Conoce la Oración de sanación interior para tus heridas

Para esos momentos de desconsuelo, cuando las aflicciones y las tribulaciones nos agobian, es necesario conectarnos con Dios, pidiendo su ayuda, y su guía. Eso lo podemos lograr, mediante la Oración de sanación interior. Que nos llena del más profundo amor, luz y paz, por parte de Nuestro Amado Padre. Así que, para cuando lo requieras, te invito a continuar la lectura, de seguro que te habrá de servir de mucho provecho.

Oración de sanación interior

Oración de sanación interior

Aquello que le conocemos como Oración de sanación interior, se trata pues, de una oración con la cual, estamos en busca de establecer una conexión directa con Dios. Siendo que, de esa forma, tengamos de él su guía por el camino del bien. Y también nos provea de la iluminación, que parta desde cada uno de los rincones, más inhóspitos de nuestro corazón. Por lo tanto, es con esta oración que vamos a lograr, encomendarle a Dios:

  • Todo dolor
  • Melancolía
  • Tristeza
  • Angustias
  • Problemas
  • Quejumbres
  • Tribulaciones.

Y tus penas particulares, que se encuentren de alguna manera afectando lo que es tu vida. Así como también tus emociones, y también tus sentimientos, de una forma tal, que te encuentres ahora acorralado. Siendo además que, sea difícil para ti, encontrar el sendero correcto.

Por lo cual, mediante la Oración de sanación interior, lograrás llegar al Señor Dios Padre. Y será él mismo, el que te indicará el camino que debes tomar, para solucionar tu aflicción, y volver a ser feliz.

Así es que, si este es tu caso, y andas en busca de una oración de sanación, no te pierdas las alternativas que puedes orar, en pos de tu retorno a la paz, la tranquilidad y la felicidad.

La oración de sanación interior I

Amado Maestro Jesús, en estos momentos en que me encuentro en esta penumbra, te pido que muestres el camino que debo tomar.

Oh Amado Señor Mío, te ruego que, mediante tu gran alegría, me inundes, y alejes de mí, estos momentos tan tristes que ahora vivo.

Así que ven hacia mí, Oh Amado Maestro Jesús, y que con tu toque en mi corazón anhelante de ti, sientas los problemas que ahora tengo, porque tú sabes de ellos, y hoy es cuando más necesito de ti, en ti confío.

Oh Amado Maestro Jesús, ven por favor en mi socorro, bríndame tu amada ayuda, porque hoy mi amado Cristo te necesito, necesito que me brindes tu:

  • Refugio
  • Fortificación espiritual
  • Socorro
  • Perdón.

Es por ello que te pido, que hagas ingreso en mi corazón y lo purifiques, lo tornes en el más puro y bondadoso. Que de allí salga toda esta depresión, toda la melancolía que me embarga, todo ese sentimiento de culpa. Que se aleje de mi la derrota y que vuelva mi ánimo y mi alegría, mi felicidad.

Oh Amado Maestro Jesús, sé el sostén que me aguanta en este momento, ven y dales alivio a mis penas, mediante esta oración de sanación y liberación, te pido me las concedas. Y me coloques en el camino, hacia mi liberación de toda aflicción. Para que luego me pongas, en mi camino hacia mi felicidad.

Oración de sanación interior

Amado Maestro Jesús, menea pues tu mano, que está llena de milagros, sobre mí, que sea hecho mi amado Maestro, mi Señor, el milagro en mí, para que me sienta reconfortado, y fortalecido con tu maravillosa obra de sanación en mí.

Oh sí mi Amado Maestro Jesús, es que toda mi confianza la coloco en ti, porque en tu infinito amor confío. Y estoy seguro de que encontraré en ti todas aquellas riquezas, que no se pueden encontrar en este mundo, sin que tú nos ayudes, pues son de tu ser bendito que emanan.

Así que mi Amado Maestro Jesús, en este día, aquí y ahora, te doy todo el tiempo que tengo. Así como también te entrego mis sentimientos. Al igual que mis ánimos, y todo aquello que creo mi Señor, que me pertenecen. Obtenidos mediante tu gracia divina, para mi goce y disfrute. Todos son tuyos mi Señor, bendícelos y llénalos de tu gracia, para que sean de manera perfecta la manifestación de tu mayor bondad.

Así sé mi Amado Maestro Jesús, que todo tu amor se encuentra desde ya surgiendo efecto sobre mí, se encuentra además tocando mis entrañas y todo lo que soy. Porque ahora te encuentras curando todas esas heridas que se encuentren abiertas, y de esa manera vas limpiando toda aquella sangre que ha sido derramada.

Es por todo esto, que te pido mi Amado Maestro Jesús, que te quedes, justo aquí, a mi lado. Y me mantengas siempre amparado, y protegido con tu amable y amante Bendición. Amén. Así es. Gracia.

Es posible siempre, curarnos cualquier afección física que se no presente, a través de una oración de sanación física. Igualmente, para cuando nos encontramos afligidos, no sabemos qué hacer, y las preocupaciones no nos permiten llevar una vida normal, es cuando podemos entonces ofrecer una oración de sanación espiritual.

Siendo el caso que la Oración de sanación interior, es aquella que nos ayuda a conectarnos con el gran poder del Señor Dios Padre, creador de todo, y nos quita aquello que nos mantiene infelices, tal como pueden ser:

  • Aflicciones
  • Preocupaciones
  • Miedos
  • Angustias
  • Confusiones
  • Amarguras
  • Vacíos.

La forma de comunicarse con Dios

Es bueno señalar en principio, que una Oración de sanación, es aquella que nos permite establecer una comunicación directa con Dios. Es entablar la intimidad, y la profundidad, en la entrega que le hacemos de nuestras tribulaciones y aflicciones. Las cuales él ya conoce, pero se encuentra a la espera de que establezcamos esa comunicación, que se logra mediante la Oración de sanación interior.

Siendo pues que, poniendo a sus pies, todos aquellos anhelos que están muy dentro nuestro, así como también, todos nuestros:

  • Deseos
  • Esperanzas
  • Frustraciones
  • Estados de ánimo
  • Situaciones de dolor.

Por las que en algunas ocasiones nos toca pasar. Es que pedimos que sea mediante su actuación en nuestras vidas, nos otorgue la gracia de la sanción, tanto física como también, mental y espiritual, a través de la oración. Donde se encuentra enmarcada, toda la historia de la humanidad, lo puedes conocer en el Mapa de Palestina en tiempos de Jesús.

Debemos estar claros en el hecho de que el Maestro Jesús, no solamente vino a este mundo, para que fuéramos salvados eternamente. Sino que de igual manera vino a fin de que le diera la sanación tanto a nuestra alma, como también a nuestro cuerpo.

Siendo el caso que podemos tal vez enumerar al menos en relación a la sanación unos 4 tipos tales como:

  • Física
  • Espiritual
  • Liberación de espíritus malignos
  • Interior.

Es por ello que somos invitados, a ofrecer siempre una oración, en los momentos de aflicción para pedir. Y también se hace necesario elevarlas, en los momentos de alegría y felicidad, para dar las gracias.

Son muchas las citas en la Biblia, que nos hablan acerca de las oraciones y su poder tal como, por ejemplo:

Isaías 6. “Derrama tu paz, Señor de mi Vida” porque Él es el príncipe de Paz.

Mateo 7,7: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.

Nada más claro que esta cita, para entender que se debe establecer la comunicación, con nuestro Amado Maestro Jesús, o el santo de su preferencia, y pedir. Lo cual se hace mediante el ofrecimiento de la Oración.

Oración de sanación interior II

Mi Amado Señor Dios, yo estoy seguro de tu amor y de que me das tu bendición. Así es que, durante todos los días, yo me dedico a alabarte, bendecirte, y darte las gracias. Por esa grandeza que nos das, y por lo maravilloso que eres, por todo eso y más, bendito sea Señor.

Aquí y ahora, es mi deseo hacerte entrega, y darte en donación, todo lo que son mis problemas. Puesto que estoy seguro, de que tú, puedes brindarme toda tu ayuda. Pues estoy seguro, de que tú, Mi Señor Amado Jesús, eres el que me puede brindar esa paz, la cual necesito tanto.

Oh mi Amado Maestro Jesús, en los momentos en los cuales, la oscuridad se ha hecho presente en mi vida. Te pido que te conviertas pues en el sol, que, asomado por mi ventana, me ha de iluminar el camino para salir de nuevo hacia tu luz.

Así es que te pido, Mi Amado Maestro Jesús, que en estos momentos donde la tristeza se ha hecho presente en mí. Seas tú quien me toque, y de nuevo llegue la alegría a mi vida. En este momento me estoy entregando a ti. Y pido que hagas tu actuación sobre mi corazón abatido.

Por ti es sabido que, ahora estoy necesitado de ti, de la protección que me brindas, de tu fortaleza. Pues sin ti, no soy capaz de lograr vencer. Pues sin ti, los problemas se me hacen muy grandes y me vences. Pero seguro estoy que contigo todo es posible, todo lo puedo.

Oh Amado Maestro Jesús, Tú conoces cuales son mis debilidades, también mis angustias, por las que paso en estos momentos. Y es por ello te pido, me llenes con tu amorosa bendición. Yo sé que tú, aquí y ahora, pasas por aquí, y que llenas de paz y serenidad los corazones, de todos los que en este momento, estamos rezando esta oración de sanación interior, llenándonos de tu grande amor y mágicas bendiciones.

Confiado pongo en tus manos, todas estas aflicciones y tribulaciones, porque sé que tú vas a sanarme y a rescatarme, para volverme a la vida con alegría y felicidad, en honor de tu nombre y tu gloria.

Porque vas a sanarme de todas las angustias y vas a restablecerme en el amor, la fe, la esperanza y la luz que de ti emana. Para por fin disfrutar de la gloria que la vida me otorga. Porque grande eres y serás, por los siglos de los siglos Amén. Bendito seas por Siempre Señor. Así es. Gracias.

La sanación interior de las heridas

El hecho de que necesitemos la sanación interior, nos lleva pues a ofrecerle el pedimento al Amado Maestro Jesús, con el fin de que sea retrocedido el tiempo, en el cual se nos ocasionó alguna herida, con la finalidad de que aquí y ahora, seamos liberados de todo ello. Por lo cual se necesita entonces hacer lo que sigue:

Lo primero que se debe hacer, es sacar a la luz todas aquellas cosas las cuales nos han producido la herida. Es conveniente entonces, el realizarse una serie de preguntas. Las mismas por lo general, nos van a revelar las más básicas de las heridas, por las cuales es necesario que oremos para sanarlas. Dentro de las mismas podemos colocar, por ejemplo:

1.- ¿Cuándo comenzó todo esto? ó ¿Fue una niñez feliz?

Es de hacer notar, que muchas de las heridas por las cuales pasamos, y que se quedan en lo más profundo de nuestro ser, son aquellas ocasionadas en la niñez. Siendo ese el tiempo cuando éramos más vulnerables y no teníamos la suficiente capacidad de poder defendernos. Sin embargo, también surgen en el transcurso de la vida, experiencias traumáticas, las cuales nos producen profundas heridas. Es por ello que debemos ubicarlas, en primer lugar.

2.- ¿Qué fue lo que ocasionó la herida?

Luego entonces, de haber determinado el momento en que comenzó la herida, toca inmediatamente ubicar la causa por la cual nos sentimos heridos. El detalle de la situación particular que la produjo. En ocasiones, nos hieren las personas cuando nos rechazan, también cuando se rompe alguna relación.

De manera particular, surgen heridas en las relaciones con los padres. Debido a que, motivado a la actual situación familiar que se vive, lo cual requiere de un trabajo forzado por ambos padres. A veces, los hijos quedan relegados a un segundo plano, y es allí donde surgen heridas profundas. Por la carencia de afecto y atención, que se requiere en esas edades tan importantes.

Una de las herramientas, que son de beneficio utilizar en estos casos, es el hecho de establecer un diálogo con alguna persona, que sea de confianza. Inclusive, ya el hecho de que se converse, acerca de dicha herida, es la constitución de que se va en vía de la curación.

Por lo tanto, es cuando llega el momento, en el cual se requiere que se realice la Oración de sanación interior, dedicada a Dios Padre, a fin de que obtengamos la curación de dichas heridas. Siendo el caso, que al recordar donde comenzó todo, hagamos el pedido al Amado Maestro Jesús, para que sea nuestra compañía en un viaje hacia el pasado.
Viajando con Jesús en el tiempo

Siendo Jesús el Señor del tiempo, el mismo es capaz de realizar todas las cosas, que no podemos hacer nosotros. Él, puede viajar en el tiempo, y llevarnos a sanar. Por lo tanto, es capaz de curar todas aquellas heridas que, desde el pasado, nos han estado haciendo daño.

Así es que luego de que se haya orado para obtener la sanación de esa herida que nos hace sufrir. Pasaremos a pedirle al Señor Dios, para que de una manera positiva, nos llene la vida de todo aquello que, nos encontramos echando de menos.

Esto es debido a que, es muy profunda la necesidad de amor que se tiene, cuando se ha cargado, con una herida abierta por mucho tiempo. Así es que, luego de que ofrecemos la Oración de sanación interior. Procedemos generalmente, a sentir que el amor de Dios nos ha invadido, y que aquellos espacios vacíos de nuestro corazón, comienzan entonces, a llenarse del más profundo amor de Dios.

Así es que, lo que se refiere a la curación interior, se encarga de darnos una infinita paz, así como también, nos llena de alegría y felicidad. Es eso lo que se siente luego de lograr concentrarse con la mayor fe, y practicar la Oración de sanación interior.

Es así como de una forma muy sencilla, es posible decir, que se pone la purificación de nuestro subconsciente herido, en las manos del Señor Nuestro Dios. Esto con el fin, de que sea mediante su intervención, que nos lleve hasta donde ocurrió tal herida, y nos de la bendición de la curación de la misma.

Oración para pedir paz y sanación interior

Se recomienda buscar un sitio, en el cual se puede estar en silencio, que haya quietud, y nadie pueda interrumpirte. Luego entonces, a ponerse cómodo y avivar la fe y la confianza, en que, mediante la Oración de sanación interior, ha de ser sanada la Herida por la cual vamos a ofrecer dicha oración.

Oración para sanación interior III

Oh mi Amado Señor Dios, tú, que tienes el poder de volver hacia atrás en el tiempo conmigo, y caminar a mi lado, a través de lo que ha sido mi vida. Te pido que me ayudes. Mi Señor, que quede limpio y libre de todo aquello, lo cual me ocasionó tantas dificultades, cuando fui concebido. También líbrame Mi Amado Padre, de todo aquello que, en el transcurso de mi infancia y adolescencia, pudiera haberme causado muchas heridas.

Dado a que, de acuerdo a como fui creciendo, quizás en mi familia no se conseguía el suficiente tiempo, para los hijos. Por lo cual ahora lo he llegado a entender y también a aceptarlo. Sin embargo, esa parte de mi ser, que nunca se sintió completo y se encontraba herida, es la que reconozco y bendigo. Para que a través de tu intervención sea curada.

Hazme Padre amado, saber y entender que, como tú hijo, soy una persona importante para ti. Y que también lo soy para mi familia. Por lo cual aquí y ahora me encuentro sano, por tu gran amor, de todas las heridas que por tal causa, haya tenido.

Asimismo, Padre Amado, sé que a medida que fui creciendo, en todas mis etapas de la vida. Me he encontrado con personas, que de alguna u otra forma, me han ocasionado tantas heridas. Desde mi etapa de escolar, como de estudiante adolescente, en la secundaria.

Y también al llegar a la universidad. Donde han hecho que sienta mucho dolor y también rabia. Lo cual no está de acuerdo con tus enseñanzas y mandamientos. Por lo mismo te pido, Oh Padre Amado, que en ese paseo que hacemos juntos, por esas etapas de mi vida.

Vayas limpiando y liberando todas esas acciones, para que sean perdonadas, y quedemos liberados de todos los dolores ocasionados. Es por eso que ahora siento que mis heridas tú has sanado, y me llenas de paz y regocijo. Curas mis heridas, y renuevas mi alegría y mi felicidad.

Asimismo, Amado padre, aquí y ahora en mi momento presente, te pido limpies y sanes, cualquier herida, que se encuentre abierta. Por la relación que tengo tanto con mis familiares, como amigos, en mi trabajo, y con mi pareja. Las cuales se pudieran haber visto afectadas, al grado de causarme alguna herida.

Así es que te alabo, te bendigo y te doy las gracias, porque estoy seguro que mientras más me encuentre en alabanzas y gracias a ti, mi Padre Amado. Mas será la fortaleza que me habrás de dar, con tu bendita presencia y poder. Amén. Así es. Gracias, por esta sanación interior de mis heridas, que me has otorgado.

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