La encarnación según la tradición cristiana, representa a Dios en Jesucristo, que gracias al poder del Espíritu Santo, asumió un cuerpo humano sin ningún poder divino. Descubre todo sobre esto y más datos interesantes a continuación.
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La encarnación
La encarnación proviene del latín incarnatio, y para los cristianos la encarnación es cuando Dios tomo un cuerpo humano a través de Cristo, todo por medio del poder del Espíritu Santo, con el fin de salvar a la humanidad del pecado.
De acuerdo al cristianismo, la encarnación tiene dos formas y naturalezas; la humana y la divina. Y esto se encuentra estipulado en la carta dogmática del Papa León I, escrita en el año 451, donde detalla que la encarnación en Cristo fue diferente, ya ambas naturalezas permanecieron de manera completa, uniéndose en un solo ser humano, aunque cada una actuaba de manera diferente, de acuerdo a sus cualidades.
Según Tertuliano, padre y escritor que vivió en la mitad del siglo II y el III, describe que la encarnación de Jesús fue de la siguiente manera: el Señor encarno como hombre y Dios al mismo tiempo, todo a través de un rayo divino que cayó sobre la Virgen y que dio a luz a Jesús.
Esto se encuentra reflejado en el himno de San Pablo (Flp 2, 5-8):
«Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo: el cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz».
Esta devoción a la encarnación del hijo del Señor, es la base del cristianismo. En cambio, los polacos reflejan la encarnación en Abraham, es decir, para ellos la encarnación no puede provenir de alguien que viene o provino del cielo antes de nacer.
La obra de la encarnación
El misterio de la encarnación de dios se debió a tres factores o a tres divinidades también llamado la trinidad; aunque es necesario aclarar que la encarnación de Dios en la misma que la del hijo, y no la del padre ni del Espíritu Santo.
Pero ¿qué es la obra de la trinidad? según el cristianismo, es la naturaleza de Dios y asegura que en él existen tres divinidades, como se mencionó anteriormente; el Padre, el hijo y el Espíritu Santo.
Teniendo eso en cuenta, la encarnación se dio en un solo momento, en donde fue un acto de esas tres personas divinas. Según San Agustín o Agustín de Hipona, padre y médico de la iglesia católica, mencionaba que el que María gestará en su vientre y diera a luz a Jesús es obra de la Trinidad, esto debido a que las obras no se dan sin la otra, es decir, son inseparables.
Este acto es una acción divina que no recae en Dios ni en las criaturas, ya que son obras de tres entidades en conjunto, esto debido a que solo hay un solo ser único, y es el mismo Dios.
Es por ello que los teólogos, disciplina que estudia todo lo referente a Dios, buscan el porqué de dichas acciones divinas o si es un acto de conveniencia solamente. Pero esto significa que su razón es exponer un lado negativo de estas entidades o en sus acciones, su propósito es exponer la lógica y la sabiduría que se esconde detrás de esta obra divina y no en los deseos de Dios.
La Virgen María, madre de Dios
Como muchos pueden saber, María fue elegida para ser eternamente madre de Dios, esto reflejado en la encarnación del Verbo; ¿y qué significa esto último? pues en sencillas palabras, la encarnación del verbo es el nombre Dios hecho carne. Teniendo eso claro, mientras existía todavía el misterio de Cristo, María ya se encontraba en la ecuación, ya su destino estaba elegido y sellado y fue elegida para ser la madre de su hijo en la Encarnación.
Ahora bien, esta elección divina tuvo en cuenta el libre albedrío de María, pues Dios quería el consentimiento de ella para la encarnación, ya que en Santa María recaía la vida y la muerte de esa profecía. Su papel fue tan importante, que desde tiempos muy antiguos es considerada por la iglesia como la nueva Eva moderna.
El trabajo de María, ser madre del Salvador, era de suma importancia y por ello Dios le obsequio dones que alcanzarán el mismo nivel de importancia. El Arcángel San Gabriel también reconoció a María en el momento de su anuncio como madre de todos, y le mostró sus respetos con dos palabras: Llena de Gracia, dos palabras que son reconocidas en diversas religiones.
Llena de Gracia es una forma de señalar los poderes divinos de alguien, en este caso María, y esos dones fueron otorgados antes de la encarnación del Verbo, es decir de Dios. Es debido a esto, que María es la ideal para ser la Madre virginal del Salvador en la tierra, y al dar su consentimiento María se vuelve madre de Jesús, aceptando con su corazón la palabra del Todopoderoso, y entrego todo su ser a la obra de Jesús sin importar las consecuencias que pudiera surgir en el camino.
En cuanto a la visión de los padres orientales, llamados así a los padres de la iglesia de origen Griego, llaman a María como «la Toda Santa» y festejan su nombre como mujer que no se encuentra manchada de ningún pecado, y que está marcada a su vez por el espíritu Santo y por ende es una criatura divina. Es debido a la gracia divina otorgada a ella, que María permaneció pura por toda la eternidad.
Esto es llamado inmaculada concepción, dogma desde 1854 y que muestra el amor sin compromisos de Dios, debido a que fue iniciativo divina y no reconocimiento propio de María sino de Cristo. Esto quiere decir que esta santidad de la que gozo en el momento de su concepción, fue totalmente debido a Cristo y su rendición fue por méritos de Cristo, su hijo.
En lo que se refiere al dogma, Santa María es Madre de Dios, la iglesia afirma que María concibió al salvador por obra del Espíritu Santo, y que ese hijo se ha vuelto su hijo propio por carne, y que este no es más que el hijo eterno de Dios, segunda entidad que conforma la Trinidad.
Esto no significa que María concibiera la divinidad, sino que recibió el cuerpo humano del Verbo y este al volverse humano, adoptaría un alma racional que fue creada por el Todopoderoso, igual que todos, iniciando de esta forma el origen de la naturaleza humana pero con la diferencia de que en su cuerpo humano adopto el verbo de la encarnación.
Pero es necesario aclarar, que María siempre es Virgen, y este hecho es afirmado por la iglesia desde tiempos remotos. María mantuvo su pureza antes, durante y después de dar a luz; y su embarazo se debió a la intervención divina del Espíritu Santo.
En cuanto al nacimiento de Jesús, éste no fue motivo de perder su virginidad, más bien es visto como un nacimiento admirable, ya que en vez de oscurecer la divinidad de María, lo que hizo fue consagrar más su integridad virginal.
Ahora, en cuanto a después de dar a luz, según en los evangelios y la iglesia misma, afirman que María permaneció pura y su vida la entregó a servir las obras de su hijo Jesús, y de Dios; y esto se ve reflejada en la asunción de María al reino celestial en la biblia, que estipula lo siguiente:
«La Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de la muerte».
¿Pero que es la asunción? Para Dios constituye un adelanto de la resurrección de todos los devotos cristianos, y en el caso de María, su asunción se debió a su trabajo divino como madre y en su compromiso con las obras de la redención.
No queda duda de que María es madre del salvador, y por ello su maternidad celestial es impulsora de la salvación de la humanidad. María hija de Adán, aceptó la palabra divina y por ello fue bendecida para ser madre de Cristo, ella alabo a Dios y acepto con gracia lo que él tenía preparado para ella; se consagró con su sacrificio y por ello los Santos padres veneran a María como un colaboradora activa de la salvación de la humanidad.
Esta colaboración se muestra también en su trabajo como madre, ya que María coopero con fe, esperanza y un inmenso amor a las obras de Jesús, y es debido a esto que es considerada Madre de todos en la tierra.
Así mismo, María es vista como mediadora eterna, ya que sin importar su asunción al reino celestial, ella nunca dejo su misión de ser salvadora, y gracias a esto la iglesia le ha otorgado los títulos de Abogada, Auxiliadora, Socorro y Mediadora.
Para la Iglesia, María es representación de la iglesia, ella es el ejemplo claro de lo que representa la fe y la caridad. Por esto último, su vida y obra es la imagen misma de la iglesia, y esto fue señalado en 1964 por Pablo VI, quien nombro a María como madre de la iglesia y su importante papel para el pueblo cristiano.
Pero esto no significa que su celebración no sea igual de importante, su nombre y obra son mencionados en las fiestas litúrgicas, en las oraciones marianas y en el Santo Rosario.
Figuras y profecías
Hemos podido leer como Dios mandó un salvador, todo a través de María, pero en esta oportunidad hablaremos sobre las profecías y quienes tuvieron que ver con él. De acuerdo a los pasajes bíblicos, tras el pecado original y la profecía de un redentor, Dios vuelve a tomar escena y pacto alianza con algunas personas de la tierra.
Uno de ellos fue Noé y el diluvio, y luego Abraham, a quien se le fue revelado que tendría muchos hijos y haría de ello un gran pueblo, otorgándole a su gente un nuevo lugar donde vivir. Luego de este suceso, apareció Isaac y Jacob, aunque el más destacado de estos últimos fue moisés.
Ahora bien, una de las profecías más destacas entre Dios e Israel fue la de Natán, en donde anunció que el primogénito de David, su amigo, sería el mesías de todo los pueblos y nacería en Belén. Ese mesías, sería Enmanuel, aquel que sería llamado «Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de la Paz»; en otros textos era nombrado como un profeta que serviría a Yahvé, y que con su sacrifico reconciliaría la paz.
En cuanto a las diversas figuras que tuvo el redactor en el Antiguo testamento, estos era: el sacerdote Melquisedec, uno de dos sacerdocios que cuidaban la Iglesia de Cristo de los Santos en los últimos momentos que estuvo vivo. Otros era el sacrificio de Isaac, José que fue traicionado por sus hermanos; el cordero pascual, la serpiente de bronce que se erigió en honor a Moisés en el desierto; y por último al profeta Jonás.
Tomando en cuenta todo esto, vamos a detallarles un poco sobre estas profecías de Dios para aquellos que desconozcan alguno de ellos.
Noé
En primer lugar comencemos con Noé, ¿quién no ha escuchado la famosa historia del arca de Noé? Según los relatos bíblicos, Dios se le apareció a Noé y le pide que construya una embarcación para salvar a la humanidad de un próximo diluvio. No obstante, según algunos pasajes esto no sucedió de esta forma, ya que la familia de Noé y todas las especies de animales fueron los que se salvaron.
Esto se refleja en la Torah, el Antiguo Testamento y en el Corán de los musulmanes. En cuanto a algunos manuscritos, como por ejemplo Ziusudra y un poema de la mitología Caldea muestran una versión de este suceso de manera similar aunque no parecida.
Abraham
En cuanto a Abraham, siendo un nombre otorgado por Dios, ya que anteriormente se llamaba Abram, recibió la visita de Dios y éste lo bautizo bajo ese nombre mientras le daba su misión en la tierra: ser el profeta de un pueblo entero y llevarlo a una nueva tierra llamada Canaán.
Teniendo eso en cuenta, la historia comienza con Dios diciéndole a Abraham que abandone la casa de su padre, y se fuera a Canaán. Y en el proceso le comenta que su descendencia serían herederos de la tierra, siendo estos Ismael e Isaac.
Fueron ellos los fundadores del judaísmo, y fue Jacob, uno de los hijos de Isaac, que estableció las 12 tribus de Israel. Tanto fue su importancia, que en dicho país consideran al pueblo judío como descendientes de Judá y Benjamín, bisnietos de Abraham.
De hecho, de su línea sanguínea provienen los reyes David y Salomón; es por ello que Abraham es considerado el Padre de los creyentes.
Isacc y Jacob
En cuanto a Isacc, Jacob y moisés, nos enfocaremos en los dos primeros, ya que la historia del profeta Moisés es bastante conocida, ya que él fue un emisario de Dios de origen hebreo, que libero a Egipto y los llevó a la tierra prometida.
Además, Isaac fue el líder la migración de los hebreos a Levante Mediterráneo y en cuanto a su hijo Jacob, Isaac le dijo que no debía contraer matrimonio con nadie de Canaán, ya que su futuro se encontraba en nuevos territorios.
Con eso en mente, Jacob partió y en su camino se encontró a Jesús, quien le prometió que tendría muchos hijos y que ellos serían los herederos de su tierra natal. Por ello Jacob cumplió su palabra, hasta que conoció y se caso con Lea y Raquel, con quienes tuvo muchos hijos.
Jesús nuevamente se apareció ante él, y le dijo que regresará a la tierra prometida, y cumpliendo la orden, Jacob tomo a sus animales y a sus esposas y emprendió su retorno. Nuevamente Jesús se le apareció y lo bendijo con el nombre de Israel, y finalmente tuvo 12 hijos quienes formaron las doce tribus de Israel.
Natán
En esta oportunidad tenemos a Natán, que su traducción al español es regalo o don, y su historia inicia de la siguiente manera:
Natán fue un importante profeta que vivió durante el reinado de David y de Salomón, y su participación en la historia fue de gran importancia. Este profeta fue un íntimo amigo de David, y a pesar de las costumbres de la época, Natán se arriesgó a profesar la palabra de Dios y llevar la contrario a su Rey.
Natán fue miembro de la corte de profetas que poseía David, y como era común en ese momento, todos decían lo que su Rey quería. Fue en ese momento que el Rey le comento sobre su deseo de construir un templo a Dios con el arca como objeto de adoración, y Natán sin siquiera pensarlo le dice que siga su corazón, que el señor estaba con él.
No obstante, fue durante varias noches que Natán recibe la visita de Dios, y le reprende por decir su voluntad sin haberlo escuchado en primer lugar. Además, Dios le informa que no quería ningún templo en su hombre, y que Natán debía abandonar el título de profeta de la corte y convertirse en un profeta del señor.
Sin saber cuál era la diferencia, Dios le explica que un profeta de la corte debí comunicarle al Rey lo que este deseaba escuchar, mientras que un servidor de Dios transmite mensajes de Dios al pueblo y al mismo Rey. Un profeta de Dios no debe adular al líder, solo debe manifestar la palabra de Dios ante él y los demás.
Con esto en mente, Natán le comenta a David los deseos del Señor, primero su renuncia como profeta de la corte y su servidumbre a Dios, y el rechazo del templo que deseaba realizar. Según Dios, él debía ser libre y no estar encerrado para el beneficio político de alguien.
Así mismo, Natán jugo un papel importante para la sucesión del trono de Salomón, hijo de David y Betsabé, ya que el sucesor legitimo era el hermano mayor, Adonías. Según los relatos históricos, Adonías tramaba un plan para usurpar el trono de su padre, muy común en esa época, y que sin saber la lealtad de Natán decide comentarle su plan.
El hombre al enterarse le aconseja a Betsabé que rápidamente le avise al rey, y este por mandato decide proclamar a Solomón como rey absoluto. En cuanto a sus demás atribuciones, él fue el encargado de escribir en texto el reinado de David y a su vez, parte de los actos de Salomón.
Ayudo como un intermediario entre Dios y el Rey, pero además fue un consejero leal que demostró siempre sinceridad, sin importar las consecuencias que podría traerle.
Emmanuel
Ahora, ¿quién fue Enmanuel y que tuvo que ver con Natán? para aclarar este personaje histórico, es necesario conocer previamente otros datos.
David provenía de la familia Isaí, y era el menor de sus ocho hermanos. Un día el profeta Samuel por mandato de Dios, viaja a Belén para ir en búsqueda del mesías, pero al llegar ninguno concuerda con esa gracia, hasta que se topa con el hijo menor de Jesé, su padre.
De David surgiría el mesías que se encargaría de asentar la palabra de Dios en el mundo, y sería su salvador, según la profecía dada a Natán por parte de Dios. ¿Pero no es Jesús el salvador? sin ninguna duda la respuesta es sí, y muchos se preguntarán porque en dos versículos aparece con distintos nombre; en San Mateo aparece como Jesús y en otro como Emmanuel.
Bueno, de acuerdo a varios argumentos que se han presentado a lo largo de los años, esto puede deberse a varias razones, algunas son:
Que Jesús era un nombre mundano; Jesús fue un título, en Mateo asegura que fue el propio Dios que decidió cambiarle el nombre por Jesús; el que tiene mayor lógica y es el que explicaremos más adelante, es que ambos nombres son correctos, solo que uso varía dependiendo de la situación, y por último, que ambos nombres tienen el mismo propósito, es decir, señalar al mesías.
Ahora, vamos a enfocarnos en la razón mencionada con anterioridad, en que no hay oposición entre los nombres. Según Manuel de Tuya, el nombre Emmanuel es el nombre profético del redentor, y el de Jesús el propio.
Emmanuel representa la forma de ser del hijo de María, y su nombre es escuchado por primera vez en la profecía de Isaías, donde se señala la concepción del verbo encarnado a través de una virgen. Este nombre expresa verdaderamente quien es el que nace, es decir, Dios hecho carne y su traducción en español es Dios con nosotros.
En cuanto a Jesús, este nombre es registrado cuando un ángel aparece en sus sueños y le dice a José sobre la profecía de su hijo no nato y que sería llamado Jesús. Su nombre es español significa Dios salva y es un traducción bastante asertiva si se compara con las obras y acciones que hizo en vida.
En resumidas cuentas, sin importar cuál fue la verdadera razón del porque aparecen dos nombres para referirse al redentor, Jesús y Emmanuel son la misma persona, por lo que la profecía revelada a Natán sobre la llegada de un Mesías, se refería a la llegada del Verbo encarnado en un cuerpo terrenal.
Los nombres de Jesús
El nombre de Jesús es reconocido en todo el mundo, no obstante, existen muchos otros títulos que le son atribuidos por diversas personas a lo largo del tiempo. Algunos aparecen en el antiguo Testamento y otros en el nuevo; algunos son utilizados por Cristo y otros han sido otorgados por la propia Iglesia, a continuación te daremos los más escuchados y populares.
Por supuesto, el primero que mencionaremos será el nombre de Jesús, que su traducción del hebreo es «Dios salva». Según los registros bíblicos, este nombre fue otorgado por el ángel Gabriel al momento de anunciación del salvador, y dicho nombre representa la misión que tendría en su vida terrenal. Es decir, ser el hijo de Dios y salvador de los pecados de la humanidad.
Su significado es que el mismo Dios se encuentra presente en su hijo y que nació por la redención del hombre. Jesús es un nombre divino, y por ende puede ser usado para invocarlo, ya que su poder se unió a todos lo hombres por la encarnación; además, dicho nombre se encuentra en el corazón de cada plegaria cristiana en el mundo.
En cuanto al nombre otorgado al redentor, tenemos Cristo, que su traducción del griego es Mesías. Cristo es un nombre propio que se integró al de Jesús, ya que cumplió con el papel que le fue otorgado, es decir, antiguamente en Israel aquel que era marcado por Dios eran Reyes, sacerdotes o profetas.
En este caso, Jesús cumplió con estos tres aspectos, y le fue otorgado el título de Mesías, que como se mencionó anteriormente, significa Cristo. Ahora bien, este título no era de gusto de todos, ya que algunos lo veían como mundano y le daban a Jesús una condición muy humana.
Jesucristo es el hijo único de Dios, y su unión no es la forma habitual de los seres humanos, sino que es una unión divina; Jesús es hijo de Dios y él mismo es Dios; y para poder ser bautizados como cristianos debe creerse en esto último.
Ahora, el otro nombre otorgado es Señor, que su traducción del griego en registros del antiguo testamento es Kyrios. La palabra Señor se ha convertido desde tiempos remotos en una forma habitual para describir a Dios en Israel.
Aunque su término puede llegar a confundir un poco, ya que en el nuevo testamento Señor es un título otorgado para Dios, pero también para Jesús, y es aquí donde se ve la unión divina. Esta atribución según la iglesia, debe corresponderle a Jesús también ya que presenta una condición divina, demostrado a través de la resurrección y de su asunción a la gloria eterna. Esto último se refleja en la oración cristiana y en la liturgia.
Cristo es el único mediador perfecto entre Dios y los hombres
En la historia, Jesús es el único Dios y hombre a la vez, Jesús es una persona divida y por ello es el único mediador entre el hombre y el Todopoderoso. Esta afirmación se refleja en el nuevo testamento, en la carta a Timoteo, en donde se menciona que solo hay un Dios y un solo mediador entre él y el hombre, y este es Jesús; en la carta a los hebreos, Cristo es visto como el intermediario de una nueva alianza.
Sin embargo, Cristo no es solo un profeta, es un maestro que se encarga de enseñar la palabra de Dios y su verdad. Es sacerdote porque su mediación cumple con el propósito, y de acuerdo a la carta de los hebreos, Jesús es el único sumo Sacerdote de acuerdo a Melquisedec.
Jesús es Rey, y esto se refiere a Dios y al hombre, y su poder es visto como tal. La iglesia confirma la realeza de Cristo y señala que su reinado es eterno, mismas palabras que dijo el arcángel San Gabriel a María.
En el antiguo Testamento, su estatus había sido anunciado, pero Jesús no hizo alarde de esto, ya que antiguamente en Israel había una percepción física y terrenal sobre del Reino mesiánico. Fue solo es una oportunidad frente a Pilatos, que decide no negar dicho título, diciendo:
«Sí, tú lo dices. Yo soy Rey».
Pero es necesario aclarar, que ese título no es metafórico, sino que es real y es otorgado por ser el Verbo encarnado y ser el redentor de la humanidad. Su reinado es más del tipo espiritual y eterno, en él solo reina la santidad, la paz, la verdad y la justicia.
Su poder es usado para atraer a los hombres de su fallecimiento y resurrección. Jesús es el rey y señor de todo el universo, y su papel no fue el que lo sirvieran, si no ser el servidor de todos y dar su vida por todos.
Toda la vida de Cristo es redentora
Ahora, en cuanto a la vida de Jesús, toda su vida se resume a los misterios de la encarnación y de la pascua, es decir, a su concepción, nacimiento, a la pasión, crucifixión, fallecimiento, entierro, descenso al infierno, resurrección y subida al cielo.
En cuanto a su vida cotidiana, esto es un total misterio, pero eso no significa que sus sacrificios y lo poco documentado no sea suficiente para iluminar su vida terrenal.
Toda su vida es redentora, y todas sus acciones tienes un enorme valor para la salvación, sin importar las acciones más pequeñas. La persona que entendió la profundidad de este hecho fue San Josemaría, sacerdote español, que muestra que cada acción de Cristo es de santificación.
La misteriosa vida de Jesús fueron actos redentores, porque gracias a ellos lo condujeron a la gloria eterna. Es increíble que a pesar de su estatus, Cristo vivió la vida de la mayoría de los hombres, una vida sencilla y corriente.
Con su forma humilde de vivir, Cristo nos reveló que la manera de vivir del ser humano, sin importar lo sencilla que sea, tiene un sentido divino.
Caminata de la Encarnación
La caminata de la encarnación forma parte de una devoción mariana, que tiene el propósito de rendirle tributo diario a Nuestra Señora de la encarnación, por un lapso de 9 meses. La razón del porque esta caminata de la encarnación están larga, se debe a que celebra los 9 meses que llevó en su vientre a Jesús.
Ahora bien, durante dicha caminata es frecuente que los oradores le pidan a la Virgen María, tres gracias que sean de mucha importancia. Dicho eso, a continuación te traemos varias salves y oraciones para que realices la caminata de la encarnación correctamente, debes comenzar en el orden que aparece, es decir, iniciar con la primera salve, luego con la oración y así sucesivamente.
La primera salve
«Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,
¡Oh clementísima!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén».
Oración
Esta corta pero poderosa oración, debes repetirla con calma y luego de terminar, debes meditar y repetir nuevamente la gracia que se pidió.
Oh querida Virgen de la Encarnación, docenas de veces te mandamos nuestros saludos, docenas de veces te amamos por la gracia de ser la elegida para encarnar a Dios; tú que eres fuerte ¡oh Virgen y también madre del Señor! Te suplico me concedas estas peticiones, te lo suplico por el amor de dios… por amor de Dios.
Amén.
Segunda salve
«Dios te salve Reina y Madre de Misericordia, vida dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea pues, Señora Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre,
¡Oh clementisima!, ¡oh piadosa!, ¡oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.Amén».
Oración
Querida Virgen de la Encarnación, mil veces te amamos y mil veces te adoramos por la gracia de concebir al hijo de Dios, y el Dios mismo.
Tú que eres tan poderosa, oh Santísima Virgen y madre del todopoderoso. Por favor te suplico escuches y me concedas lo que te pido. Te lo pido por el amor de Dios.
Amén.
Luego de terminar la oración, repetir nuevamente la segunda gracia que deseas sea concedida por la Virgen de la Encarnación.
Tercera salve
La tercera salve es el mismo que se repitió anteriormente, debes repetirlo luego de culminar con la oración anterior.
Oración
Esta tercera oración es la misma que se mencionó con anterioridad, debes luego de terminar de orar, meditar de manera silenciosa y repetir la última petición a la Virgen.
Oración final
Luego de terminar con la oración anterior, debes repetir estos dos últimos rezos para dar por finalizado el primer día de la caminata de la Encarnación. Recuerda que debes repetir este procedimiento todos los días, hasta que cumplas los 9 meses, al llegar a ese lapso habrás terminado por completo.
Oración 1#
Recordad oh piadosa Virgen María, tú que nunca has dejado de escuchar las suplicas de tus fieles devotos, ni tampoco los has desamparado. Por ello, con total confianza acudo a ti en esta oportunidad, amada Virgen de la Encarnación.
Madre de Jesús, ruego ante ti bajo la sombra de mis pecados; con humildad me atrevo a presentarme con mis problemas ante ti, ¡oh Madre de Dios! por favor no deseches mis ruegos, por favor escúchalos, te lo pido misericordiosamente.
¡Oh querida Madre de todos, te lo ruego por el Misterio de la Encarnación y por el amor de dios.
Amén.
Oración 2#
Dios Todopoderoso, que con la ayuda del Espíritu Santo, ayudaron a preparar el cuerpo y el alma de María, aquella que sería portadora de llevar a tu hijo;
Te pido que escuches mis ruegos, pues festejamos con enorme devoción el misterio de la Encarnación; suplicamos por su misericordiosa intercesión.
Líbranos del mal y la muerte eterna, por el mismísimo Cristo nuestro Señor.
Amén.
Luego de culminar, debes repetir tres veces las siguientes palabras:
«Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar en el cielo, en la tierra y en todo lugar. Amén».
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