Enseñanzas de Jesús de Nazaret más importantes

En el cristianismo existen muchos mensajes espirituales de gran importancia, y uno de ellos son las enseñanzas de Jesús, aquellas que van desde simples parábolas a pequeñas frases dichas por Jesús. Descubre esto y mucho más, a continuación.

enseñanzas de Jesús

Las 20 enseñanzas de Jesús

Las enseñanzas de Jesús de Nazaret llegaron al hombre mediante las escrituras en los Evangelios, aquellas que fueron registradas por los apóstoles, quienes fueron testigos de las conversaciones de Cristo con ellos y otras personas. Ahora bien, las enseñanzas abarcan temas de Dios, hechos del propio Cristo y sus milagros.

Pero no solo eso, muchas enseñanzas también se pueden encontrar dentro de las propias obras de los discípulos, aquellas que contienen los mensajes de Cristo, las profecías recibidas por Dios y el Espíritu Santo, al igual que muchas opiniones de los autores.

No todas se encuentran en el Nuevo Testamento, pero todo buen cristiano puede tomarse un poco de tiempo al día para leerlos, y de esa forma seguir las enseñanzas que Cristo nos dejó en esta vida.

Por ello a continuación te dejamos las enseñanzas de Jesús para niños y adultos más conocidas, para que cada día puedas leer una y de esa manera transformar tu vida.

Las más básicas

Del evangelio de Mateo 10:8, Jesús nos dice que debemos dar gracias por la gracia recibida, lo que nos quiere decir que debemos ser agradecidos en esta vida por lo que tenemos.

De Mateo 25:35, Jesús nos enseña que debemos ayudar a los menos afortunados, al igual que hicieron con él en su momento de necesidad.

En Mateo 12:12 Jesús nos enseña que sin importar el día en el que estemos, debemos siempre orar con bien y nunca el mal.

En Mateo 22:39 Cristo nos enseña que siempre debemos amar al prójimo, sin importar las ofendas a nuestra persona.

En Mateo 15:4 Jesús nos da uno de las enseñanzas más importante, el que debemos amar y respetar a nuestros padres.

En Mateo 6:21 Jesús nos enseña que donde esté nuestro corazón, allí es donde pertenecemos; nuestro corazón es nuestra brújula y por ello debemos escucharlo.

 Enseñanzas de Jesús

En Marcos 10:14 Jesús trasmite su amor a los niños y la importancia de ello, por eso pide que no le impidan su paso.

En el libro de Nefitas 12: 25, Jesús enseña que nunca debemos guardar ningún rencor en nuestro ser, sin importar que la persona nos sea de nuestro agrado.

En el libro de doctrinas y convenios 1:32, nos dice que al arrepentirnos de nuestros pecados y cumplir a partir de ese momento los mandamientos de Dios, todo será perdonado.

En Juan 5:39 nos transmite uno de los mensajes más importantes, y es que debemos acercarnos a Dios por medio de las escrituras.

En Mateo 25:35 Jesús a través de sus experiencias, nos enseña que debemos ser bondadosos y extender una mano amiga a quien lo necesite, al igual que hicieron muchos con él.

Muchas personas tienen el mal concepto de que los hombres no deben llorar, y nada más lejos de la verdad, ya que en Mateo 25:35 Dios nos enseña que llorar está bien, y que aquellos que lo hagan serán consolidados.

En Mateo 7:12 nos enseña que debemos trabajar en equipo, no solo pedir.

En Mateo 7:1, uno de los mensajes más importantes, es que no debemos señalar a nadie ni juzgarlos si no deseamos los mismo; y de hecho esta enseñanza coincide mucho con uno de los mandamientos, que nos dice que no hagamos lo que no deseamos que nos hagan.

En Mateo 5:7, Dios le da la bienvenida y bendice a todos los misericordiosos en la tierra.

En el libro de Nefitas 18:22 nos dice, que todo creyente debe reunirse para hablar, orar y acercarse a Dios; pero aún más importante, es un pequeño fragmento de cómo se estableció la Iglesia, donde Jesús le pedía a los apóstoles que se reunieran en un lugar para escuchar la palabra de Dios.

 Enseñanzas de Jesús

Otro ejemplo se encuentra en el mismo libro en 18:15, donde estipula que todo creyente debe meditar y orar siempre, para poder acercarse a Dios.

En Mateo 5: 12, Jesús nos enseña que debemos buscar la guía de Dios para tener una vida completa y llena de gozo; y así mismo aparece en Lucas 12:31, que nos dice que debemos buscar el amor en la fe y en Dios.

En el libro de Nefitas 27: 21, Jesús busca enseñarnos que el camino de todo buen cristiano se encuentra en seguir sus pasos.

En Mateo 21:13 nos trasmite uno de los mensajes más importantes, y son las palabras dichas de Jesús a los discípulos, en donde dice que su casa será llamada casa de oración; lo que nos quiere decir que en la oración podemos encontrar cobijo, consuelo y felicidad.

Así mismo, Jesús nos enseña muchos otras más, como por ejemplo:

Un siervo nunca estará por encima del Señor, al igual que el mensajero nunca estará por encima del que lo envió.

En el reino de los cielos no existe título alguno, no importa la cantidad que tuvieras en vida.

Nadie está exento de pecados, ¿por lo que en vez de castigar a alguien, porque no miras tu propio reflejo?

Aquellos que procuren la paz, serán llamados hijos de Dios.

Jesús siempre procuro transmitir su amor, bondad y humildad a sus seguidores; por lo que esos deben ser siempre los sentimientos que llevemos con nosotros.

Tomen a las aves como ejemplo, ellas no cosechan, no recogen ni tapan la vista; y nuestro amado Dios los alimenta igual, ¿No deberíamos ser mucho más que ellas?

Aquel que tenga una buena vida o tenga más que el prójimo, y se cierra a su necesidad, no podrá encontrar morada y consuelo en Dios.

Cristo caminaba y visitaba toda aldea para trasmitir la palabra de Dios, y enseñar y sanar a los más necesitados y enfermos.

Todos por fuera podemos parecer iguales, pero muchos por dentro están llenos de envidia e hipocresía.

Jesús un día se encontraba en el templo de Dios, y vio a ovejas, bueyes y otros animales con sus dueños; además de vendedores,  e inmediatamente los saco a todos, a todas las mesas y les dijo que la casa de Dios no es es un mercado, sino un lugar de respeto.

Es más sencillo que un camello pueda pasar por la abertura de una aguja, que un rico al reino de los Cielos.

Jesús les enseña como primer mandamiento a todos sus discípulos y creyentes, que deben amar a Dios con el alma, con el corazón y con la mente. Y el segundo, que deben amar al prójimo como si fuéramos nosotros mismos.

Al orar, no seas como esas personas hipócritas, recen porque lo desean y no porque quieren la bendición de Dios.

Se misericordioso, no condenes a los inocentes y a los culpables que se arrepientan.

Debemos ser bondadosos con los más necesitados, y siempre extender los brazos a quien requiera de nosotros.

No debemos interpretar la ley de Dios por nosotros mismos, y tampoco debemos dejar que otros carguen con nuestros problemas; el trabajo en equipo es la clave para el éxito.

La palabra de Dios nos dice que aquel fue otorgado con un Don, debemos ser digno de él; por lo que aquel que ha dado mucho, mucho se le pedirá.

Dios es el refugio cuando estemos cansados, debemos recurrir a él cuando nos sintamos perdidos del camino que el Todopoderoso nos a preparado.

A la derecha de Dios se encuentra las ovejas, y a su izquierda los carneros. Dios les dice a las ovejas: aquellos que les abrieron la puerta a mi Padre, heredan el reino que se les ha prometido; aquellos que me han alimentado, me han dado de beber, quien me recibió en su hogar, quien me vistió, me ayudo, quien me dio ropa, todos aquellos que me ayudaron a mí a través de mis hermanos, ellos recibirán la gracia de Dios.

Entonces, para los que se encuentran a la izquierda Dios les dice: «Apártense de mí, aquellos que serán recibidos por las llamas del infierno, esos que no me alimentaron, me dejaron pasando sed, los que no me cobijaron ni me dieron ayuda; aquellos que no me arroparon ni me visitaron«.

Las que nadie entiende

Muchas veces las personas no pueden comprender las enseñanzas de Jesús, pero lo único que debemos saber es que la religión, la fe, está formada para consolar a los más dolidos y a los que buscan conocer la verdad. Muchos de esos mensajes vienen en forma de oración, de frases o incluso de parábolas; y es por ello que te vamos a presentar las cuatro parábolas que tienen a confundir a los creyentes, pero primero, vamos a detallar de que se trata una parábola.

Las parábolas son cortas narraciones dichas por Cristo, que dentro de ellas encierran mensajes sobre la moral y la fe. No son iguales que una fábula, a pesar de los fantasiosas que puedan escucharse, ya que ellas no poseen animales con características humanas, sino que se trata de hechos verídicos y que cuentan la vida cotidiana de una persona, en este caso de Jesús.

Teniendo eso en cuenta, las parábolas que les vamos a describir, tratan sobre el amor y la salvación; sobre la forma de vivir y de comprender la vida.

La parábola del hijo pródigo

Esta parábola conforma una de las parábolas de Jesús que se encuentran en el nuevo Testamentos, y que se ubican en el Evangelio de Lucas, capítulo 15, versículo 11 al 32; o sencillamente Lucas 15:11-32. Teniendo eso en cuenta, esta parábola junto con la de la oveja y la moneda perdida, hacen una trilogía que se le llama como parábolas de la misericordia o de la alegría.

Por lo general, esta narración trata sobre el amor incondicional de Dios a sus hijos, sin importar los pecados que hayamos cometidos. Lucas nos dice: que Dios siempre tendrá el reino de los cielos abiertos para aquellos merecedores de su bendición, y más aún para aquellos pecadores que se arrepientan de sus acciones.

¿Pero realmente de que se trata esta parábola? en sencillas palabras, sobre Jesús y la historia de la moneda y las ovejas.

Un día, un pastor al contar su rebaño notó que faltaba una oveja de 100, y una mujer se dio cuenta que le faltaba una moneda de unas 10.

Buscaron y buscaron, y al hallarlas se alegraron y festejaron. Al realizar dicha acción, establecieron la tercera parábola de esta trilogía; el cuento del hijo pródigo, que comienza con un hombre y sus dos hijos.

El menor de ellos era un hombre fiestero, consentido por su padre que un día decide pedirle su herencia y marcharse para hacer su vida; el mayor, que estuvo al lado de su padre sirviéndole durante toda su vida.

La historia gira sobre el hijo menor, aquel que decide regresar a su casa al no tener más dinero y buscando el perdón de su padre; al llegar, su padre lo recibe con alabanzas y le prepara una fiesta en celebración, mata a uno de sus mejores corderos para alimentarlo y para brindar por su regreso.

Al regresar de la siembra, el hijo mayor escucha el alboroto, y decide preguntar a uno de los criados la razón de tal conmoción. Al enterarse del motivo, se enfurece y decide no entrar a la fiesta; y cuando su padre decide ir en su búsqueda para convencerlo de que entre, su hijo mayor le replica por su comportamiento y falta de apoyo hacia él.

Al final, está parábola nos dice un mensaje mucho más profundo de lo que podemos percibir a simple vista; la historia no trata sobre la felicidad del padre, o sobre el perdonar al hijo descarriado, sino más bien sobre el olvido del hijo mayor.

El padre nunca prestó atención a su hijo mayor, sabía que tenía dos hijos, pero realmente no los contó. Esta parábola no trata sobre el perdón, sino sobre ver las cosas que realmente importan, contar, contar que todos estén incluidos en la fiesta y en la celebración.

La parábola del buen samaritano

Ubicado en el Evangelio de Lucas, capítulo 10, versículo 29 al 37. Esta historia habla un cuento que le narra Jesús a un doctor sobre tres hombres, un levita, un sacerdote y un samaritano.

Un día, un hombre fue presa de salteadores y dejado en el camino a morir. Un Sacerdote al verlo cambio de rumbo, de igual forma que el levita, pero el tercer hombre, el samaritano, lo carga en su espalda, lo lleva a una posada donde venda y limpia sus heridas, paga su estadía y se encarga de cubrir todas sus necesidades.

Al terminar, Jesús le pregunta al doctor: ¿Quién de todos ellos crees que es el prójimo, aquel que fue presa en manos de los salteadores?, a lo que el médico responde diciendo: aquella persona que se fue objeto de la misericordia.

Esta parábola puede sonar bastante confusa de comprender, pero nos quiere decir dos cosas: La primera es que Jesús busca dar una lección sobre la misericordia, ayudar al que lo necesita sin importar su raza, religión o color. Y la segunda, es que aquellos que sean cumplidores de la Ley de Dios, no pueden esperar la vida eterna sin son ciegos e ignorantes de lo que se encuentre en el camino.

También puedes conocer mucho más a detalle esta parabola en nuestro artículo: El buen samaritano.

La parábola de los trabajadores del viñedo

Esta parábola que pertenece a Mateo 20:1-16, nos narra la historia de un grupo de trabajadores que cumplen con un horario en diferentes momentos del día, y que reciben a cambio la misma cantidad de dinero.

Un grupo comienza trabajando desde temprano, otro se integran a media tarde y otros a una hora antes de culminar la jornada laborar. Al momento de recibir el pago, todos reciben la paga de un día, y los que comenzaron temprano decidieron replicar al ver que les pagaban los mismo que a los demás.

Pero no reciben la respuesta que quieren, ya que el dueño les responde diciéndoles que no tienen nada que decir, que si él quiere ser bondadoso y pagar de más en su responsabilidad, y no es problema de ellos.

Seguro muchos podrán no estar de acuerdo con este pensamiento, de que cada esfuerzo debe ser recompensado como se debe, ¿pero si fuiste recompensado, porque debes evitar la generosidad?

Esta parábola describe sobre ayudar a los demás, y sobre ser generosos con los que menos tienen; no pensar en dar menos, más bien lo contrario, dar más.

La parábola de la perla de mucho valor

Esta parábola de Mateo 13, 44-52, comienza con Jesús diciéndoles a los oyentes tres formas de ver como pertenecer al reino de los Cielos. El primero es cuando un hombre consigue una valiosa perla, y para conseguirla decide vender todo lo que tiene.

El segundo ejemplo es un sembrador, que encuentra un enorme tesoro en un campo y para quedárselo decide vender todo lo que posee. Así ocurre con el último ejemplo, el pescador, aquel que encuentra cardumen de peces y decide separar los mejores de los peores peces.

Entonces Jesús les dice, así mismo sucederá cuando ocurra el fin del mundo: los ángeles bajaran y escogerán a los malos de los buenos, y a estos pecadores los arrojará al fuego donde rechinaran sus dientes y llorarán por perdón.

Estos tres escenarios son un ejemplo de cómo pertenecer al Reino de los cielos, y la parábola nos lo muestra de una forma bastante clara.

El hombre de la perla no puede comer de ella, no puede refugiarse en ella, pero vendió todo lo que poseía para satisfacer su deseo. Esto es un mensaje de que no debemos vivir en la codicia, ni debemos dejarnos cegar o dejarnos tentar por las trampas del demonio.

Pero también podemos verlo de otra forma, ¿acaso pertenecer al Reino de Dios no vale la pena todo nuestro sacrificio? al igual que la perla, el reino de Dios es un obsequio de gran valor que vale la pena conseguir a cambio de las cosas que poseemos.

Entrar y tener las llaves al reino de Dios, transformarnos en hijos de Dios y llevar el espíritu Santo en nuestro interior puede sonar bastante emocionante y valioso. ¿Pero realmente venderlo todo es un precio que realmente se deba pagar?

Obviamente tener la bendición de Dios es algo que puede persuadir a muchos, pero es necesario analizar el escenario desde un punto más lógico. Dios no nos pide abandonarlo todo, sino vivir como buenos cristianos y viviendo de manera honrada y honesta.

Si deseas ampliar el tema leído, a continuación te dejamos algunos artículos para que complementes la información:

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