En cuanto a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Es mucha la ayuda que brindan para todas aquellas personas que andan en la búsqueda de Dios y la compenetración de su gracia y obra. Se trata pues de una obra donde se encuentran una serie de ejercicios, los cuales van a preparar el alma. Quitando todas aquellas afecciones que son desordenadas en el ser. Y así llegar al fondo de lo que es la voluntad de Dios. ¡Te va a sorprender todo lo que vas a aprender! Continúa leyendo y lo verás.
Indice De Contenido
- 1 Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola
- 2 Aproximación general a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
- 3 ¿Qué “ejercicios” son los ejercicios, por ejemplo 1, 21?
- 4 Espirituales por su finalidad
- 5 La sustancia de los Ejercicios: experiencia inmediata de Dios en Jesucristo
- 6 Lo característico de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
- 7 Actividad personal afectiva
- 8 Actividad creativa
- 9 Verdad y objetividad
- 10 El presente como tiempo de gracia
- 11 Importancia de la soledad y el aislamiento material
- 12 Relación de don y receptividad
- 13 Dejarse hacer
- 14 Emprender un camino: El proceso de los ejercicios
- 15 Agitación interior y actitud de la persona que acompaña
- 16 La “materia” del diálogo guía ejercitante
- 17 La ayuda en la desolación y en la consolación
- 18 La situación del ejercitante es lo que manda
- 19 Las Anotaciones de los Ejercicios Espirituales y su recreación
- 20 Aplicaciones modernas
Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola
Ha de señalarse en principio, que lo que se plantea a continuación, no se trata de comentarios de tipo científico. Acerca de algún análisis con detalle del texto correspondiente, a los ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Siendo que lo que es el conocimiento del texto. Así como su historia, se están dando por supuestos.
Igualmente, no se trata de ningún tipo de exposición, para que sean practicados los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Los cuales hayan sido expuestos en cualquier otro documento al respecto. Lo que se pretende en realidad es darle una relectura a lo que es el texto ignaciano.
Siendo pues una orientación práctica. A fin de estudiarse o hacer la preparación, de los que han de acompañarse los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
De forma natural, es de suponerse que se conoce el texto. Además de la práctica misma, bien sea en el caso de hacerlo, o de acompañar a otras personas en la ejecución de los mismos. Por lo tanto, se pretende en todo caso:
- Ubicar la situación, de las diferentes partes de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, en cuanto a su significación. Así como también, en la función que los mismos tienen durante el proceso relativo a toda esa experiencia.
- Hacer la exposición del contenido de las partes, mediante el apoyo de los comentarios más idóneos. Teniendo la base sobre una perspectiva de lo que es la teología, y también las actuales prácticas.
- Hacer la proposición de ciertas perspectivas. Así como de recursos que sean de utilidad para proceder a practicar el acompañamiento. Teniendo además una orientación de tipo bibliográfica, que sea sumaria.
Aproximación literal del texto
Así es que entonces, se podrá encontrar una aproximación a lo que es el texto de forma literal. De acuerdo a la terminología la cual Roland Barthes, aplicó a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Siendo que será a partir de este texto, que se podrá realizar por el acompañante, lo que es el texto de tipo semántico.
Lo cual quiere decir, que se ha de hacer la aplicación al ejercitante, de lo que se encuentra propuesto en el mismo texto que fuera el legado de san Ignacio. A fin de que el ejercitante, mediante la actividad vaya realizando tanto el de tipo alegórico como el anagógico.
Sin embargo, el hecho de hacer el ofrecimiento de una exposición del texto de manera literal, no es implicación de que se haga una interpretación de forma literal de lo que es el libro.
Sino más bien, se trata de una exposición del texto en cuestión. Lo que se hace a partir tanto de la experiencia actual, de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, como también de la teología propiamente dicha.
Esto se debe a que, el texto correspondiente a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, tiene la necesidad de ser explicitado. Y también completados en base a una búsqueda, que se acerque más a la fidelidad correspondiente al Nuevo Testamento. Igualmente, que a la preocupación por responder de una mejor forma a las necesidades que tiene el mundo en la actualidad.
La inclusión de contenidos aún sin estar en el texto
Es desde aquí que, en su conjunto, lo que se refiere a la relectura del texto, correspondiente a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Que van a responder de alguna manera, a lo que es la permisión de la cual ha hablado el autor Michel de Certeau.
Siendo esto cuando se refirió a todos aquellos contenidos, que sin que estuvieran de una forma explícita ni tampoco implícita, fueran incluidos en el texto. Y además, se convierten en prolongaciones, las cuales son coherentes y también legítimas del mismo.
Así es que se encuentra una consistencia mayor, en todo lo que está expuesto. Y se procede a encontrar la reflexión que es compartida, mediante una cantidad de jesuitas. Siendo los mismos, que se han dedicado en el transcurso de más de veinte años a estudiar, y a impartir los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Siendo esto en cuanto al trabajo de tipo pastoral, de una forma seria, lo que se relaciona con el estudio y también la reflexión. Así como también un debate de tipo amistoso, que se encuentra en unas páginas. Las mismas no tienen la pretensión de hacer un deslumbramiento, a través de un aparato de tipo científico, el que se encuentra solamente entre líneas.
Se hace revisión del fecundo resultado
Por lo que se procede más bien, al levantamiento de acta, sobre algo que se consolida como el resultado fecundo, en cuanto a la larga práctica de dar los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Y de los cuales es esperado que también, se pueda aportar algún tipo de ayuda, a todos aquellos que se encuentran en igual modesto empeño, pero que es de suma importancia para brindar la ayuda a los demás.
Debido a la importancia del carácter, correspondiente a la relectura de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, son estudiados algunos autores de importancia en este amplio tema.
Se ha comentado a lo largo del “seminari d’exercisis”, en el transcurso de veinte años, correspondiente a los jesuitas de catalunya. Que el hecho de hacer la cita en cuanto a todos los que han participado, no solamente se considera muy largo, sino que además, se está expuesto a que se cometa algún olvido.
Sin embargo, resulta inexcusable el hecho de darle un amplio agradecimiento de todos ellos.
Nova et Vetera
Hace la indicación de que los Ejercicios espirituales, y la tradición que enmarca de forma subyacente, ofrecen la mayor parte de su sabiduría, a través de las “anotaciones” correspondientes a los ejercicios 1-20. Siendo que los mismos van a constituir un directorio que será inicial. A fin de hacer la presentación de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, haciendo el ofrecimiento de unas ayudas las cuales han de ser prácticas.
Asimismo, es indicado que el título que continúa, que es el ejercicio 21, tiene más bien la expresión de forma más amplia, en la cual se encuentra expresado más detalladamente lo que figura al principio del libro.
Y lo que es en cuanto a qué son, y qué pretenden ser los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se complementan con lo que está en las anotaciones 1ra del ejercicio 1. Así como también el “presupuesto” del ejercicio 22, se trata de una orientación.
El complemento de las anotaciones precedentes
Lo que es acerca, de la forma en que es llevado de manera provechosa el diálogo, entre la persona que los entrega y aquella que los recibe. Asimismo, se hace el complemento de las indicaciones que son ofrecidas en las precedentes anotaciones.
Siendo todo esto en su conjunto que se trata, de una rica y sobria introducción, de lo que es la pedagogía propia de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Por lo que a partir del mismísimo principio del libro, hace su aparición lo que se refiere a la tarea que le corresponde, a la persona la cual procede a realizar los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Y los que resultan ser guiados por otra persona, que es aquella encargada de dar los ejercicios.
Por lo tanto, además, hace su actuación de forma simple como una mediadora, en cuanto al método o a la pedagogía que es espiritual, y que se encuentra en el libro expuesta. Así es que es dicho que se trata pues, de una experiencia de tipo personal, pero la cual no se realiza en solitario.
Aproximación general a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
Ha sido dicho que, los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se corresponden a “un compendio de todas las cosas sustancias, que en el antiguo monacato el padre espiritual comunicaba a sus discípulos, a lo largo de años de instrucción activa”
De igual manera, es añadido que el hecho de olvidarse de estas raíces de tipo monásticas, pudiera convertirse entonces en causa en una buena parte, de lo que es una eficacia menor, en cuanto a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Debido a que todas dichas orientaciones, en relación a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se encuentran dirigidos a la persona que los da. Siendo dicha persona la encargada de transmitir al ejercitante, aquellas de las cuales tenga necesidad en el oportuno momento.
Asimismo, en relación a la comunicación en el mismo texto de san Ignacio, al ejercitante se pueden encontrar diversas experiencias. Así como también opiniones. Siendo que se conoce el pensamiento de Ignacio: “el que da los Ejercicios espirituales, no debe llevar el libro de ellos para de allí leérselos, sino que tengan bien estudiado lo que ha de tratar”
Sin embargo, se ha convertido en una muy corriente práctica, el hecho de que el mismo ejercitante proceda a servirse del libro, o de ciertos fragmentos del mismo. Inclusive, algunos tienen la manifestación de ciertas reservas, por lo menos en algunos de los casos más previsibles.
Hacer explicaciones al ejercitante
Siendo que en el mismo, el uso de texto haga obligación de hacer una cantidad de rodeos, de tipo explicativos al ejercitante. Así como en otros casos en que con el mismo estilo, es posible que provoque algún tipo de rechazo o de prevención.
Por lo que aún de esa forma, se puede constatar que en cuanto a la sensibilidad que se puede tener, acerca de un reciente pasado, el texto de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, no se muestra de una forma tan chocante.
De cualquier forma, lo que se refiere a las orientaciones, solamente se convierten en una ayuda, debido a que los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, son convertidos en sí mismos, en un encuentro que es triple, que es: Acompañante – ejercitante – dios.
Siendo el caso que Dios se convierte en el principal actor. Debido a la suma importancia que tienen, los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Y al carácter que presentan tanto sintético como también denso. Resulta de una importancia capital, que se vuelvan una y otra vez a dichas líneas que son introductorias.
¿Qué “ejercicios” son los ejercicios, por ejemplo 1, 21?
En cuanto a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, son aquellos ejercicios o prácticas, que como una tarea bastante personal y exclusiva realiza el ejercitante. Siendo que son distinguidos ya de cualquier otro tipo de ejercicios, en los cuales haya el predominio de la exposición doctrinal. O de la orientación de la vida mediante la plática del predicador.
Siendo el caso que es conveniente pues, tener muy en cuenta dicha distinción, en lo que son las actuales circunstancias. Debido a que son dados los verdaderos Ejercicios espirituales, a partir de diferentes conferencias de tipo temáticas.
Y en cambio, dentro de lo que es el mundo de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, han sido ofrecidos muy a menudo, una serie de ejercicios los cuales son predicados. Así como también, conferencias acerca de las materias de los Ejercicios Espirituales, los cuales no van a responder al carácter que estos tienen de manera genuina.
Un método y un proceso de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
Es de señalarse que cualquier tipo de ejercicio va a requerir un método, así como también va a comportar un proceso, el cual es de asimilación del método. Siendo que también para dicha aplicación, quien es el acompañante deberá entonces conjugar dos actitudes de vital importancia. Y que además no resultan tan fáciles de unir.
Teniendo en cuenta que por una parte, se necesita delicadeza y suavidad, a fin de acomodar todo lo que son las orientaciones correspondientes a cada ejercitante, dentro de lo que se tiene por ejemplo el hecho de motivarle, de apoyarle etc.
Y por la otra parte, lo que es la necesaria firmeza que debe tener, a fin de llevar lo que se refiere al timón, de la pedagogía de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Todo esto sin que ceda de forma fácil, a reacciones ni tampoco a cualquier tipo de resistencia que pudiera ejercer el ejercitante.
Los ejercicios espirituales integrales
Dicha cualidad de espirituales es posible considerarse, en lo que son las actividades que se efectúan. O también en lo relacionado con la finalidad de las mismas. Siendo el caso que:
Van a ser consideradas como “espirituales” una inmensa gama de actividades: “todo modo… todo modo” del ejercicio 1. Y ni tan siquiera es posible hacer la reducción de las actividades espirituales a lo que es el campo de la interioridad, sino que más bien serían “otras espirituales operaciones”, del ejercicio 1. Donde se procederán a incluir:
- La penitencia
- El ordenarse en el comer
- Cosas similares
Es el caso que el comentarista clásico, de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, de nombre Luis de la Palma, hace la afirmación de que lo relacionado, con una actividad que sea exterior. De igual forma es posible que sea espiritual, al momento en que “nace de la moción del espíritu”.
Por lo tanto, tenemos una definición que es de tipo pneumatológica de lo que es espiritual. Lo cual es extendido en su campo, hacia una muy variada serie de actividades, las cuales proceden a desarrollarse en los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Además de que la persona que se encuentra dando los ejercicios, procederá a explicar con una gradación que sea conveniente. Y que así mismo hace el apunte del texto ignaciano, cuando se pronuncia el anuncio “como más adelante se dirá”
Las Adiciones
De la misma forma en lo que se conoce como las “adiciones”, Ignacio, hace la proposición de una serie de diferentes orientaciones, acerca de la implicación que tiene lo corporal en la oración.
Y así como también el realizar los ejercicios de forma general. Debido a que el cuerpo también procede a orar. Y que todo lo que le ayuda a esta participación de tipo corporal, en cuanto a la experiencia de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, resultan ser bien importantes.
Así mismo ciertos acompañantes, hacen la proposición de ciertas experiencias de tipo corporal, justamente a la mitad del día, antes de que llegue el momento de almorzar. Las mismas implican el hecho de sentir el propio cuerpo. Así como también la respiración, y también atender lo que es la actividad correspondiente a los diferentes sentidos, etc.
Mayor atención a la dieta
De la misma forma, resulta de mayor utilidad el hecho de que sea prestada mayor atención, de lo que se refiere a la dieta. Siendo necesario procurar que se tenga una alimentación basada más en lo natural. Así como también que sean evitados los excesos de las grasas.
Por lo tanto, se hace necesario decirse que los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se tratan de un método en el cual se realiza un encuentro con Dios. Teniendo en cuenta todo aquello que constituye lo que es la cotidianidad del ejercitante.
Siendo el caso que en esta tarea es buscado realizar la unificación en cuanto a lo corporal con lo espiritual, teniendo en cuenta el sentido corriente de la misma palabra. Lo cual se considera entonces como un fundamental requisito, para la superación de la dispersión la cual nos está amenazando.
Por lo tanto, de esta manera los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, van a contribuir con que sean creado hábitos, que verdaderamente sean humanos. Y que además resulten sumamente necesarios para lo que es la vida de cada día.
Importancia a otras operaciones espirituales
De acuerdo a la interpretación anterior, surgirá la inquietud sobre lo que es la importancia que le es dada a “otras operaciones espirituales”, las cuales resultan distintas de los ejercicios que son oracionales, y que ciertamente resultan ser esenciales. Así como también el uso que realizamos de las mismas.
Asimismo, aparte de lo que es propuesto en todo lo amplio de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, tal como son:
- Lectura
- Penitencia
- Oración vocal
- Vísperas
- Combate para ordenar los afectos
- Discernimiento de mociones
- Atención al comer
- Dormir
- A todo lo corporal
Era aconsejado por el mismísimo San Ignacio, la realización de ciertas actividades de tipo materiales. Tales como el cuidado de la habitación. Así como también el hecho de hacer, lo que era correspondiente a los “criados” en ese siglo lejano XVI.
Siendo el caso que, no se necesita caer en lo que se pudiera catalogar como un fundamentalismo ignaciano. Sin embargo, en la praxis del santo, sería necesario hacer la inspiración de manera práctica, para que se ayudase con la superación acerca de cierto platonismo. El cual en todo momento se encuentra amenazando, a las experiencias correspondientes al retiro.
Espirituales por su finalidad
Es bueno señalar ahora que estos ejercicios se pueden considerar también como “espirituales”. Debido a la finalidad la cual es expresada en un objetivo el cual es doble. Siendo por una parte el de “quitar de sí mismo, todas las afecciones desordenadas”.
Lo mismo significa, el hacer la realización de una transformación de tipo afectiva, en cuanto al sentido de lograr la superación del desorden concerniente a los afectos, que no están centrados en lo que es el evangelio. Y a su vez ordenarla en base a una jerarquía de tipo evangélica.
Luego entonces, por el otro lado concentrarse “para buscar y hallar la voluntad divina”. Lo mismo quiere decir, que sea reconocida la voluntad de Dios, por sobre la de la misma persona y su vida. Y de esa manera asumirla entonces de forma efectiva.
En relación al discernimiento espiritual, el cual se convierte en el elemento que es indispensable para hacer la elección, va a llevar entonces a realizar el descubrimiento. Así como también a que sea asumido el propio lugar que tiene el ejercitante en cuanto al mundo, lo que es entonces “la disposición de su vida para la salud del ánima”.
Así es que resulta muy bueno que la persona la cual va a acompañar al ejercitante, tenga el conocimiento qué el mismo se encuentra buscando en los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
El ejercitante debe abandonarse en el proceso
Sin embargo, es conveniente que el ejercitante, proceda a abandonarse a lo que es el lento proceso. Sin que se deje llevar, ni por la prisa ni tampoco por la ansiedad que pueda surgir, al afrontar de una manera rápida lo que es dicho objeto correspondiente a la elección.
Es así como la misma ha de realizarse mediante el imprescindible apoyo de la persona encargada de dar los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Siendo entonces el tiempo en el cual será revelado el similar proceso correspondiente a la experiencia. Siendo que en el mismo habrá de tomar nota de todas las más intensas vivencias las cuales le vayan surgiendo, tales como, entre otras:
- Deseos
- Impulsos
- Llamadas
- Luces
Así es que, en base a la interpretación que se le da acerca de lo espiritual, es bueno señalar que no es necesariamente cualquier actividad se puede considerar como espiritual. Sino aquella, que da la respuesta al doble aspecto que es expuesto.
Decidir con libertad el título
En cuanto al título de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, en el ejercicio 21, se hace hincapié en lo que es tomar la decisión, de una forma libre. En cuanto a lo que es el título el cual va a figurar luego de que se encuentren las veinte anotaciones. Siendo lo cual va a expresar de una forma sintética, todo lo que es la tarea. Y también la relacionado con la finalidad de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Siendo ellos: “Ejercicios espirituales para vencer a sí mismo y ordenar su vida sin determinarse por afección alguna que desordenada sea”
Se hace necesario indicar, sin embargo, lo que se refiere a la corrección que fuera realizada por el mismo Ignacio, el cual añadió al texto manuscrito, que era manejado por él mismo “sin determinarse por” el cual fue sustituido por “sin afección alguna”
Por supuesto que la sabiduría espiritual, y también la humana que posee Ignacio, le hace tener conciencia de que no se encuentran todos los ejercitantes, en la capacidad de alcanzar la plena y total transformación. En cuanto a lo que son sus afectos, en la línea del orden evangélico, el cual está propuesto en los Ejercicios espirituales.
Así es que cuando ocurre esto, es necesario que se conduzcan de una manera debida lo que se relaciona con las afecciones. A fin de que las mismas, no ejerzan influencia ni tampoco vayan a determinar, la decisión la cual es pretendida tomar.
La sustancia de los Ejercicios: experiencia inmediata de Dios en Jesucristo
En lo que se refiere, al núcleo íntimo de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, lo que ha de experimentar o vivir el ejercitante, se trata de “que el mismo Criador y Señor, se comunique a su ánima devota” y que “inmediate obrar el Criador con la criatura”, según el ejercicio 15.
Todo esto significa que siempre va a tener la iniciativa, la experiencia que es inmediata de Dios. Siendo el caso que se habrá de tener en esto dos precisiones. Las que resultan de suma importancia. Así es que, en primer lugar, lo que se afirma en la anotación 15, obviamente no tiene como significado el hecho de que la persona humana, vaya a poder dominar a Dios.
Siendo el caso que los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, solamente van a ofrecer una ayuda en relación a “preparar y disponer el ánima”, de acuerdo al ejercicio 1.
Así es que, con toda esa iniciativa amorosa de Dios, es posible entonces esperar que sí, sean eliminados todos los impedimentos de tipo personales. Y será mediante la gracia que el Señor va a comunicarse. Asimismo, en segundo lugar, lo relacionado con la experiencia que es inmediata de Dios no hace la supresión que se necesita para la mediación de Cristo.
La contemplación de Cristo, tarea central de los Ejercicios
Es por todo lo anterior, que la contemplación de Cristo se convierte en la tarea central de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, según el ejercicio 4.
Siendo que se considera además imprescindible, que tanto por parte de quien está encargado de darlos. Como por parte de quien se encuentra practicando los Ejercicios, el mantenimiento de una actitud, la cual debe ser de una profunda humildad y también de reconocimiento.
A fin de que se eviten actitudes, que sean prometeicas de solapado orgullo o también de autosatisfacción. Tal como para que no se deje llevar por una pusilánime actitud, la cual va a llevar a que se desconfíe. En cuanto al deseo que tiene Dios, de establecer la comunicación con la persona humana.
Es así como resulta muy pertinente el hecho, de que sea celebrada la sentencia en cuanto a la tradición Ignaciana en cuanto a que “lo propio de Dios es que no hay nada que lo abarque, por elevado y sublime que sea, pero que se comunica a través de lo ínfimo”.
Lo característico de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
Lo que se refiere al método, y también al modo de proceder que se encuentra en los ejercicios 2,3 y 20.
Indican que debido que los Ejercicios espirituales son una actividad, la cual es de forma plena solamente personal. Y que además van a pretender que, se produzca una transformación, de lo que son los afectos que se consideran como desordenados. Siendo de manera fundamental que se produzca una actividad la cual reviste las siguientes características:
Actividad personal afectiva
En cuanto a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se debe dar una total implicación correspondiente a la persona, la cual está realizando los ejercicios. Siendo que luego de que se tenga mucho tiempo, en cuanto a la proposición de los Ejercicios espirituales, mediante lo que es un carácter de forma exclusiva como si fuera intelectualista.
Ha sido hecha la insistencia de una forma más reciente, y con justa razón, en cuanto a lo que es la dimensión afectiva correspondiente a los mismos. Sin embargo, es posible que sea conveniente también en la actualidad, mantenerse atentos a no despreciar o suprimir, lo que corresponde a la actividad de tipo intelectual.
Siendo esto en fidelidad a lo que está expresado por Ignacio “discurriendo y raciocinando por sí mismo” como dice en el ejercicio 2.
Luego entonces, debido en algunas ocasiones a lo que es la poca formación de tipo teológica, o también catequética correspondiente a ciertas personas. Y también a una acentuación que es adecuada de la importancia en relación a la sensibilidad y la emotividad.
Se tiene pues que la práctica de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, es capaz de adolezcan de lo que es el subjetivismo, o también del sentimentalismo.
Actividad para desarrollar la fe
Sin embargo, este discurrir y raciocinar “por la raciocinación propia” siempre va a ser, una actividad la cual se desarrollará en la fe. Y además con la ayuda de la gracia. Aun cuando no tenga una elevación en cuanto al acto del entendimiento podrá ser “ilucidado por la virtud divina”.
Así es que con todo, de una manera evidente, lo que se refiere a la punta de lanza correspondiente al ejercitante, pasará a ser “sentir y gustar las cosas internamente” según el ejercicio 2. Lo cual quiere decir, que llegue al corazón, lo que se refiere a la parte central correspondiente a la persona, donde son articulados y condensados todos los pensamientos, así como también:
- Sensibilidad
- Imaginación
- Memoria
- Cuerpo y alma
En relación a la importancia que resulta primordial del corazón, entonces es confirmado en el ejercicio 3 que: a fin de hablar con Dios “en los actos de la voluntad, se requiere más reverencia” que “cuando usamos del entendimiento entendiendo”.
Así es que cuando pensamos en Dios, o también acerca de Dios, lo que se establece es una relación mucho más indirecta. Mientras que al momento que hacemos la expresión de que nuestra vida, y los profundos sentimientos van dirigidos hacia él mismo.
Es decir, a quien nos estamos dirigiendo, es de suponerse entonces, que el corazón se convierte en nuestra parte, como el espacio divino por excelencia. Puesto que “Sólo el amor puede adentrarse en el Dios que es amor”.
El placer en cuanto a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
En lo que se refiere a esta vivencia de tipo afectiva, quien es el ejercitante va a encontrar el “gustar”, que es posible que signifique:
- Apreciar
- Probar
- Experimentar
- Sentir placer
Como un componente de suma importancia se cataloga, lo que es esta vivencia del placer, en la experiencia cristina. Siendo, por lo tanto, también de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Así es que va a jalonar, lo que son los momentos de mayor trascendencia, en cuanto a los ejercicios que son de verdades espirituales. Tal como es el caso, por ejemplo, cuando se deja de lado lo que es la propia experiencia de placer, en lo que es el “Principio y Fundamento”.
Allí es posible notar en el quinto ejercicio, que es “traer los cinco sentidos”, con el que se hace la culminación de los días de Ejercicios espirituales. Cuando se arriba a la segunda semana “oler y gustar con el olfato y el gusto la infinita suavidad”. Luego entonces en la semana número cuatro, es posible prestar además una atención mayor, a lo que es el gusto y el placer espiritual.
Asimismo, es indicado de la forma “haciendo pausa en las partes más principales. Y donde haya sentido mayores emociones y gustos espirituales” Así como “traer a la memoria y pensar cosas motivas a placer, alegría y gozo espiritual”. Ej 229, 6ta. adición.
También “usar de claridad o de temporales cómodos, en cuanto el ánima piensa o conyecta, que la puede ayudar para gozar en su Criador Redentor” Ej. 229 7ma. adición.
El placer espiritual En los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola
Así es que como se puede observar, se trata de un placer el cual resulta ser espiritual. Pero que de acuerdo a lo que ya hemos indicado, cuando se habla del carácter espiritual de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Se convierte en un placer que resulta ser profundamente humano, y además es integral.
Por lo tanto, dicho placer por otro lado, es posible que se viva en situaciones atinentes al sufrimiento. Tal como es mostrado mediante el hecho, de que es dada la consolación a través de las lágrimas. Que son correspondientes a la contemplación de la pasión del Señor Jesucristo. O también en otras experiencias, correspondientes a la fe y las cuales es posible que sean dolorosas.
Siendo el caso que ha sido expresado que, tal como el mismo dolor correspondiente al deseo, es posible que se transforme en alegría. “Aunque este deseo es penetrante y hasta doloroso, se experimentó como un placer. Es un hambre mejor que cualquier plenitud, y una pobreza mejor que cualquier riqueza”.
De cualquier manera, de acuerdo a lo era dicho por san Agustín. Si nos movemos por el gusto los humanos, y también procedemos a saber atraer mediante los gustos, entonces también Dios tiene su disposición de gustos a fin de que seamos atraídos hacia él.
En cuanto al acompañamiento de la experiencia espiritual, correspondiente al placer, resulta ser muy iluminadoras ciertas palabras expresadas por san Gregorio:
«Hay esta diferencia entre los placeres espirituales, y los corporales: los corporales provocan el deseo antes de poseerlos. Y el disgusto, una vez se los posee; mientras que los espirituales, al contrario, provocan disgusto antes de tenerlos y placer una vez se los tiene»
Actividad creativa
Es de hacer notar, que en la 1ra. Anotación correspondiente a Ignacio. Procede a hablar de “buscar y hallar”. Siendo que es por tal razón que todos los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se catalogan como una actividad de tipo hermenéutica.
Por lo que es de aquí, que los ejercicios correspondientes tanto a la meditación como también a la contemplación, van a tener el mismo objetivo correspondiente a la búsqueda. Así es que se trata de una especie de experiencia, que es de tipo exploratoria.
Motivo por el cual, el ejercitante tendrá que poner en juego, lo que se refiere a su inteligencia. Así como también debe permitir, que le provenga la iluminación mediante el Señor. Todo esto con la finalidad de que pueda encontrar, “alguna cosa que haga un poco más declarar o sentir la historia” Ej 2.
Es así como dicha búsqueda, se enmarca a dirigirse a lo largo de lo que es toda la experiencia correspondiente a lo espiritual en cuanto a la actividad que es propia del ejercitante. Siendo que es entonces sugerido que se le provean ayudas “a fin de mejor hallar lo que desea” Ej 73.
Siendo que por lo tanto, la persona que se encarga de impartir los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, procede a exponer en sus entrevistas. Que será necesario también darle el debido apoyo, en cuanto a la explicación espiritual que está realizando.
Verdad y objetividad
Aun cuando los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se corresponden a una experiencia la cual resulta ser muy personal. Así como también creativa, no resultan ser algo que sea subjetivo meramente. Y aun menos que sea arbitrario. Esto es debido a que tienen su base en todo momento, en lo que es el “fundamento verdadero de la historia” Ej. 2.
Así mismo, para Ignacio durante el siglo XVI, lo que era la “historia”, fue tomado en un sentido bastante literal en cuanto a la Escritura. En el fondo va a venir indicando, que lo que corresponde a la oración, se ha de asentar de manera continua en la verdad correspondiente a la revelación.
Tal como también, en la objetividad que se corresponde con la vida del ejercitante. Y que ha de evitarse todo lo que pueda ser la evasión de la realidad.
En cuanto a la palabra “fundamento”, la misma contiene una importancia muy especial, para la persona encargada de impartir los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Así como también, la manera en la cual hace la proposición. Lo cual se refiere al “fundamento” que está indicando algo de suma importancia, pero de una forma muy incipiente.
Siendo esto imprescindible para que el edificio proceda a sustentarse, pero no es aún el edificio propiamente dicho. Es por lo tanto que de allí exista la importancia, de “narrar de una manera fiel la historia, de la tal contemplación o meditación con breve o sumaria declaración”
No responde a la indicación ignaciana
Por lo tanto, no ha de responder a lo que es la indicación ignaciana, como una proposición de contemplaciones o meditaciones. Siendo las mismas que, se hacen presentes debido a que es un edificio completo.
O también una declaración que resulta ser muy desarrollada, en cuanto a la materia que sofoque la tarea hermenéutica, de quien está practicando los Ejercicios espirituales.
Luego entonces, por otro lado, lo que se refiere al fundamento, que ha de tomarse como apto para la construcción de aquello que se va a levantar. Es decir, ha de ofrecerse pues la suficiente materia. La cual sea inspiradora. A fin de que sea movilizado todo lo relativo a la actividad de tipo espiritual, de la persona practicante de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Así es que esta sobriedad tan inspiradora, que se ubica en el punto medio entre lo que es un desarrollo excesivo, y la exposición que sea seca en relación a una materia. Se ha de convertir en el propio arte de una buena tarea, correspondiente al acompañante de los Ejercicios espirituales.
Siendo el caso que ha sido afirmado por varios autores, que el carisma que es propio de aquellas personas, encargadas de impartir los Ejercicio espirituales. No se trata de la oratoria, sino más bien de la conversación.
El presente como tiempo de gracia
En cuanto a las anotaciones 11 y 12, se hace una invitación para que el ejercitante, se someta a la sumisión a lo que es el presente como tiempo de gracia. Siendo el caso que debe vivir durante cada momento, y también en cada una, de las etapas de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Como si se tratara de que “ninguna cosa buena esperase hallar”
El hecho de que no se anticipe a los ritmos de Dios, y también en cambio que se aproveche de todas aquellas posibilidades. Las cuales son ofrecidas por el señor a cada instante.
Siendo mediante la misma razón, lo que es la fidelidad a todo aquel tiempo que sea señalado, como de oración “por una hora”. Se trata pues de la actitud que es orante, en relación a todo lo que es esperado a través de la iniciativa del Señor. Y que no lo es de los sentimientos, ni tampoco de los gustos personales.
Asimismo, era recordado por algunos autores, la forma como san Ignacio en ningún momento hacia la anticipación a lo que es el Espíritu. Sino más bien que lo seguía. De igual manera san Pablo, en consonancia con lo que era toda tradición de la biblia. También hace el recuerdo de que “ahora es tiempo propicio, ahora es día de salvación”
Por lo tanto, el ejercitante ha de tener la disposición. A fin de que se produzca el encuentro con Dios en lo que es su “ahora”. Siendo esto en su vida presente, la cual se trata de una vida que es inmanipulable. Y que además no va a permitir que se produzcan las evasiones, hacia lo que son los ensueños pseudoespirituales.
Importancia de la soledad y el aislamiento material
En cuanto al trabajo que es tan personal, de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se debe evitar que sea producida algún tipo de interferencia. La cual produzca dificultad, en cuanto a la práctica de lo que es una pedagogía, que esté bastante articulada en relación al orden de una concreta finalidad.
Es por tal razón que, el ejercitante “tanto más se aprovechará, cuanto más se aparte de todos aquellos amigos. Y también conocidos. Así como también de toda la solicitud que sea terrena.
Siendo el caso que, esta afirmación se encuentra apoyada en una motivación que es triple. Y que se enmarca en el área:
Teológica
Se encuentra expresada, no lo que puede ser una exigencia. Sino que más bien se trata de una apertura, la que es de tipo existencial a lo que es el don de Dios. Esto se ve manifestado en la frase “No poco merece delante de su divina majestad”.
Siendo el caso que, cuando se realiza un retiro de forma total. Se comienza a manifestar una especie de apertura existencial a lo que es el don de Dios. Puesto que se hace presente una expresión de tipo existencia, cuasi – sacramental, de lo que es la absoluta primacía de Dios. Esto es en la vida de aquella persona de esta haciendo, los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Así es que el ejercitante manifiesta, que tiene toda su disposición a alejarse de todo aquello que sea material. Así como también decir que “solo Dios basta”. Siendo entonces dicho carácter casi sacramental, que se convierte en el real símbolo y causa que da vigor a lo que expresa. Es lo que da la explicación de cierta forma, a la edificación correspondiente al retiro como tal.
Es por tal motivo, que lo que es considerado como “dios verdadero”. Se trata de un Dios el cual está sumergiendo al ejercitante a fondo, en lo que es el mundo. Siendo el mismo “al cual tanto ama”. Y que además, no se tendría que olvidar nunca de que “si te atrae el desierto. Dios prefiere a los hombres”.
Psicológica
En este caso psicológico, la expresión “No teniendo el entendimiento partido en muchas cosas”. Hace la expresión de lo que es la fuerza que tiene, lo correspondiente a la unidad. Así como a la integración de tipo personal, la cual es vivida en los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Y que además, es posibilitada durante el retiro material.
Tal como ha sido expresado antes, lo referente a la tarea de tipo espiritual correspondiente a la unificación, resulta fundamental. A fin de que se pueda vivir una vida que sea de forma humana, pero muy auténtica. Y además el retiro ayuda a que dicha labor, correspondiente a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, de la unificación de la vida, se vayan integrando con todas las dimensiones que tienen las personas en Dios.
Cuando te encuentras buscando la conexión con Dios, necesitas buscar algo, que te restablezca la fe y la confianza en ese mágico y maravilloso ser, Creador de todo lo que existe. Por lo tanto te voy a invitar a que descubras, la hermosa letra del canto Dios está Aquí. Siendo que dicha afirmación por sí misma, ya te llena el alma de fe. Verás cómo al disponerte a escuchar tan hermoso tema, recobrarás la paz que estás buscando. ¡Te aseguro que te va a ser de mucha utilidad!
Historia de salvación
En cuanto a la expresión de: “Más se dispone para recibir gracias y dones…”. Es posible constatar el hecho, el cual está avalado por una gran cantidad de testigos. Y que viajan, durante el tiempo correspondiente a la historia de salvación.
Siendo el caso que, de forma efectiva, todas las personas las cuales han procedido a distinguirse de alguna manera u otra. Lo que ha sido en cuanto a su vida de fe, en relación al seguimiento a Cristo. Por lo que han tenido algún tipo de experiencia o vivencia muy profunda, referida a “desierto”. Siendo el caso que, se pueden mencionar entre algunos a:
- Abraham
- Moisés
- Los profetas
- Pablo
- Benito
- Francisco
- Teresa
- Juan de la cruz
- Madeleine Delbrêl
- Abbé Pierre
Teniendo en la cima de todo este proceso, al precursor de la fe cristiana, nuestro Amado Maestro Jesús.
Así es que el “retiro individual”, incluyendo el que es “silencioso y solitario”, se ha de considerar entonces por algunos, como “el test más significativo del éxito cristiano”, según algunos autores.
Asimismo, lo que se refiere al “apartamiento”, ha de resultar algo matizado. Esto en el caso de que se tenga en cuenta, que el ejercitante pudiera salir del lugar de retiro. A fin de que participe en la eucaristía, o también en las vísperas. Y que también ha de tener relación con aquella persona, la cual les imparte los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Lo mismo es con la persona, la cual le va a atender en lo que son sus necesidades de tipo material. Y de la misma manera como está figurado en los directorios ignacianos. E inclusive, como es previsto en alguno de los mismos.
Los ejercitantes pueden charlar con el instructor
Siendo el caso que en ocasiones, alguna de dichas personas pudiera charlar eventualmente, con quien está practicando los ejercicios. Lo cual va a ser en base al parecer de aquella persona que está dando los Ejercicios.
Por lo tanto, de lo que se trata no es tanto, de que se guarde un silencio material cuanto de “apartarse de amigos y conocidos, y de toda solicitud terrena”. Debido a que “del cual apartamiento, se siguen tres provechos principales, entre otros muchos”. Tal como fue explicado anteriormente.
Sin embargo, se debe dejar de una manera bien asentada que, los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, aun cuando son realizados en la soledad, no son para nada solitarios, sino en el mundo. Lo cual indica, que se encuentra en comunión estrecha con la realidad, que se encuentra envolviendo al ejercitante.
Así es que dicho simplemente, pero con mucha expresión. El cristiano que hace los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, tiene como deber el hecho de vivir a Dios en el mundo, pero en los Ejercicios espirituales, es el mundo en dios.
Siendo que dichos ejercicios, se convierten en una experiencia la cual es de liberación personal. Por lo que es en orden a que, se reincorpora en la vida ordinaria, con una serie de nuevas disposiciones. Las mismas resultan ser más evangélicas.
Por lo tanto es visto, como la persona que es el acompañante, en los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se consolida como una persona que posee experiencia de vida.
Amar y servir a su divina majestad
Es decir, de vida en el mundo. De lo contrario va a correr el riesgo de hacer una distorsión, en cuanto a la tarea de realizar el acompañamiento. Siendo que el mismo se trata, de un proceso el cual debe culminar, en lo que es la disposición de “amar y servir a su divina majestad” en todas las cosas.
Así es que, de unirse lo que se menciona acerca del apartamiento, con lo que es la necesidad de encontrar las más apropiadas condiciones. No se podría decir que está de más, el hecho de repensar cuáles podrían ser las mismas.
Puesto que ¿No sería necesario, hacer una agudeza en cuanto a la capacidad creativa en este punto, si es tenido en cuanta la forma como ejercieron la práctica de los Ejercicios, quienes lo hicieron por primera vez?
Asimismo, lo que se refiere a la conciencia actual, que corresponde a la importancia sobre la opción de tipo preferencial hacia los pobres, ¿no pudiera hacer la exigencia de unas condiciones en cuanto al lugar, al estilo de casa, o de régimen de vida, los cuales vayan en favor de la sensibilidad de tipo espiritual de esta opción?
Relación de don y receptividad
En relación al carácter de tipo objetivo en cuanto a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, hace la exigencia en cuanto a la colaboración que debe realizar una persona la cual haga la compañía de forma espiritual a quienes se encuentran realizándolos.
Es así como es establecida entonces, una relación la cual es de “dar – recibir”. Y que simplemente no se trata de un método de tipo pedagógico humano. Sino que más bien se trata de una relación de fe.
Así como también de oblatividad y además de receptividad. Es de allí que Ignacio haga la suposición, de que hay que encontrar “que así el que da los Ejercicios espirituales, como el que los recibe, más se ayuden y se aprovechen”. Lo cual va a servir para que ambos logren tener una experiencia espiritual verdadera.
Siendo el caso que esta relación va a pedir entonces lo siguiente:
Por aquellos que imparten los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
En este caso es necesario que aquellos que imparten estos ejercicios, se encarguen de:
Hacer la presentación solamente de la verdad, y no de lo que son sus ideas de tipo personal. Siendo eso lo que se indica en “narrar fielmente la historia”.
Igualmente hacer el ofrecimiento de ayudas, con la finalidad de realizar adecuadamente la tarea personal. Lo cual es el “modo” o las maneras en cuanto al proceder.
Y también lo relativo al “orden”, o también el proceso que se debe seguir en relación a lo que será la oración. Así como también, el conjunto de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
De igual manera el hecho de que no se suplante la actividad de tipo personal de quien es el ejercitante, en base a: “discurriendo por los puntos con breve o sumaria declaración” según el Ej 2. Al igual que lo indicado en: “el que los da no se decante, ni se incline a la una parte ni a la otra. Más estando en medio, como peso”. Del Ej. 15.
Igualmente, se requiere el hecho de prestar el debido apoyo al ejercitante, en base a lo que indica:
- “dar aliento en los momentos de desánimo”. Ej 7
- “moderar el fervor descontrolado”. Ej 14
Igual que prevenir lo que pudieran ser los errores, que se originaran de la “ligera condición” correspondiente al ejercitante. O también lo que de forma evidente, se manifieste de cualquier característica propia de la personalidad.
En cuanto a los que reciben los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
En el caso de aquellos, que son los receptores de los Ejercicios espirituales, se requiere que los mismos entreguen:
- Fidelidad a las orientaciones que reciben.
- Al mismo tiempo que se produzca un trabajo que sea bien personal
Por lo cual, haciendo un resumen, se trata de hacer la conjugación en cuanto a la fidelidad máxima relativa a lo que es el “método”, con la personalización. Así como también con la libertad interior.
En todo momento el Amado Maestro Jesús, es la representación en la tierra, de todo aquello que el ser humano debe seguir y aprender, siendo que sus palabras siempre fueron expresadas en parábolas, a fin de que como él mismo dijo «el que tengo ojos que vea y el que tenga oídos que escuche». Es por ello que te invito a aprender acerca de la parábola de los talentos. Así es que luego de reflexionar al respecto, seguro te servirá de mucha ayuda.
Por parte de los dos involucrados en los Ejercicios espirituales
Se requiere en primer lugar que exista lo que es una confianza, la cual ha de ser recíproca, lo cual es indicado en el Ej 22, que dice:
- Intentar interpretar bien lo que dice la otra persona
- Cuando la interpretación es correcta, no hay posibilidad de preguntar
- Si posteriormente es visto, que la persona se encuentre en el error, ayudarla a fin de que salga del mismo.
Dejarse hacer
En relación a la fundamental disposición del ejercitante. Siempre a partir de los tiempos de Ignacio, ha sido considerado como fundamental el hecho de comenzar los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola “con grande ánimo y liberalidad”.
En cuanto al “grande ánimo” se indica con el doble sentido, siendo que es lo extensivo. Es decir, que se ensancha el espíritu, se produce la magnanimidad. Lo cual tiene como implicación a toda persona, en lo que es la apertura con el fin de compartir la grandeza del espíritu perteneciente al Hijo de Dios.
De la misma manera se convierte en intensivo, lo cual quiere decir, que se promueve fuerza, al igual que ilusión y también coraje. Pues se trata de:
- “liberalidad” lo cual implica, el amor que es entregado de una manera libre. Es lo que se conoce como una entrega libre, y que es la propia generosidad del amor.
Así es que, la liberalidad se traduce en más dinamismo. Siendo que procede a activar el llamado “grande ánimo”, lo cual es una actitud. En cuanto a la importancia que reviste esta anotación número 5. Solamente es comprensible de forma plena, al momento de culminar todos los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Siendo esto en el punto de la contemplación, que sirve para alcanzar el amor. Y que además, apunta a una cantidad de aspectos correspondientes a la experiencia. La cual es aquella que se tiene en relación a la experiencia de tipo espiritual, y que además resulta de suma importancia. Todo esto debido a varias razones.
Objeto de la anotación número 5
El objeto correspondiente a esta anotación número 5, es el de ubicarse ya desde lo que es el comienzo en el ámbito de la grandeza de Dios, que es el amor, buscando pues la correspondencia para con él.
Es por ello que se insista tanto, en lo que se refiere a “grande” y a “todo”. Tal como los correlativos correspondientes a “Criador y Señor”. Así como también a “divina majestad”.
Asimismo, es mencionado en las anotaciones lo que es “libertad”, lo cual es un radical constitutivo referido a la persona humana. Siendo que el mismo se trata del elemento fundamental en cuanto al curso de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Asimismo, se trata pues del don más preciado que es ofrecido a Dios, y que se convierte en el fundamento verdadera relacionado con esta libertad. Por lo tanto, cuando son culminados se puede ofrecer, con una plena disponibilidad y como la correspondencia del amor de Dios, la propia libertad: “tomad, Señor y recibid, toda mi libertad”.
Con la finalidad de ayudar a que suscite dicha disposición, algún acompañante va a ser capaz de invitar al ejercitante. Bien sea antes de que comience con los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, a que se formule preguntas tales como:
- ¿Qué deseas hacer con tu vida?
- ¿Qué te gustaría haber conseguido al finalizar tú vida?
- ¿Adónde te hubiese querido llegar con tu vida?
Emprender un camino: El proceso de los ejercicios
Luego de que una persona la cual se haya ejercitado, se ha iniciado en los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, procede a adentrarse en una historia la cual es personal. Y que es correspondiente a la fe, la cual va a tener de manera normal una serie de episodios. Siendo que en los mismos se enmarcan, entre otras cosas:
- Luces y oscuridades
- Alegrías y tristezas
Siendo el caso que dicha historia personal, se trata pues del meollo correspondiente a la experiencia. Así como también, de la pedagogía de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Así es que, para dicha ayuda en el transcurso de la marcha correspondiente de los Ejercicios, se proponen ciertas orientaciones específicas.
De las más tristes y angustiantes escenas escritas en los anales de la historia, se trata de las escenas de la pasión de Jesús. Es allí donde se pone de manifiesto cuan cruel puede llegar el ser humano, puesto que su crucifixión no solamente fue realizada por los que estaban en el poder, sino por aquel pueblo que lo condenó al liberar al Barrabás.
Te invito pues a escuchar el Sermón de las siete palabras. Allí están plasmadas las últimas enseñanzas que fueran dadas en vida del Amado Maestro Jesús. ¡Verás como te van a ser de gran ayuda!
Agitación interior y actitud de la persona que acompaña
En relación a la actividad de tipo espiritual, por lo normal se trata de la ocasión en la cual Dios. Procede a manifestarse en una serie de sentimientos espirituales, o también a través de pensamientos.
Así es que, en el caso que no ocurra esto, es posible que sea un índice de que la persona que se está ejercitando, no esté siguiendo de una forma fiel. Lo que son todas las orientaciones que se refieren, a la pedagogía de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Siendo el caso de que dicha fidelidad es aquella, considerada como modesta, pero que resulta ser imprescindible. Igualmente, que la cooperación humana, correspondiente a la acción de la gracia.
Por lo tanto, es el Señor, el que hace la construcción de la casa. Sin embargo, es el ejercitante, el cual valga la expresión, es el que ha de colocar los andamios.
La importancia de la fidelidad explicada por el acompañante
En relación a la persona que se dedica al acompañamiento, la misma deberá hacer ver lo importante que resulta esta fidelidad, a lo que son los distintos ejercicios, de la manera que sea tal como:
- “Si los hace”
- “A sus tiempos determinados”
- “cómo”
Debido a que, en el transcurso de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, no se encuentra una ocasión en la cual sea practicada la fidelidad, a una cantidad de cosas, sino que más bien es hecho a las diferentes orientaciones de los mismos ejercicios.
Por lo tanto, la fidelidad a lo que es por ejemplo el horario, resulta ser una ayuda con el fin de que se salga de uno mismo, y se suscita una actitud la cual es de espera, la que además resulta ser muy propia de la persona que ama.
Siendo pues que dicha fidelidad es también, una muestra de lo que se refiere a la humildad. La cual es correspondiente a nuestra cooperación a la obra, proveniente de Dios. Y también a lo que corresponde a la grandeza que Dios nos muestra en cuanto a lo pequeño.
Sin embargo, es de hacer notar que debe ser extremado, lo relativo a la importancia que se atribuye a las mociones. Y también a la agitación correspondiente a los espíritus. Debido a que también cabe en el transcurso de algún periodo, que sea prolongado relativamente de la experiencia espiritual que sería “tiempo tranquilo”.
“Mucho le debe interrogar cerca los ejercicios” Ej 6
Esto se trata pues, de una expresión la cual va a poner el papel que es activo, de aquella persona que, procede a dar los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Sin embargo, de ninguna manera es posible que sea una ocasión, a fin de que sea tomada una actitud tipo fiscalizadora, o atemorizante. Ni mucho menos se promueva la imposición, de la persona que está impartiendo los Ejercicios espirituales.
En relación a la indicación que corresponde a la anotación número 7, el Ej 7, acerca del modo en el cual se debe comportar con aquella persona que se encuentre desolada, procede a realizar la iluminación sobre la actitud que de fondo habría de tener aquellas personas que es la acompañante. Siendo que es una actitud que siempre debe infundir tanto aliento como confianza:
“No se haya con él duro y desabrido, más blando y suave, dándole ánimo y fuerzas para adelante, y descubriéndole las astucias del enemigo de natura humana, y haciéndole preparar y disponer para la consolación ventura”.
Otro tema de suma importancia es el referido a la Madre de Jesús, y Madre de Todos nosotros. Su historia es sumamente cautivadora, el papel tan importante que tuvo para la humanidad se pierde de vista. Cuando debió aguantar el dolor más grande que se le puede inferir a una madre.
Saber lo que iba a pasar, y aceptarlo ahogando su dolor y angustia. Así es que para que sepas más sobre este candente tema te invito a visitar el Fiat de María. Seguro que vas a aprender muchas cosas que no imaginas. ¡Te será de utilidad, ya verás!
La “materia” del diálogo guía ejercitante
En relación a la observación que antecede, la misma nos va a permitir ver como la base del diálogo, que se produce entre la persona, que se encuentra ejercitando. Como también aquella, que procede a dar los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, no se trata del “bien-mal”.
Es decir, la moral en su sentido más restrictivo. Sino más bien de aquellos movimientos. Así como también los pensamientos que son interiores. Por lo tanto, es aquello que no se encuentra causado mediante la libertad del ejercitante.
Lo cual es, la parte espiritual. Así es que de tratarse de cosas de conciencia será mediante la relación, con similar experiencia de ejercicios. O en otro caso, a sabiendas de que no se trata de lo propio, de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Sin embargo, aun cuando esto resulta ser generalmente válido, no va a evitar el hecho de que se tenga que atender, a lo que es la complejidad correspondiente de las fronteras. Que se presentan en lo que es la experiencia espiritual.
Surgen entonces interrogantes tales como, ¿Es tan clara la distinción entre lo que es lo moral y lo espiritual? ¿Acaso la persona que imparte los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, nunca debe prestarse para brindar ayuda al ejercitante, en lo que es un conflicto de conciencia?
La confesión que no la haga el que imparte los Ejercicios
Es el caso que Ignacio de Loyola, en un directorio hace la afirmación de que “mejor es, pudiendo, que otro le confiese, y no el que le da los Ejercicios espirituales”. Por lo tanto, este parecer procedente de Ignacio, es posible que se considere como polivalente.
Siendo el caso que pudiera significar que, se debe respetar lo relacionado con la distinción de campos. Lo cual sucede entre lo que es la experiencia de tipo espiritual, de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Y lo que se refiere al campo de la conciencia, del que es el ejercitante.
Asimismo, el ejercitante deberá tener la libertad plena, a fin de que se confiese con otra persona, la cual no sea la que le imparte los Ejercicios. O también que es mejor, más no necesario, el hecho que se proceda a confesar, pero con otra persona que no sea el ejercitador.
La ayuda en la desolación y en la consolación
Debido a que tanto la consolación, como la desolación, van a ser vivencias características de la experiencia espiritual, de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Aquella persona encargada de darlos, debe encontrarse en muy buenas condiciones.
Debido a que se tratan los mismos de estados interiores. Así como de sus características, que corresponden a las diferentes fases por las cuales es posible pasar.
Por lo tanto, la labor de mayor importancia de la persona que imparte dichos ejercicios, será la de proyectar luz sobre los estados interiores. Siendo de todo esto, de lo que se trata en las reglas finales propuestas, en los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Asimismo, se debe dejar claro que, las reglas no tienen un plan teórico para proponerse. Siendo que las mismas más bien surgen, al ritmo de las experiencias y “según la necesidad que sintiere en el que los recibe” Ej. 8.
Hablando de forma estricta, Ignacio de Loyola, no aprobaría una exposición que fuera completa. Y que se encuentre articulada de las reglas, tal como conferencia o tal vez una plática, la cual fuera previa al conocimiento del estado que tenga el ejercitante. Y anticipando orientaciones que las cuales no sean necesarias aún debido a que “le dañarán”. Ej. 9.
En este caso es referido por Ignacio de Loyola, de manera muy explícita, lo que se refiere a no hacer anticipación. De las reglas correspondientes a la segunda semana, lo cual provoca el pensamiento.
Las orientaciones se anticipan a las situaciones
Siendo que la práctica va a corroborar, que muchas orientaciones correspondientes a las reglas de primera semana, se pueden encontrar exponiéndose, antes aún de que el ejercitante proceda a vivir aquellas situaciones. Las cuales están previstas que van a suceder.
Debido a que se trata pues, de orientaciones que son más fundamentales. Además, tiene un carácter bastante corriente en la experiencia espiritual, en tanto que las de segunda semana, tocan más bien materia que es “más sutil” Ej 9.
Es por tal razón que resulta conveniente que se prevenga al ejercitante en relación a la importancia de que no se deje llevar de manera inconsiderada, por aquellos movimientos provenientes de la desolación. Y además que se mantenga con generosidad el tiempo que es convenido de oración.
Asimismo, Ignacio de Loyola, le proponía en ejercicios sencillos, a las personas que se estaban iniciando en lo relativo a la experiencia espiritual. Debido a que les prevenía, acerca de lo que es alternar las mociones que le van a sobrevenir al ejercitante.
Siendo el caso que de acuerdo a un testigo: “Íñigo le dijo, que la primera vez había de estar muy alegre; e la otra semana estaría muy triste”.
De la misma manera, en la anotación número 14 es dicho al ejercitador, que se debe “prevenir y admonir (amonestar)” a aquella persona, que muestre una condición ligera. A fin de que, en el momento de la consolación no proceda a precipitarse, a realizar compromisos los que posteriormente no van a poder cumplirse.
Avivar la confianza en tiempos de desolación
Siendo entonces que más adelante, los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, se van a referir a lo que es la necesidad de avivar lo relativo a la confianza en los tiempos de desolación. Recordando que “presto será consolado” Ej. 321.
O que la humildad en tiempos de consolación, han de recordarle al ejercitante que piense: “cuán para poco es en el tiempo de la desolación, sin tal gracia o consolación”. Ej. 324.
La situación del ejercitante es lo que manda
En cuanto a la aplicación de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, 18 – 20. Se muestra que la preocupación por dar los Ejercicios espirituales nació en Ignacio de Loyola. Debido al interés que el poseía de tipo pastoral, que se refería a “ayudar a las almas”.
Es por esto que comienza a pensar, en una cantidad de formas de ayudar, de acuerdo a una variedad de disposiciones relativas a personas. Siendo que las mismas, se pudieran acercar a fin de realizar los Ejercicios espirituales.
Así es que en las anotaciones desde la 18 a la 20 hace la consideración correspondiente a la aplicación de los Ejercicios, tales como son:
Los grados de interés o voluntad del candidato a los Ejercicios espirituales
Es dado el caso de que, aquel que “se quiere ayudar, para instruir y para llegar has cierto grado, de contentar a su ánima” Ej. 18. Se trata de una situación que resulta ser bien común. Lo mismo es entre aquellas que son buenas personas y cristianos.
Siendo que no tengan exigencia evangélica especial. Y además que su práctica de vida interior se considera casi nula. Se trata pues de personas las cuales aspiran a tener un cierto mantenimiento, en cuanto a la vida cristiana se refiere.
Por lo cual, en dicho caso, caben muchas aplicaciones relacionadas con los Ejercicios espirituales. Pero si es posible que se pase a las elecciones, así como a todas aquellas experiencias de tipo espiritual las cuales ellas implican. Ej. 18
Los candidatos a los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola
Asimismo, quien “en todo lo posible desea aprovechar” Ej. 20, se trata de la persona la cual tiene grandes y sinceros deseos de progresar, en cuanto a la vida cristiana.
Siendo que, a dicha persona, si se le va a asegurar una preparación adecuada, y también las convenientes circunstancias. De igual manara es posible, darle el mes de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Todo esto de acuerdo a la pedagogía, que ha sido propuesta en el libro completo.
Resumiendo, una cantidad de personas van a llegar a los Ejercicios espirituales, con una decisión la cual va a ser muy clara de ir en busca de la voluntad de Dios.
En otros casos, será con el propósito de tener una cierta reanimación cristiana, lo que indica el hecho de rezar algo, de escuchar algún tipo de charlas, o de reconciliarse con lo que es su situación ante el mundo. Es de destacar que, la anotación 1ra del Ej 1, está referida a los que son primeros ejercitantes, y la 18va Ej 18, a estos últimos.
Distinta preparación humana
En relación a la preparación humana, se trata en principio de personas las cuales tengan el deseo de hacer los Ejercicios espirituales, y que no tengan una gran formación. Ej. 18. En estos casos es posible, que se le puedan impartir los ejercicios, o la práctica de las cuales se tiene la presentación en el libro de los ejercicios ignacianos.
En cuanto a la persona denominada como “de poco subyecto, o de poca capacidad natural” Ej 18, se trata de aquella que es de débil complexión.
Siendo aquella que es capaz de hacer, unos Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola tal como se han descrito en el anterior párrafo. Siendo que en cualquiera de los casos, se debe tener en cuenta que no es necesario dar al ejercitante “cosas que no pueda descansadamente llevar”.
Y finalmente, lo que se trata de la ideal situación, es la de aquellas personas que tengan “edad, letras o ingenio” Ej. 18. Que sea suficiente para realizar toda la experiencia, de Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Siempre en el supuesto “que en todo lo posible desea aprovechar”. Ej. 20.
Distintas circunstancias personales
Las otras son aquellas, personas que no tienen la disponibilidad de tipo material, de retirarse en el transcurso de un mes. Ej. 19. Por aquellas condiciones requeridas que sean personales. Así es que es posible aplicarle los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, en la cotidianidad de la vida diaria.
Asimismo, a la persona a la cual le es posible hacer un retiro de un mes, y darle “todos los ejercicios por el mismo orden, que proceden” Ej. 20. Así es que estas diferentes maneras de realizar los Ejercicios espirituales, han sido sintetizados por el mismo Ignacio de Loyola.
Lo cual está en las Constituciones de la Compañía de Jesús. Así como también, da el ofrecimiento de una pauta a fin de que sean aplicados.
Siendo que entonces los Ejercicios espirituales, no serán dados enteramente, sino a unos pocos. Y tales que sea esperado su aprovechamiento, dando un fruto notable a la gloria de Dios.
Pero los que pertenecen a la primera semana, es posible que se extiendan a muchas, y también a una cantidad de exámenes de conciencia. Así como a modos de practicar la oración. De manera especial, el primero de aquellos que son tocados en los Ejercicios, será extendido aún mucho más “porque quienquiera que tenga buena voluntad, será de esto capaz”. Constitución 649.
De igual manera todo aquello que he dicho en las anotaciones 18ava y 19ava, nos van a mostrar la flexibilidad tan grande en la cual es posible y debe moverse aquella persona que se encuentra dando los ejercicios ignacianos, teniendo en cuenta el supuesto buen conocimiento de ellos.
Orientaciones de las Constituciones
Al ver con un poco más en detalle, las orientaciones que se exponen en las constituciones tenemos que pueden ser:
Ejercicios espirituales “leves”
Se trata de aquellos ejercicios considerados como más sencillos “leves”. Los mismos van a aparecer en el tercer lugar. Siendo que sería necesario fomentar, más lo relativo a la creatividad. Y también la extensión entre lo que es la inmensa cantidad de personas, que circulan en todo momento dentro de la iglesia, o también en sus alrededores.
Siendo además los que carecen de una formación cristiana. Y por sobre todo, que tengan experiencia relacionada con la vida interior. Es así que Ignacio de Loyola, hace la previsión de que a dichas personas les sea ofrecido:
- Instrucción teológica o catequética y moral
- Iniciación en la experiencia interior
- Orientaciones para sólida vida sacramental
Lo mismo es, aquello que va a caracterizar la propia pedagogía espiritual, de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Se trata de una experiencia correspondiente a la oración personal, y también al acompañamiento espiritual. Ej. 18.
Primera semana de Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
Esta semana se ubica para aquellas personas, las cuales se encuentren con mayor preparación de tipo doctrinal. Y que además, se encuentren iniciadas en la vida de la oración, pero que no se ubican con una notable disposición de generosidad.
Siendo que es posible, hacerles la proposición de los Ejercicios espirituales, de acuerdo a todas aquellas exigencias, correspondientes a la mistagogía ignaciana. Sin embargo, no han de pasar más tiempo de lo que se haga en la primera semana.
Resulta de suma importancia señalar, que los ejercicios ignacianos, son definidos por aquellos frutos que deben sacarse, y no por lo relativo a la materia.
Así es que es posible, que pueda proporcionarse entonces materia, la cual sea propia de las siguientes semanas en dichos Ejercicios espirituales. Pero solamente con la conciencia de que los mismos, no serán completamente los ignacianos.
Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola por Etapas
Debido a una serie de motivos diferentes, es posible que sea útil en ciertos casos, realizar los Ejercicios espirituales estando divididos por etapas. Siempre y cuando, no se vaya a suponer una interrupción correspondiente al proceso en cuanto a la experiencia.
Siendo por ejemplo, un caso considerado en los directorios, el de aquella persona la cual no se encuentra dispuesta, a seguir lo que es la experiencia. Por lo cual resulta mejor, proceder a la interrupción de los Ejercicios espirituales. Y luego volver a su reanudación, cuando sea dada la disposición que se requiera:
“Los que en la primera semana, no mostrasen mucho fervor y deseo de ir adelante para determinar del estado de su vida, mejor será dejar de dar, los de la segunda semana, a lo menos por un mes o dos»
Es de señalarse, que hace algunos años ya autores hacían un llamado de atención, acerca de lo conveniente de hacer la división, de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola en unas cuantas etapas.
Siendo éstos cuando, son dados a personas las cuales no tienen una suficiente capacidad humana, para realizarlos durante un mes seguido, pero que si existen convenientes disposiciones de tipo espiritual.
En las actuales circunstancias, y sobre todo en aquellas personas que son seglares, y los cuales es muy difícil que puedan hacer el retiro de un mes. Es posible que se haga una práctica muy acertada la de impartirles los Ejercicios espirituales mediante etapas.
Lo mismo sería mucho mejor, que el hecho de hacer la repetición con una frecuencia alta, de unos Ejercicios que sean abreviados durante una semana, tal como ocurre con frecuencia.
Los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola en la vida diaria
Es de destacar que esta práctica, es posible aplicarla a todo tipo de ejercicios ignacianos. Siendo estos desde los que son más sencillos, hasta aquellos que son de mes, o los que son “enteramente” ignacianos. Con las diferentes aplicaciones que se suelen hacer, en la práctica de los Ejercicios espirituales en retiro.
En cuanto a la originalidad que puede ser relativa, y que es aportada en la práctica que se ha extendido actualmente. Se basa en lo relacionado a que en los mismos, no solamente es realizada la experiencia que resulta propia de los Ejercicios espirituales, en cuanto al “apartamiento”.
Tal como es considerado en la anotación número 19. Sino que más bien la misma vida diaria, se asume y se vive como una experiencia la cual es propiamente espiritual.
Así es que, la gran variedad de formas correspondientes a estos Ejercicios espirituales que se han propuesto, no van a permitir que se proceda a realizar una exposición aquí, ni siquiera con una mínima aproximación. Sin embargo, resulta interesante destacar algunos detalles.
Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola en Grupo
Ha de señalarse, que desde hace algo más de veinticinco años han sido realizados, unos Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola.
Siendo los mismos, que se han conjugado en cuanto a la experiencia de tipo espiritual, correspondiente a los retiros que se efectúan en grupo, con aquellas experiencias que son de tipo individual. Así como también en cuanto al acompañamiento que se produce de forma personal, a través del año.
Así es que va a consistir, por un lado, en un retiro conformado por tres fines de 20 semanas, el mismo va a ser en grupo. Y se distribuirá mediante el curso que se procede a iniciar y orientar, en las diversas etapas correspondientes a los Ejercicios espirituales.
Igualmente, por otro lado, en lo que es una experiencia que ha de ser completamente individualizada, en el transcurso de los periodos intermedios.
Siendo que, durante dicho tiempo, todos los ejercitantes van a recibir una serie de materiales. A fin de usarse para la práctica de la oración, y el enfoque correspondiente a la experiencia espiritual. Más, sin embargo, habrá de tener un acompañamiento de tipo individual, que ayudará con la aplicación de las orientaciones dadas, a cada una de las situaciones de cada persona.
Las Anotaciones de los Ejercicios Espirituales y su recreación
Es necesario hacer el recordatorio y la recreación, en cuanto a todo aquello que se encuentra propuesto, en las anotaciones correspondientes a los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Debido a que en las mismas se encuentran contenidas una gran cantidad de la originalidad de dichos ejercicios.
Así es que, en efecto, los primeros comentaristas ya habían destacado, que los Ejercicios espirituales no eran contentivos de materia original. Sino que más bien su originalidad estaba contenida en lo que es el método. Y también en lo relativo a la estructura del proceso.
Siendo que inclusive los elementos que son propios de su mistagogía, se encuentran dispersos en lo que es la gran tradición de tipo espiritual cristiana anterior a san Ignacio.
Lo cual, en lugar de convertirse en una limitación, se ha convertido más bien en una garantía en cuando a su valor, siendo el mismo de forma sustancial cristiano.
Así como también se encuentra tratando de hacer el resumen, aún cuando se simplifica un poco, de lo que son las líneas fundamentales de la mistagogía. Y que son, las que se encuentra en los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, Siendo las mismas que han sido propuestas en los fragmentos que han sido releídos, siendo que es posible hacer destacar las que siguen:
Actividad personal en los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
En este caso se trata, de que sean hechos los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. así como también que se realicen desde la parte más central, es decir desde el corazón. Siendo que el ejercitante es aquel que se dedica a realizar los ejercicios.
Objetividad y verdad en los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola
En este caso no se trata de una experiencia, la cual sea personal, quedando al margen correspondiente a la realidad de la historia. Ni de la verdad correspondiente a la revelación. Sino que más bien, la constitución de su fundamento se basa en historia y revelación.
Experiencia inmediata de Dios en los Ejercicios espirituales
En principio se ha de partir, de una posibilidad la cual es ofrecida por Dios. Y la cual se va a convertir, en la pretensión de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Lo cual es la experiencia inmediata, en cuanto a la comunicación gratuita que tiene Dios de una forma completamente personal.
Cristocentrismo
Siendo el caso que, dicha comunicación de forma inmediata con Dios se encuentra mediada por Cristo. Y por lo tanto, los Ejercicios espirituales, se van a centrar en lo relacionado con la contemplación de Cristo.
Receptividad
Es en cuanto a todo lo que es el proceso de los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. A través de lo que es un diálogo muy fraterno de don, y también de receptividad. Siendo esto por parte de “el que los da” y “el que los recibe”. Así es que de esta manera, el método va a ayudar al ejercitante a que viva lo relacionado con la dinámica de apertura, y también de acogida de la fe.
Luego entonces de haber comentado, lo relacionado a la mistagogia inicial en cuanto a todos, los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola. Es conveniente destacar que dicha sabiduría de tipo espiritual, resulta ser la cumbre de una peregrinación. La cual fue bien larga, de Ignacio de Loyola.
Siendo que la misma tiene su principio, en lo que se refiere a su experiencia personal propia. Y está enriquecida con una gran cantidad de años de “ayuda a las ánimas”. Teniendo en cuenta que su apostolado es completado y culminado, a través de estudios que son teológicos.
En lo relacionado con la calidad correspondiente a esta mistagogia, la misma fue expresada por el mismo Ignacio de Loyola, en la carta que fuera recordada tantas veces, a quien se convirtió en su confesor de la ciudad de Alcalá de Henares, en donde hace el rompimiento con su moderación proverbial. Cuando procede a la ponderación en cuanto al valor de personas, o también de cosas.
Así es que, comienza a hablar de esta forma con el confesor Manuel Miona, haciendo la referencia en cuanto a los Ejercicios espirituales. Siendo que los cataloga como todo lo mejor que él en esta vida, pudo haber pensado, sentido y entendido.
Teniendo en cuenta que será, para que el hombre se pueda aprovechar a sí mismo, tal como para que pueda fructificar, ayudar y aprovechar a muchas otras personas. Luego entonces, todas estas palabras, van a ser la mejor recomendación en relación al estímulo. A fin de que se vuelva de nuevo a la fuente ignaciana, tal como será hecho posteriormente en las anotaciones.
Primera Anotación
Como primera anotación se tiene el hecho de que se entiende por este nombre de Ejercicios espirituales, toda la manera en la cual de realicen:
- Examen de conciencia
- Meditar
- Contemplar
- Orar vocal y mentalmente
- Otras operaciones espirituales
Siendo el caso, así como se realizan ejercicios corporales tales como, entre otras:
- Pasear
- Caminar
- Correr
Por lo cual, toda aquella manera en la cual se prepara y disponen el ánima. Con el fin de quitar de sí, todas aquellas afecciones las cuales son desordenadas. Y que posteriormente a quitárselas, se proceda a buscar y encontrar la voluntad divina, en cuanto a la disposición de su vida, para lo que se refiere a la salud del ánima, es lo que se llaman Ejercicios espirituales.
Segunda anotación
Esta se refiere a que aquella persona encargada de dar a otro, la forma y el orden para lograr la meditación y la contemplación. Igualmente debe realizar la narración fiel, en cuanto a la historia de dicha contemplación o meditación. Siendo que discurre solamente, por aquellos puntos los cuales son breves o a través de sumaria declaración.
Esto debido a que la persona que hace la contemplación, tiene que tomar el verdadero fundamento relacionado de la historia. Así como también discurriendo y raciocinando a través de él mismo. Y encontrando alguna cosa la cual le haga un poco más que declare o sienta la historia.
Siendo el caso que, sea por la raciocinación propia, o que sea en cuanto al entendimiento, es iluminado por lo que se refiere a la virtud divina. Será entonces de un mayor gusto y de un fruto espiritual más grande. Que en el caso que quien imparte los ejercicios espirituales, hubiese declarado y ampliado mucho, lo relacionado al sentido de la historia.
Debido no a que sepa mucho, y dé la satisfacción al ánima, más que el hecho del sentir y gustar de las cosas de forma interna.
Tercera anotación
Tal como ocurre en la totalidad de los ejercicios espirituales, es usado de los actos correspondientes al entendimiento del cual discurre. Y de los de la afectación de la voluntad. Siendo que ocurre al momento de hablar de forma verbal o mental con Dios Nuestro Señor, o con algunos de sus santos. Que es requerida una mayor reverencia por parte nuestra, que cuando se procede a utilizar el entendimiento del entendido.
Cuarta anotación
Debido a que son tomadas cuatro semanas para los ejercicios espirituales, Dado a que corresponde a cuatro partes. Las mismas se encuentran divididas en los ejercicios. Así es que se tienen que son a saber, a la primera, que se trata de la consideración y contemplación de los pecados.
Luego la segunda relacionada, con la vida de Cristo Nuestro Señor hasta llegar al día de Ramos inclusive. En cuanto a la tercera, se trata de la posición de Cristo Nuestro Señor. Para así llegar a la cuarta que corresponde a la resurrección y la ascensión.
Siendo el caso que, se van a colocar tres maneras de mantener la oración. Se hace necesario el hecho de que no sea entendido que cada semana, se tenga la necesidad que sean siete y ocho días en sí. Debido a que como es acontecido, durante la primera semana algunos se comportan más tardíos para encontrar lo que andan buscando. Que es a saber:
- Contrición
- Dolor
- Lágrimas por sus pecados
Igualmente, debido a que son unos más diligentes que otros, y se consideran más agitados y aprobados de ciertos espíritus. Es por lo que se requiere en ocasiones, hacer el acortamiento de la semana. Mientras que en otras ocasiones resulta necesario más bien alargarla.
Siendo así en todo el resto de las siguientes semanas. Yendo en la búsqueda de las otras cosas en base a la materia subyecta, pero que poco más o menos, tendrán su fin en unos treinta días.
Quinta
Aquel que recibe los Ejercicios espirituales, va a aprovechar de internarse en ellos con un gran ánimo. Así como también liberalidad con su Criador y Señor. Siendo que le va a ofrecer todo su amor y libertad. Con el fin de que su divina majestad. Tanto de su persona, como también de todo aquello lo cual tiene, proceda a servirse conforme la Santísima voluntad del Señor.
Sexta
Aquel encargado de dar los ejercicios, al momento en el cual siente que el ejercitante no recibe en su ánima, algunas mociones de tipo espiritual. Así como tampoco lo relativo a las consolaciones o desolaciones. Ni que tampoco es agitado de varios espíritus. Es necesario que le realice muchos interrogatorios en relación a los ejercicios.
Siendo necesario indagar, si los realiza a sus tiempos destinados, y la forma de hacerlo. Asimismo, en cuanto a la adiciones, si son realizadas con diligencias, haciendo la petición de una forma muy particular, de cada una de las cosas relativas a las mismas. Al igual que habla acerca de la consolación, y de la desolación. Así como también de adiciones.
Séptima
En esta anotación, aquel encargado de dar los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, en el caso de ver que aquel que los recibe, y que se encuentra desolado y también tentado, no debe arremeter duramente con el ejercitante, ni tampoco desabrido.
Sino que más bien deberá ser más suave y blando. Siendo que habrá de darle ánimo, y más fuerzas a fin de que siga adelante. Así como haciéndole que se prepare y se disponga, a fin de la venidera consolación.
Octava
En esta anotación, de acuerdo a lo que sienta el que imparte los Ejercicios espirituales, de las necesidades del ejercitante, sobre lo que son las desolaciones y las astucias del enemigo. Al igual de que las consolaciones. Tendrá la oportunidad de practicarle las reglas, en cuanto a la primera y la segunda semana. A fin de que conozca varios espíritus.
Novena anotación
Al momento en el cual, el ejercitante se encuentra realizando los ejercicios, correspondientes a la primera semana. Y que sea una persona que no está versado en cuanto a los temas espirituales se refiere. Al igual que sea tentado de una forma grosera y abierta.
Así como también, que se encuentre mostrando impedimentos, a fin de salir adelante en cuanto al servicio de Dios. Tales como son el trabajo, la vergüenza y el temor por lo relativo a la honra del mundo, etc.
La persona que da los ejercicios, no le debe platicar al ejercitante sobre las reglas de diversos espíritus de la primera semana. Debido a que aquello que sea aprovechado durante la primera semana, le ocasionará daño a las de la segunda. Debido a que es una materia mucho más sutil, y también más subida para que se pueda entender.
Décima
En esta anotación se indica que, cuando la persona que da los ejercicios, se percata de que el ejercitante, se encuentra abatido y tentado debajo de la especie de bien. Resulta entonces propicio, que se le haga la plática acerca de las reglas correspondientes a la segunda semana ya dicha.
Dado a que de forma común, el enemigo de la naturaleza humano tiende a tentar más a la especie de bien, cuando la persona se encuentra ejercitando su vida iluminativa. La cual corresponde, a los ejercicios de la segunda semana. Y no tanto a lo relacionado con la vida purgativa, lo cual corresponde a los ejercicios pertinentes a la primera semana.
Undécima Anotación
Aquel que es ejercitante de la primera semana, no debe saber ninguna cosa acerca de lo que hará durante la segunda semana. a fin de que logre alcanzar en la primera semana, lo que se busca en ese tiempo. Tal como si fuera que no tiene nada que esperar encontrar en la segunda semana.
Duodécima
Se le debe advertir al ejercitante, por medio del que imparte los ejercicios, de que serán realizados cinco ejercicios, o contemplaciones cada día de la semana. Y que ha se ser durante una hora. Logrando que el ánima, quede llena de pensar que se ha encontrado, durante una hora completa en dicho ejercicio. Debido a que el enemigo, siempre va a procurar hacer que la hora de la contemplación, o la meditación u oración siempre sea acortada.
La terdécima
De cualquier forma, se ha de advertir que debido a que el tiempo de la consolación resulta ser bien fácil, suele ser leve someterse a la contemplación durante la hora completa. Siendo el caso que el tiempo de la desolación si resulta difícil de cumplirla.
Así es que la persona que lucha contra la desolación, y para vencer las tentaciones. Siempre deberá estar algo más de una hora cumplida, debido a que no solamente avanza en la resistencia al adversario, sino que más bien lo derroca.
Cuatuordécima
En el caso de que, el que enseña los ejercicios, notara que aquel que los va a recibir se encuentra hirviendo y anda desconsolado. Debe hacer la prevención de que no se someta a realizar ejercicio alguno de una forma precipitada e inconsiderado. Siendo que cuanto más le observe dicha actitud, mas le deberá amonestar y prevenir.
Debido a que justamente se encuentra llamado a mover esas actitudes a fin de tomar la religión. Lo mismo se entiende como el hecho de tomar el voto de obediencia. Así como de pobreza y de castidad.
Y dado que la buena obra que es hecha con el voto respectivo, resulta de mayor mérito que la que es hecha sin el mismo. Debe mirar mucho lo relativo a su propia condición y el subyecto. Así como también la ayuda o el estorbo que podrá encontrar, para que logre cumplir la cosa que desea prometer.
Décima quinta anotación
Aquel que da los ejercicios espirituales, no debe mover al ejercitante hacia la pobreza, ni ofrecer promesa a quienes son sus contrarios. Tampoco a un estado o modo de vivir que sea de otro. Debido a que aun cuando se pudieran mover a todas las personas de manera lícita y por méritos, es probable que los mismos tengan subyecto a fin de hacer la elección de:
- Contingencia
- Virginidad
- Religión
- Toda manera de perfección evangélica
También resulta en tales ejercicios espirituales, de mayor conveniencia y mucho mejor, buscar la voluntad divina. En la cual el mismo Creador y Señor establezca la comunicación con su ánima devota. Abrazándola en su amor y dándole alabanza, y disponiéndola por la vía que sea mejor para poder servirle más adelante.
De forma tal que, en el momento, en el que imparte los ejercicios no vaya a decantarse, ni tampoco vaya a declinar ni hacia un lado ni hacia el otro. Siendo más bien que se mantenga en el medio, como el equilibrio. Dedicado hacer su obra al Criador con la criatura y también a la Criatura con su Criador y Señor.
Décima sexta
Se trata de saber que para que el Criador y Señor, haga su obra más ciertamente en la criatura, siendo por la ventura en cuanto se encuentra afectada el ánima, y se inclina a estar en un desorden. Resulta muy conveniente que se mueva colocando así todas sus fuerzas, con el fin de que venga hacia lo contrario de lo que le está afectando de mala forma.
Así como si se encuentra afectado, debe buscar a fin de encontrar que exista un oficio o beneficio, siendo otra cosa que no es el honor y la gloria de Dios nuestro a Señor. Que no sea por el honor y la gloria de dios ni tampoco por la salud espiritual de las ánimas. Es posible entonces afectar al contrario mediante las oraciones y otros ejercicios espirituales.
Décima séptima anotación
Se requiere que el que da los ejercicios sea informado acerca de los pensamientos, y las agitaciones de manera fiel, que le son provenientes a los espíritus de los ejercitantes. Debido a que de acuerdo al grado sacará mayor o menor provecho. Y es posible que le pueda dar los ejercicios espirituales de mayor conveniencia. Y conformes a lo que es la necesidad de esa ánima que se encuentra agitada.
Décimo octava
La disposición de las personas, que desean tomar los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, son a saber de acuerdo a su edad, las letras o el ingenio que posean. De allí dependerá el tipo de ejercicios que se le habrán de aplicar. Debido a que no serán dados a quien resulte rudo. O que tenga poca comprensión a las cosas que no pueda llevar, y aprovecharse de ellas de una manera descansada.
De igual manera de acuerdo a lo que deseen disponer, se dará a cada uno. Debido a que es posible que se pueda ayudar y aprovechar mejor. Por lo tanto, al que desea ayudar como instructor, y con el fin de lograr un cierto grado de contento a su ánima, es posible realizarle un particular examen.
Y luego del mismo por lo general, se aplica también media hora durante la mañana, de la manera de orar acerca de los mandamientos, de los pecados mortales, etc. Haciendo además la recomendación de que también ha de confesar sus pecados de ocho en ocho días.
Tomar sacramentos cada ocho días
Y de ser posible, tomar el sacramento cada quince días. Siendo que de ser posible ser haga mejor cada ocho días. Por lo tanto, es la forma que se considera más apropiada para aquellas personas que no tienen letras. Donde se les expondrán:
- Cada mandamiento
- Pecados morales
- Preceptos de la iglesia
- Cinco sentidos
- Obras de misericordia
De igual manera, si aquel que se encarga de dar los ejercicios, se diera cuenta de que el ejercitante tenga una capacidad natural muy baja. Y sea quien no se le espera mucho fruto, lo que más conviene es darle de una manera muy leve estos ejercicios espirituales. Hasta el momento que haga la confesión de sus pecados.
Luego entonces, se le darán algunos exámenes de conciencia y la orden de confesarse de una forma más seguida, de lo que solía hacerlo. Todo ello con el fin de que se conserve en lo que ya se haya ganado. Tampoco se le han de adelantar materias de elección. Ni algunos otros ejercicios, que se encuentren fuera de la primera semana.
Decimonona
Aquellos que se encuentren embarazado en cosas públicas, o también en negocios que sean convenientes. En el caso de sean letrados y tengan ingenio. Se deben tomar una hora y media a fin de que se ejerciten. Dándoles plática acerca de para qué es que fue creado el hombre. Igualmente es posible darle por un espacio de medio hora, lo que es el examen particular.
Y luego el que es general. Asimismo, que la manera como debe confesarse y tomar su sacramento. De igual manera que haga cada mañana, por el especio de una hora mediación de primer, segundo y tercer pecado durante tres días. Luego de pasados esos tres días y a la misma hora que realice la meditación del proceso de los pecados.
Y posteriormente a estos por otros tres días, y también a la misma hora, que realice lo que son las penas correspondientes a los pecados, en donde le dará tres meditaciones de las diez adiciones. Llevando además el mismo discurso, por lo que son los misterios de Cristo nuestro Señor. Lo cual es declarado más adelante en el mismo ejercicio.
Vigésima
Ahora bien, aquel que se encuentra menos embarazado y que desee aprovechar en todo lo que sea posible, las instrucciones que le sean dados todos los ejercicios espirituales mediante la misma orden que procede. En los mimos y mediante una vía ordenada, tanto más se aprovecha.
Así es que, mientras más se encuentre apartado de todos amigos y conocidos, y de cualquier solicitud que sea terrena. Así como también mudándose de la casa donde moraba. Teniendo el caso de que tomará una cámara o casa a fin de habitarla lo cual sea de forma secreta.
Siendo que en su mano sea inculcado el hecho de ir cada día a la misa y a las vísperas, sin que tenga el temor, de que sus conocidos le vayan a hacer impedimento. Así es que de dicho apartamiento se van a seguir tres provechos que son:
Los tres provechos del apartamiento
El primero es que se aparte el hombre de todos los conocidos y amigos, y también de los negocios que no encuentren bien ordenados. Todo esto con la finalidad de hacer servicios y alabanzas a Dios Nuestro señor. Que se lo merece todo delante de su majestad divina.
En el segundo caso, luego de que se encuentre de esa manera ya apartado, en donde no tendrá ya, que entenderse ni tomar partido en una serie de cosas. Se podrá dedicar a poner especial atención en saber, la importancia vital que radica en servir a su Criador.
Y así hacer el aprovechamiento de su propia ánima, para que utilice sus potencialidades de forma natural y más libre a fin de buscar diligentemente lo que ha deseado tanto.
En cuanto el tercero, radica en que cuanto más se halla sola y apartada nuestra alma, es más apta para el acercamiento y llegar hasta su Criador y Señor. Así es que más podrá disponerse a recibir, la gracia y los dones provenientes desde su divina y suma bondad.
A fin de que tanto el que se encarga de impartir los ejercicios, como aquel que los está recibiendo, puedan ayudarse y también aprovecharse de forma mutua. Es necesario tener la presuposición de que todo aquel que es buen cristiano, debe estar bien dispuesto a que prontamente salvar la proposición del prójimo, más a hacer le condena. Y además no es posible que la salve.
Dependerá de la forma como la entienda. Siendo el caso de que si procede a mal interpretarla, entonces deberá hacer la corrección correspondiente con sumo amor. y en el caso de que no bastara, buscará todos aquellos medios que sean necesarios a fin de que se puedan entender muy claramente, y además que se produzca allí la salvación.
Aplicaciones modernas
Actualmente se tiene, que los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, todavía forman una parte integral, de lo que corresponde al entrenamiento que aplica al noviciado respectivo a la orden religiosa. De aquellos que son conocidos como los miembros de la Compañía de Jesús.
Asimismo, muchos programas atinentes a los trabajos de los jesuitas que son realizados en todo el mundo. Siendo que además hacen el ofrecimiento de retiros al público en general, en los cuales van a ser empleados los ejercicios espirituales.
De la misma manera, se aprovecha de los beneficios correspondientes a la tecnología. Debido a que se encuentran haciendo implementación de lo que se llama, los Ejercicios en la vida cotidiana.
Siendo que los mismos se ubican, siguiendo el punto 19 de los Ejercicios de san Ignacio. Los cuales son ofrecidos a aquellas personas, que procedan a realizar sus Ejercicios espirituales a través de internet. Y mientras tanto continúan con su diario vivir.
Finalmente
Es de destacar finalmente, que no es necesario hacerse a la idea, de que los Ejercicios espirituales de san Ignacio de Loyola, resultan tener un muy alto grado de dificultad. Y que solamente unos pocos podrán realizarlos.
Se hace pues necesario, el tomar conciencia de cuál es el tipo de experiencia espiritual que se encuentra allí propuesta. Y distinguirla de otras con el fin de que no se presenten malos entendidos, luego de que sean iniciados.
Sin embargo, es de señalarse que no se puede en ningún momento olvidar, que dicho camino se encuentra posibilitado, por Aquel que hace la revelación de sus misterios a los sencillos: “«Te bendigo, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los sencillos»