La Iglesia Católica en China, también se le conoce con el nombre de Tiānzhǔ jiào, que significa Religión del Señor del Cielo presenta una extensa recopilación de costumbres en la historia de China y se calcula que cuenta con aproximadamente siete millones de fieles.
En la actualidad, el cristianismo católico lo practica una minoría cristiana, que permanentemente está creciendo dentro de la República Popular China.
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Iglesia Católica en China
El misionero franciscano Juan de Monte Corvino (1247-1328) arribó a la capital de la dinastía Yuan y obtuvo la autorización del gobierno para fundar catedrales católicas, lo que significó el inicio del catolicismo en China. No obstante, al caer la dinastía Yuan, el catolicismo pierde fuerza en el país.
Para el siglo XVI, cuando el colonialismo occidental se extiende, el catolicismo logra entrar de nuevo en China. Mientras transcurría este período, Matteo Ricci (1552-1610), quien era un misionero jesuita italiano, estableció las bases para el catolicismo en China.
Matteo Ricci, es visto por muchos chinos como alguien importante en la comunicación cultural entre Oriente y Occidente, más que un misionero católico. Su gran éxito en China se debió a la facilidad con la que se amoldó a la cultura china.
Matteo Ricci logra la difusión del catolicismo en China. Cuando llega a Beijng, es recibido por el entonces emperador. Gracias a sus conocimientos se gana el respeto y el aprecio del emperador chino. Le fue otorgado por el emperador un cargo oficial, haciendo de él un funcionario de la dinastía Ming, para realizar la obra misionera. Desde entonces, el catolicismo se estableció en China.
Cuando muere Matteo Ricci en China en 1610, ya había más de 2.000 cristianos bautizados en el país.
En la historia de la Iglesia Católica en China se produjo un debate conocido como la Controversia de los Ritos Chinos. Este debate consistía en dos criterios, en cuanto al uso de los ritos chinos o no en las celebraciones católicas.
El Vaticano prohibió a los católicos chinos practicar los ritos chinos tradicionales, lo que ocasionó la pérdida del apoyo de muchos eruditos chinos, además de que fuera prohibida la práctica del catolicismo por más de 100 años, durante la dinastía Qing. (Ver artículo de Iglesia Católica Oriental)
Católicos en China
Para el año 2018, los obispos de China continental no pudieron participar en el Sínodo celebrado en el Vaticano durante el mes de octubre, un Sínodo cuya finalidad era la de estudiar el tema de la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia.
La Iglesia en China es un misterio debido a que los fuertes controles que las autoridades tienen sobre la información, no se logra tener una idea real de cómo van las cosas en el estado más poblado del planeta.
Se sabe de obispos de la Asociación Patriótica que están en plena comunión con Roma. Sin embargo hay otros que se han dejado conquistar por el poder político y por lo que se les hace muy difícil llegar a la plena comunión con el Papa y con la Iglesia universal. Por otro lado, la Iglesia clandestina padece fuertes persecuciones y vive en condiciones muy difíciles.
Iglesia Católica en China para el siglo XXI
La Iglesia Católica en China se enfrenta un gran número de retos y por ello debe aprobar nuevas tácticas para llegar al mayor número de personas, para conversar y transmitir en una sociedad siempre más secularizada.
De manera opuesta a lo que sucedía hace una década, hoy la Iglesia disfruta, en muchas partes del país, de una relativa independencia del control del gobierno central y local. Aunque en China la libertad religiosa está limitada, la Iglesia Católica china puede desempeñar un rol importante en la misión y el servicio.
No obstante, el notable incremento de vocaciones sacerdotales que hubo en los años 90’s ha empezado a descender. Se piensa que es debido al crecimiento económico, que ocasiona una mayor secularización y crisis espiritual que aleja a muchas personas de las propias tradiciones y cultura, de lo cual no están exentos los católicos.
Uno de los grandes retos que se plantean a la Iglesia en este siglo XXI, es la de estructurar una eficiente formación del laicado, que simboliza un recurso latente y el núcleo de la futura Iglesia Católica en China. (Ver artículo de Divisiones del cristianismo)
La evangelización y la misión necesitan tener un laicado bien formado, con una excelente preparación. Esta preparación debe reforzar su conocimiento del Concilio Vaticano II, principalmente lo que se refiere a la eclesiología y la doctrina social de la Iglesia.