¿Cómo confesarse?, forma parte de las interrogantes que como fieles del Padre Celestial nos hacemos muchas veces. Lo más importante de entender es que este proceso es parte de los sacramentos que permiten que experimentemos el perdón del Creador. Este artículo te permitirá encontrar la ayuda para prepararte y recibir correctamente este sacramento, que te reconcilia con la voluntad de Dios. Recuperando así la paz y el gozo.
Indice De Contenido
- 1 ¿Qué es la confesión?
- 2 ¿Cómo confesarse?: guía paso a paso
- 3 ¿Es complicado confesarse?
- 4 Examen de conciencia
- 5 Contrición y propósito de no volver a pecar
- 6 Confesar los pecados
- 7 Cumplir la penitencia
- 8 Los efectos de la reconciliación
- 8.1 El perdón de nuestras culpas
- 8.2 ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado?
- 8.3 Dios perdona a través del sacerdote
- 8.4 ¿Cómo beneficiarnos de este sacramento?
- 8.5 El examen de conciencia
- 8.6 El dolor de los pecados
- 8.7 El firme propósito
- 8.8 ¿Debo humildemente acusarme?
- 8.9 Dios perdona a los que se confiesan bien
¿Qué es la confesión?
Este proceso, forma parte del sacramento de la reconciliación, además de ello debemos preguntarnos ¿cómo confesarnos?, esto nos permite entender que su relevancia se debe a que es un sacramento de curación del alma, lo que nos ayuda a asimilar que en el momento en el que decidimos confesarnos, nuestra alma y corazón pasan por un momento de sanación. A su vez nos permite admitir y dejar atrás los pecados cometidos.
Se debe mencionar que San Josemaría pidió a los creyentes que se confesaran, pues este era el llamado sacramento de la alegría, él indicó que a través de esta acción se puede recuperar el gozo y también la paz que nos trae la amistad que tengamos con Dios Todopoderoso. Además de ello, nos explica, que el pecado es la única acción que nos roba el alma a quienes creemos fielmente en el cristianismo.
¿Cómo confesarse?: guía paso a paso
Este sacramento va en concordancia con el de la penitencia y el de la reconciliación con el Todopoderoso Creador, a través de la confesión. Esto se debe a que este proceso permite un encuentro especial con nuestro Padre Celestial.
Es tras esta acción que logramos recibir correctamente en nuestras almas la voluntad de Dios, guiada por el perdón misericordioso que se nos otorga, pues confesamos nuestros pecados y nos arrepentimos de corazón de ellos.
¿Cómo confesarse?
Es importante que como creyentes del Todopoderoso, nos preguntemos ¿cómo confesarse bien?, además entender que debemos tomarnos en serio todo los factores que forman parte de esta vida, sobretodo, cualquier elemento que se relacione con el poder y la misericordia de Dios.
Gracias al Señor, somos auxiliados para no volver a recaer en ello, lo que a su vez nos permite una restitución de la paz interior de nuestra conciencia, logrando alcanzar la gloria que quiere Dios para nuestra alma.
Pasos
- El primer paso a tomar se relaciona directamente a dirigirse al sacerdote, saludando con un Ave María Purísima. Tras esto, el sacerdote tiene la obligación de responderte con un «sin pecado concebido».
- Es importante que tras esto le indiques al sacerdote cuanto tiempo llevas sin confesarte. No importa si son años, meses, semanas o días, lo importante es tu sinceridad.
- El siguiente paso se relaciona a la narración de los pecados que te ocupes de confesar.
- Antes de que el sacerdote culmine con la absolución, es sumamente necesario que hagas algún tipo de acto de contrición. Un ejemplo de esta acción es: «Jesús, Hijo de Dios, tú que eres un ser misericordioso de mí ser, yo que soy un simple pecador».
- Posterior a la realización de la absolución se procede a responder con «amén».
Para confesarse bien se necesita:
- Debemos ante todo, realizar un examen de nuestra conciencia.
- Es necesario que sintamos verdadero arrepentimiento de los pecados que hemos cometido.
- Además de ello, debemos, con sinceridad, querer enmendar los actos cometidos a través de los pecados.
- Luego procedemos a confesar al sacerdote todos los pecados mortales que hemos realizado.
- Para finalmente, cumplir con la penitencia que se nos imponga.
¿Por qué nos debemos de confesar?
Según palabras indicadas por el Papa Francisco, el principal motivo se relaciona al perdón de nuestros pecados, pues nosotros como fieles creyentes, no podemos darnos esto por nosotros mismos, necesitamos de Dios para ello.
Con esto entendemos que como confesarse es parte de nosotros y no tenemos la potestad de decir que perdonamos nuestros pecados. Esto nos permite comprender que el perdón se pide. Es por ello que la confesión la utilizamos para pedir el perdón de Dios.
¿Es complicado confesarse?
La confesión es un proceso que no es tan complicado. Según el catecismo, la iglesia tiene la capacidad, como templo de Dios, de proponernos cuatro pasos para la confesión, estos son:
- La realización del examen de conciencia.
- Después proceder a realizar la contrición que es llamado también arrepentimiento. Es importante mencionar que en esta se debe incluir el propósito de no volver a efectuar el pecado.
- Posterior a ello llega el momento de la confesión.
- Para al finalizar, proceder a la satisfacción, que equivale a cumplir con la penitencia.
Estos cuatro pasos, son necesarios para de esta forma poder recibir el gran amor que tiene para nosotros el misericordioso y Todopoderoso Creador. Es por ello, que debemos entender y aceptar que él es nuestro Padre Celestial y que nos quiere dar con este sacramento una mejor vida.
Por otro lado, es importante entender que Dios siempre nos espera, pues como dice el padre de la parábola, es desea extender sus brazos a nuestras almas, así no lo merezcamos, pues somos sus hijos.
Es importante también saber que no importa nuestra duda, como es la ejemplificación del hijo pródigo. Por ello, únicamente hace falta que abramos nuestro corazón a nuestro amado Señor.
Examen de conciencia
Lo principal que debemos entender es que el examen de conciencia se relaciona directamente a la reflexión de todo aquello que nos ha alejado del Señor Creador. Esto quiere decir que entre los mejores consejos para realizar una buena confesión, está que busque pensar sobre su vida y que siente y piensa del Padre Celestial.
Es sumamente importante que sepa analizarse con sinceridad y a su vez admita y se arrepienta de cada uno de sus pecados. Por lo tanto, una persona que se siente pecador puede sorprenderse de cualquier elemento que nos entregue el Señor.
El examen de conciencia además, se describe como la reflexión de todas las acciones, pensamientos y palabras, que nos alejen de una u otra forma de Dios. De igual forma, ofender a los demás puede implicar un daño interior que ofenda al Creador.
Cuando se inicia con este proceso, es necesario que seamos sinceros con nosotros mismos y también con el Señor. Esto siempre se debe relacionar con la necesidad de evitar que los pecados nos opriman. Es con ello entonces que nos liberamos de los pecados y podemos vivir en paz como hijos de Dios.
Por tanto, siempre debemos analizar las preguntas que nos hacemos a nosotros mismos, para que de esta forma podamos reflexionar y a su vez pedirle perdón al Señor.
Contrición y propósito de no volver a pecar
La contrición es el arrepentimiento que sentimos al analizarnos, esta se relaciona a un dolor del alma y rechazo a los pecados cometidos. A su vez, esta conectada a una resolución que nos permite no volver a pecar.
Este sentimiento de dolor es directamente proporcional a nuestros pecados, a su vez permite que nos veamos motivados a no volver a pecar. Es entonces este, un don que Dios nos otorga. Por esta razón, si aún te encuentras apegado a tus pecados ésta es la mejor forma de alejarlos.
Permite que deje de estar dentro de ti cualquier vicio, y a su vez nos ayuda a enmendar los daños que causamos. Se debe pedir a Dios que obremos de corazón y que rechacemos todo acto provocado por el maligno.
En muchas ocasiones el arrepentimiento trae consigo un sentimiento que nos llena de dolor y también de mucha vergüenza. Esto, a su vez, nos permite enmendar nuestros sentimientos. A pesar de ello, no es indispensable que tengamos dicho sentimiento de dolor.
La contrición entonces, es el pórtico que permite que nos arrepintamos, esto, a su vez, nos brinda el privilegio de abrir nuestro corazón a Dios y obtener otra oportunidad con el bien. Es esta la manera de transformar nuestra vida en la misericordia de Dios.
Confesar los pecados
La mejor confesión se realiza con la expresión de los pecados cometidos al sacerdote, de manera clara, sin mentira alguna. La acusación de los pecados es realmente lo que nos libera de la maldad, que trae consigo el pecado.
Confesarse con el sacerdote es entonces, una manera de entregar mi vida y mi alma en las manos de Dios, siempre en busca de que nuestras actuaciones estén guiadas en nombre del Padre Creador.
Para realizar esta acción es sumamente importante que nos dirijamos a un confesionario, que permite que nos confesemos ante un sacerdote que representa a nuestro Salvador Jesucristo.
A su vez debemos arrodillarnos ante la Madre de Dios en el templo del Señor en la tierra, lo cual nos permite llamar a la distribución de la misericordia del Señor Creador.
De esta manera logramos tener un objetivo en los gestos hacia Dios, pues permite que nos arrodillemos ante su presencia y nos ayuda a obtener la gracia del Señor, brindándonos curación espiritual. Es por ello que se hace necesario confesar nuestros pecados de manera correcta, tomando en cuenta los siguientes factores:
- Clara: debemos señalar específicamente la falta que hemos cometido. Es importante no añadamos excusas en la confesión.
- Concreta: esto indica que debemos decir el acto y pensamiento preciso, sin utilizar palabras genéricas. Es decir, debemos abrir nuestro corazón y ser completamente sinceros.
- Concisa: es necesario que no demos ningún tipo de explicación al confesarnos. Esto se debe a que las descripciones son innecesarias, pues Dios sabe todo.
- Completa: se debe entender que no debemos callar ningún pecado grave cometido. A su vez esto nos permite que venzamos a la vergüenza.
Cumplir la penitencia
Se debe mencionar que el sacerdote señala la penitencia requerida para reparar el daño que hemos causado. Es por ello, que la satisfacción va ligada al cumplimiento de actos que se relacionan a penitencias, las cuales consisten en oraciones o incluso mortificaciones.
Los efectos de la reconciliación
El efecto principal de este proceso se relaciona al reconcilio con nuestro amado Padre Celestial, esto quiere decir que se nos restituye la vida conectada nuevamente con la gracia de Dios, la cual puede estar perdida tras el pecado.
Es importante que comencemos a tener una vida llena de divinidad. La mejor forma de obtenerla es a través del sacramento del bautismo. Esto, combinado con el perdón de los pecados, ya sean veniales o mortales, cuentan con el resultado de paz y consuelo en el espíritu.
Lo que nos permite entender que, cuando no sentimos y estamos consientes de que somos perdonados por nuestro amado Padre el Creador, se efectúa en nuestras vidas una verdadera resurrección en el espíritu. Esto nos da a entender que volvemos a nacer y nos liberamos del gran peso que trae consigo el pecado.
Por otro lado, existen falta, como es el aborto. Este tipo de acciones pecaminosas dejan en el espíritu una huella muy compleja de olvidar. Se recomienda, tras esto, ir a un experto de la psicología, pues con él podremos liberar todas la culpas que no nos permiten la paz en nuestras almas.
Igualmente es necesario saber que el amor de nuestro Creador es mayor que cualquier pecado que cometemos. En el momento en el que nos reconciliamos con nuestro amado Padre Celestial, no debemos mantenernos atados a lo que hemos realizado en el pasado.
Un ejemplo de esto, es cuando Jesucristo devolvió a María Magdalena a la vida, sacando de su alma todo espíritu malo. Es tan grande este proceso, que María Magdalena se convirtió en santa, dejando atrás todo lo malo, ella incluso fue la testigo privilegiada y la primera anunciadora de la resurrección de Jesús.
Todos los pecados ofenden a Dios, incluso los personales afectan a la comunión de los santos, lo que implica que se merme la santidad del templo de Dios. Por otro lado, existe el sacramento de la Penitencia, el cual permite que exista una recaudación de la comunión del templo de Dios.
Este sistema no cura únicamente al pecador que se arrepiente, sino que también cuenta con un efecto de gratificación sobre el espíritu, lo que permite que todo lo que se ha destruido a través del sufrimiento que causa el pecado se disminuya hasta desaparecer.
En el momento en el que se establece plenamente la participación que existe con la Comunión de los Santos, se genera un goce de los bienes espirituales, lo que a su vez permite que se logre llegar a la Patria Celestial, permitiendo que se logre llegar a ser un buen peregrino en la tierra.
Además de ello, es sumamente importante que nos reconciliemos con nosotros mismos. Cuando se es penitente y nos perdonan, tenemos la oportunidad de recuperar la verdad interior, lo que nos lleva a la libertad, tras la liberación de la conciencia.
El perdón de nuestras culpas
Por todo esto, somos dichosos al ser perdonados. Cuando callamos nuestros errores, se nos consume el alma, así que debemos reconocer los pecados y no ocultar nuestra culpa, para de esta forma poder entender como confesarse y así absolvernos y que se nos perdonen nuestros pecados.
Esto se relaciona igualmente a buenas obras, las cuales están ligadas a las acciones involucradas con la gracia de Dios. Lo que a su vez corresponde a méritos de vida eterna, para de esta forma no caer dentro del pecado mortal.
Cuando se efectúa el pecado mortal, todos los méritos se pierden en su totalidad. En el momento en el que somos absueltos nos reconciliamos con Dios, pues dichos méritos reviven. Al igual que los dones que se relacionan al Espíritu Santo y a las virtudes infusas.
¿Acaso quiero yo la muerte del malvado?
Este tipo de situaciones no son extrañas en la actualidad, muchos han efectuado la primera comunión y tras los acontecimientos de la vida, pasan por periodos de infelicidad, relacionados a las preocupaciones que trae consigo la misma vida.
Esto se debe a que muchos se dejan influenciar por los factores atractivos del mundo y a su vez se van olvidando de los deberes que tienen como hijos del Padre Creador.
A pesar de esta situación, el Señor no los olvida, pues él posee una misericordia inmensa y por ello el Salador Jesús, en un momento específico, llamo a sus almas con la invitación de formar parte de la confesión de los pecados.
Las personas deben tener en cuenta que es gracias a Jesús, el Salvador, que las personas no caen víctimas de la vida llena de maldad, tras sus graves pecados. Esto pues los pecados son un alejamiento del Señor Todopoderoso.
A pesar de esto, Dios no desea para nosotros una vida llena de miserias, pues él, cómo nuestro Padre Creador, tiene una gran y divina misericordia, la cual permite que vivamos bajo el perdón y amor hacia él, obteniendo así la alegría de llevar a nuestra alma hasta el reino del Padre Creador. Por ello es que siempre debemos buscar y conocer como confesarse bien.
Dios perdona a través del sacerdote
La confesión se puede describir como uno de los elementos más palpables de la bondad que tiene el Señor Creador hacia nosotros. Es por ello, que debemos saber como confesarse. La ofensa que siente Dios por el pecado mortal nos podría llevar a la fulminación eterna, a través de un acto de justicia.
Cuando nuestra alma está abierta a recibir al Espíritu Santo, nuestro ser se cubre por el perdón divino, pues de esta forma podremos ser instituidos hacia el sacramento de la confesión.
Es importante mencionar que desde los inicios del cristianismo, los apóstoles confesaban sus faltas con Dios, lo que traía consigo la completa absolución. El poder que le entrego Jesús a su templo en la tierra, se dio mediante el sacramento de la Orden. Esta forma de expresar los pecados y recibir el perdón fue pasando de generación en generación, hasta nuestros días.
Se debe mencionar que Dios podría perdonar los pecados de diversas formas, pero a pesar de ello, el nos dice que su voluntad es solventar nuestros pecados a través de un sacerdote, lo que es un factor que indica como confesarse bien, a su vez accionado por el sacramento de la reconciliación. Por ello, debemos entender que todo lo que se hace en la tierra está atado en los cielos. De igual forma, todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos.
¿Cómo beneficiarnos de este sacramento?
El Creador cuenta con una enorme misericordia, además también es muy justo. Es por ello, que debemos aprovechar su maravillosa actitud con nosotros y someternos a su voluntad. La confesión es uno de los elementos que forman parte de la misericordia de Dios, por lo cual tenemos que poder entender como confesarse, pues gracias a esto, nuestra alma no padecerá de aspectos nocivos.
El examen de conciencia
Es sumamente importante que nos hagamos un examen de conciencia, ya que de esta forma entendemos como confesarse, pues esta es la mejor manera de analizar los pecados cometidos. Igualmente así podemos expresar el deseo de perdón por las faltas cometidas y auscultamos nuestra alma.
El objetivo del examen de conciencia es saber que pecados no se han confesado y entender que no los tenemos que tener presentes por toda la vida, únicamente los que cometemos después de la última confesión.
El Antiguo Testamento, nos expresa, en diversas ocasiones, que debemos confesarnos para liberar el alma del pecado. Nos auxilia como un desahogo del dolor que genera el pecado, esto quiere decir que nos motiva a arrepentirnos.
Cuando nos disponemos a sentir la verdadera tristeza que siente Dios en el momento en que pecamos, podemos obtener de mejor forma su perdón.
El dolor de los pecados
Es sumamente importante que la persona que esté realizando la penitencia, entienda como confesarse y logre el perdón de Dios a través del arrepentimiento de los pecados. Se debe mencionar que es recomendable hacer una lista de pecados para confesar.
El firme propósito
Existe el arrepentimiento por los pecados cometidos y éste se produce desde adentro del alma, además de ello, de esta forma, entendemos como confesarse. A través de esto, se logra efectuar la voluntad de Dios y así huir, en el futuro, del pecado. De igual forma, nos permite lograr entender cualquier acción que ofenda a el Padre Creador.
¿Debo humildemente acusarme?
Sí, es necesario acusarnos y entender nuestros errores, para comprender como confesarse, la mejor forma es haciendonos las siguientes preguntas:
- ¿Qué estoy haciendo en la tierra?
- ¿Puedo arrepentirme de mis pecados?
- ¿Abriré mi corazón a Dios?.
Cuando respondamos positivamente estas preguntas podremos confesarnos correctamente.
Dios perdona a los que se confiesan bien
Para finalizar es importante saber que, posterior a que nos preguntamos como confesarse, si nos confesamos de corazón y estamos dispuestos a olvidar nuestros pecados, Dios nos perdonará. Igualmente, lograremos tener una mejor relación con nuestro Padre el Creador y de esta forma reconstruir la paz en nuestras vidas.
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