio de los tiempos de realizar el sacramento del bautismo en niños. Para esto hay un gran motivo de peso: antes que nosotros elijamos a Dios, Dios ya nos ha elegido a nosotros. El bautismo, es por tanto, una gracia, un regado no merecido de Dios, que nos acepta con el pecado original a cuestas.

«Los padres que deseen lo mejor para sus hijos más pequeños, estarán conscientes de que el bautismo es el camino para iniciar el largo recorrido a la cristiandad. El niño será arrancado de los brazos que ejemplifican el pecado original y de la muerte».

En primera instancia, en los padres cabe la responsabilidad de la educación cristiana de sus hijos, para promover la fe en Dios y la creencia sobre la vida eterna. Si estos progenitores creen en Dios, serán incapaces de negarle el sacramento del bautismo, por malos conceptos o influencias del ateísmo.

No hay que privar a los infantes de recibir la gracia de Dios a través del agua y el elemento crismal. Para estar protegidos del pecado perpetuo, la solución es bautizarlos en una edad temprana, de tal modo que el juramento corresponda a los padres.

Así como el hombre con el paso del tiempo puede hablar o adquirir otras habilidades, existe otra cualidad: la de creer. Por ello, si los padres están bajo el sacramento del matrimonio y creen en Dios como el dador de vida y de todo lo creado, están en el deber de bautizar a sus hijos, para que estén en comunión con Dios por siempre. No obstante, el sacramento del bautismo tampoco tiene que ser impuesto u obligado.

A lo largo de la existencia hay otros modos de que prevalezca el sacramento del bautismo, como el momento de establecer la confirmación, en una misa eucarística e incluso en el matrimonio. Siempre es momento de pronunciar: «sí, renuncio al mal, a todas las seducciones del demonio y a las injurias». Mientras, el «si creo» obtiene un gran poder que alimenta el corazón con el más puro fervor hacia Dios y todos sus atributos.

¿Quién puede administrar tal sacramento?

Entre las principales autoridades laicas encargadas de establecer el sacramento del bautismo están los siguientes:

  • Diacono.
  • Obispo.
  • Presbítero.

Si una aldea no cuenta con la presencia de las autoridades mencionadas, incluso cualquier cristiano está en labor plena de bautizar. La única condición para que tal rito surta efecto en el involucrado es repetir la frase: «Yo te bautizo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo«.

El sacramento del bautismo cristiano es tan destacado en el mundo eclesiástico que a pesar de no contar con un sacerdote especializado, una persona no cristiana cuenta con el apoyo para derramar sobre alguien el agua purificadora. Sin embargo, debe regirse a lo que la iglesia estipula, para que la ceremonia no pierda su esencia. Al menos, contar con un cirio y los santos óleos para apoyarse en ellos.

¿Es el único medio para la salvación?

El Catecismo de la Iglesia Católica deja en manifiesto que el sacramento del bautismo es el único y verdadero acceso para conocer a Dios, hasta obtener la salvación. Cristo representa el sendero real para la vida y la verdad, a su verbo divino.

«Al mismo tiempo, es cierto que Cristo murió para salvar a todos los hombres del pecado.  Incluso, pueden salvarse aquellos hombres que no tuvieron el placer de conocer verdaderamente a Cristo, ni su dolorosa pasión en el huerto. Pero, con ayuda de su gracia, quienes buscan a Dios con un corazón sincero y lleva una vida según su conciencia, el llamado bautismo les deseó». ([1257-1261,1281,1283).

De algún modo, Dios introdujo todos los sacramentos para que los devotos tengan oportunidades claras de salvarse del terrible fuego del infierno. Por su parte, el deber de la Iglesia es adoctrinar a los hombres para que cumplan con cada uno de estos sacramentos de forma incansable, por ser los caminos perfectos que conduzcan a la gloria de Dios.

¿Qué ocurre después?

«Luego del bautismo nos convertimos en miembros activos de la iglesia, pertenecemos al cuerpo de Cristo. Somos hermanos y hermanas de nuestro Salvador Jesucristo. Somos liberados del pecado, arrancados de la muerte y destinado a una vida plena y de alegría». (1262-1274,1279-1280).

Con la cita anterior queda en evidencia la importancia de recibir el sacramento del bautismo a posteriori de su ceremonia. Ser bautizado significa escribir la primera página de la vida cristiana de cualquier hombre desde su niñez, para entablar el primer contacto cercano con Dios.

El Papa Benedicto XVI declara que a través del sacramento del bautismo, ya la vida no le pertenece a la persona, sino a Dios. En su amor, estamos libres de todo mal y pecado que persigue a un cuerpo sin el sacramento bautismal. (07 de abril de 2007).

Elementos principales para el sacramento del bautismo

Para efectos de realizar el bautismo católico o cristiano, hay que tener presentes varios elementos simbólicos, cuya significación varía en forma a su uso, dichos efectos son los siguientes:

  • El agua es el claro ejemplo de que el cuerpo ha quedado eximido de todo pecado original, fuera del alcance del demonio, en primera instancia.
  • La unción con el óleo representa la llegada del Espíritu Santo al cuerpo, para protegerlo de toda maldad.
  • El cirio pascual es la fe en Dios que ilumina cada uno de los días del bautizado, de ahora en adelante.
  • La ropa blanca forma parte de la pureza transmitida por Cristo en el pequeño cuerpo del nuevo hijo de Dios, que ahora será un miembro más para la iglesia.
  • Diálogos afirmativos y negaciones, para aceptar a Dios, creer en la vida eterna, negar la seducción del diablo y un poco más.

Textos para meditar

Gracias al sacramento del bautismo, cada uno de nosotros somos portadores de la Palabra de Dios, con el fin de evangelizar a los pueblos y que se descubran las bondades de todos los sacramentos. Con ello, el Señor siempre actuará en nosotros y para nosotros, para la salvación de los pecados cometidos.

Nosotros, hemos de decirle que estamos dispuestos a luchar contra el mal todos los días, aunque sea una tarea ardua de cumplir, porque el demonio ha sembrado sus seducciones en toda la población cristiana.

Hemos de repetirle que toda nuestra confianza está depositada en él. Nuestras miserias personales y pobreza mental no será impedimento para estar en comunión con Dios, quien siempre nos socorre en los momentos más cumbres de nuestras vidas.

Trabajaremos, para que la serenidad sea una virtud para el disfrute de todos, hasta seguir el ejemplo del fiel Abraham. Señor, líbranos de odios, resentimientos, pesimismos e incomprensiones, porque el Altísimo es la seguridad que todo lo puede. (Amigos de Dios 210).

Ningún cristiano puede tomarse como de segunda clase. Todos, por igual, aman a Dios por sobre todas las cosas, sin desmeritar la creencia de otro para enaltecer la propia. Todos hemos recibido el mismo bautismo, pero es verdad que el carisma de todos los devotos a Dios no es el mismo. Todas las situaciones humanas son distintas, pero hay un único Espíritu Santo presente en ellos, una misma fe, una misma esperanza para todos.

Por ello, podemos tomar la pregunta que formula el Apóstol:  «¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y del Espíritu Santo que descansa en vosotros?«. Con ello, dejamos en claro que esa entidad es una invitación directa para estar en contacto con Dios. (Es Cristo que pasa, 134).

«Entonces, Jesús quien viajó desde Galilea y se detiene en el Jordán para ser bautizado por Juan […] Y una voz desde los cielos dijo: Éste es mi hijo, el cual he amado y he elegido, en quien me he complacido». (Mt 3, 13.17).

En el sacramento del Bautismo, el Padre ya ha tomado posesión de nuestros seres para conducirlo a una vida llena de gloria y bendiciones. Nos ha incorporado a Cristo para estar al servicio de la Santísima Trinidad.

La fuerza y el poder de Dios representan la luz que ilumina nuestros senderos. La luz de la tierra hace que arda el mundo frente a la llama viva del amor. Son las llamas del fuego que viniste a traer al mundo. Cristo es la luz de la verdad, que ilumina nuestra inteligencia. Eres un día sin fin.

El señor ha colocado en cada una de nuestras almas su sello, un sello que para todos será indeleble, por medio del sacramento del bautismo ya eres hijo de Dios. Niño: ¿no te enciendes en deseo cuando puedes contribuir a que todos le amen? (Santo Rosario, primer misterio de luz).

El sacramento del bautismo es una gran labor que eleva la fe cristiana, aunque muchas veces equivale a una verdadera osadía. Hemos sido creados para alcanzar la dignidad y ser tomados en cuenta como hijos legítimos de Dios. Es una osadía realmente increíble, si no estuviera contemplada bajo el poder del Todopoderoso. Es una confirmación por la sangre de cristo y reafirmada por el poder del Espíritu Santo.

Me gustaría que meditaran sobre algo real, que tendrá un gran impacto en la conciencia.  Nadie puede elegir por nosotros, ni en las peores circunstancias. He aquí un grado superior que habla muy bien sobre la dignidad en todos los hombres.

Ellos, por si mismos y no ordenados por otros, escogieron el camino del bien y la verdad. Muchos hemos heredado de nuestros padres la fe por Dios y un alto grado de sentido católico. Por la gracia de Dios, desde que nacimos y recibimos el sacramento, estamos bajo la vida sobrenatural. (Amigos de Dios, 27).

Pero hemos de renovar estas promesas a lo largo de nuestra existencia hasta hacerlas válidas en todo momento. En cada jornada, la determinación por amar a Dios deberá ser genuina. Es un verdadero cristiano el que revalida el verbo divino de Dios, sin señalar sus cuestionamientos. (Amigos de Dios, 27).

Sacramento del Bautismo
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