Todos nacemos con el Pecado Original, por eso en la Doctrina Cristiana existe el sacramento del Bautismo, en este artículo podrás conocer en detalle sobre la Doctrina Cristiana y el Pecado Original y sabrás porqué somos bautizados.
Indice De Contenido
- 1 El Pecado Original
- 2 ¿En qué consiste el Pecado original?
- 3 ¿El pecado original es una condena?
- 4 ¿Por qué toda la Humanidad está implicada en el pecado?
- 5 ¿Cómo borrar el pecado original?
- 6 ¿Por qué somos pecadores reincidentes?
- 7 Dios te sigue amando
- 8 ¿Jesucristo venció el pecado?
- 9 ¿El hombre puede salir del pecado?
- 10 ¿Cómo evitar el pecado?
- 11 Cuando ofendo a Dios ¿cómo me perdona?
- 12 El Pecado Original para los niños
El Pecado Original
El principio de la humanidad un proyecto de nuestro Creador, fue inicialmente modificado por el hombre y la mujer creados por Dios, lo que dio inicio al primer pecado que se cometió en la Tierra. Este pecado hace que cada uno de los hombres y mujeres que nacemos en nuestra vida natural lo hagamos muertos a la vida de gracia, debido a que nacemos con el pecado original.
El pecado original se encuentra perfectamente detallado en las escrituras sagradas, el pecado original en la biblia está reseñado en Romanos capítulo 5 versículo 12 “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”. Por lo tanto, podemos deducir que el pecado original es el primer pecado que existió en la Tierra, por lo tanto, se convirtió en un pecado adquirido y no en un pecado cometido.
Los pecados existen porque Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y creó entre ambos una amistad. Para poder mantener esta amistad con el Creador el hombre debe estar en libre sumisión, es decir, en el momento en que Dios prohíbe que sea consumida la fruta del árbol prohibido, Adán y Eva han debido poder vivir libremente y en confianza con esta prohibición.
Por lo tanto, cuando hablamos del árbol del conocimiento del bien y del mal, es una manera simbólica de reconocer el límite que no debemos sobrepasar como hombres de la creación de Dios. Dios es nuestro Creador por lo tanto, nos debemos a sus leyes y normas morales que regulan de alguna manera su libertad.
El hombre se dejó tentar por el diablo, echó fuera de su corazón la confianza que debió tener hacia su creador, abusó de su libre albedrío y desobedeció una norma de Dios, a partir de allí toda desobediencia se considera un pecado y una pérdida de confianza en Dios.
La Iglesia siempre ha sido concebida con base en la libertad, siempre ha rechazado los fatalismos, señala que las almas son dueñas de su destino, para bien o para mal, enseña que todas aquellas almas que no se apartaron del bien tendrán la recompensa de la vida eterna, mientras aquellos que se alejaron del bien irán a las llamas del fuego eterno.
De esto se trata el libre albedrío, por lo tanto somos los únicos responsables de nuestras acciones ante Dios Nuestro Creador, es por ello, que somos nosotros los llamados a decidir si vivimos como amigos o como enemigos de Dios. Es una lucha espiritual que debemos enfrentar todos los días, recordemos que el pecado original le arrebató a la humanidad la vida eterna, ahora debemos merecerla, usted decide.
¿En qué consiste el Pecado original?
El pecado original, es la caída del hombre ante los ojos de Dios, se origina de la rebeldía mostrada por Adán y Eva en el jardín de Edén, el cual era en realidad la Tierra perfectamente creada por Dios. Aún cuando fueron advertidos de no tomar la fruta del árbol prohibido, ellos incurrieron en el pecado de la desobediencia.
Esta acción permitió el ingreso del mal, por lo que este pecado ancestral fue trasmitido a toda la humanidad privándola de la santidad y de la justicia de manera originaria, es por ello, que ahora todos los hombres nacen con el pecado original y deben demostrar que realmente merecen la Gloria y su Salvación.
El pecado original fue asumido inicialmente por Ireneo en el siglo II, quien era un obispo de Lyon, su acepción del pecado original fue desarrollada por otros padres eclesiásticos quienes justificaron sobre la sagrada palabra y desarrollaron la doctrina que considera que la humanidad hereda el pecado de Adán.
Cuando entregamos nuestra vida a la gracia de Jesucristo, regresamos a Dios, sin embargo, debemos estar siempre muy atentos de no pecar, debido a que en la Tierra desde el pecado original conviven el bien y el mal y somos débiles y propensos a caer en la tentación del mal.
Pero es posible que se estén preguntando ¿cuál es el pecado original?, cuando Dios creó a Adán y Eva los colocó en el Jardín del Edén en el cual fue un lugar concebido por la Gracias de Dios, no faltaba nada en él, existían todo lo que Adán y Eva pudieran necesitar, de todos los árboles frutales podía comer, solo había uno prohíbido, el cual no podía comer de él, se encontraba en el centro del jardín del Edén.
Sin embargo, el demonio es astuto y los hizo dudar de la palabra de Dios, aún sabiendo que morirían si comían del fruto prohibido, el demonio (serpiente) le dijo que no morirían sólo que sus ojos serían abiertos y serían como Dios, conocerían del bien y el mal.
La mujer probó la fruta y también dió de comer a Adán, entonces sus ojos fueron abiertos y vieron que se encontraban desnudos. El pecado original es haberle creído al demonio que Dios era mentiroso al creerle al demonio, perdiendo todo derecho a la vida eterna, condenando a la humanidad a la muerte.
Es así que Adán y Eva desobedecieron el mandato divino y comieron del fruto del árbol prohibido, instigados por el demonio (la serpiente), está claramente especificado en Génesis capítulo 1, versículos del 1 al 13, las sagradas escrituras muestran a nuestros primeros padres desobedeciendo a Dios.
La Biblia nos relata las consecuencias terribles de este pecado original, ellos que habían nacido con la Gracia de Dios, perdieron su confianza en quien los había creado y esto trajo consecuencias terribles, fueron concebidos para la vida eterna en el Jardín del Edén, en realidad le creyeron a la serpiente que se desplaza sobre su vientre arrastrándose y comiendo polvo que Dios era un ser celoso y dominante.
Destruyeron toda armonía de la Creación de Dios, quedando entonces desprotegidos de las facultades espirituales que estaban previamente concebidas en cada una de sus almas, nuestros primeros padres quebraron el equilibrio que existía entre cuerpo y alma.
Desde ese momento la unión entre el hombre y la mujer es sometida a desarrollarse en un ambiente de tensiones, las relaciones con base en el amor estarán marcadas por el deseo y la dominación de uno sobre el otro. Al hacerse sus cuerpos visibles la creación para el hombre se hace extraña y hostil, es sometida a estar a los pies de la corrupción.
Les ganó la insinuación de Satanás, conocer el bien y el mal, aún hoy es posible preguntarse ¿para qué conocer el mal?, ¿actualmente a nosotros no nos causa curiosidad lo desconocido?, es posible que lo desconocido fue lo que los hizo dudar, es por ello, que debemos andar con mucho cuidado ante la tentación de lo desconocido, esto nos puede llevar a alejarnos del camino de Dios.
Existen diversas interpretaciones del Pecado original y es importante conocer cada uno de los enfoques que este tema tan importante ha tenido como en el Cristianismo, Judaísmo, Islam y muchos otros.
El pecado Original y el cristianismo
La doctrina cristiana católica con respecto al pecado original está fundamentada en el concilio de Cartago, sin embargo, la forma de la doctrina actual se encuentran con base en los escritos de San Agustín de Hipona. A pesar de tener una procedencia que data del siglo II, los escritos nos son muy precisos con respecto a las palabras escritas en el libro de Génesis.
La teología escolástica marca diferencias entre el pecado original y el pecado original originado. El originante (peccatum originale originans), es el acto de desobediencia que fue cometido por Adán y Eva, mientras que el pecado originado (peccatum originale originatum), son las consecuencias que el pecado original generó sobre el resto de la humanidad para siempre.
En consecuencia el pecado original, originado por la humanidad entera por siempre perdió el don de la inmortalidad, así como del beneficio de jamás tener que pasar por sufrimiento alguno, todo ello, era primigenio en Adán y Eva, pero luego del pecado original en la humanidad todo sería diferente.
La iglesia Cristiana establece que el bautismo es el sacramento que borra el pecado original, regresando al hombre a los brazos amorosos de Dios. Sin embargo, a pesar de poder eliminar el pecado original luego del bautismo, el hombre mantiene intacta la debilidad hacia el mal, a cometer errores, a caer en la tentación del demonio.
El pecado original y la Iglesia Católica
Por su parte la Iglesia Católica, Adán siendo el primer hombre en perder la santidad y la justicia Divina original de Dios su Creador, no solamente la perdió para él sino para toda la humanidad. La perdida indicada de santidad y justicia original es llamada también «pecado original».
Por su puesto, coincide con el Cristianismo en el hecho que la naturaleza humana queda totalmente debilitada espiritualmente y sometida al sufrimiento, la ignorancia y al dominio de la muerte, con una tendencia permanente a cometer pecado. En la Iglesia Católica a esta inclinación a cometer pecado la llaman «concupiscencia».
También la iglesia católica señala que el pecado original de los niños tiene un significado diferente debido a que es la consecuencia del primero por lo tanto, el pecado original para los niños es diferente a la falta de confianza de Adán. Con base en ello la iglesia católica identifica varias consecuencias o efectos del pecado original como son por supuesto en primer lugar, La Muerte y El Sufrimiento de la Humanidad.
La tendencia a cometer pecado por la humanidad, llamada concupiscencia, la cual permanece aún después del bautismo, siendo el bautismo considerado el sacramento capaz de borrar el pecado original. Por supuesto aún siendo diferente el pecado original por efecto sobre los niños, estos también nacen sin la gracia santificante, la cual fue perdida en consecuencia al acto de desobediencia de Adán.
Con base en ello, podemos identificar que la Iglesia Católica sostiene que el sacramento del Bautismo perdona todos los pecados el original y los personales, debido a que cuando las personas o niños son bautizados se les otorga nuevamente la gracia santificante. El Catecismo presenta la doctrina del pecado original recuerda que se trata de un acontecimiento real de los inicios de la historia que cambió la humanidad para siempre.
Evidentemente reconocen las consecuencias que fueron la pérdida de la santidad original, lo que trajo como consecuencia la destrucción de la armonía del mundo y del interior del hombre, entrando la muerte como protagonista en la historia.
En las escrituras de San Pablo se resalta el castigo a partir del pecado original y como desde el pecado de uno solo, atrajo sobre todos la condenación, pero también hace referencia a como el sacrificio de un solo hombre (Cristo) procura la justificación de la vida.
Condenaciones heréticas
El pelagianismo lleva su nombre por un monje que vivió a finales del IV llamado Pelagio, quien inició una doctrina con su nombre en la cual impartía la enseñanza de promover la vida santa entre los cristianos. Pelagio comienza una evangelización en contra de la excusa de todos los pecadores que indicaban no poder evitar ser pecadores porque esa era su naturaleza.
Sin embargo, Pelagio insistía en que los hombres estaban en la libertad de elegir entre el bien y el mal y que podían elegir siempre hacer el bien, por lo tanto, al no hacer siempre el bien de manera voluntaria dejarían de pecar. Para darle fuerza a su doctrina negaba la existencia del pecado original o de la heredada naturaleza pecaminosa.
Protestantismo
El protestantismo es un movimiento religioso que tiene su origen en el siglo XVI y está conformado por los cristianos que se separaron de la iglesia católica, luego de la Reforma que fue promovida por Martín Lutero. Nace entonces una doctrina que sigue la reforma Luteriana, la cual se fundamenta en la necesidad de la Misa y mantener las enseñanzas tradicionales de las sagradas escrituras.
Los líderes de la Reforma admitían en su doctrina el pecado original, sin embargo, actualmente existen algunas iglesias protestantes que no creen en el pecado original, se dice que es por la influencia de la doctrina sociniana del otro protestante reformador llamado Fausto Socino.
Libros Apócrifos
En las escrituras realizada por un judío en el siglo I conocido como El libro Apócrifo Esdras señala a Adán como el responsable de la caída de la raza humana, el libro cita textualmente “Oh Adán, ¿qué has hecho? fuiste tú solo quien pecó, pero la caída no fue solo tuya, sino también de nosotros, todos tus descendientes”. “Un grano de mala semilla fue sembrado en el corazón de Adán desde el principio”.
Judaísmo
Adán y Eva fueron convencidos por Shaitan, «el tentador» y descubrieron su desnudez al comer del árbol prohibido, lo que trajo a la Tierra la muerte, Génesis capitulo 3 versículo 19 “porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás» en consecuencia la expulsión del jardín del Edén.
Sin embargo, existen corrientes renovadoras del judaísmo que reconocen la caída del primer hombre también como el primer acto de libre albedrío del hombre, fue su decisión y por ello la consideran parte del plan divino. Consideran que la falta representa la manera de admitir responsabilidad.
Existe puntos de vistas e interpretaciones encontradas entre los teólogos judíos respecto al «pecado original». Existen algunas tendencias teológicas que coinciden en que Adán cayó en la tentación de comer el fruto prohibido y este pecado fue heredado a sus descendientes.
No obstante, hay una gran mayoría, que no considera que Adán sea culpable de todos los pecados de la humanidad, sino que interpretan el Génesis capítulo 8 versículos del 21 al 29 y Génesis capítulo 6 versículos del 5 al 8, en los cuales reconocen que los pecados de Adán son sólo de él, sin embargo, algunos creen que si trajo la muerte al mundo y sus descendientes terminan con la muerte de sus cuerpos. Podemos reconocer que la posición del judaísmo actual está más identificada con el hecho que los humanos nacen libres de pecados.
Islam
Por su parte el Islam rechaza absolutamente el pecado original, según el Corán, la desobediencia cometida por Adán y Eva tiene un grado de responsabilidad igual para ambos, y no como se indica en muchas doctrinas que Eva es culpable en mayor grado que Adán. El Islam considera que el pecado fue ya castigado y pagado por ambos con la expulsión del Paraíso.
Esto es completamente coherente con el fundamento ideológico del Islam de la responsabilidad individual sobre la cual se deben originar la ausencia o no de pecado de las personas, ya que esa libertad de decisión de hacer el bien o el mal es lo que realmente Dios utilizará para decidir si castiga o premia.
¿El pecado original es una condena?
Como podemos ver las doctrinas tienen diferentes interpretaciones, algunas coinciden y otras no, sin embargo, el apóstol San Pablo en sus escrituras señala que la desobediencia de un único hombre, en este caso Adán, todos fueron constituidos pecadores. Igualmente en Romanos señalan las santas escrituras que un sólo hombre fue el culpable de que entrara el pecado en el mundo y a través del pecado la muerte y por ello la muerte alcanzó a toda la humanidad, por lo tanto, todos pecaron.
Pero si bien existe en las escrituras la universalidad del pecado y de la muerte, también en las santas escrituras existe señalada la universalidad de la salvación. Cómo es posible que por un solo hombre entrará el pecado y la muerte al mundo y por un solo hombre la salvación, Cristo nuestro Salvador y Redentor, justifica ante Dios a través de su sacrificio la vida.
Como podemos ver la Iglesia ha enseñado siempre que existe una inseparable relación entre el pecado de Adán y la inclinación del humanidad a pecar, todos nacemos con el pecado original y pecar es la muerte del alma.
Jesús dijo el que me ama seguirá mi doctrina y mi Padre le amará, vendremos a él y haremos mansión dentro de él. El amor y la misericordia de nuestro Padre, es infinita, pero debemos llenarlo de alabanzas, amar y adorar a la Santísima Trinidad Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Siendo adoradores de Dios estaremos siempre atraídos por lo bueno, estaremos siempre en Paz y Gozo permanente, porque renace en nosotros la semilla de la vida eterna, semilla fértil y abonada por el perdón recibido en el bautismo del pecado original y por honrar a Nuestro Señor Redentor y Salvador Jesucristo. Por lo tanto, sólo es una condena si así decidimos que sea.
¿Por qué toda la Humanidad está implicada en el pecado?
Sólo es conocida por la propia revelación realizada por Adán que él había sido merecedor por haber sido una creación de Dios de recibir la santidad y la justicia originales, pero que éstas no habían sido entregadas sólo para él, sino que eran un beneficio para toda la naturaleza humana.
Por lo tanto, con base en la afirmación realizada en la revelación de Adán es lógico pensar que al cometer el pecado y caer en manos de la tentación del demonio, ese pecado afecte igualmente a toda la naturaleza humana. Es por ello que toda la Humanidad fue privada de la santidad y de la justicia original, siendo un pecado contraído y no cometido.
Pero debemos entender que ser herederos del pecado original nos obliga de alguna manera a fortalecer nuestra fe en Dios, él no nos contempla de manera indiferente, él siempre está consciente de nuestras angustias y necesidades, él es un Padre creador que ama a sus Hijos, sino fuera de esa manera ¿por qué mandaría a la Tierra a su único para redimirnos?.
¿Cómo borrar el pecado original?
La gracia del Bautismo nos libra del pecado original, mas no de las consecuencias del pecado original, es decir, seguiremos siendo afectados por las debilidades de la naturaleza humana, por lo que debemos librar esa guerra espiritual y no dejarnos llevar por el mal.
Pertenecer a una iglesia nos santifica, ingresamos a ella por medio del bautismo y somos acogidos por la gracia santificadora, se une nuestra fe a la fe de todos los que conforman esa iglesia, por lo que se fortalece toda la iglesia y nos beneficiamos todos de ello.
El Espíritu Santo confiere la santidad a través del bautismo, es a través del que podemos regenerar nuestras almas y esto se transfiere a nuestro cuerpo, no es una casualidad que las personas señalen que como estés en lo interno será lo que reflejes en el exterior, esto es en consecuencia de la fe y la espiritualidad, porque nuestra alma se refleja.
¿Por qué somos pecadores reincidentes?
Debemos reconocer nuestra debilidad heredada del pecado original, en la que la naturaleza humana fue debilitada haciéndola frágil, ignorante, sufrida y con una inclinación hacia el mal. Cuando Adán y Eva pecaron no sólo fuimos afectados por la pérdida de la santidad y la justicia originales, sino que nuestra naturaleza humana fue también corrompida.
Ese acto de fe, muestra que nuestra naturaleza no está totalmente corrompida, sin embargo, esa inclinación hacia el pecado, es una lucha permanente y personal que debemos librar diariamente, es posible que en esa lucha se pierdan batallas y de allí la reincidencia en el pecado, aún después de haber sido bautizados.
Siempre estaremos expuestos a enemigos, siempre seremos presa del mal, por lo tanto, nunca estaremos exentos de la posibilidad de pecar, sin embargo, mientras nos mantengamos en el camino de Dios, oremos y pidamos su protección, estaremos más alejados de los pecados.
El mal siempre estará al acecho buscando almas para quitárselas a Dios, es posible que tengas días de debilidad, en ese momento debes tener la seguridad que Dios está más cerca de ti que en otras ocasiones en donde estás fuerte en tu fe. Cuando un momento como este te aceche, es un motivo de acercarte más al Señor, no te abandonará sentirás su protección, su Amor.
Dios te sigue amando
Dios nunca ha abandonado al hombre, aún después de su caída, le anuncia la segura victoria del bien sobre el mal y levantamiento de su caída. Los humanos nunca hubiéramos podido redimirnos de nuestros pecados y Dios lo sabía, la debilidad espiritual y la permanente capacidad humana para pecar no nos hubiera dado nunca la oportunidad de recuperar ni por error la oportunidad de la vida eterna.
Por ello envía hecho hombre a su único Hijo y carga sobre sus hombros todas nuestras miserias, pecados y dolores, dándonos a todos la oportunidad de alcanzar la promesa. Esta es solo una de las demostraciones de amor que Dios nos ha dado.
La humanidad desde la caída del hombre se encuentra en un estado de rebelión y desobediencia. Nuestra alma se encuentra dañada pero no por el pecado original, sino por todos los pecados a los que les hemos dado cabida y nos han ido contaminado de tal manera que somos incluso incapaces de reconocerlos.
Al contrario de esta característica de la humanidad, oscura y alejada del Divino, Dios es en esencia amor. Debido a que su naturaleza es amor, Dios no puede más que amar, Él demuestra su amor entregándolo a personas que no lo merecen, que se encuentra en rebelión contra Él. Por lo tanto, su amor lo impregna todo incluso su ira y enojo. No nos queda más que Glorificarlo.
¿Jesucristo venció el pecado?
Es reconocido el sacrificio realizado por Jesús en la Cruz como la redención del nuevo Adán, cumpliendo su cometido y siendo obediente a los designios y voluntad de su Padre, repara con sobreabundancia la desobediencia de Adán en el Jardín del Edén.
La Pasión de Jesús nos entrega a través de su sacrificio la Liberación y salvación para todos los hombres, nos rescató con su sangre sagrada derramada del pecado que nos tenía sometidos a esclavitud. El Espíritu Santo nos ha sido dado, por él y él somos libres.
Suficiente el dolor de Jesús en la Cruz, para que Dios perdonará todos nuestros pecados y poder tener al menos luego de la muerte de la carne, la vida eterna a su lado. Hagamos que su sacrificio valga la pena, Jesús venció el pecado por todos nosotros, honremos su entrega.
¿El hombre puede salir del pecado?
Mientras el hombre sustente sus acciones sobre la debilidad de la carne, la ignorancia y la debilidad hacia el mal heredada como consecuencia del pecado original, tendrá una lucha encarnecida contra mal. La iglesia nos ofrece la bendición y el perdón del Bautismo, confiriéndonos la gracia de la purificación de todos los pecados, sin embargo, debemos mantenernos firmes en la lucha en contra de la concupiscencia de la carne.
Debemos derramar nuestro corazón en Dios, debemos arrepentirnos y pedirle perdón para recibir su bendición. Pero no debemos conformarnos con pedir perdón a Dios, debemos pedir por la fortaleza necesaria para no volver a caer de nuevo en la tentación.
Si sentimos que solos no podemos debemos buscar apoyo con un pastor o un amigo que se encuentre fortalecido en su fe. Esto nos permitirá desahogar nuestros miedos y frustraciones, lo que nos permitirá identificar mejor que es lo que no hace tan vulnerables a la tentación.
Aceptar los consejos de esas personas en más que buscamos apoyo mucho más si estos están fundamentados en las sagradas escrituras, porque es aconsejable que así sea, porque la palabra está inspirada por Dios, por lo tanto, si los consejos se apoyan en su voluntad, tendrán menos temor a equivocarse de nuevo.
Es muy importante entender que Dios es amoroso e infinitamente misericordioso, pero no por ello, debemos abusar de su bondad y basados en el hecho de que Dios perdona todos nuestros pecados mantenernos en la vida pecando y arrepintiéndonos, eso no está dentro del bien.
¿Cómo evitar el pecado?
Debemos esforzarnos para mantenernos en el camino correcto, nadie ha dicho que sea una tarea fácil, pero si mantenemos una postura fuerte de aversión al pecado podemos mantener a raya el mal. Debemos tener una actitud, honda para mantenernos siempre al alcance de la gracia divina.
Cuando discernimos dejamos al descubierto la mentira de la tentación, es a simple vista seductora, deseable, pero en realidad no es más que la muerte. Por lo tanto, debemos vivir según lo indica el Espíritu Santo, él es la fuerza que no ayudará a reconocer la tentación y alejarnos de ella.
Existen varias maneras que podemos implementar para mantenernos alejados de los pecados, pudiéramos considerar incluso hacer un plan que nos permita identificar cuando estamos próximos a cometer un pecado. Si tenemos identificadas cuáles son nuestras tentaciones y conocemos nuestras debilidades, podemos mantenernos alejados del pecado.
Invierte un poco de tiempo haz un acto de contrición, reflexiona e identifica cuáles son esas tentaciones que te atraen, identifica cuáles son las situaciones que te ponen en riesgos, qué lugares frecuentas, qué tipo de personas conforman tu círculo social que potencian las posibilidades que esas tentaciones se encuentren cerca de ti.
Debes ser responsable de ti, con el sacrificio de Jesús en la Cruz nos entregó toda la autoridad necesaria para combatir las fuerzas del mal, no debemos huir de ellas debemos enfrentarlas, combatirlas y destruirlas.
No puedes permitir que el remordimiento o el peso de la conciencia por los pecados cometidos en el pasado, sean los que manejen nuestra vida, esto sólo le daría fuerza a el mal. Solo debes edificarte sobre tus errores para no volver a cometerlos, arrepentirte de corazón y continuar tu vida con gozo.
Cuando ofendo a Dios ¿cómo me perdona?
Dios ha pensado en todo, él conoce a sus hijos, sabe que son débiles y que aún luchando podrán caer ante la tentación y pecar, aún siendo valientes y estar siempre pendientes de evitar la tentación, es posible que en algún momento de la vida la inclinación hacia mal por naturaleza adquirida, nos haga pecar.
Es por ello, que a la iglesia le fueron conferidas las llaves del Reino de los Cielos, para que pudiera perdonar a cualquiera, sin importar que fuera un pecador reincidente. Es por eso que existe además del Bautismo, el sacramento de la Penitencia, para poder ser regenerados.
El Pecado Original para los niños
Cómo podemos introducir y hacer entender a nuestros hijos sobre el pecado original, cómo hacerlo asumir que nacemos con un pecado y que la naturaleza humana es que seamos débiles y con tendencia a ser pecadores. Sentarlos y leerles el libro de Génesis sería una opción, pero seguramente tendrían más inquietudes que la que podamos incluso responderles. Sin embargo, tampoco subestime a los niños, tienen una capacidad de comprender.
Tengamos siempre presente que los niños son literales, no puede estar con muchos rodeos o dando explicaciones subjetivas porque ellos harán sus propias interpretaciones. Así que lo primero que debemos hacer es explicarles que es un pecado.
Si los niños se encuentran en edades comprendidas de 2 a 4 añitos, debemos ser muy básicos y directos en la definición de pecado, simplemente son las cosas malas que hacemos, no obstante, a medida que avanzan en edad es importante robustecer la definición y hacerles entender que pecado no es solamente las cosas malas que hacemos, sino también las cosas buenas que dejamos de hacer.
Podemos hacerle entender que no podemos actuar simplemente como nos provoca y cuando nos provoca, por lo que debemos estar muy pendientes de cuándo se toman malas decisiones, o cuando se tienen malos pensamientos, malos deseos hacia otros y no siempre hacen lo que deben hacer.
Cuando vayamos a entrar entonces en materia de donde viene el pecado Génesis, debemos ser muy específicos y dejar claro que el pecado y la muerte entraron al mundo por la elección de Adán y Eva de desobedecer una orden que había dado Dios. Debemos explicar que a través de ese pecado original, todas las consecuencias asociadas con el pecado y como todos los seres humanos se ven afectados por ese pecado, hasta la actualidad.
Será muy didáctico explicarles que el pecado original fue cometido por Adán y Eva y éste pasó a sus hijos y de sus hijos a sus hijos y así hasta nosotros hoy en día. Debemos dejarles muy claro entonces que ellos son pecadores por naturaleza, que lamentablemente no estar consientes de ser pecadores los aleja de Dios.
Se les debe explicar de manera directa que Dios odia el pecado, porque Dios es perfecto y jamás ha pecado, y como Dios quiere que seamos a su imagen y semejanza, odia el pecado porque nos aleja de él, no nos permite parecernos a él y mientras cometamos pecado no podremos estar cerca de él.
Los pecadores entonces sufrirán las consecuencias de vivir lejos de Dios. Pero hay una manera de que podamos ser vistos sin pecados. Como Dios sabía que íbamos a pecar envío a su Hijo Jesús como hombre a la Tierra para que muriera en nuestro lugar y de esta manera pagar la pena que merecemos por nuestro pecado.
Por lo tanto, en retribución a su sacrificio debemos aceptar a Jesucristo nuestro Salvador en nuestros corazones, de esta manera Dios no reconocerá el pecado, porque siendo como Jesús y actuando como él, Dios sólo verá a su hijo sin pecado.
En la medida que aceptemos entonces a Jesucristo en nuestros corazones y nuestra actitud sea de corazón, siguiendo el ejemplo y las palabras de Nuestro Salvador, estaremos lejos del pecado y mucho más cerca de la redención.
Podemos entonces hacer un pequeño resumen para ir concluyendo que Dios creó a Adán y Eva quienes fueron los primeros padres, cuando Dios los creó les brindó el estado de gracia. Como principio de su poder y soberanía sobre el hombre creado a su imagen y semejanza les dió una orden “no comer del fruto del árbol prohibido.
Ambos en igualdad de culpa desobedecieron la orden del Creador y sucumbieron a la tentación del demonio. Este pecado en donde perdieron la confianza en Dios y desobedeciendo su orden creando el pecado original, identificado con este nombre por ser el primer pecado que se cometió en la Tierra.
El pecado original se borra con el bautismo, podríamos entonces identificar el sacramento del bautismo como un segundo nacimiento. No somos responsables del pecado original, pero lo heredamos al nacer. El pecado original es un pecado contraído pero no es un pecado cometido.
El pecado original fue un pecado que nace de la soberbia, reconocido ahora como el primer pecado capital, el cual es un pecado muy frecuente en la actualidad. Nos consideramos superiores, autosuficientes, irreverentes, nos encontramos en pecado.
Es posible que muchos señalen a Adán y Eva y los culpen por qué ahora nosotros nacemos sin los dones conferidos por Dios a ellos, sin embargo, debemos ser honestos, ¿quién de nosotros está seguro de no haber cometido el mismo pecado que ellos?. El demonio los engañó, como nos engaña a nosotros con las mismas artimañas de siempre.
Para conocer un poco más sobre el tema religioso, te invitamos a leer los artículos de los siguientes enlaces:
- Descubre la Oración a San Francisco de Asis por la Paz
- Conoce al Patrono de los jóvenes San Pancrasio de Roma
- Conoce la oración del Corderito Manso para Dominar.