Devoción hermosa y eficaz de las 3 Avemarías

Una de las principales veneraciones a la madre de Dios, es rezar todos los días tres veces el Avemarías, lo que se conoce como las 3 avemarías, sin embargo, nos podemos preguntar: ¿Cuál es el origen de la Devoción? para esta pregunta un breve recuento, su comienzo data del siglo XIII y está unido con Santa Matilde de Hackeborn, monja alemana, a quien madre de Dios le muestra una manera de alzar una plegaria  a la Santísima Trinidad por todos los favores otorgados a la Virgen María.

Las 3 Avemarías

Veneración de las 3 Avemarías

Quien ore todos los días las 3 Avemarías, recibirá su ayuda durante toda su existencia, así como el apoyo al momento de su muerte.

¿En qué consiste la devoción?

Esta consiste en sentir y demostrar gran amor, respeto y rendir culto a una persona por su consagración, a través de la oración 3 veces el Avemaría a la Santa Virgen, Madre de nuestro Señor y Señora nuestra, ya sea para respetarla o simplemente para lograr algún servicio por su intervención.

La Santísima Virgen le prometió A Santa Matilde que quien le ore todos los días las 3 Avemarías, tendrá su apoyo durante la vida y un particular cuidado al tiempo de su muerte, revelándose la Virgen con un luz y una particular belleza tal que con sólo mirarla aceptará el descanso y las felicidades del Reino de Dios.

¿Cuál es la finalidad?

Esto tiene como objeto enaltecer los tres esencias de La Virgen María Madre de Dios, por medio de:

  1. La facultad que le concedió nuestro Padre por ser su Hija preferida.
  2. La inteligencia con lo que te otorgó Dios Hijo, al escogerla como su Madre.
  3. La compasión con que la colmo Dios Espíritu Santo, al elegirla como su amada Esposa.

Por esta razón, es que viene que sean solamente tres las Avemarías a orar y no otro número distinto a este. Relacionado a este mismo tema también te recomendamos conocer sobre el mes dedicado a la virgen María.

Las 3 Avemarías

¿Cómo es la forma de rezar?

La Virgen ofreció a Santa Matilde, asistir en la muerte e inclusive desde el momento de su nacimiento a quien ore todos los días las tres Avemarías. La Venerable Matilde razonando en su muerte, imploró con mucho fervor a la Santísima Virgen que la cuidara en los últimos momentos de su vida. Ella escuchó que la Madre de Dios le decía: Sí que lo voy hacer; pero necesito que por tu parte me ores todos los días las 3 Avemarías.

1. Por la facultad que te otorgó el Padre Eterno

«Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.»

2. Por la inteligencia que te otorgó el Hijo.

«Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.»

3. Por el Amor que te confirió el Espíritu Santo

«Dios te salve, María; llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.»

Finalizamos recitando:

«Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén».

Es importante mencionar, que esta no sería la única manifestación que tiene una santa en relación con la devoción de las tres Avemarías. Existe otra creyente simultánea a Matilde, cuyo nombre es Santa Gertrudis, conocida como «La Grande», ella contó una bella realidad que afirmaría la otra manifestación, esto sucedió en las vigilias de la fiesta de la Anunciación, y al cantar el Avemaría.

Gertrudis miro repentinamente cómo surgían del Corazón del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo como tres manantiales de agua se introducían en el Corazón de María Santísima. Justo en ese momento escuchó una voz que le dijo:

«Después del Poder del Padre, la Sabiduría del Hijo y la Ternura Misericordiosa del Espíritu Santo, nada se compara al Poder, Sabiduría y Ternura Misericordiosa de María».

Sin embargo, además de estas dos santas, otros santos llegaron predicar especialmente este fervor, como San Alfonso María de Ligorio, quien invitaba con mucha regularidad esta hermosa práctica; o San Juan Bosco, quien la confía a los jóvenes. San Pio de Pietrelcina  hablo también que con solo poner en práctica esta veneración se transformarían.

¿Cuál es su origen?

Cuentan desde hace tiempo remoto que la Santa Matilde, creyente benedictina, imploró a la Madre de Dios que la cuidara en su lecho de muerte. La Virgen María le manifestó lo siguiente:

Sí cuenta con eso; pero necesito que por parte tuya me reces todos los dias tres Avemarías. La primera, implorando que así como Dios Padre me elevó a un reino de santidad sin igual, formándome así la más fuerte en el cielo y en la tierra, igualmente yo te atienda en la tierra para fortalecerte y quitar de ti todo dominio enemigo.

Sí cuenta con eso; pero necesito que por parte tuya me reces todos los dias tres Avemarías. La primera, implorando que así como Dios Padre me elevó a un reino de santidad sin igual, formándome así la más fuerte en el cielo y en la tierra, igualmente yo te atienda en la tierra para fortalecerte y quitar de ti todo dominio enemigo.

Por la tercera, rogarás que así como el Espíritu Santo me ha colmado de las bondad de su amor, y me ha hecho tan atento que luego de Dios soy la más agradable y piadosa, así yo te colabore en la muerte llenando tu alma de tal dulzura de amor puro, que toda dolor y aflicción de muerte se modifique para ti en gusto.

Y este ofrecimiento se divulgó en beneficio de aquellos que ponen en ejecución esa oración diaria de las tres Avemarías. Relacionado a esto también te recomendamos leer sobre las virtudes de la virgen María.

¿Cuáles son los favores de la Virgen a quienes imploren diariamente las 3 Avemarías?

Para nadie es un secreto que la Madre de Dios afirmó a Santa Matilde y a otros fieles que todos aquellos que rezaran diariamente tres Avemarías, asegurarían su ayuda durante la vida y su particular apoyo en su lecho de muerte, presentándose justo en ese momento final con una luz tan hermosa que con sólo mirarla la animaría y le contagiaría las alegrías del Cielo.

¿De qué fecha es el primer texto del Avemaría?

El primer libro completo estampado del Avemaría figuró El 23 de octubre de 1498 en Brescia-Italia, tal cual como se reza en este momento y fue en la actualidad. Fue insertado en un escrito dedicado a la Virgen, realizado por el padre servita Gasparino Borro.

En 1568, el Papa Pío V, al difundir el nuevo culto de las Horas, incluyo y ordenó  la regla completa del Avemaría y ordenó que todos los sacerdotes, al comenzar en cada hora el rezo del Arte Divino, recen el Avemaría posterior al Padre Nuestro.

¿Cuál es el cimiento de esta devoción?

La aseveración católica de que la Santísima Virgen tomó, en el más alto nivel posible a una niña, los símbolos de dominio, inteligencia y compasión. Justo esto es lo que la Iglesia nos enseña al llamar a María como Virgen Potente, Madre de Misericordia y Reino de Sabiduría.

Otras Oraciones

Para finalizar veremos otras oraciones que se le dedican a nuestra amada madre la virgen María.

ORACIÓN PRIMERA

«Oh María, Virgen poderosa, a quien nada es imposible! Os suplico, por el poder con que os distinguió Dios Padre Omnipotente, que me socorráis en la presente necesidad. ¡Oh Abogada de las causas más desesperadas, ayudadme! En ello están interesados la gloria de Dios, vuestra honra y el bien de mi alma.

Si la gracia que pido está conforme con la amabilísima y santísima voluntad de Dios, interceded, omnipotencia suplicante, intercede por mí ante vuestro Hijo, que nada os puede negar. Os lo pido por ese poder ilimitado que os comunicó el Padre Celestial, ya que, para celebrarlo, os digo con Santa Matilde a quien revelasteis la práctica saludable de las Tres Avemarías: Dios te salve, María…»

ORACIÓN SEGUNDA

«Purísima Virgen, justamente llamada Trono de la sabiduría, porque en Vos moró la Sabiduría increada, el Verbo de Dios, y os comunicó toda la plenitud de su divina ciencia en la medida que podía participarla a la más perfecta de las criaturas. Vos sabéis bien cuán grande es mi miseria y la necesidad que tengo de vuestro auxilio.

Me abandono del todo en vuestras manos, confiando en que vuestra divina Sabiduría lo ordenará todo con fuerza y suavidad a mayor gloria de Dios y provecho de mi alma, y que, por los medios más convenientes, acudiréis a socorrer mi necesidad.

¡Oh María, Madre de la divina sabiduría! Dignaos alcanzarme el favor que solicito. Os lo pido por esa inefable sabiduría con que el Verbo, Hijo vuestro, ilustró vuestra inteligencia, ya que, para celebrarla, os digo con San Antonio de Padua y San Leonardo de Puerto Mauricio, celosísimos propagadores de las Tres Avemarías: Dios te salve, María…»

ORACIÓN TERCERA

«¡Oh tierna y verdadera Madre de Misericordia, que en estos últimos tiempos os habéis llamado Vos misma. Madre la más misericordiosa! A Vos acudo para que uséis conmigo de compasión y bondad, con tanta mayor razón cuanto es mayor mi miseria.

No soy acreedor a la gracia que de Vos espero, ya que tantas veces os he contristado, ofendiendo a vuestro divino Hijo; pero estoy sinceramente arrepentido de haber traspasado con mis pecados el amante Corazón de Jesús y el vuestro.

¿No sois Vos, según lo revelasteis a vuestra sierva Santa Brígida, la «Madre de los pecadores arrepentidos»? Perdonadme, pues, mis pasadas ingratitudes; y teniendo sólo en cuenta vuestra misericordiosa bondad y la gloria que de ello resultará para Dios y para Vos misma, obtenedme la gracia que os pido.

¡Oh Vos, a quien nadie ha implorado en vano! ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Dignaos socorrerme. Os lo pido por esa misericordiosa bondad de que en favor nuestro os ha llenado el Espíritu Santo, ya que, para celebrarla, os digo con San Alfonso María de Ligorio, incomparable Apóstol de vuestra misericordia y doctor de las Tres Avemarías: Dios te salve, María, etc.»

 

(Visited 414 times, 1 visits today)

Deja un comentario