Jesús de Nazaret o Nuestro Señor Cristo, nos cuida y protege todo el tiempo, aun cuando no estemos al tanto de ello. Muchas veces necesitaremos un espíritu de liberación o una mano ayuda para afrontar cualquier reto o situación peligrosa que se nos presenta en la vida, por tal motivo, todo buen creyente debe de aprender y recitar la poderosa Oración al Sagrado Corazón de Jesús para una grave necesidad.
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Oración al Sagrado Corazón de Jesús para una grave necesidad
Para poder entender más del por qué se utiliza el rezo al Sagrado Corazón de Jesús para cuidarnos de todo mal muy cercano. Hay que comprender primero, ¿qué es el Sagrado Corazón? Y de esta forma conseguir un mejor entendimiento.
La naturaleza de este problema ya es compleja en sí misma y las dificultades derivadas de la terminología lo hacen aún más complejo. Sin profundizar en términos extremadamente técnicos, estudiaremos las ideas mismas y, para saber pronto dónde estamos, nos detendremos con el significado y el uso de la palabra corazón en el lenguaje normal.
La palabra corazón despierta en nosotros, sobre todo, la idea del órgano vital que late en nuestro pecho y del cual sabemos algunas cosas pero no todas, que está íntimamente relacionado no solo con nuestra forma física, sino también con nuestra existencia moral y pensamientos. Esta relación también explica por qué el corazón de la carne es universalmente aceptado como un emblema de nuestra existencia moral y sentimientos y que, por asociación, la palabra corazón toma su lugar en el lenguaje simbólico y que esta palabra se aplica igualmente a las cosas. los mismos simbolizados por el corazón.
Es este simbolismo el que da sentido y unidad, y su fuerza indiscutible se contempla de manera optima cuando su órgano se representa como herido, lo que nos recuerda la herida invisible de su amor.
Este corazón está y está inseparablemente vinculado a la vida de nuestro Señor, una vida de bondad y amor. Sin embargo, es suficiente que en nuestra devoción simplemente conozcamos y experimentemos esta poderosa relación. No necesitamos preocuparnos por la anatomía de su santo órgano, ni por predecir cuáles son sus funciones en la vida cotidiana. Sabemos que el simbolismo del corazón se basa en la realidad y que es el objeto de nuestra devoción al Sagrado Corazón, que no está en peligro de caer en el error.
Es especialmente a esta particularidad la que resalta habitualmente la enorme devoción a ello. Además, dado que la devoción se dirige al corazón amoroso de él, debe abarcar todo lo que ese cariño abraza. Y, en este contexto, ¿no fue ese sentimiento la causa de toda la acción y penuria de él? Por otro lado, teniendo la devoción al Sagrado Corazón como el objeto de el propio Mesías, familiariza al devoto con toda la vida interna del Maestro, con sus virtudes y sentimientos y, finalmente, con el Mesías, infinitamente amoroso y amable.
En consecuencia, de la devoción al Corazón tierno, procedemos primero a un conocimiento íntimo de él, de sus sentimientos y virtudes, de toda su vida emocional y moral; desde el corazón amoroso se extiende hasta las manifestaciones de su anhelo. Entonces, ¿queda por preguntar cuándo comenzó tu devoción?
El gran florecimiento de la devoción viene de las revelaciones de una monja francesa de la Orden de Visitación de Santa María. Que, según la Iglesia, desde el principio, Jesús hizo que la joven monja difundiera las efusiones de su gracia a todos los que estaban interesados en esta amable devoción; Entre ellos, también prometió reunir a familias divididas y proteger a las personas en peligro, proporcionando paz.
Ella escribió una carta a la Madre Superiora el 24 de agosto de 1685; en el que le contó cómo Jesús le hizo conocer el gran placer que sentía por ser honrado por sus criaturas. Prometió a todos los que se consagran a esa importante y maravillosa figura que no perecerían, sino que recibirían sus bendiciones. También le escribió que le dijo que los dispersaría abundantemente en todos los lugares donde se exponía la imagen de ese hermoso órgano, para ser amado y honrado allí.
De esta manera, reuniría familias divididas, protegería a los necesitados, difundiría la unción de su ardiente caridad en aquellas comunidades donde se honró su imagen divina; y también intercedería con su padre por todos aquellos que rezaban para invocar esa imagen humilde e increíble de su corazón por una necesidad grave, y lo honrarían.
¿Cómo rezar esta oración?
Todo tipo de rezo de por si es increíblemente fuerte y especial, porque están basados en los sorprendentes historia de los textos del pasado y, por lo tanto, de la grandeza de Cristo nuestro Señor. Siempre que nos encontremos en una situación grave, podemos recurrir a ellos para protegernos del Reino de los Cielos. Es por eso que la oración al Sagrado Corazón de Jesús será nuestro mejor aliado.
No importa el momento, son realmente un incentivo para alentarnos a superar los obstáculos que la vida nos impone. En particular, rezar al Sagrado Corazón de Jesús por una necesidad grave será el milagro que tanto necesitamos. Confiaremos en Dios, porque el Omnipresente es quien puede hacer todo y finalmente nos llenará de frutos y bendiciones.
Por supuesto, antes de comenzar la oración, se recomienda rezar un Padre Nuestro junto a un Gloria.
Letra de la oración al Sagrado Corazón de Jesús para una grave necesidad
Si deseas con todo el alma dedicarle unas palabras a nuestro salvador, e invocar todo el poder y cariño que emanan de su corazón. No dude en aprender y recitar las siguientes frases increíble que a continuación enseñaremos:
«Oh Divino Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor:
(Se ora en silencio pidiendo el favor) ¿A quién he de pedir, sino a Ti, cuyo Corazón es un manantial inagotable de todas las gracias y dones? ¿Dónde he de buscar sino en el tesoro de tu corazón, que contiene todas las riquezas de la clemencia y generosidad divinas? ¿A dónde he de llamar sino a la puerta de ese Corazón Sagrado, a través del cual Dios viene a nosotros, y por medio del cual vamos a Dios?
A Ti acudimos, oh Corazón de Jesús, porque en Ti encontramos consuelo, cuando afligidos y perseguidos pedimos protección; cuando abrumados por el peso de nuestra cruz, buscamos ayuda; cuando la angustia, la enfermedad, la pobreza o el fracaso nos impulsan a buscar una fuerza superior a las fuerzas humanas.
Creo firmemente que puedes concederme la gracia que imploro, porque tu Misericordia no tiene límites y confío en que tu Corazón compasivo encontrará en mis miserias, en mis tribulaciones y en mis angustias, un motivo más para oír mi petición.
Quiero que mi corazón esté lleno de la confianza con que oró el centurión romano en favor de su criado; de la confianza con que oraron las hermanas de Lázaro, los leprosos, los ciegos, los paralíticos que se acercaban a Ti porque sabían que tus oídos y tu Corazón estaban siempre abiertos para oír y remediar sus males.
Sin embargo dejo en tus manos mi petición, sabiendo que Tú sabes las cosas mejor que yo; y que, si no me concedes esta gracia que te pido, sí me darás en cambio otra que mucho necesita mi alma; y me concederás mirar las cosas, mi situación, mis problemas, mi vida entera, desde otro ángulo, con más espíritu de fe. Cualquiera que sea tu decisión, nunca dejaré de amarte, adorarte y servirte, oh buen Jesús. Acepta este acto mío de perfecta adoración y sumisión a lo que decrete tu Corazón misericordioso. Amén.»
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