El islam es una religión que inició hace muchos siglos atrás, ha pasado por diferentes períodos y uno de ellos el cual se puede considerar de las etapas más importantes de esta religión, es el islam clásico, este se desarrolló y desapareció posteriormente por diferentes motivos, en este artículos conocerás sobre esta época del islam, que es, como se desarrolló y de que se trató específicamente.
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¿Qué es el islam clásico?
Lo principal que se necesita para hablar del islam clásico y entenderlo mejor es saber que es el islam, por este motivo se especifica que el islam es una de las tres religiones consideradas abrahámicas junto con el judaísmo y el cristianismo, esta se basa en una fe monoteísta y el las enseñanzas propias del Corán.
Estas son las escrituras y el libro sagrado del islam, el cual se considera una de las piezas fundamentales dentro de su comunidad creyente, y el cual se cree dentro de dicha religión el cual fue dictado por Dios a través del arcángel Gabriel, conocido como Yibril en el islam hacia Mahoma, este dicta dos fundamentos principales los cuales son básicamente que no existe otro Dios que no sea Alá, a esto se refiere el monoteísmo, y que el último mensajero que Alá envió es Mahoma.
Además de esto, otra forma en la que ven los eruditos islámicos al islam es como una especie de sumisión reflejada hacia Dios quien se considera el ser más grande e incomparable, sumisión que se traduce en la creencia monoteísta así como en la obediencia hacia las creencias de Alá, y el dejar atrás la idolatría a otras figuras, por otra parte la forma en la que se conocen los seguidores del islam es como musulmanes.
Ahora bien, hablando del islam clásico podemos destacar que es aquella etapa de esta religión que duró nueve siglos a lo largo de la historia de la civilización del islam la cual se inició principalmente en Arabia antes de la existencia del islamismo, lo cual se denomina la Arabia pre-islámica.
En el inicio del siglo VII y un poco antes de la Hégira, se creó una especie de movimiento tanto de amplitud cultural como de migración religiosa y de conquista militar por parte de las tribus árabes junto a Mahoma, quien era su guía.
Este movimiento tuvo una duración de nueve siglos y acabó cuando se acercaba el final del siglo XV, siglo en el cual también se dio la finalización del Reino de Granada el cual fue y es considerado el último reino de al-Ándalus musulmán en el año 1492, a su vez se inició el auge del Imperio otomano después de la toma de Constantinopla durante el año 1453.
Arabia antes del islam
Todos aquellos árabes que vivían y pertenecían a la península arábiga no se podían considerar como una nación formada ni tampoco como un estado independiente, más bien estas personas creaban diferentes tribus las cuales eran dispersas a lo largo de la península e independientes una de las otras.
Había una variedad entre ellas existiendo desde tribus nómadas hasta tribus sedentarias, las cuales se encontraban en constante lucha, pues en la totalidad de dichas tribus no se lograba reconocer un poder el cual se considerará el mismo entre todas y cada una de ellas.
Por una parte existían las tribus del desierto las cuales eran nómadas y se conocían como los beduinos, estos se conformaban de una sociedad la cual llegaba aproximadamente a las 3000 personas desde ancianos hasta niños, al mismo tiempo se podía observar una división entre este grupo el cual se realizaba por familias.
Sin embargo a pesar de estar divididos en diferentes familias, estos seguían bajo la unión de la herencia sanguínea, la cual era pasada de familia en familia por la parte paterna, pero de hecho entre todas las tribus existía una relación notablemente complicada.
Así mismo existían dentro de las tribus de los beduinos una variedad notable de características propias, entre las que se destacaba por supuesto la consanguineidad, pero además también eran unas tribus con un gran sentido de hospitalidad, los cuales mantenían siempre presente dentro de sus valores el honor, así como el instinto y la sangre guerrera.
Además de esto daban una gran importancia y un valor notable a la poesía así como la oratoria, característica que les fueron de utilidad y que les funcionaron como una herramienta básica dentro de la memoria histórica del pueblo arábico.
Por otra parte existían también, habitando al suroeste de arabia, específicamente en el Yemen las tribus consideradas sedentarias, de igual forma existían algunas tribus que eran semi-nómadas, estas se encontraban hacia los principados pertenecientes al norte las cuales guardaban cierta relación con Persia y con Bizancio. Así mismo el Yemen era considerado la unión o la conexión existente entre las rutas tanto de caravanas como las marítimas.
Estas tribus sedentarias durante el primer tercio del siglo VI sufrieron una desaparición progresiva posterior a sus épocas de esplendor, estas fueron marchitándose y dejando atrás su formación independiente como tribus, bajo la superioridad y la tensión que se les era aplicada por parte de los persas.
De igual forma existía la ciudad de La Meca, la cual al igual que las ciudades que pertenecían al desierto de occidente central durante este mismo periodo, logró surgir y progresar significativamente a pesar de estar ante las sombras de las rutas caravaneras.
En esta ciudad las diferentes tribus que habitaban se iban convirtiendo en tribus sedentarias, y de esta misma forma se fue creando por parte de los mercaderes una sociedad nueva y diferente, la cual dentro de sí traía una acumulación de riquezas, sociedad la cual a su vez representaba una especie de olvido ante los valores antiguos provenientes de los nómadas.
Por otra parte hablando del aspecto religioso en sí, podemos destacar que los habitantes de la Arabia pre-islámica no poseían una fe monoteísta, es decir que no veneraban o creían en un solo Dios.
Más bien idolatraban a diferentes “dioses” que podían venir representados en objetos como las piedras o los árboles, y además creían también en demonios y astros, todos estos considerados ídolos o dioses por la población de la Meca, por este motivo se consideraba a los beduinos como la parte de la población más religiosa entre toda.
Impacto de Mahoma
Mahoma nació en el año 570, específicamente el 26 de abril en La Meca, lo cual actualmente se conoce como Arabia Saudita, y murió en Medina el octavo día de Junio del año 632, cuando contaba con 62 años de edad; Mahoma dentro del islam se considera como el fundador de la religión y como el último profeta o mensajero el cual fue enviado de parte Dios, después de la presencia de otros profetas como Abraham, Moisés y Jesucristo.
Cuando el siglo VII inicio, existía dentro de la península de Arabia una específica situación de veneración politeísta, esto quiere decir que se adoraba y se creía en más de un Dios, durante esta época, en el año 610 apareció Mahoma como un predicador y un portavoz para dar a conocer una nueva religión llamada islamismo, la cual basaba su fe en el monoteísmo y en la creencia y amor por un solo Dios, Alá.
Sin embargo se destacó notablemente un alto escepticismo dentro de la población arábica, llegando incluso a hacer burlas sobre las creencias de Mahoma y provocando de muchas partes de dicha población la persecución hacia él, por profesar una nueva religión tan diferente a la que venía destacándose con anterioridad.
A pesar de todo dichas trabas no fueron impedimento para Mahoma, pues logró establecer sus creencias y su doctrina ante la sociedad Arábica gracias a la constancia que aplico y la energía que le dedico a dicho objetivo, sumado a la intervención que tuvieron todos aquellos que lo apoyaron y el uso de las armas de estos.
Más allá de la religión como tal, lo que conquistó a los árabes principalmente hasta el punto de seguir la ideología de Mahoma fue la actitud de conquistador y de guerrero que este poseía, pues este punto a su favor logró que se unieran a la religión que profesaba, además de que dichas características las desarrollaron también los sucesores de él.
Gracias a la llegada y aparición de Mahoma, junto con la religión nueva que predicó y las ganas que poseía de expandirla, se dio una especie de unión a nivel político dentro de las tribus árabes, unión que poseía un mismo jefe pero a pesar de este progreso la adherencia de las tribus no fue totalmente consolidada y firme, ya que durante el tiempo que correspondió al islam clásico y durante toda la historia existieron una gran variedad de guerras constantes que se extendían por toda el área del estado islámico.
Así mismo, se manifestó más de un partido con ideas que no coincidían con las disposiciones religiosas variadas existentes, de igual forma dentro del imperio de los musulmanes se destacó naturalmente y de forma constante la independencia que poseían, así como el recordatorio de las discrepancias y los desacuerdos existentes entre las tribus, las cuales provocaban odio y resentimiento.
Sin embargo todas estas batallas continuas cesaron con el paso de los siglos, debido a la dispersión de los Estados musulmanes, lo cual a su vez dio paso para que posteriormente se manifestara el poderío de las potencias principales de las colonias occidentales, el Imperio británico, el expansionismo de Norteamérica y el colonialismo por parte de Francia.
De igual forma es importante destacar que las futuras conquistas de aquella época, se dieron gracias al aporte que dieron los beduinos, pues esto fue definitivamente fundamental para lograrlo, esto se debe a que tuvieron un alto nivel de fuerza así como una agresividad significativa y unas excelentes técnicas de combate, que lograron de forma eficaz aportar un factor importante para que el islam clásico triunfara ante los grandes e importantes imperios que tenían las tribus sedentarias.
Este mismo patrón, que incluye los importantes aportes por parte de las nuevas personas y generaciones nómadas, se ha repetido muchas veces dentro de la historia del mundo del islam, estas personas continúan con un molde sedentario pero el cual continuará manteniendo presente los recuerdos provenientes de sus orígenes, y convirtiendo de forma mítica a los beduinos como la representación de los primitivos perfectos.
Entre los años 697 y 708, la unión de todas las tribus árabes de la mano con el liderazgo por parte de Mahoma y de todos y cada uno de sus sucesores, lograron guiar y dirigir al islam clásico hasta el punto de conquistar en tan solo 11 años a una importante parte del mundo, donde se incluyen Egipto, Asia Menor en su totalidad y el norte de África.
Todas aquellas personas y pueblos que adoptaron la religión islámica y que fueron conquistados por Mahoma y sus predicadores, se les reconocen con el nombre de musulmanes, además también se pueden denominar mahometanos por el profeta Mahoma o sarracenos, debido al arameo rabínico y a las personas que habitan el desierto.
Sin embargo a pesar de que el pueblo árabe era el principal y más grande de los pueblos que aceptó la religión islámica, no es el único que lo hizo, además es importante resaltar que ninguna de las denominaciones mencionadas se pueden considerar lo mismo, o que posee el mismo significado de la palabra árabe, por lo cual no son sinónimos.
¿Cómo se expandió?
Posterior a la llegada y el regreso del profeta Mahoma, La Meca se convirtió en una ciudad transformada totalmente y representaba a su vez el núcleo de piedad dentro del mundo del islam, en este punto fue que tanto Mahoma como las personas que lo seguían en su dogma comenzaron a expandirse de forma progresiva y clara, a lo largo y ancho de toda la península de Arabia, incluso hasta llegaron a alcanzar la zona sur de Siria.
Lamentablemente en el año 632 el fundador y encargado de expandir la región islámica murió, lo cual trajo consigo la responsabilidad sobre nuevas personas las cuales debían hacerse cargo de su legado y convertirse en jefes, los cuales serían reconocidos como los sucesores de Mahoma llamados califas.
Entre todos los califas que existieron el primero fue Abu Bakr As-Sidig, el padre de la esposa de Mahoma, es decir su suegro, este ocupó este título desde que el profeta murió en el año 632 hasta el año 634, cuando posteriormente tomó el título Omar Ben Jatab, luego Utmán y después Alí Ben Abu Talib, este último fue asesinado y a partir de este hecho se desató lo que se conoce como la primera guerra civil de la historia.
Ante el liderazgo del tercero de los califas, los árabes durante la conquista se trasladaron por el lado Oeste del país, donde estaba el desierto de Cirenaica al igual que a las cadenas montañosas tanto de Cáucaso como de Taurus, por el área del norte y llegando finalmente a Asia Central.
En cuanto a la opinión histórica clásica, se cree que la expansión que se dio en las afuera del país arábigo se debió a la existencia también de una expansión militar bastante veloz, la cual terminó aproximadamente a mitad del siglo VII, además esta expansión ha sido comparada con las campañas realizadas por Alejandro Magno.
Por otra parte existe un punto de vista algo extravagante que se relaciona con el tema de la expansión, la cual se trata de que realmente esta no se dio por medio de ninguna invasión ni nada por estilo.
La razón de esto es que en esta época existía una población muy limitada en arabia, la cual no contaba con una logística muy rica y debido a esto resultaba casi imposible que se llevarán a cabo operaciones militares de gran magnitud, sin importar si eran marítimas o desérticas, y mucho menos era probable que tantos pueblos fueran derrotados en un periodo tan corto.
Por el contrario, bajo este punto de vista se cree que lo que provoco y contribuyo para dicha expansión fue el ambiente de revolución, el cual dio paso a un surgimiento de diferentes conceptos nuevos.
Pero continuando con el concepto básico histórico, en la otra mitad del siglo VII se dieron muchas más conquistas, lo cual provocó que la expansión se abriera paso hasta los límites fronterizos estables y de esta manera se lograra establecer de una manera firme durante varios siglos.
Debido a esto nació el dominio de dos diferentes dinastías muy importantes dentro del islamismo clásico, los omeyas y los abasidas, los cuales se trasladaron a diferentes partes del mundo por rutas variada, como por ejemplo por a Hispania lograron llegar por la vía de occidente, y tanto a India como a China entraron por la vía del oriente.
Todo este movimiento conquistador y de expansión, el cual resultó impresionante para el mundo, pues logró abarcar mucho terreno en un tiempo bastante corto, dio una impresión de simplicidad, pero todo esto se debió a una variedad de razones que fueron otorgados por las dos partes de la situación, es decir por parte de los árabes en sí, y por parte del enemigo que tenían en común toda esta población.
Dentro de las características provechosas en las que se podían basar los árabes creyentes en la religión islámica, se destacan la convicción religiosa tan sólida que poseían, además de adherirse a las guerras que venían desarrollándose desde generaciones pasadas dentro del pasado tribal de ellos.
Por otra parte también tenían un importante y destacable poder de superar a los rivales, logrando buenas técnicas para trasladarse de forma exitosa, manteniendo un control adecuado de todas las rutas relacionadas.
Algo muy importante también que se debe resaltar, es que los musulmanes árabes tenían una destreza con la que lograban convenir y tratar con la contraparte, gracias a esto se destacó una entrega por parte de los puntos más fuertes, en parte debido a una influencia de armas y por otra parte debido a que se les ofrecieron ciertos convenios positivos.
Estos convenios daban garantías sobre el respeto que se le debía dar a los estados, tanto personales como religiosos, jurídicos y administrativos de las personas de otras religiones como por ejemplo los creyentes del judaísmo, del cristianismo y a los mazdeos también, los cuales de manera automática contaban con protección.
Además de todo esto, en la cara contraria, es decir por parte de los invadidos, también existió un ofrecimiento de algunas circunstancias bastante peculiares, lo cual aportó una menor resistencia y en consecuencia la invasión resultó dándose con menos dificultad.
Entre estas circunstancias por ejemplo se puede destacar el decaimiento bélico presente también en la economía perteneciente, tanto a los persas como a los bizantinos, ya que se había sostenido varios enfrentamientos y guerras de naturaleza despiadada entre ambos, estas guerras dieron como resultado un empobrecimiento económico, y de recursos tanto de Mesopotamia como de Palestina.
Adicional a esta situación, existió también un inconveniente de gran magnitud y repercusión durante los años 614, 628 y 638 que fue la peste; así mismo existió una disputa de aspecto religioso que se desató en Bizancio entre los seguidores del judaísmo y los monofisitas.
Por este motivo, no existía ni por parte de Bizancio ni por parte de Persia una cantidad adecuada de tropas que pudieran ser enviadas a la frontera a defenderla de forma eficaz, así como tampoco a los fosos por donde entraron y por donde se movilizaban los conquistadores.
Como resultado de todas y cada una de las invasiones de los pueblos que se dieron a lo largo de los años, la expansión logró establecerse de una manera más eficaz a pesar de las importantes y destacables batallas que se dieron, algunas de las conquistas que se lograron establecer con el paso de la primera mitad del siglo VII fueron en los siguientes años:
- Año 634: en este momento el emperador Heraclio de Bizancio fue derrotado por los árabes en Adinadeyn.
- Año 635: en este año y hasta el año 639 se dio gran variedad de conquistas, entre las que figuran la de Kindisiyah, Éufrates y Ctesifonte, todo esto gracias al ejército que cumplía con la defensa del frente Mesopotámico, gracias a todas estas conquistas se logró finalizar el dominio de Mesopotamia.
- Año 636: durante este año el ejército de 50 mil bizantinos de Yarmuk fueron vencidos por una tropa de 25 mil árabes. Además en este mismo año cedió Damasco que actualmente es Siria.
- Año 638: cedió Jerusalén.
- Año 642: gracias a el general Amr ibn al-As, culminó la conquista de Egipto con la capitulación de Alejandría, en este año también se desató la guerra de Nihavand, y los árabes logran llegar a la frontera que se encuentra en el noroeste; en este punto murió el que se consideró el último emperador Persa llamado Yazdgar III, situación que dio paso a el fin del apoderamiento de Persa, gracias a esto poco a poco el islam desplazó al zoroastrismo.
- Año 643: en este año ocurrió la introducción de los árabes a Trípoli.
- Año 647: durante esta época se dio el primero de los ataques que se realizaron en contra de Cartago, y posterior a esto se realizó la conquista tanto de Rodas como de Chipre, mientras que se introducían a Armenia, pero a pesar de que esta última nación tuvo una resistencia parcial finamente cedió también.
Los aspectos políticos y sociológicos del islam clásico
Para lograr la gran cobertura expansiva y la conquista significativa, los árabes tuvieron un importante acierto que destacan entre todos los demás, este fue la forma en la que aplicaron un régimen del tipo fiscal y administrativo, también el cual continuó funcionando igual que el que ya habían establecido los pueblos que estaban invadidos; gracias a el hecho de que no hicieron cambios, lograron mantener a su favor a un gran porcentaje de aristócratas los cuales colaboraban con ellos.
Así mismo emplearon un nuevo método para los impuestos, el cual reemplazó el viejo hábito que consistía en el botín de guerra, esto funcionó de tal forma que se disminuyó el odio y aumentó el proselitismo a favor de su causa. De igual forma se destaca que, durante las conquistas principales no existió una presión significativa que imponga al islam clásico dentro de los países conquistados, y por este motivo no existió una gran cantidad de conversos.
Diversidad de religiones
Los musulmanes que habitaban dentro de los territorios que fueron dominados y conquistados, mantuvieron una estrecha convivencia con los creyentes y practicantes del cristianismo y judaísmo.
Esta gran diversidad que existía dentro de los diferentes territorios, fue un factor clave para que se moldeara la estructura social que fue constituido por tres conjuntos esenciales, que fueron la población bajo protección, las personas que se convirtieron al islam clásico que a su vez se conocían con dos nombres diferentes, neomusulmanes o muladíes y todos los originalmente árabes.
Por una parte la población bajo protección se componía de un linaje predilecto, el cual era parte importante de los mandos pertenecientes al ejército, motivo por el cual eran receptores de ciertas ganancias derivadas del botín que resultó de las conquistas.
Así mismo la población de los neomusulmanes, también conocidos como muladíes, eran quienes originalmente habitaban todas aquellas áreas que fueron conquistadas por los árabes, y a pesar de seguir los ideales de sus tierras nativas fueron convirtiéndose al islam de forma progresiva.
Ellos intentaban en la mayor medida posible introducir dentro de sus vidas y rutinas, tanto la lengua como la propia cultura árabe para que las generaciones venideras lograran presentarse ante el mundo como árabes.
Toda esta adaptación de las diferentes poblaciones traían consigo una variedad de ventajas de diferentes tipos, tanto económicas como dentro de la sociedad, un claro ejemplo de ello es la omisión de los impuestos por partida doble que se veían obligados a pagar las personas que no fueran musulmanes.
Estos impuestos eran principalmente por todas las tierras que les pertenecían, y también bajo la condición y número de habitantes que existían dentro del núcleo, mientras que los musulmanes solo tenían una obligación que era pagar una especie de donativo legal.
Las personas que estaban bajo protección y los cuales también eran dependientes de todos estos impuestos, se reconocían como la gente del Libro, pues ellos creían y guardaban su fe de una manera monoteísta y pertenecían a religiones abrahámicas.
Un ejemplo de esto son todos aquellos que formaban parte del cristianismo, los cuales en vez de convertirse en musulmanes mantuvieron intacta su convicción, su fe, su forma de gobernar y hasta las leyes que poseían; al igual que ellos también se deben mencionar a los judíos, quienes habitaban dentro de sus juderías independientes y propias.
Discrepancias entre las tribus
A pesar de todo el tiempo que pasó y todos los logros que tuvieron los árabes dentro de las épocas de conquista, estos no olvidaron en ningún momento que provenían o eran originarios de diferentes tribus, por este motivo se continuaban agrupando de la misma manera que lo hacían sus antecesores.
Sin embargo existían ciertos momentos de desacuerdos o rivalidades entre las diferentes tribus, y a su vez, los clanes tenían la intención de predominar sobre los demás, el clan o tribu de Omeya era el que resaltaba entre todos los existentes en Siria, y era protegido y resguardado por Utmán, pues de esta misma rama familiar provenía el.
Uno de los más destacados motivos de discrepancia, era la desigualdad de opiniones que rodeaban las tradiciones del islam clásico y las interpretaciones que se le daban a las escrituras que se reflejan dentro del Corán.
Utmán ocupó el título de califa durante dos años, en este tiempo se pudieron observar una variedad de rivalidades dentro de la misma tribu que lideraba, dando como resultado varios momentos de inestabilidad, en uno de estos disturbios que se dieron fue asesinado el califa, y posterior a esto se encargó del título Alí quien era familiar de Mahoma, específicamente su primo y su yerno a la vez.
Al mismo tiempo en el que Alí tomó el título y con este el poder, se llevó a cabo la primera guerra civil y también la primera batalla, la cual fue ganada por Alí y por las personas que lo seguían, esta se conoció como la batalla del Camello y sucedió en el año 656; posterior a este suceso se manifestó en contra del califa, nuevo un grupo conocido como los jariyíes, quienes contaban con la fama de ser drásticos; unos años después en el año 661 específicamente fue asesinado gracias a una traición Alí.
Los seguidores del fallecido califa comenzaron a adoptar el nombre de shías, y se fueron agrupando nuevamente bajo el liderazgo de Husayn y de Hasan, quienes a su vez eran hijos de Alí; un destacable e importante factor dentro de la historia del islam clásico y el islam en el mundo, fueron de hecho todos los desacuerdos que tuvieron los shías con los jarayíes, pues estas discrepancias se alargaron por un buen tiempo.
Las dinastías del islam clásico
Aunque a lo largo de la historia del islam en general se han desarrollado diferentes dinastías, dentro del islam clásico específicamente existen algunas que se destacan como por ejemplo:
Omeya
Dentro de esta dinastía el primer califa que guió la expansión del islam clásico y la conquista fue Muawiya, el liderazgo de este califa inicio en el año 661 y finalizó arribando el año 680, Muawiya formaba parte del clan Omeya pero pertenecía a la tribu de los Quraish, este compartía tribu con Mohamed quien también pertenecía a los Quraish, pero era del clan Hashemí.
Por otra parte, un suceso importante que se desarrolló durante el periodo de liderazgo del califa Muawiya fue la segunda guerra civil.
Los integrantes de esta dinastía tuvieron la responsabilidad de hacerse cargo en su mayoría de los aspectos, tanto administrativos como políticos, y además de ser los protectores de la religión islámica también pudieron sostener de manera firme el carácter árabe en una forma totalmente pura a lo largo del periodo que duró su dominio, todo esto aunque representaban una minoría en comparación con las otras tribus y clanes dentro de cada región dominada.
De manera progresiva los Omeyas lograron transformarse en unos propietarios rurales importantes y destacados entre los demás, convirtiendo a los campamentos nómadas más arcaicos en focos urbanos, estos terminaron convirtiéndose en una tropa sedentaria que poseía su foco principal ubicado en Siria, donde la capital específicamente se encontraba dentro de Damasco.
Una característica importante que poseían los árabes y la cual se consideraba una virtud, era la capacidad de reconocer y procesar las distintas culturas existentes en otros pueblos, situación que se dio claramente en cada uno de los lugares a los que se dirigían, observándose una destacada influencia de la cultura propia de Bizancio.
El califa tenía la tarea de designar ciertos gobernadores también conocidos como walíes, los cuales eran los encargados de gobernar, como bien lo dice su nombre, dentro de cada provincia, posteriormente cuando inicio Abd al-Malik a ocupar el puesto de califa omeya, siendo el tercero en ocupar este lugar.
La lengua que se decretó como la oficial en el ámbito administrativo fue el árabe, este a su vez fue extendiéndose de una manera bastante veloz alrededor de los territorios que fueron conquistados. Más adelante las personas cercanas al califa incluso comenzaron a pensar que sería bueno otorgar de forma heredada el poder designando, aun durante la vida y el mandato del califa a alguien que lo sucediera.
Además de todo esto, también se organizó una especie de consejo el cual sirvió para lograr salir de todos los inconvenientes que se presentaban entre las tribus, los cuales solían ser importantes y constantes. Por otra parte. en Siria también se seleccionó a una cantidad determinada de personas que colaboraban con la administración. al igual que en Mesopotamia, lugar donde se asignaron algunos aristócratas de la propia localidad para dicha tarea.
El principal de los elementos importantes para la organización de todas las tribus fue el hecho de realizar la selección de cadíes, quienes básicamente eran los jueces y aquellos que se encargaban de la ley y la justicia, la cual se manejaba regido por las normativas de las religiones y al 100% representada por el califa.
Los integrantes de la dinastía omeya troquelaron o estamparon las monedas, con el fin de representar con ellas una especie de simbología que expresara un gobierno positivo y estable; el nombre que se les dio a dichas monedas fueron dírham de plata y dinar de oro.
Sin embargo paralelo a esto se manifestaron algunos inconvenientes los cuales eran considerados graves, estos problemas se manifestaron dentro del aspecto religioso y en las tribus, esto desencadenó peleas fuertes entre los chiitas y los jariyíes, y como consecuencia se dio de forma inminente la caída de esta dinastía.
Los omeyas por otra parte iniciaron el periodo secundario de las conquistas, las cuales tuvieron en su mayoría resultados positivos, resaltando entre todos los logros aquellos ocurridos en el área norte de África y dentro de Hispania; un suceso muy relevante para poder construir las bases de las conquistas dentro de Magreb, fue la inauguración de Kairuán.
Esto a su vez representó el afianzamiento de su propia fortaleza y del poder que poseían, ya que lograron dominar dentro de África las tierras que algún tiempo atrás se habían mantenido regidos por un gobierno bizantino.
Dentro de África, específicamente en el norte del país, se manifestó un encuentro entre los pueblos bereberes y los árabes, estos pueblos más adelante lograrían ser una pieza fundamental en lo que el mundo del islam clásico se refería.
Esto a su vez provocaría un punto de disconformidad y de levantamiento rebelde al pasar de los siglos, de hecho estos mismos pueblos fueron los que acogieron para sí mismos el islam desde el inicio sin problemas, ayudando a expandir esta religión incluso en una medida mayor que los mismos árabes.
El punto cumbre de la expansión y la dominación por medio de las rutas del occidente, y en el cual más lejos lograron llegar los árabes, fue durante el periodo de la dinastía Omeya; estos realizaron una irrupción dentro del país galo donde no lograron salir victoriosos en la batalla de Poitiers, por otra durante el año 751 la expansión se detuvo poco a poco en el área del oriente.
Entre los espacios y regiones que se lograron dominar durante el segundo periodo de conquistas figuran Magreb, Arabia, Irak, al-Ándalus, Egipto, Siria, Persia y también el Índico y el Mediterráneo. Ahora bien, cuando se trata de la conclusión de esta dinastía se puede observar que se relaciona con una gran variedad de movimientos de rebelión y discordia, el tiempo de la tercera guerra civil dentro del islam coincidió con el tiempo de Marwan II como califa, el cual de hecho fue el último de la dinastía.
Este se consideró el fracaso decisivo, pues en esta guerra falleció la mayor parte del clan Omeya, entre los pocos que lograron sobrevivir a este suceso se encuentra Abd al-Rahman, quien se escabulló hasta arribar en Hispania, lugar en el cual fundó después de un cierto tiempo Córdoba, el cual era un Emirato independiente, esto sucedió durante el año 756.
Abassí
Esta dinastía también es conocida como la dinastía Abasida y su periodo se comprendió entre los años 750 y 1258, mientras que el tiempo aproximado de poder real en el que se mantuvo dicha dinastía fue de nada más un siglo.
Los integrantes de esta dinastía toman como base de su aspiración de califato, a la descendencia que poseen de Abbas ibn Abd al-Muttalib, quien vivió desde el año 566 hasta el año 652, este estuvo entre los más jóvenes tíos del profeta Mahoma.
El antes mencionado califa tenía un bisnieto que era Muhammad ibn ‘Ali, este inició dentro de esta dinastía una especie de campaña con el fin de obtener el poder para su familia dentro de Persia, todo esto sucedió dentro de la misma época en la que Umar II, quien pertenecía al clan Omeya, era califa.
Una vez que corría el tiempo de califato perteneciente a Marwan II, finalmente se logró destacar con la oposición creciente gracias a la rebelión de Ibrahim, quien pertenecía a la generación número cuatro de descendientes de Abbas; esta rebelión se llevó a cabo dentro de la provincia de Jorasán perteneciente a Persia, y también en la ciudad de Kufa.
Esta revolución rebelde logró alcanzar más de un triunfo importante, sin embargo a pesar de esto lograron capturar a Ibrahim y asesinarlo posteriormente dentro de la prisión en el año 747, luego de su muerte quien se hizo cargo de toda esta lucha fue su hermano Abdallah, este logro vencer definitivamente a los Omeyas después de obtener la victoria del río Gran Zab en el año 750, luego de esto Abdallah fue designado como el nuevo califa.
Las personas de esta dinastía tenían la visión de que eran puros y benditos en comparación a los miembros de la dinastía Omeya, pues los Abasidas los consideraban una comunidad ilegitima; unido a el nacimiento de esta dinastía nueva Abasida, un imperio totalmente del islam reemplazó al imperio anterior que era árabe y provenía de los Omeyas. Durante el año 762 la capital sufrió un traslado desde su punto inicial hasta Bagdad.
Esto promovió el hecho de que se considerara Mesopotamia como el núcleo del imperio, por otra parte un aspecto que puede destacarse como diferente entre los Abasidas y los Omeyas, es que estos últimos contaban con un gobierno y una administración guiada por personas de origen sirio; en cambio los encargados de estos aspectos dentro de la dinastía Abassí eran de persa.
Otro cambio destacable durante la época de la dinastía Abassí, estuvo relacionado con el ejército y el sistema por el cual se manejaba, pues anteriormente se componía de árabes los cuales tenían como objetivo primordial expandirse y posteriormente cambió a ser conformado por un grupo de militares, los cuales tenían procedencias variadas, sin embargo una gran parte de ellos eran originarios de Jorasán.
En cuanto al tema de la problemática y las discrepancias, podría decirse que se mantenían estables, no habían terminado y tampoco se habían agravado las guerras que se daban entre los persas y los árabes, teniendo una variedad de encuentros desafortunados entre sí.
Durante los años 833 y 842 el califa a cargo era al-Mutasim, y durante este periodo se observó un notable deterioro de la dinastía Abassi, gracias al poder y fuerza que tomó el ejército de Turquía, el cual comenzó a dar una demostración importante del nivel de influencia que tuvieron sobre cada uno de los califas, de hecho esta influencia fue considerada como un riesgo para que lograran mantenerse intactos en el poder.
Finalmente en el año 908 murió al-Muktafil y a su vez el califa continuó desarrollando el papel de guía a nivel espiritual de cada una de las personas creyentes en el islam; para este momento ya había culminado el poder en el aspecto político, pero todos los califas que sucedieron a este terminaron siendo prácticamente una pantalla, pues hacían casi todo lo que los soldados turcos les indicaban.
El fin del islam
El primer desprendimiento que se dio por parte del islamismo hacia el sistema de los califas, fue durante los años 909 y 929, iniciando con la acción fatimí que tuvo lugar en el Magreb, y la cual a su vez fue provocado gracias a Udayd Allah, quien era un enviado de las tribus y el cual posteriormente fue nombrado como califa, y veinte años después el portador de este título dentro de las tierras de al-Ándalus fue Abderramán. (Ver artículo: Mezquita azul)
Posterior a esto, en el año 935 se desarrolló por parte de los soldados turcos una especie de cargo o título nuevo que se le conocía como amir-al-umara, lo cual se puede entender como un comandante superior a los demás; este es la figura representativas del poder a nivel político real, el cual queda a cargo del jefe de estos soldados turcos.
Un suceso importante a destacar durante el año 1055 fue la captura de Bagdad por parte de los turcos selyúcidas, los cuales a su vez se identificaban como seguidores suníes. Muchos años después, específicamente en 1258 se dio por finalizada la larga línea de jefes representada por los califas de la dinastía Abassí, y a su vez la influencia que estos tuvieron sobre el islam suní, pues ya no representaban una figura 100% necesaria para ellos.
Mientras esto sucedía, el régimen fatimí por su parte iba aplicando progresivamente un desarrollo dentro de Egipto, pero alejados de los que se consideraron los últimos califas de la dinastía Abassí.
De manera paralela a estos sucesos, también se llevaron a cabo una variedad de cruzadas las cuales eran básicamente unas acciones de tipo, tanto militar como del ámbito religioso por parte de la población creyente occidental y latina, los cuales lograron mantener una representación importante dentro del territorio perteneciente a la tierra santa durante los siglos XI y XIII.
Así mismo dentro del concepto en el que entra la última crisis considerada propia del islam clásico, la cual duró desde el siglo XIII hasta el siglo XV, se observó un cambio bastante significativo con respecto a la influencia política dentro del islamismo y el mundo de los musulmanes.
Esta pasó de ser propia de la etnia árabe a las manos de la etnia turca, la cual era originaria de Asia central, esto finalmente acabó estampándose de manera indeleble dentro del poder que se iba desarrollando en los distintos territorios del Imperio otomano.
Por otra parte tanto en el área oeste del imperio como en el área norte de África, que en este tiempo era Magreb, la mayor parte del mundo del islamismo se representaba como bereber. De igual manera, la formación de las tribus almorávides se debieron al poder que se reflejó durante la época final del siglo XI, y posteriormente las tribus pertenecientes a los almohades fueron los que tomaron el dominio.
Cuando se trata del área del noroccidente del islamismo, específicamente la península ibérica, dentro del islam clásico esta se reconocía con el nombre de al-Ándalus y entre los siglos VIII y XV, donde se dio un periodo conocido como la Reconquista, se observó una perspectiva diferente ante los ojos de los reinos del cristianismo sobre las diferentes etapas de equilibrio, predominio y subordinación bajo las que se mantuvo esta área mencionada.
Así mismo, se abrió paso al ascenso del área oriental perteneciente a tierra musulmán de la mano de Abderramán I, un integrante de la familia de los omeyas que logró sobrevivir a la guerra civil, y el cual también se autoproclamó el emir autosuficiente de Córdoba; junto a él colaboró Abderramán III, quien era su descendiente y se nombró califa.
La desunión que se dio no se logró deshacer, ni con las llegadas progresivas de los Almohades y los almorávides, ni tampoco con la derrota del califato que se dio en el siglo XI en Córdoba, el cual a su vez provocó una especie de separación en taifas.