El Islam y la mujer presentan relaciones complicadas derivadas de los textos islámicos, especialmente del Corán, el cual es el libro principal de la religión musulmana, además de la historia y la cultura del mundo islámico. Aunque en el Corán está establecido la igualdad entre hombres y mujeres 3:45, en el 4:34, también dice que los hombres deben proteger y proveer a las mujeres, porque Alá ha querido que uno de ellos sea superior al otro y porque gastan de sus bienes.
Es decir que las mujeres correctas, son obedientes por devoción y deben aislarse cuando su esposo no está, puesto que es lo que Alá les pide.
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Un poco de historia
El Islam fue fundado por Abu’I-asim Mohammed ibn Abd Allah, o mejor conocido como Mahoma en el año 620, forma parte de las tres religiones con más seguidores en el mundo, como son el cristianismo y el judaísmo, religiones monoteístas más numerosas e importantes que hay.
Mahoma nació en 570 en La Meca, Arabia Saudita. Se estima que es el principal profeta de los musulmanes, y se cree que su familia pertenecía al clan de Hashim, que pertenecía al grupo de los Quraysh, que dominaba La Meca.
Cuando viajó a Siria formando parte de una caravana comercial, fue considerado como un profeta por hombres santos y letrados, tanto judíos como cristianos.
Mahoma fue reconocido como profeta por señales que aparecían en su cuerpo, y por signos sobrenaturales que experimentaba.
Estudió en profundidad la disciplina religiosa del judaísmo y del cristianismo, además, realizó meditaciones en solitario en el Monte Hira. A los 40 años tuvo su primera vivencia profética, en las afueras de La Meca, en donde en una visión se encontró con el Arcángel Gabriel, quien le dio la orden de ir a predicar, pues Allah, lo había escogido para ser Su Mensajero y Enviado entre los hombres.
En los inicios de su vida de predicación, su familia y allegados eran sus únicos seguidores, luego la gente de su tribu y por último predicó públicamente en la ciudad y regiones aledañas. Con la fama alcanzada derivada de las predicaciones, las tribus cercanas establecieron alianzas con él, y aceptaron el Islam.
En el 632 realizó su último viaje desde La Meca a Medina para hacer las ceremonias de la peregrinación o hach. Al poco tiempo de regresar a Medina fallece, por lo que se denomina a este pasaje de la vida de Mohama como de Peregrinaje de Despedida.
Sus restos reposan en su casa de Medina, y la segunda mezquita más importante del Islam, que fue construida en los alrededores de su tumba.
El Islam y la mujer musulmana
En la actualidad, la mujer occidental en general, la mujer islámica es sometida, dominada y sin derechos. El esposo islámico es presentado como un ser superior que esclaviza a la mujer y la mantiene totalmente cubierta y sumisa.
Sin embargo, la realidad es que por más de 1400 años, la mujer islámica ha obtenido y gozado de derechos, que la mujer occidental aún no logra.
Los musulmanes tienen la creencia de que Adán y Eva fueron creados a partir de la misma alma. Los dos, Adán y Eva tienen igual culpa del pecado y la pérdida de la gracia, y Allah los perdonó a ambos. La mayoría de las mujeres en el Islam han llegado a obtener altas posiciones en la sociedad en la que se desenvuelven; consideran el hecho de que la primera mujer en convertirse al Islam fue Khadijah, la esposa de Muhammad o Mahoma.
La esposa predilecta de Mahoma, después de la muerte de Khadijah, Ayshah se transformó en una letrada de renombre y una de las mayores fuentes de la literatura.
Khadijah
El Islam proporciona una especie de resumen de normas, que de aplicarse resultaría una población más sosegada y ejemplar, pero para esto es necesario que las comunidades quieran defender los derechos y deberes de cada persona. (Ver artículo de El Velo Islámico).
Obligaciones de la mujer en el Islam
En las siguientes lineas, serán nombradas las obligaciones que debe cumplir la mujer según el Islam:
- El Islam le impone obligaciones a la mujer.
- Todo lo concerniente a las leyes y reglamentos relacionados a la oración, el ayuno, la caridad, la peregrinación, haciendo buenas obras, etc, deben hacerlo las damas, aunque con algunos matices menores que tienen que ver con la fisiología femenina.
- También deberán llevar a cabo una peregrinación a La Meca, por lo menos una vez, se visten de blanco, y se hacen una serie de ritos y oraciones.
- A diferencia de otras religiones, en el Islam no hay sacramentos, por lo tanto, los niños son musulmanes desde el momento de nacer, siempre y cuando sus padres lo sean.
- Las mujeres que no son musulmanas de nacimiento y se quieran convertir, solo necesitan proclamar la confesión de fe delante de dos hombres musulmanes.
- Otra diferencia clara entre el Islam y otras religiones, es que el Islam no tiene sacerdotes, lo que significa que la relación con Allah es personal, sin intermediarios.
También hay una serie de reglas en lo que se refiere a la alimentación tales como:
- No pueden comer la carne de cerdo, así como la carne de cualquier animal que no haya sido desangrado.
- No pueden ingerir ningún tipo de bebidas alcohólicas, ni siquiera vino.
- Para beber, está prohibido utilizar vasos de oro o plata.
- La mano derecha debe utilizarse para comer para y la mano izquierda para el aseo personal.
El Islam y la mujer occidental
En países como Estados Unidos y el Reino Unido, se ha notado un crecimiento de comunidades islámicas, que han contribuido al crecimiento de las conversiones. En el Reino Unido, se cree que hay una población de británicos conversos que está entre diez y veinte mil al millón y medio de musulmanes británicos que hacen vida en la región. Lo interesante del caso, es que la mayoría de las conversiones al Islán, provienen de mujeres.
Por otro lado, en Estados Unidos las estadísticas indican, que por cada hombre que se convierte, cuatro mujeres se deciden por la religión islámica.
Para muchas de las nuevas conversas, la idea de hermandad de las mujeres en el Islam muestra la caída del feminismo al estilo occidental. Las conversas consiguen amparo y correspondencia con las mujeres musulmanas. Las hermanas musulmanas, por su parte, tienen el deber de ayudar a otra que esté usando un hijab o el muy conocido tocado islámico, en cualquier tipo de contratiempo o apuro.
De una entrevista con una conversa británica se obtiene la siguiente información: no existe alguna mujer musulmana que esté sola, ni una madre, ni siquiera una mujer musulmana que esté enferma psíquicamente. Esto no es lo habitual dentro de las reglas occidentales para las conversas.
En lo que se refiere a una comunidad basada en el Islam, el avance de género, debe ocurrir dentro de las familias y las comunidades. Las musulmanas occidentales tienen derecho a todo lo que persiguen las feministas, excepto la interrupción del embarazo, y la homosexualidad. (Ver artículo de El Islam y el Corán).
El Islam, la mujer y su vestimenta
El fiel debe usar ropa adecuada y limpia, principalmente a la hora de rezar, y cuando tenga encuentros con la gente. En tal sentido dijo Allah: “¡Oh, hijos de Adán! Cúbranse [para rezar] y engalánense cuando acudan a las mezquitas”. (Corán 7:31).
El Islam es abierto a aceptar cualquier tipo de vestimenta de cualquier expresión cultural popular, siempre y cuando ésta llene los requisitos establecidos para vestir, sin exageración, ni libertinaje.
Vestimentas ilícitas
La ropa elaborada con telas transparentes que deja entrever las partes íntimas, son consideradas vestimentas ilícitas en el Islam. El Islam determina las partes que deben cubrirse y ocultar, no solo las mujeres, los hombres también tienen partes que deben permanecer cubiertas.
El hombre debe ocultar desde el ombligo hasta las rodillas; mientras que la mujer debe ocultar, delante de los hombres extraños, todo su cuerpo con excepción de la cara y las manos. Tampoco es permitido usar ropa muy pegada que llegue a marcar las partes del cuerpo, ni ropa transparente que deje ver la piel debajo.
El Islam prohíbe a la mujer usar vestimenta de hombres, así como también prohíbe a los hombres el uso de prendas femeninas. El empleo de ropa que no está acorde con su género, está considerado un pecado grave; así como también no está permitido imitar al otro sexo cuando se habla, camina o se gesticula.
El Islam exige la conservación de la naturaleza congénita del hombre y de la mujer, tomando en cuenta, que cada uno tiene sus propias maneras, tal como lo expresa la naturaleza sana y el buen juicio.
Otra prohibición del Islam a la mujer es el vestir imitando a los seguidores de otras religiones y a personas que no sean musulmanes, por ejemplo, la ropa típica y característica de ellos, como es el caso de la vestimenta de los monjes, de los curas, colgarse una cruz en el cuello, etc.
No obstante, se permite que los musulmanes, hombres y mujeres, se vistan como la mayoría de las personas de la comunidad en la que habitan, aun cuando no sean musulmanes, por supuesto, respetando lo lícito y lo ilícito.