Cuando un hijo está enfermo se viven momentos de mucha angustia, sobre todo por parte de la madre. Acudimos, entonces, al Santo Padre con la oración de una madre por su hijo enfermo para que con su Santa Bendición se logre su sanación. Conozcamos y recemos con el corazón la oración elevada al Señor para que nos ayude a superar estos momentos de dolor.
La oración debe estar siempre presente en la mente y en el actuar de todo ser creyente de Dios, porque la necesitamos en todo momento, no sólo para implorar por alguna necesidad, sino también se ora para agradecerle a Dios por todas sus bendiciones.
En este post les queremos ofrecer, en específico, esta oración que podemos elevar al Señor para pedir la sanación de un hijo enfermo, por quien imploramos a Dios Padre para que le devuelva la salud. Veamos esta piadosa oración y leámosla con mucha devoción para que sea escuchada por el Señor.
Oración por un hijo enfermo
¡Amado Señor! Tú me conoces como sierva tuya y sabes de mis faltas de las cuales me he arrepentido y te he pedido perdón de todo corazón y con mucho dolor porque sé que te he ofendido. Pero sé que no eres indiferente ante el dolor del que te suplica anhelante por un sufrimiento.
Como madre, tú sabes el dolor que me aflige por mi hijo(a) _____________ y, por ello, sé que comprendes mi preocupación ante esta enfermedad.
Vengo hoy con humildad a postrarme ante ti para pedirte, que poses tus Santas y Venerables Manos sobre él (ella) y logres su sanación.
A pesar de la preocupación que me invade por el dolor y el desconcierto, te digo que si esta enfermedad está dentro de lo que tú permites, yo acepto este momento de purificación y entrego a ti en ofrecimiento generoso de mi vida.
Acepto este momento para unirme al sufrimiento y dolores que Cristo padeció para la salvación del mundo.
Ahora, Señor, tú quieres para tus hijos, vida en abundancia, te pido encarecidamente que por el misterio de tu infancia, sanes a mi hijo(a), a quien tú conoces y amas.
Vela por él (ella), cuídalo (la), sana su cuerpo y cura su alma. Pasa tu mano sanadora sobre él (ella) para que se alivie de todo mal, bríndale tus cuidados para que pronto se restablezca, según sea tu voluntad.
¡Jesús, Señor mío! Tú que recibiste los amorosos cuidados de María y de San José, te suplico me des el consuelo que como madre necesito y que no dejes que caiga en desesperación, sino que desde mi dolor, acuda siempre a ti, fuente plena y genuina de consolación de cuerpo y alma.
También te pido, ¡oh Santo Padre!, bendigas a los médicos que atienden a mi hijo(a) y les des los dones para que logren dar con la cura y el remedio que hacen falta para él (ella). ¡Qué los médicos sean instrumentos de tu sanación!
A ti, Madre de Jesús, que sabes lo que sufre una madre, dame confianza y entereza, tanto como tú la tuviste, para que yo pueda ver crecer a mi hijo(a) con el amor y por la gracia de Dios.
Tú que protegiste a tu Hijo, Madre mía, y fuiste protectora de tu sagrada familia, te ruego intercedas ante tu amado Hijo Jesús para que con su Santa Bendición, logre mantenerme fuerte ante el dolor y la preocupación.
Confío que por tu infinita caridad pueda conseguir los medios necesarios para la debida atención de mi hijo(a) ____________.
Te ruego, Virgen Santa, me ayudes a no decaer y seguir adelante para la Gloria de Dios.
¡Señor! Tú dijiste que creyera que ya he alcanzado lo que con el corazón y con mucha fe he pedido en oración, por ello levanto mis brazos para agradecerte por la curación que recibirá mi hijo(a), por el poder de tu amor que escucha mis plegarias.
Confiada estoy que, por tu infinita misericordia, ya está sanando en este momento mi hijo(a) y recuperando su salud.
Por ello, te alabo con fe, mi Señor, y te reconozco como mi Señor y Salvador.
Te amo y reconozco tu grandeza. Para ti toda la gloria por los siglos de los siglos.
Amén.
(Rezar un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria)
Declaración y confesión de fe
Dios nos ha dado la gracia de que la palabra que se pronuncia como hijo de Dios tenga poder. Es por ello pertinente que con esa autoridad conferida por Jesús, declaremos y confesemos la Palabra de Dios contra la enfermedad.
No está demás decir que hay que tener en cuenta que se debe repetir esta declaración y confesión tantas veces como sea necesario, tanto de día como de noche, hasta que se nos haya concedido lo pedido. Debemos hacerlo además de haber hecho la oración por un hijo enfermo. He aquí la declaración de fe:
Hablo a sus órganos para que se fortalezcan y se regeneren sus defensas para eliminar toda infección, virus o bacteria que lo(la) estén atacando.
Reclamo la salud de mi hijo(a) para la Gloria y Honra de Dios.
Declaro y confieso que mi hijo(a) se ha sanado por las heridas de Cristo y que recibe esa sanidad por el sacrificio de la cruz.
Declaro vida en abundancia corriendo por sus venas llenando todo su cuerpo con una nuevas fuerza, vitalidad y con nuevos bríos.
Mi hijo(a) está sano(a) gracias al Santo Padre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén”.
Sabemos que lo que hace que Dios escuche y nos conceda algún favor es la fe con que se lo pedimos. Así también nos lo dice la oración a la medalla milagrosa. Es por ello primordial que se ore con fe e igualmente declarar con fe nuestra convicción de que lo pedido en oración ya ha sido concedido. Sobre todo cuando se trata de elevar una oración de una madre por su hijo enfermo.
Es, pues, la oración la herramienta con la que cuentan los creyentes cristianos para comunicarse con Dios con la finalidad de:
- Manifestarle su fe.
- Agradecerle por sus infinitas bendiciones.
- Hacerle alguna petición.
- Expresarle sus penas y preocupaciones.
- Pedirle la solución a algún problema.
- Suplicar por la sanación de un ser querido.
Al depositar nuestra fe en Dios, él sabrá consolar, proteger, amar y sanar. En especial cuando se trata de la oración por un hijo enfermo. Ante el poder infinito del Señor, no hay mal o enfermedad que no quede doblegado ante este poder.