Hebreos 11: La confianza en Dios ¿cómo aprenderla?

Muchas veces en nuestra vivimos experiencias que nos marcan completamente, la primera que más lastima es la traición, llegando a un punto de desconfiar de cualquiera. Estamos rodeados de personas heridas y rotas que no saben amar, mediante este articulo les mostraremos que le primer paso es la confianza en Dios y cómo hacer para aprenderla.

Confianza en Dios

La confianza en Dios

Antes que todo debemos conocer la definición correcta de confianza, corresponde a la esperanza firme y transparente que cualquier persona posee ante algo que suceda o sobre otra persona en específico.

Tener confianza es una de las actitudes más difícil de adquirir durante la vida.

Al comenzar un relación de pareja, un nuevo negocio familiar o tomar cualquier tipo de decisión difícil, el primer paso es tener confianza y seguridad.

Cuando algo conviene o si una decisión es la correcta sentiremos paz, fortaleza y seguridad, en cambio sentiremos lo contrario de no convenir,

La confianza en una persona es mucho más complicado, es confiar tu vida, tu seguridad y exponerte completamente a alguien que también posee inseguridades.

confianza en dios

Las actitudes y las acciones pueden hacer que la confianza ganada se pierda poco a poco, sembrando inseguridad y predisposición ante otras personas por muy amadas.

En este punto nos preguntamos, en quien debemos confiar? ¿Cómo confiar  ce n alguien? ¿Qué me a seguridad que en el futuro no me traicionara?

Existe un ser supremo mayor a nosotros que todo los sabe, sabe lo que nos conviene y lo que no.

«Sus caminos son caminos agradables y todas sus sendas, paz» (Proverbios 3:17).

La confianza representa tener una entrega sin reservas, sin vergüenza, tener la seguridad plena.

Olvidándote de si mismo y de cómo manejar las cosas por nuestros medios.

La confianza en Dios es tener una plena fe a Dios, entregándote plenamente  a su voluntad.

Confiar que los propósitos de Dios son mayores a los planes que nosotros podamos tener.

«No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12:2).

La confianza en Dios debe ir más allá que un simple acto de fe, en muchas ocasiones las personas profesan su confianza en Dios pero a la primera tormenta se derrumban.

En este punto se debe destacar que la fe debe ser, como las raíces de las palmeras, profundas y gruesa que a pesar de huracanes y tormentas permanece firme en su lugar.

La confianza en Dios es olvidarnos de nosotros, dar la espalda y permitir que sea Dios quien dirija nuestra vida, sabiendo que su voluntad es buena, agradable y perfecta.

El principal ejemplo que observamos de confianza en Dios fue Jesucristo, siendo el mismo Dios, creador del Cielo y la Tierra.

Se hizo hombre naciendo y viviendo en condiciones muy humildes y conociendo que su propósito en la tierra era morir siendo torturado por el pecado de toda la humanidad.

Siendo el mismo Rey de Reyes, confió en el propósito del Padre, sabiendo que sus caminos son mejores.

Por ello, no dudo en abandonar todo, dejar el cielo y abandonar sus comodidad, su divinidad por ser martirizado para que todos tuviesen la oportunidad de ser llamados hijos de Dios.

Jesús nos da un gran ejemplo de la confianza en Dios, en una fe ciega, incluso siendo tentad en el desierto su posición siempre fue firme en Dios.

Demostrando que el amor por la humanidad era mayor que cualquier placer pasajero.

«Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú» (Mateo 26:39).

Con todo y eso hoy en día, muchos cuestionan su sacrificio como un verdadero acto de amor y de obediencia a Dios.

Pero antes que todo era una muestra que la confianza en Dios es donde está la verdadera recompensa.

Confianza y Desconfianza

Entre todo no podemos ser confiado, es necesario desconfiar de ciertas cosas, resumiendo solo en dos puntos a desconfiar: los medios y de si mismo.

Primero destacamos la desconfianza en sí mismo, somos seres humanos, poseemos múltiples limitaciones e imperfecciones.

Todos los seres humanos estamos constituidos de sentimientos y emociones, un día esta altos y otro día bajo.

Provocando que nuestra forma de actuar y de ser sea inconstante y errática

Generando que nuestro camino tenga tantos altibajos que terminamos lastimándonos y dañando a los que nos rodean.

Confiar primero en Dios antes que en nuestras emociones ayudara a tomar las decisiones correctas y a guardarnos que de cualquier herida que traiga una mala consecuencia.

Las heridas del corazón son las más difíciles de curar, la mayoría de las ocasionadas por confiar en nuestros sentimientos y no en los caminos de Dios.

«El que confía en su propio corazón es necio; más el que camina en sabiduría será librado» (Proverbio 28:26).

Debemos desconfiar de los medios, como personas tenemos sueños, anhelos y metas que deseamos cumplir y a veces se emplean medios incorrectos para cumplirlos.

Existe un dicho que dice que dice “no importa los medios sino conseguir todo”.

Siendo muy cierto, pero en un punto vemos como cada uno de esos sueños se derrumban por ser los medios incorrectos.

Propongamos que nuestro caminar sea bajo los estatutos y propósitos de Dios, actuando según el conforme corazón de Dios.

Fuimos creados con multitudes de talentos y dones que debemos poner a los pies de Cristo (primero que todo).

Entre uno de los hechos más relevante de la historia bíblica, como el Rey David, siendo un hombre con el corazón conforme a Dios, descrito en el libro de 2 Samuel 11

Tenía tantas riquezas y tanta fama por todo el mundo, que se enorgullecía y se autoproclamaba.

Decidió tomar la mujer de uno de sus hombres, dejándola embarazada; al enterarse decide mandar a matar a su esposo.

Pero su esposo era un militar fiel y por más que trataba no lograba que muriera con honor.

Tuvo que enviarlo a batalla para morir y así poder continuar libremente con su esposa.

El sueño de David lo logró pero de una forma incorrecta, trayéndole grandes consecuencias a su reino y familia.

Los medios incorrectos así te lleven al éxito, provocaran desgracia en un futuro e incluso todo se derrumbara.

La confianza en Dios te ara la seguridad que tus pasos están por el camino correcto y a la victoria segura.

Sabiendo que en todo lo que te propongas estarás respaldada por Dios

Versículos de confianza en Dios

Existen diversos versículos bíblicos que alimentaran la fe y la confianza en  Dios, se destacan los siguientes:

«Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán» (Proverbios 16:3).

«Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza» (Salmo 56:3).

«Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas» (Proverbios 3:5-6).

«Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas» (Isaías 43:2).

«Dios es mi salvación y mi gloria; es la roca que me fortalece; ¡mi refugio está en Dios!» (Salmo 62:7).

«Por la mañana hazme saber de tu gran amor, porque en ti he puesto mi confianza. Señálame el camino que debo seguir, porque a ti elevo mi alma» (Salmo 143:8).

«El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. Yo le digo al Señor: «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío»» (Salmo 91:1-2).

Hebreos 11

Uno de los principales textos bíblicos dedicados a la confianza a Dios es Hebreos 11 dando una gran narrativa de grandes hombres que pusieron su confianza en Dios.

Destacando los versículos 1 al 3, describiendo lo que significa confiar en Dios

“1Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.

Dios aceptó a nuestros antepasados porque ellos confiaron en él.

Y nosotros creemos que Dios creó el universo con una sola orden suya. Lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no podían verse”.

Existe una recompensa para todo aquel que confía en Dios y pone en primer lugar a dios en su vida

“39 Dios estaba contento con todas estas personas, pues confiaron en él. Pero ninguna de ellas recibió lo que Dios había prometido.

40 Y es que Dios tenía un plan mucho mejor, para que nosotros también recibiéramos lo prometido. Dios sólo hará perfectas a esas personas cuando nos haya hecho perfectos a nosotros”.

Conclusión

La confianza en Dios, debe ser el centro de nuestra vida, mediante ella podremos experimenta la verdadera paz y seguridad. No habrá miedo ni temores, porque Dios tiene lo mejor para nosotros.

De nosotros depende si dejamos que el nos guie por el camino correcto y tomamos las decisiones por nuestro criterio. La confianza en Dios, es una fe ciega y tranquila porque sabemos que de Dios tendremos lo mejor.

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